El Genio
Arturo Robsy
Cuento
El salón estaba atestado de gente.
Por entre las innumerables mesas repletas de canapés de colorido aspecto y champaña, mil corros de personas lanzaban al aire sus sordos murmullos de arpegios sombríos.
Aquel día o, mejor, aquella noche, el Círculo Artístico celebraba un soberbio homenaje a uno de los más grandes escritores de la época.
Tanta y tan repetina había sido la fama de Miguel Lucas, que todavía ni un solo afcionado a las Letras había podido recuperarse de la agradable impresión que le produjo haberse topado con un libro suyo.
Lucas era el nombre que estaba en todos los labios. Lucas era el nombre que había dado en el espacio de pocas semanas la vuelta al mundo. Lucas era el nombre por el que las grandes editoras peleaban por lucir sobre las multicolores tapas de sus volúmenes.
Sus novelas eran calificadas de Divinas.
Sus poesías de Susurrantes.
Sus obras de teatro, al parecer de los entendidos, tenían el mensaje de un alma atormentada e inquieta en toda su honda crudeza.
Sus guiones cinematográficos... ¡Bueno! Sus guiones eran algo nunca visto, algo que desbordaba todos los límites de una imaginación calenturienta, vanguardista y adelantada.
Quien no había leído a Lucas, o bien se retiraba de todas las tertulias sociales o bien corría a la librería más cercana en busca de alguna de sus colosales obras.
* * *
—¿Ha leído usted el último guión de Lucas?
Esta pregunta se formulaba esa memorable noche del agasajo.
—¿Cuál de ellos? ¿"La perfidia"? ¿"También"? ¿"el alma viaja sola"?...
—No, no. Este a que me refiero se llama "La moneda se perdió".
—Es un título que ya de por sí dice mucho.
—¡Ni que decir tiene! Los personajes sólo dicen: "¿dónde está la moneda?". El resto de la obra es simplemente de relleno.
Licencia limitada
2 págs. / 4 minutos / 71 visitas.
Publicado el 15 de julio de 2018 por Edu Robsy.