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editor: Cristóbal Miró Fernández etiqueta: reflexión


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El café

Cristóbal Miró Fernández


Reflexión


El café es una bebida de doble naturaleza. Tomar un café con alguien es aceptar una invitación agradable para compartir vivencias, recuerdos o unas risas, por ejemplo. La cuestión es que a alguien le diesen café durante la época de la Guerra Civil española, me refiero al café enunciado en letras mayúsculas, si era alguien que no comulgaba con el ideario de los franquistas o era visto con ojeriza por estos, implicaba que dicho desgraciado estaba en un tris de pasar a mejor vida en la cuneta de una carretera.

El café como lugar donde se reúne la sociedad, también en el aspecto de local donde se reúne una comunidad de personas para dialogar, o enfrentarse entre ellas en un retrato social bien poco edificante, como sucede en el artículo escrito por Mariano José de Larra, el célebre periodista decimonónico español, que lleva este mismo título, El café. No es recomendable, para quienes nunca hayáis leído a Larra, hacerlo con los ánimos decaídos.


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Publicado el 25 de marzo de 2022 por Cristóbal Miró Fernández .

La paz

Cristóbal Miró Fernández


Reflexión


La paz es una realidad o una utopía? Se desea como un sueño, se considera una meta real, lo que la ubica a caballo entre ambos mundos de vigilia y ensoñación, y conseguirla se convierte en una pesadilla, es decir, que se mueve entre la carne y el espíritu a partes iguales. Se podría decir que es una torre medio a construir, medio derruida que se halla como escalera entre cielo y tierra, superviviente en ambos lugares, agonizante en ambos al mismo tiempo.Es una obra de arquitectura imposible hija de la voluntad del ser humano de poder dormir una noche en el Paraíso, sostenida por columnas compuestas se fuste salomónico y en cuya celda se hallan todas las divinidades del mundo, pues todas las religiones la ansían conseguir sin éxito, unas creencias de base invertida de cielo a tierra. La paz es el deseo de un futuro (im) posible. La paz es el fin de todas las luchas, y al mismo tiempo es el final de toda existencia. La vida eterna sin conflictos es la muerte, pues la vida es nido de luchas intestinas por naturaleza. Vivir en paz es, pues, un idealismo posible. Y aún así y todo es el fin último deseado de toda guerra natural al mismo nacimiento y que se extiende hasta la tumba. Existe pues, la paz posible o es tan sólo una ensoñación imposible que es pesadilla al no poder llegar a verla hecha realidad? 


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Publicado el 11 de marzo de 2022 por Cristóbal Miró Fernández .

Vivir en duda

Cristóbal Miró Fernández


Reflexión


En este mismo momento he(mos) puesto en acción un hecho paralizante, el hecho de escribir... ¿sobre qué escribir? Es una caminata a pies quietos, pues un paso anima al siguiente, y sin que se tenga en cuenta, como un latido de corazón, es un hecho irreversible... tic, tac...el reloj se ha puesto en marcha, un segundo tras otro para configurar un minuto, sesenta minutos una hora, etcétera. Y tampoco hemos de olvidar que el mundo está repleto de temas sobre los que tratar, entrelazados los unos con los otros...empezar a desarrollar uno cualquiera nos llevará de modo obligatorio, y sin posiblidad de elección, tarde o temprano a otro u otros en la inmensa red que es el todo de cada parte y la parte de cada todo.Hemos y he en el mismo instante: las letras que aquí se escriben no tendrían significado si no hubiera quién las leyese, sería algo absurdo escribir por escribir, ya sea en tinta azul, negra, verde, roja, china o invisible, o usando un lápiz, una pluma de paloma o de águila, estilográfica, un bolígrafo o las teclas de una máquina de escribir o un teclado de ordenador. Transmitir una idea por escrito, compartirla, equivale a una celebración religiosa, con el sentido del verbo latino religio, en sus dos vertientes, la de religare, o unir a un colectivo en torno a un altar, a un lugar dotado de sacralidad, para dar sentido a la existencia de esta misma comunidad, y de relegere, o de profundizar en el significado profundo de cada una de las palabras que componen un texto escrito fijado a la memoria colectiva sobre papiro, pergamino, barro cocido o papel.  ¿Sobre qué escribir? Sobre todo, y ello nos lleva a que no escribamos sobre nada al mismo tiempo, como una Piedra Rosetta escrita en mil idiomas diferentes usando cada uno en una palabra de dicho texto. Un texto indescriptiblemente complicado, y al mismo tiempo, terriblemente sencillo...


