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editor: Edu Robsy etiqueta: Comedia


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Asinaria

Plauto


Teatro, comedia


Personajes

LÍBANO, esclavo.
DEMÉNETO, viejo.
ARGIRIPO, joven, hijo de Deméneto.
CLEÉRETA, alcahueta.
LEÓNIDAS, esclavo.
MERCADER.
FILENIO, cortesana.
DIÁBOLO, joven.
GORRÓN.
ARTEMONA, matrona, mujer de Deméneto.

La acción transcurre en Atenas

Argumento

Un viejo que vive bajo la férula de su mujer, quiere ayudar económicamente a su hijo, que está enamorado, y da orden de que se le entregue al esclavo Leónidas el precio de unos asnos que debía recibir Sáurea. El hijo entrega el dinero a su amiga y se la cede por una noche al padre. Un rival, desesperado de ver que le han quitado a la mucha-cha, se lo hace saber todo por medio de un parásito a la mujer del viejo, que se presenta y se lleva al marido del burdel.

Prólogo

Distinguido público, un poco de atención, si sois tan amables y que todos salgamos con bien, vosotros, yo y nuestra compañía y sus directores y organizadores. ¡A ver, tú, pregonero, haz que el público sea todo oídos! (Después que ha mandado callar al público). Venga, ahora siéntate; pero no vayas a dejar de pedir tu salario por eso, ¿eh? Ahora os diré el motivo por el que he salido aquí a escena y qué es lo que pretendo: se trata simplemente de deciros el título de la comedia, porque por lo que toca al argumento, bien breve que es. Ahora os voy a decir lo que dije que quería deciros: esta comedia se llama en griego El arriero y su autor es Demófilo; Maco la ha traducido al latín y, con vuestro permiso, la quiere titular Asinaria; la pieza tiene gracia y chiste, es una comedia de risa. Ahora tened la amabilidad de prestarnos vuestra atención, y que el dios Marte os siga protegiendo como ya lo ha hecho en otras ocasiones.

Acto I

Escena I

Líbano, Deméneto


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Protegido por copyright
43 págs. / 1 hora, 15 minutos / 334 visitas.

Publicado el 14 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

La Andriana

Terencio


Teatro, comedia


Acto I

Escena I

SIMÓN, SOSIA, esclavos cargados de provisiones.

SIMÓN.— Llevad vosotros esas viandas allá dentro, caminad. Tú, Sosia, llégate acá; que te quiero decir dos palabras.

SOSIA.— Dalas por dichas: que se aderece bien todo esto.

SIMÓN.— Muy diferente cosa es.

SOSIA.— ¿En qué más puedo yo serte útil con mi arte?

SIMÓN.— No hay necesidad de ese arte para lo que yo pretendo, sino de aquellas virtudes que yo en ti siempre he conocido, que son fidelidad y silencio.

SOSIA.— Suspenso estoy aguardando qué me quieres.

SIMÓN.— Ya sabes cómo después que te compré has tenido en mi casa desde pequeño una moderada y benigna servidumbre. Hícete de esclavo mi liberto, porque me servías hidalgamente: te di la mayor recompensa que pude.

FOBIA.— No lo he olvidado yo.

SIMÓN.— Ni yo tampoco estoy de ello arrepentido.

SOSIA.— Huélgome, Simón, de haber hecho o hacer en tu servicio algo que te agrade: y en haberte dado gusto recibo gran merced. Pero ese recuerdo me da pena; porque traerlo a mi memoria, es como reprenderme de olvidado de las mercedes recibidas. Di, pues, en pocas palabras, qué me quieres.

SIMÓN.— Así lo haré. En primer lugar, te advierto que estas que tú crees verdaderas bodas no son tales bodas.

SOSIA.— ¿Por qué, pues, las finges?

SIMÓN.— Yo te lo contaré todo desde su principio, y así conocerás la vida de mi hijo y mi intento, y también qué es lo que yo quiero en este caso que tú hagas. Porque después que mi hijo salió de la niñez, amigo Sosia, tuvo ocasión para vivir más libremente; que basta entonces ¿quién pudiera saber ni entender su condición, mientras la edad, el miedo y el maestro lo estorbaban?

SOSIA.— Así es.


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Dominio público
42 págs. / 1 hora, 15 minutos / 136 visitas.

Publicado el 13 de octubre de 2020 por Edu Robsy.

