Textos por orden alfabético inverso publicados por Edu Robsy | pág. 11

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editor: Edu Robsy


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Victoria

Joseph Conrad


Novela


Parte I

Capítulo 1

Existe, como no se le escapa ni a un chico de escuela en esta edad dorada de la ciencia, una estrecha relación química entre el carbón y los diamantes. Creo que ésta es la razón por la que algunos le llaman el «diamante negro». Ambas mercancías significan riqueza, si bien el carbón constituye una clase de propiedad bastante menos portátil. Adolece, desde este punto de vista, de una lamentable falta de concentración física. Otra cosa sería si la gente pudiera meterse las minas en el bolsillo del chaleco —pero no puede—. Existe, al mismo tiempo, una fascinación por el carbón, producto supremo de una época en la que nos hemos instalado como viajeros aturdidos en un deslumbrante aunque desasosegado hotel. Presumo que estas dos últimas consideraciones, la práctica y la mística, impidieron la marcha de Heyst, de Axel Heyst.

La Tropical Belt Coal Company liquidó. El mundo financiero es un mundo misterioso donde, por increíble que parezca, la evaporación precede a la liquidación. Primero, se evapora el capital. Luego, la compañía liquida. Estos acontecimientos se corresponden poco con la naturaleza, así que hay que ponerlos en la cuenta de la ininterrumpida inercia de Heyst, de la que nos reíamos a escondidas, pero sin animadversión. Los cuerpos inertes no hacen daño, ni provocan hostilidad, y reírse de ellos casi no vale la pena. Como mucho, pueden ponerse en medio algunas veces, pero tal cosa no podía achacársele a Axel Heyst. Él quedaba por encima de todos los caminos, ostentosamente, igual que si colgara de la cresta más alta del Himalaya.


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361 págs. / 10 horas, 32 minutos / 128 visitas.

Publicado el 20 de julio de 2016 por Edu Robsy.

Victoria

Julia de Asensi


Cuento


I

El buque mercante, Juan-Antonio, que iba de España a América con una numerosa tripulación y pasajeros no escasos, se perdió durante la travesía sin que nadie lograse saber su paradero. ¿Habían muerto todos los hombres que llevaba a bordo? No quedó sobre esto la menor duda cuando transcurrieron algunos meses y se vio que ni uno parecía.

El capitán era una persona muy estimada y conocida por su experiencia y su valor; ¿qué habría ocurrido para que tuviese su viaje tan mala fortuna?

Se habló de una horrible tormenta, se imaginó un incendio, se inventaron cien historias a cual más absurdas; que había caído en poder de un pirata… en fin, lo cierto es que no pocas familias vistieron luto a consecuencia de aquella espantosa desdicha.

Entre los pasajeros iba un joven que por vez primera se separaba de sus padres y hermanos, que había acabado con lucimiento dos carreras y que no llevaba al nuevo mundo más objeto que el de estudiar aquella tierra desconocida para él.

Llamábase Gerardo Ávalos, y se había captado las simpatías de cuantos le trataban, por su ameno trato y excelente carácter.

Convencidos los padres de que el mar había servido de tumba a su hijo, elevaron a la memoria de este un sencillo mausoleo que rodearon de plantas, y la tristeza reinó para siempre en su hogar.

Mucho tiempo después, cuando ya se habían casado los otros hijos y vivían solos los dos ancianos, un hombre solicitó con empeño verlos y logró ser al cabo recibido. Parecía un pescador por su traje y por su traza, y se mostró muy turbado al hallarse en presencia de los dos señores. Instado por ellos a hablar se expresó de este modo:


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10 págs. / 18 minutos / 270 visitas.

Publicado el 28 de marzo de 2020 por Edu Robsy.

Víctimas del Destino

Manel Martin's


Novela


Dedicatoria

Dedicado a mis abuelos, mis padres y a todas las personas que sufrieron la funesta guerra civil española; impuesta por aquellos que decían ser gente civilizada y con la razón en sus manos.


Nunca es licito privar de la vida a un semejante.

Introducción

Durante muchos años la república no se consolidó, los sindicatos del país seguían pidiendo sus derechos, que en resumen no eran los mismos que los del pueblo, pues no respetaban los del prójimo, para su subsistencia se atracaban comercios, bancos o se hacían descarrilar trenes para sembrar el terror. Así durante los años en que los partidos a los que representaban con alianzas ocasionales o egoístas, se mantuvieron en el poder y estuvieron gobernando, no solucionaron nada a la población, solo reinó el desorden creando malestar e incertidumbre. Pocos gobiernos llegaban a mandar más de dos años; pero tras las promesas “populistas” de los políticos en elecciones, el pueblo volvía a caer en los mismos errores.