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Publicado el 27 de abril de 2022 por Cristóbal Miró Fernández .

Desojando la margarita

Cristóbal Miró Fernández


Reflexión


El hecho de desojar una margarita es equivalente a sobrevivir en el limbo de lo posible-imposible, en la duda que mata y cura del veneno de una bomba de relojería que no cesa de amenazar con cesar su cuenta atrás en cualquier momento, en el segundo menos pensado. Al mismo tiempo es contener la respiración en una pesadilla de amores imposibles, de éxitos improbables, de esperanzas al borde del abismo, de la vida en la frontera de la existencia eterna. Ambas son vida, sí, pero a ambos lados del espejo, siendo el espejo agua que corre su curso continuo entre un reflejo y otro de la misma muerte joven-anciana.

Desojar una margarita implica también el hecho de elegir un camino entre muchos, algo que tarde o temprano hemos de hacer en la vida, en nuestras sendas cotidianas. Es inevitable desojar margaritas para esto o aquello, y requiere valor el lanzarse al vacío de lo que vendrá después de este primer paso a gatas de bastón. Sucede cuando nos vemos capaces de elegir por nosotros mismos lo que deseamos, cuando crecemos y nos independizamos de nuestros antiguos apoyos, al menos en parte y es un riesgo, el de triunfar o caer, el de aprender en cualquier caso de nuestros triunfos o nuestras catástrofes.


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Publicado el 20 de marzo de 2022 por Cristóbal Miró Fernández .

Reencuentros

Cristóbal Miró Fernández


Reflexión


Los reencuentros es un hecho que se puede dar a lo largo de la vida y por sorpresa, aunque hay fechas más propicias para estas, como son las fechas señaladas como las navideñas, por ejemplo. Es una vuelta a lo blanco, como señala el maestro taxidermista de Alfanhuí, moribundo, a su alumno. A lo blanco de todos los colores, es decir a la inmensa paleta de todos ellos en gris. Y es que no hay cultura que no haya valorado o no valore los reencuentros, con los antepasados, con sus seres queridos que aún no han cenado con sus ancestros y están a punto de desayunar con sus familiares. Los recuerdos de vidas pasadas se remozan de nuevo, adquieren nuevas tonalidades y aspectos, se complementan con nuevos matices, crecen y se multiplican por cada una de las personas que los viven y gozan. Los reencuentros son expresión de vida. Los reencuentros son algo temido y deseado al mismo tiempo… habrá cambiado mucho aquella persona en tantos años, me querrá igual que antes, cómo habrá sido su vida? Del mismo modo que se teme la incógnita de la margarita deshojada por un corazón ansioso de amor, se desea conocer lo que supone la medicina a todos los males que aquejan a dicha persona, un reencuentro es el deshojar de un enigma… y la solución del mismo, para bien o para mal. Y un nuevo reinicio de la cuenta atrás para otro reencuentro en la bruma del encuentro. Sombra a pleno sol…


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Publicado el 9 de febrero de 2022 por Cristóbal Miró Fernández .

Cartas desde el Tíber

Cristóbal Miró Fernández


Reflexión


Y nunca mejor dicho. Las cartas de amor son la piedra sobre la que edifica todo el mundo. Sin este sentimiento de unión, la vida decae y se muere en sombras. Pensemos en un pobre soldado en cualquier conflicto, desde las arenas del Nilo hasta los hielos del Ártico. Pensemos en ese hombre, si nos remitimos a la antigüedad, o mujer, si viajamos a tiempos actuales, a esa persona sola en una trinchera y con la vida en permanente riesgo: no sabe si vivirá otro día. Esa carta de su familia representa la vida, la esperanza de poder algún día volver a casa. La magia de las cartas de amor, la magia de las cartas desde el Capitolio de la Ciudad Eterna.

