Robin Hood
Walter Scott
Novela
Capítulo I
Era el año de gracia de 1162, bajo el reinado de Enrique II; dos viajeros, con las vestimentas sucias por una larga caminata y el aspecto extenuado por la fatiga, atravesaban una noche los estrechos senderos del bosque de Sherwood, en el condado de Nottingham.
El aire era frío; los árboles, donde empezaban ya a despuntar los débiles verdores de marzo, se estremecían con el soplo del último cierzo invernal, y una sombría niebla se extendía sobre la comarca a medida que se apagaban sobre las purpúreas nubes del horizonte los rayos del sol poniente. Pronto el cielo se volvió oscuro, y unas ráfagas de viento sobre el bosque presagiaron una noche tormentosa.
—Ritson —dijo el viajero de más edad, envolviéndose en su capa—, el viento está redoblando su violencia; ¿no teméis que la tormenta nos sorprenda antes de llegar? ¿Estamos en el buen camino?
Ritson respondió:
—Vamos derechos a nuestro destino, milord, y, si mi memoria no falla, antes de una hora llamaremos a la puerta del guardabosque.
Los dos desconocidos anduvieron en silencio durante tres cuartos de hora, y el viajero a quien su compañero otorgaba el tratamiento de milord gritó impaciente:
—¿Llegaremos pronto?
—Dentro de diez minutos, milord.
—Bien; pero ese guardabosque, ese hombre a quien llamas Head, ¿es digno de mi confianza?
—Perfectamente digno, milord; mi cuñado Head es un hombre rudo, franco y honrado; escuchará con respeto la admirable historia inventada por Su Señoría, y la creerá; no sabe lo que es una mentira, ni siquiera conoce la desconfianza. Fijaos, milord —gritó alegremente Ritson, interrumpiendo sus elogios sobre el guardabosque—, mirad allí: aquella luz que colorea los árboles con su reflejo, pues bien, proviene de la casa de Gilbert Head. ¡Cuántas veces en mi juventud la he saludado lleno de felicidad!
Protegido por copyright
187 págs. / 5 horas, 27 minutos / 262 visitas.
Publicado el 14 de diciembre de 2016 por Edu Robsy.