Aconsejo leer crónicas sobre como se encontraba el pueblo antes de la funesta guerra civil, sin apenas cultura, trabajo y derechos. Guerra de la que todos los gobernantes tuvieron culpa sin excepciones.

La guerra civil española, trajo como consecuencia, no solo la muerte y la destrucción de un país también más pobreza y más miseria; tras ella millares de personas perdieron todo cuanto tenían, bienes, familiares, principios, etc. Pero sobre todo la dignidad, el escalón anterior a perder la vida o mantenerla a cualquier precio...

La posguerra no fue mejor que la guerra, Franco debía pagar favores a Alemania y eso se trasformó en hambre para el pueblo.


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Licencia limitada
120 págs. / 3 horas, 31 minutos / 136 visitas.

Publicado el 28 de septiembre de 2022 por Edu Robsy.

Viajes por España

Pedro Antonio de Alarcón


Viajes, Costumbres


AL SEÑOR D. MARIANO VÁZQUEZ,

MAESTRO DE MÚSICA, INDIVIDUO DE NÚMERO DE LA REAL ACADEMIA DE BELLAS ARTES, COMENDADOR DE LA REAL Y DISTINGUIDA ORDEN DE CARLOS III, Y DE NÚMERO DE LA DE ISABEL LA CATÓLICA.

Mi muy querido Mariano: Juntos hemos hecho, no sólo algunos de los viajes que menciono en la presente obra, como el de Madrid á Toledo y el de El Escorial á Ávila, sino también el muy más importante de la adolescencia hasta la vejez, pasando por los desiertos de la ambición...

Saliste tú de aquella metódica y bendita casa de la calle de Recogidas de Granada, en donde, puedo decir que sin maestro, aprendiste á interpretar las sublimes creaciones del Haydn español, ó sea del maestro Palacios, del colosal Beethoven, del profundo Weber, del apasionado Schubert y de otros grandes compositores casi desconocidos entonces en nuestra Península; y salí yo de mi seminario eclesiástico de Guadix (fundado sobre las ruinas de un palacio moro), llevando en pugna dentro de mi agitado cerebro á Santo Tomás y á Rousseau, á Job y á lord Byron, á Fr. Luis de León y á Balzac, á Savonarola y á Aben-Humeya...


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197 págs. / 5 horas, 45 minutos / 385 visitas.

Publicado el 26 de abril de 2016 por Edu Robsy.

Viaje Terrible

Roberto Arlt


Novela corta


Dedicatoria

Al doctor Eladio Di Lata, noble amigo de sus enfermos.

I

Cierto astrólogo me dijo una vez que el signo zodiacal que presidía la casa de mi nacimiento indicaba, entre otros accidentes, temerarios peligros en viajes de mar, y yo sonreí con dulzura porque no creía en la influencia de los astros; de manera que al iniciar mi viaje hacia Panamá ni por un momento se me ocurrió que me aguardaban aventuras tan tremendas como las que me permitirían compaginar la presente crónica, que, sumada a los informes telegráficos del corresponsal del Times en Honolulú, constituye una de las más sorprendentísimas historias que la Geología haya podido desear para completar sus estudios sobre las dislocaciones que se producen en el fondo del océano Pacífico.

Tuve el presentimiento de la desgracia el día 23 de setiembre a las 16 horas, momento en que permanecía recostado en la hamaca del primer puente del buque «Blue Star», mirando caer la tarde sobre el puerto de Antofagasta.

Humeaban las chimeneas de la ciudad al borde del desierto, y amarilleaban lentamente las fachadas de las fábricas. El arco del puerto, con sus casas escalonadas en la falda de los cerros, encajonaba calles en pendiente que parecían fundirse en la neblina azul que flotaba en los socavones de la cordillera.

Durante el día había soplado un viento fuerte y el aire estaba cargado del rojizo polvo del desierto. A un costado del puerto, sobre la superficie montuosa de un cerro trepaba la vía de un ferrocarril; de pronto, un convoy de pasajeros, chapadas las ventanillas por el oro del sol, se perdió entre un abultamiento de montañas y no sé por qué el corazón se me encogió dolorosamente. Si en aquel momento hubiera escuchado la voz de mis instintos habría abandonado el «Blue Star», pero poderosas razones me impedían bajar a tierra.


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Dominio público
46 págs. / 1 hora, 21 minutos / 249 visitas.

Publicado el 10 de noviembre de 2019 por Edu Robsy.

