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editor: Edu Robsy etiqueta: Comedia textos disponibles


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Mujeres y Criados

Lope de Vega Carpio


Teatro, Comedia


1ª Jornada

Personajes

El Conde Próspero
Claridán, camarero
Teodoro, secretario
Riselo, gentilhombre
Martes, lacayo
Lope, lacayo
Emiliano, viejo
Don Pedro, su hijo
Florencio, viejo
Luciana, su hija
Violante, su hermana
Inés, criada

Salen el conde Próspero desnudándose, Claridán, camarero suyo, Riselo y otros criados con una fuente para la golilla.

Conde:

Tomad allá, que os prometo
que me ha cansado el jugar.

Claridán:

Cansa el perder.

Conde:

Y el ganar.

Claridán:

Advertimiento discreto.
Mas dicen que preguntando
a un sabio cómo criarían
a un rey los que le servían,
dijo: jugando y ganando,
porque dicen ques la cosa
que más la sangre refresca.

Conde:

¡Propia sentencia greguesca!
¿Hallástela en verso o prosa?

Claridán:

En el sueño que me ha dado
esperarte hasta las dos.
¡Desnúdate, que por Dios
que te ha el perder desvelado!

Conde:

Qué prisa me das…

Claridán:

¿No es hora
de dormir?

Riselo:

Y aun con hablar
tanto lo es de levantar,
que ya se afeita el aurora.

Conde:

¡Poética traslación!

Claridán:

¡Duerme acaba!

Conde:

Claridán,
los que pierden siempre están
después en conversación,
que haya quien juegue a los trucos.

Claridán:

Un hombre es cosa notoria,
que se hace macho de noria.

Riselo:

Dromedarios, mamelucos,
no sufrirán la tahona
deste juego.

Conde:

El ajedrez
es notable.

Claridán:

Desta vez
la noche se va a chacona.
¡Acuéstate ya, por Dios!

Conde:


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Dominio público
52 págs. / 1 hora, 31 minutos / 409 visitas.

Publicado el 17 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

El Barón

Leandro Fernández de Moratín


Teatro, comedia


Advertencia

En el año de 1787 escribió el autor una zarzuela intitulada El Barón, que se debía representar en casa de la condesa viuda de Benavente, lo cual no llegó a verificarse; pero la obra corrió manuscrita, con más aprecio del que efectivamente merecía.

Una dilatada ausencia del autor dio facilidad a algunos para que apoderándose de ella la trataran como a cosa sin dueño. Alteraron a su voluntad situaciones y versos, añadieron personajes, aumentaron o suprimieron donde les pareció varios trozos cantables, y la desfiguraron de un modo lastimoso. Con estas enmiendas, supresiones y apostillas, la tomó a su cargo D. Josef Lindón, organista de la Capilla Real, y compuso la música según pudo y supo. Entretanto cayó en poder de los que se llaman apasionados: juventud ociosa y alegre, y poco difícil en materias de gusto. Parecioles muy buena (como era de temer), la estudiaron a porfía, la representaron sin música en varias casas particulares y, por último, en el teatro público de Cádiz apareció mutilada y deforme.

Restituido el autor a su patria, vio la mala suerte que había tenido su obra, y una de las mayores dificultades que tuvo que vencer fue la de persuadir a su amigo D. Josef Lidón a que diera por perdido el tiempo que había gastado en componer la música, y a que desistiera del empeño que tenía en que los cómicos se la cantaran. Logrado esto, conoció la necesidad de corregirla, para lo cual suprimió todo lo añadido por mano ajena, y todo lo cantable: dio a la fábula mayor verosimilitud e interés, a los caracteres más energía, y alterando el primer acto, y haciendo de nuevo el segundo, de una zarzuela defectuosa compuso una comedia regular.


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Dominio público
47 págs. / 1 hora, 23 minutos / 837 visitas.

Publicado el 19 de septiembre de 2018 por Edu Robsy.

No Hay Burlas con el Amor

Pedro Calderón de la Barca


Teatro, Comedia


Personas

D. Alonso de Luna.
D. Juan de Mendoza.
D. Luis Osorio.
D. Diego.
Moscatel, gracioso.
D. Pedro Enriquez, viejo.
Doña Beatriz, dama.
Doña Leonor, dama.
Inés, criada.

La accion pasa en Madrid.

Jornada primera

Escena I

Sala en casa de Don Alonso.

DON ALONSO; MOSCATEL, muy triste.