Realmente, el sentimiento de una carta de amor es el mismo a todas, solo cambia el léxico, desde un abrazo, un “os quiero mucho” o “eres el amor de mi vida”. Todo depende de a que círculo concéntrico del gran lago embravecido que es el amor pertenece la persona a quién se le envía esta misiva, pero en todos los casos, sin diferencia, es alguien especial. Puede ser un hermano de leche, amigo desde la infancia, un padre anciano o la pareja que te alegra cada mañana al despertarte a su lado y que añoras perderte en sus brazos algún día, solo por dar algunos ejemplos (faltan en la lista anterior los hijos, los hermanos, los abuelos, etcétera). Pero en todo caso, sea cual sea su nivel de cercanía con aquella persona, es algo que reconforta… y desvela.

Cartas desde el Tíber...y que desvela. Desvela la espera por esa carta, desvela el hecho de saber si ha llegado o no a destino, desvela el contenido de la carta de respuesta, qué dirá, si anuncia paz o tormenta, y calma hasta el peor Infierno, convirtiéndolo en Paraíso, el pensar en ella.


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Publicado el 26 de febrero de 2022 por Cristóbal Miró Fernández .

Desde febrero con amor

Cristóbal Miró Fernández


Reflexión


Febrero es un mes que contempla las dos caras de la luna vista a ocho ojos, la del sueño y la pesadilla, la del cuerpo y el espíritu, la del mundo y el Paraíso, la del triángulo del deseo y los latidos del corazón. Es el mes donde reina Don Carnaval y Doña Cuaresma, enfrentados monarcas de diástole y sístole, la época de las máscaras y la poesía desnuda, de la verdad y la fantasía, el gozo y la tragedia, el imperio del arquero, ángel elevado y caído al mismo tiempo…

El Carnaval de San Valentín, el amor en tiempos previos al mes de marzo, un sentimiento por el que vale la pena morir, morir por alguien o algo más importante que la propia vida. El arquero del amor de oro y plomo, el que fue vástago de Venus y Marte, la sombra y al luz, la burla de la muerte y la muerte misma, el amor eterno, la vida eterna, el amor más allá de la muerte por siempre jamás, el sacrificio supremo aun ignorando el instinto de supervivencia propio de cada persona.

El amor de amores, el amor entre iguales y diversos, el amor visto con ojos en blanco y negro y en color, a través de las pupilas de Leonardo Da Vinci y su inmensa paleta de colores infinitos, el amor de cero más cero, cero más uno, uno más uno, y la suma, sea cuales sean sus elementos quedan lugar a la multiplicación hasta el infinito del resultado de tal operación matemática. Eros y Cupido, convivientes un solo gemelo a la sombra de la legalidad o a la legalidad declarada y aceptada por decreto a portón abierto de armario de presa.


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Publicado el 6 de marzo de 2022 por Cristóbal Miró Fernández .

El abrazo de la mirada

Cristóbal Miró Fernández


Reflexión


El día 14 de febrero es un día mágico en un lugar mágico, en el seno de la Creación….en el cerro-valle de Venus y Marte donde se halla los extremos, de conocen, se odian, se aman, se abrazan y se matan sin cesar. Es un lugar donde quien a hierro mata a hierro vive… y donde la flecha de Eros-cupido es de plomo y oro al mismo tiempo. Es un lugar donde la tortura es tan deliciosa como el mejor de los manjares, no hay mejor vergel que este jardín de espinas, donde el dolor es curativo, y donde el dolor es temido…es la muerte más viva, la amistad más íntima y duradera, la que aspira a sobrevivir a la muerte y cuyo recuerdo no desaparezca jamás. El amor es la pesadilla más soñada. No permite dormir al que la sufre, pero nadie querría morir sin haber sido abrazado poderosamente por el ángel de alas negras y latido rojo al menos una vez en su vida, ni vivir una noche sin abrazar hasta la locura en cuerpo y alma al ser amado… sin morir de amor viviendo eternamente en sus ojos verdes, cortada la respiración bajo su tempestad. En el vientre de la vida, donde se gestan las tormentas de llanto, en ese núcleo de acero el amor tiene su hogar, su Imperio… tirano demócrata que, al mismo tiempo que nos da libertad para elegir o no a la luna o al sol de nuestra existencia, nos exige el hecho de tener siempre presente la ensoñación de esa presencia sanadora y con su ausencia nos asfixia…