Viaje Redondo

Leopoldo Alas "Clarín"


Cuento


La madre y el hijo entraron en la iglesia. Era en el campo, a media ladera de una verde colina, desde cuya meseta, coronada de encinas y pinares, se veía el Cantábrico cercano. El templo ocupaba un vericueto, como una atalaya, oculto entre grandes castaños; el campanario vetusto, de tres huecos —para sendas campanas obscuras, venerables con la pátina del óxido místico de su vejez de munís o estilitas, siempre al aire libre, sujetas a su destino— se vislumbraba entre los penachos blancos del fruto venidero y los verdores de las hojas lustrosas y gárrulas, movidas por la brisa, bayaderas encantadas en incesante baile de ritmo santo, solemne. Del templo rústico, noble y venerable en su patriarcal sencillez, parecía salir, como un perfume, una santidad ambiente que convertía las cercanías en bosque sagrado. Reinaba un silencio de naturaleza religiosa, consagrada. Allí vivía Dios.

A la iglesia parroquial de Lorezana se entraba por un pórtico, escuela de niños y antesala del cementerio. En una pared, como adorno majestuoso, estaba el ataúd de los pobres, colgado de cuatro palos. Debajo dos calaveras relucientes como bajo—relieve del muro, y unas palabras de Job.

La puerta principal, enfrente del altar, bajo el coro, era, según el párroco, bizantina; de arco de medio punto, baja, con tres o cuatro columnas por cada lado, con fustes muy labrados, con capiteles que representaban malamente animales fantásticos. Aquellas piedras venerables parecían pergaminos que hablaban del noble abolengo de la piedad de aquella tierra.

El templo era pobre, pero limpio, claro; de una sencillez aldeana, mezclada de antigüedad augusta, que encantaba. En la nave, el silencio parecía reforzado por una oración mental de los espíritus del aire. Fuera, silencio; dentro, más silencio todavía; porque fuera las hojas de los castaños, al chocar bailando, susurraban un poco.


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Dominio público
8 págs. / 14 minutos / 71 visitas.

Publicado el 23 de octubre de 2020 por Edu Robsy.

Viaje por Rusia

Théophile Gautier


Viajes


I. El invierno en Rusia

Moscú. Apuntes de viaje

Aunque la vida en San Petersburgo resultaba agradable, nos espoleaba el deseo de ver la verdadera capital rusa, la gran ciudad moscovita, empresa que el ferrocarril hacía fácil.

Estábamos lo bastante aclimatados como para no temer un viaje a veinte grados bajo cero. Habiéndose presentado la ocasión de ir a Moscú en agradable compañía, nos dispusimos afrontar su blanco manto de hielo y nos endosamos la típica ropa de invierno: pelliza de visón, gorro de piel de castor, botas forradas que subían por encima de las rodillas. Un trineo se hizo cargo de nuestro equipaje, otro recibió a nuestra persona debidamente empaquetada y pronto estábamos en la inmensa estación a la espera de la salida del tren, la cual estaba señalada a las doce del día; pero los ferrocarriles rusos no alardean como los nuestros de puntualidad cronométrica. Si algún personaje importante debe formar parte del tren, la locomotora modera su impaciencia algunos minutos, un cuarto de hora si hace falta, para que le dé tiempo a llegar. A los viajeros los acompañan familiares y amigos; y la separación, cuando suena la última campanada, no tiene lugar sin antes un montón de apretones de mano, abrazos y palabras tiernas, a menudo entrecortadas por las lágrimas.

Incluso a veces todo el grupo saca billetes, sube al vagón y acompaña al que se va hasta la próxima estación, para volver en el primer convoy.


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83 págs. / 2 horas, 25 minutos / 98 visitas.

Publicado el 18 de febrero de 2018 por Edu Robsy.

Viaje Maravilloso del Señor Nic-Nac

Eduardo Ladislao Holmberg


Novela


En el que se refieren las prodijiosas aventuras
de este señor y se dan á conocer las
instituciones, costumbres y preocupaciones
de un mundo desconocido.

Introducción

—"Algunos pretenden que el viaje es impracticable y se apoyan en el mal éxito que han tenido otras tentativas análogas".

—"Pero esta es nueva! completamente nueva! A nadie se le había ocurrido que pudiera franquearse una distancia tan formidable, y mucho menos pretender verificarlo."

—"Posible ó no posible, poco me importa."

—"El hecho es que el viaje se ha llevado á efecto, y Nic-Nac, el atrevido Livingstone de los espacios, se encuentra hoy en San Buenaventura, donde el Dr. Uriarte le prodiga todos los cuidados imajinables."

—"Espero que tu entusiasmo por el Sr. Nic-Nac no te llevará á imitarle en su descabellada y fantástica excursion, pues de lo contrario, ya sabes que la casa de orates es bastante extensa, que en ella hay algunas celdas desocupadas, y que el Sr. Uriarte maneja las duchas con extraordinaria maestría."

—"Nunca mi espíritu me ha instigado á verificar tan gloriosa empresa, pero te aseguro que si algun dia...."