D. Alon:
¡Válgate el diablo! ¿qué tienes,
Que andas todos estos dias
Con mil necias fantasías?
Ni á tiempo á servirme vienes,
Ni á propósito respondes;
Y por errarlo dos veces,
Si no te llamo, pareces,
Y si te llamo, te escondes.
¿Qué es esto? Dílo.

Moscat:
¡Ay de mí!
Suspiros que el alma debe.

D. Alon:
¿Pues un pícaro se atreve
A suspirar hoy así?

Moscat:
Los pícaros ¿no tenemos
Alma?

D. Alon:
Sí, para sentir,
Y con rudeza decir
De su pena los extremos;
Mas no para suspirar;
Que suspirar es accion
Digna de noble pasion.

Moscat:
¿Y quién me puede quitar
La noble pasion á mí?

D. Alon:
¡Qué locuras!

Moscat:
¿Hay, señor
Más noble pasion que amor?

D. Alon:
Pudiera decir que sí;
Mas para ahorrar la cuestion,
Que no, digo.

Moscat:
¿Que no? Luego
Si yo á tener amor llego,
Noble será mi pasion.

D. Alon:
¿Tú amor?

Moscat:
Yo amor.

D. Alon:
Bien podia,
Si aquí tu locura empieza,
Reirme hoy de tu tristeza
Más que ayer de tu alegría.


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Dominio público
50 págs. / 1 hora, 28 minutos / 425 visitas.

Publicado el 20 de enero de 2019 por Edu Robsy.

El Remedio en la Desdicha

Lope de Vega Carpio


Teatro, Comedia


COMEDIA FAMOSA DE LOPE DE VEGA CARPIO

dirigida

A DOÑA MARCELA DEL CARPIO, SU HIJA

Escribió la historia de Jarifa y Abindarráez, Montemayor, autor de la Diana, aficionado a nuestra lengua, con ser tan tierna la suya, y no inferior a los ingenios de aquel siglo; de su prosa, tan celebrada entonces, saqué yo esta comedia en mis tiernos años. Allí pudiérades saber este suceso, que nos calificaron por verdadero las Corónicas de Castilla en las conquistas del reino de Granada; pero si es más obligación acudir a la sangre que al ingenio, favoreced el mío con leerla, supliendo con el vuestro los defectos de aquella edad, pues en la tierna vuestra me parece tan fértil, si no me engaña amor, que pienso que le pidió la naturaleza al cielo para honrar alguna fea, y os le dió por yerro; a lo menos a mis ojos les parece así, que en los que no os han visto pasará por requiebro. Dios os guarde y os haga dichosa, aunque tenéis partes para no serlo, y más si heredáis mi fortuna, hasta que tengáis consuelo, como vos lo sois mío.

Vuestro padre.

PERSONAS

Abindarráez.
Jarifa.
Zoraide.
Alborán.
Narváez.
Nuño.
Alara.
Darín.
Páez.
Bajamed.
Arráez.
Espinosa.
Alvarado.
Cabrera.
Ortuño.
Peralta.
Zara.
Maniloro.
Celindo.
Mendoza.
Ardino.
.Zaro

Representóla Ríos, único representante.


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52 págs. / 1 hora, 32 minutos / 352 visitas.

Publicado el 2 de mayo de 2016 por Edu Robsy.

Un Duelo

Antón Chéjov


Teatro, Comedia


Personajes

Elena Ivanovna Popova, viuda de un terrateniente, joven, bella.
Gregorio Stepanovich Smirnov, un terrateniente, de unos cuarenta años.
Lucas, un criado viejo.

La escena representa un salón en la casa de campo de la señora Popova.

Escena primera

(Elena, de riguroso luto, contempla la fotografía de su marido y suspira. Lucas le habla desde el umbral de la puerta.)

Lucas.—Señora, se está usted matando. No sea exagerada. Ha llegado la primavera, todo el mundo está alegre y se pasea por el campo y por el bosque. Sólo usted permanece encerrada en casa como en un convento. ¡Hace yo no sé el tiempo que no sale usted!

Elena.—¡Y no saldré ya nunca! ¿Para qué? Mi vida se ha acabado. El yace en la tumba, y yo voy a encerrarme entre las cuatro paredes de esta casa. Hemos muerto los dos.

