La Dama y la Ley
Wilkie Collins
Novela
Al lector
No creo necesario escribir un prefacio a este libro que ofrezco al lector. Sólo pido que se tengan presentes ciertas verdades establecidas que, de vez en cuando, se olvidan al leer una obra de ficción. Agradecería que se recordase:
a) que las acciones de los seres humanos no siempre se rigen por las leyes de la razón pura;
b) que el ser humano (en especial si es mujer) no suele ofrecer su amor a los seres que más se lo merecen en opinión de los amigos;
c) que, por todo lo dicho, los personajes y los hechos más inverosímiles pueden, dentro de los límites de nuestra experiencia personal, ser personajes perfectamente naturales y hechos perfectamente probables.
Habiendo escrito estas breves líneas, ya he dicho todo lo necesario por ahora. Me despido cordialmente.
W. C.
Londres, 1 de febrero de 1875.
Capítulo I. El error de la novia
«Porque, desde el principio de los tiempos, las mujeres santas que confiaban en Dios se honraban sometiéndose a sus esposos; Sara obedecía a Abraham, llamándole señor, y también sus hijas y las hijas de sus hijas».
Con estas conocidas palabras mi tío, el reverendo Starkweather, puso fin a la ceremonia del matrimonio según el rito de la Iglesia anglicana. Luego, cerró su libro y me miró desde el altar, con una cariñosa expresión de interés en su ancha y colorada cara. Al mismo tiempo, mi tía, la señora Starkweather, de pie junto a mí, me dio unos suaves golpecitos en el hombro y me dijo:
—¡Ya estás casada, Valeria!
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407 págs. / 11 horas, 53 minutos / 50 visitas.
Publicado el 3 de febrero de 2017 por Edu Robsy.