—"Tendríamos el disgusto de ponerte en manos de Uriarte, y á las dos horas de tu llegada al templo de la sensatez, el chorro te obligaria, cuando menos, á. vacilar respecto de la probabilidad del viaje...."

Así hablaban en un corrillo, en la noche del 19 de Noviembre de 1875, algunos jóvenes que paseaban por la Plaza de la Victoria.

—"Es una gran calamidad" decía un viejo en otro corrillo algo separado del primero, "si la comuna estalla en Buenos Aires..."

—"¡Quien se acuerda ya de la comuna?" interrumpió otro señor, de blanca barba y anteojos verdes.

—"Pero si recien hace tres dias que se ha descubierto la conspiracion."


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Dominio público
111 págs. / 3 horas, 15 minutos / 261 visitas.

Publicado el 31 de agosto de 2020 por Edu Robsy.

Viaje de Salud

Guy de Maupassant


Cuento


El señor Panard era un hombre prudente que a todo temía en la vida. Tenía miedo a los contratiempos, a los fracasos, a los carruajes, a los ferrocarriles, a todos los probables accidentes, pero por encima de todo temía a las enfermedades.

Había llegado a la conclusión, con una extrema convicción, de que nuestra existencia estaba amenazada sin cesar por todo lo que nos rodea. Pensar en una caminata le hacía temer un esguince, en brazos y piernas rotas; la visión de un cristal le sugería las horrorosas heridas provocadas por los cortes del vidrio; la presencia de un gato, en ojos arrancados. Vivía con una prudencia meticulosa, reflexiva, paciente, completa.

Decía a su esposa, una valiente mujer, que consentía sus manías:

—Paciencia, querida, que poco es necesario para destruir a un hombre. Es horroroso pensar en esto. Uno sale a la calle con buena salud, atraviesa el bulevar; un carruaje llega y te atropella; o bien uno se detiene cinco minutos bajo un portal a conversar con un amigo y no se percata de una pequeña corriente de aire que le resbala por la espalda, provocándole una pleuresía. Esto es suficiente. Le puede ocurrir a cualquiera.

Panard se interesaba en especial por la sección “Sanidad Pública” de los periódicos. Conocía la cifra normal de muertes en tiempos de paz, siguiendo las estaciones, la marcha y los caprichos de las epidemias, sus síntomas, su probable duración, el modo de prevenirlas, de pararlas, de curarlas. Poseía una biblioteca medica con todas las obras relativas a los tratamientos puestos a disposición del público por los medicos divulgadores y prácticos.


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5 págs. / 9 minutos / 72 visitas.

Publicado el 19 de mayo de 2016 por Edu Robsy.

Viaje de Novios

Guy de Maupassant


Cuento


Personajes:

La señora Rivoil, cincuenta años
La señora Bevelin, sesenta años

Un salón. Sobre el velador, un libro abierto: La Canción de los recién casados, por la señora Juliette Lamber.

La señora RIVOIL: Este libro me ha producido un efecto singular. El que acabo de leer es mi poema, el poema del cual he sido la protagonista hace treinta años. Me nota los ojos enrojecidos, querida amiga: es que lloro a lágrima viva desde hace dos horas; lloro por todo ese pasado, tan corto, y terminado, terminado... terminado.

La señora BEVELIN: ¿ Por qué añorar tanto las cosas desaparecidas?

La señora RIVOIL: ¡Oh! Sólo añoro mi viaje de novios. Y esta es la razón por la que este libro, La Canción de los recién casados, me ha conmovido tanto.

Sólo he cumplido en mi vida un sueño, y es ese. Piense, pues. Me voy, sola con él, sea quien sea. Me voy, sola con él, siempre, a todas partes, unida a él, llena de una placentera e inolvidable ternura. En nuestra existencia sólo tenemos una verdadera hora de poesía, esa, una única ilusión, tan completa que el regreso a la realidad se produce meses después, una única embriaguez, tan grande que todo desaparece, todo, excepto Él. Me dirá que a menudo no queremos de verdad. ¿Qué importa? En ese momento, no lo sabemos, creemos amarlo; y es el amor que queremos. Él es el amor, es todas nuestras ilusiones visibles, es todas nuestras expectativas realizadas, es la esperanza alcanzable, es la persona a la que vamos a poder dedicarnos, a la que nos hemos entregado, es el Amigo, nuestro Amo y Señor, lo es todo.

El sueño de todas las mujeres es amar, y tener para nosotras solas, del todo para nosotras, incesantemente a solas, al que adoramos, y que nos adora también, eso creemos. Durante ese primer mes, todo esto se cumple. Pero sólo existe ese mes en nuestra existencia, ¡no hay otro... no hay otro!


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4 págs. / 8 minutos / 61 visitas.

Publicado el 17 de junio de 2016 por Edu Robsy.

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