Lucas.—¡No diga usted eso! Si el señor ha muerto, tal ha sido la voluntad de Dios. Harto ha llorado usted; no va a llorar toda la vida. Es usted joven, casi no ha empezado aún a vivir... Es un crimen matarse así. Ha olvidado usted a sus amigos, a sus vecinos; no recibe a nadie... Esta casa parece una cárcel. En la ciudad, desde hace poco, hay un regimiento... Muchos de los oficiales son jóvenes y guapos como querubines... Los oficiales dan bailes... Y usted, mientras tanto, tan joven, tan hermosa... La hermosura es un don del cielo y hay que aprovecharla... Pasarán los años, y cuando quiera usted gustarles a los señores oficiales, será ya demasiado tarde...


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Dominio público
14 págs. / 24 minutos / 583 visitas.

Publicado el 2 de marzo de 2019 por Edu Robsy.

Las Bellas Sabinas

Leónidas Andréiev


Teatro, Comedia, Sátira


Las bellas sabinas

Nota del traductor.—Esta comedia es una sátira escrita contra el partido político ruso de los «cadetes» (constitucionalistas-demócratas), cuya acción se caracteriza por la indecisión, la falta de audacia y la prudencia exagerada, rayana en lo ridículo. En vez de luchar abiertamente por la libertad del pueblo, apelaban al buen sentido del gobierno, invocaban razones jurídicas y humanitarias, se conducían, en fin, como los «sabinos», tan magistralmente pintados por Andreiev en esta piececita.

Cuadro primero

Un lugar salvaje, completamente inculto. Comienza a despuntar el día. Romanos armados salen de detrás de la montaña, arrastrando a las sabinas robadas, bellas mujeres, medio desnudas, que se resisten, gritan, muerden las manos de sus raptores. Sólo hay una que permanece del todo tranquila, y se diría que duerme en los brazos del romano que la lleva. Lanzando exclamaciones de dolor, los romanos dejan en tierra a las sabinas y se apresuran a apartarse, ahogados de fatiga. Las mujeres poco a poco se calman, miran desde lejos con desconfianza a los romanos y cambian en voz baja impresiones.


Conversación de los romanos


—¡Por la cabeza de Hércules! Estoy cubierto de sudor y parezco una rata de río. Creo que la mía lo menos pesa doscientos kilos.

—Has hecho mal en coger a una mujer tan gorda. Yo he cogido una pequeñita, delgada, y...

—Sí; pero, con todo, veo que tiene buenas garras. Llevas en el rostro señales abundantes.

—¡Tiene garras de gata!

—Todas parecen gatas. He tomado parte en cien batallas; he recibido sablazos, bastonazos, pedradas, hasta murallazos, y nunca he pasado un rato tan malo. Sospecho que ha desfigurado mi bella nariz romana.


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Dominio público
29 págs. / 51 minutos / 111 visitas.

Publicado el 8 de noviembre de 2020 por Edu Robsy.

El Vergonzoso en Palacio

Tirso de Molina


Teatro, Comedia


Personas que hablan en ella

El DUQUE de Avero
Don Duarte, CONDE de Estremoz
Dos CAZADORES
FIGUEREDO, criado
TARSO, pastor
MELISA, pastora
DORISTO, alcalde
MIRENO, pastor
LARISO, pastor
DENIO, pasto
RUY Lorenzo, secretario
VASCO, lacayo
Doña JUANA
Doña MAGDALENA
Don ANTONIO
Doña SERAFINA
Un PINTOR
LAURO, viejo pastor
BATO, pastor
Un TAMBOR

Acto primero

(Salen el DUQUE de Avero, viejo, y el CONDE de Estremoz, de caza)

DUQUE:
De industria a esta espesura retirado
vengo de mis monteros, que siguiendo
un jabalí ligero, nos han dado
el lugar que pedís; aunque no entiendo
con qué intención, confuso y alterado.
Cuando en mis bosques festejar pretendo
vuestra venida, conde don Duarte,
¿dejáis la caza por hablarme aparte?

CONDE:
Basta el disimular, sacá el acero
que, ya olvidado, os comparaba a Numa;
que el que desnudo veis, duque de Avero,
os dará la respuesta en breve suma.
De lengua al agraviado caballero
ha de servir la espada, no la pluma
que muda dice a voces vuestra mengua.

(Echan mano)

DUQUE:
Lengua es la espada, pues parece lengua;
y pues con ella estáis, y así os provoca
a dar quejas de mí, puesto que en vano,
refrenando las lenguas de la boca,
hablen solas las lenguas de la mano
si la ocasión que os doy, que será poca
para ese enojo poco cortesano,
a que primero la digáis no os mueve;
pues mi valor ningún agravio os debe.