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Publicado el 6 de febrero de 2022 por Cristóbal Miró Fernández .

El asteroide sobre el propio tejado

Cristóbal Miró Fernández


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Un navío con velas encontradas no camina, es una cita que acuñó el rey borbón, el español Carlos III. Las dos cabras que se enfrentan sobre el tronco jamás llegarán a nada, tan solo a caer ambas al río sobre el que luchan enconada y estúpidamente, y con mucha suerte no ahogarse tras la caída, agotadas como están de su lucha inútil. Al final del proceso de auto aniquilación mutua, el tronco sobre el que se sustentan, su mente (ir) racional acabará devorándolas, arrastrándolas en su caída, quebrado por su estupidez. Siempre acaba ganando el que a su adversario no degüella, se cita en una de las líneas de la célebre novela latina, junto al Asno de Oro de Apuleyo, el Satiricon de Petronio. Las dos cabras que se enzarzan, en la lucha inútil y empecinada, en el intento desesperado de derrotar al contario, que al fin y al cabo es un hermano de leche, hasta sus últimas energías, acabarán ambas derribadas por sí mismas sin ver que las cornadas son boomerangs que rebotan una vez y otra contra sí mismas.El puñal de doble filo de un orgullo guerrero mal entendido y peor dirigido hacia los fines de la guadaña, que desangra la mano que lo esgrime sin remedio, no deja nunca tras de sí nada salvo heridas y cicatrices, mientras que en las más de las veces, corona su empuñadura roja de vino y sangre en el pico de la paz de los cementerios que deja de recuerdo… y al final solo quedan los esqueletos insepultos en su rencor de perdones, durante largas generaciones a venir, de los vencedores y vencidos en el Monte de las Ánimas soriano… 


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Publicado el 28 de mayo de 2022 por Cristóbal Miró Fernández .

El doctor Hyde en Usher

Cristóbal Miró Fernández


Reflexión


No hace falta que un edificio esté cayéndose a trizas a ojos vista de su fachada quebrada para que esta Caída sea menos verdadera. Una fachada impoluta, sin grieta alguna visible, puede ser perfectamente la moribunda tumba encubierta de una familia desestructurada, pronta a su extinción como proyecto de futuro, siempre que su estructura esté carcomida por el vacío falsamente relleno de vida de una sonrisa etrusca… Una mansión puede ser una jaula de barrotes de oro. La riqueza no asegura la felicidad, en ciertas ocasiones incluso asegura la infelicidad a base de preocupaciones que constituyen una pesadilla de veinticuatro horas a ojos cerrados y abiertos de la que es imposible huir por mucho que se intente. La riqueza económica y la pobreza afectiva dictaminan como la cruel sentencia de un juicio la miseria más espantosa que nos podamos o nos atrevamos a imaginar. En esta tesitura tan temible, y en no pocas ocasiones tan verídica, es preferible el hecho de habitar una miserable cabaña de muros barro y tejado de paja, pero tan acogedora como el mejor palacio del mundo a pesar de su extrema modestia, que una prisión repleta de lujos y comodidades. Los banquetes de miel de avispa son platos espantosos pues son veneno oculto a la luz del sol que ahogan en un pantano macabro de clara agua transparente….


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Publicado el 15 de mayo de 2022 por Cristóbal Miró Fernández .

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