CONDE:
¡Bueno es que así disimuléis los daños
que contra vos el cielo manifiesta!

DUQUE:
¿Qué daños, conde?


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Dominio público
69 págs. / 2 horas / 476 visitas.

Publicado el 22 de julio de 2018 por Edu Robsy.

Mañanas de Abril y Mayo

Pedro Calderón de la Barca


Teatro, Comedia


Personas

Don Juan.
Don Pedro.
Don Hipólito.
Don Luis.
Arceo, gracioso.
Pernía, escudero vejete.
Doña Clara.
Doña Ana.
Doña Lucía, dueña.
Inés, criada.

La escena pasa en Madrid.

Jornada primera

Sala en casa de Don Pedro.

Escena I

DON JUAN embozado; ARCEO, con una luz en un candelero.

Arceo:
Ya he dicho que no está en casa
Mi señor, y es, caballero
O fantasma, ó lo que sois,
En vano esperarle, puesto
Que no sé á qué hora vendrá
A acostarse.

D. Juan.

Yo no puedo
Irme de aquí sin hablarle.

Arceo:
Pues en el portal, sospecho
Que estareis mucho mejor.

D. Juan.

Mejor estaré aquí dentro.

Arceo:
Muerto de capa y espada,
Que tan pesado y tan necio
Has dado en andar tras mí
Rebozado y encubierto,
Agradécele al Señor
Que te tengo mucho miedo;
Que si no, yo te pusiera
A cuchilladas muy presto
En la calle.

D. Juan.

No lo dudo;
Mas no os turbeis: de paz vengo.
De Don Pedro soy amigo,
Sosegaos...

Arceo:
¡Lindo sosiego!

D. Juan.

Y sentaos aquí.

Arceo:
Yo estoy
En mi casa, y si yo quiero
Me sentaré.

D. Juan.

Pues estad
Como quisiéredes.

Arceo:
Cierto
Que sois fantasma apacible
Y que teneis mil respetos
Del Convidado de piedra.

D. Juan.

Decidme, ¿qué hace Don Pedro
Fuera de casa á estas horas?
¿Diviértele amor ó juego?

Arceo:
Juego ó amor le divierte.

D. Juan.


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Dominio público
51 págs. / 1 hora, 29 minutos / 196 visitas.

Publicado el 20 de enero de 2019 por Edu Robsy.

La Andriana

Terencio


Teatro, comedia


Acto I

Escena I

SIMÓN, SOSIA, esclavos cargados de provisiones.

SIMÓN.— Llevad vosotros esas viandas allá dentro, caminad. Tú, Sosia, llégate acá; que te quiero decir dos palabras.

SOSIA.— Dalas por dichas: que se aderece bien todo esto.

SIMÓN.— Muy diferente cosa es.

SOSIA.— ¿En qué más puedo yo serte útil con mi arte?

SIMÓN.— No hay necesidad de ese arte para lo que yo pretendo, sino de aquellas virtudes que yo en ti siempre he conocido, que son fidelidad y silencio.

SOSIA.— Suspenso estoy aguardando qué me quieres.

SIMÓN.— Ya sabes cómo después que te compré has tenido en mi casa desde pequeño una moderada y benigna servidumbre. Hícete de esclavo mi liberto, porque me servías hidalgamente: te di la mayor recompensa que pude.

FOBIA.— No lo he olvidado yo.

SIMÓN.— Ni yo tampoco estoy de ello arrepentido.

SOSIA.— Huélgome, Simón, de haber hecho o hacer en tu servicio algo que te agrade: y en haberte dado gusto recibo gran merced. Pero ese recuerdo me da pena; porque traerlo a mi memoria, es como reprenderme de olvidado de las mercedes recibidas. Di, pues, en pocas palabras, qué me quieres.

SIMÓN.— Así lo haré. En primer lugar, te advierto que estas que tú crees verdaderas bodas no son tales bodas.

SOSIA.— ¿Por qué, pues, las finges?

SIMÓN.— Yo te lo contaré todo desde su principio, y así conocerás la vida de mi hijo y mi intento, y también qué es lo que yo quiero en este caso que tú hagas. Porque después que mi hijo salió de la niñez, amigo Sosia, tuvo ocasión para vivir más libremente; que basta entonces ¿quién pudiera saber ni entender su condición, mientras la edad, el miedo y el maestro lo estorbaban?

SOSIA.— Así es.


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Dominio público
42 págs. / 1 hora, 15 minutos / 147 visitas.

Publicado el 13 de octubre de 2020 por Edu Robsy.

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