Las Ranas

Aristófanes


Teatro, comedia


Noticia preliminar

Baco, en cuyo honor se celebraban los certámenes trágicos y cómicos por haber tenido origen en sus fiestas, cansado de las malísimas tragedias que se representaban después de la muerte de Sófocles y Eurípides, se decide a descender al infierno en busca de un buen poeta. Para conseguir su objeto, y recordando que Hércules había ya realizado empresa tan peligrosa, llama al templo de este héroe, y después de adquirir las noticias necesarias para el viaje, parte acompañado de su esclavo Jantias y disfrazado con la piel de león y la clava de Alcides.

Al llegar a la laguna Estigia, Caronte le admite en su barca, y durante el trayecto óyese el canto de las ranas, que graznan a su sabor, insultando con su estrepitosa alegría las molestias que el dios experimenta. Este episodio completamente desligado de la comedia es, sin embargo, el que le da título.

Después de varias peripecias que ponen de manifiesto la cobardía de Baco, y de sufrir este los insultos y malos tratamientos de dos taberneras y Éaco, que le confunden con Hércules, penetra en el palacio de Plutón, precisamente cuando todo el infierno se halla conmovido por una terrible disputa entre Esquilo y Eurípides, a causa de pretender este ocupar el trono de la tragedia. Baco es elegido juez, y ambos rivales, en una larga escena interesantísima bajo el punto de vista de crítica literaria, se echan en cara todos los vicios y defectos de sus obras. Cansado Esquilo de las sutilezas y argucias de su adversario, propone la prueba decisiva de pesar los versos de uno y otro en una balanza, y consigue un triunfo completo. En vista de lo cual, Baco se lo lleva a la tierra, desentendiéndose del compromiso contraído con Eurípides; y Esquilo, al partir, entrega el cetro trágico a Sófocles, que ha presenciado la discusión con un silencio lleno de modestia.


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Dominio público
42 págs. / 1 hora, 13 minutos / 194 visitas.

Publicado el 18 de abril de 2023 por Edu Robsy.

Los Caballeros

Aristófanes


Teatro, Comedia


Personajes

PRIMER SERVIDOR, personificando a Demóstenes.
SEGUNDO SERVIDOR, personificando a Nicias.
UN CHORICERO, llamado Agorácrito.
EL PAFLAGONIO, personificando a Cleón.
DEMOS, personificando al Pueblo Ateniense.
Los CABALLEROS, que componen el Coro.

Los Caballeros

(La escena representa un rincón del Mercado, junto a la casa de Demos).

PRIMER SERVIDOR:
(Llevando la máscara del general Demóstenes) ¡Qué calamidad ¡Qué los dioses confundan a ese Paflagonio y a sus malditos consejos! Desde que, en mala hora, se introdujo en esta casa, no cesa de apalear a los criados.

SEGUNDO SERVIDOR:
(Llevando la máscara del general Nicias). Asi perezca él y toda la ralea de ese puerco calumniador.

PRIMER SERVIDOR:
¿Cómo te va, pobre amigo mío?

SEGUNDO SERVIDOR:
Mal, lo mismo que a ti.

PRIMER SERVIDOR:
Pues ven acá: mezclemos nuestros gemidos, imitando los gemebundos cantos de Olimpo.

LOS DOS SERVIDORES:
Mumu, mumu, mumu, mumu...

PRIMER SERVIDOR:
¿De qué sirve gemir? ¿No sería mejor buscar otro medio de aliviar nuestra suerte, y dejarnos de llantos?

SEGUNDO SERVIDOR:
¿Pero qué medio?

PRIMER SERVIDOR:
Dilo tú.

SEGUNDO SERVIDOR:
No; habla tú; es un honor que te corresponde.

PRIMER SERVIDOR:
No; por Apolo, has de ser tú el que propongas. No vaciles. Después te diré lo que pienso.

SEGUNDO SERVIDOR:
No me atrevo. ¿Cómo lo haría para decirlo con la sutileza de Eurípides? "Ojalá me dijeses lo que debo decirte".

PRIMER SERVIDOR:
¡Quita, quita, no me llenes de verdolagas. Más vale que inventes un canto de libertad.


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Dominio público
41 págs. / 1 hora, 12 minutos / 433 visitas.

Publicado el 27 de junio de 2018 por Edu Robsy.

La Mandrágora

Nicolás Maquiavelo


Teatro, Comedia


PERSONAJES

CALLIMACO
SIRO
MICER NICIAS
LIGURIO
SOSTRATA
FRAY TIMOTEO
UNA MUJER
LUCRECIA

CANCIÓN

Para que la canten antes de la representación, Musas y Ninfas

Porque la vida es breve, y muchas son las penas que viviendo y luchando todos soportamos, tras nuestros anhelos vamos pasando y consumiendo los años; y aquel que al placer renuncia para vivir con angustias y afanes no conoce del mundo los engaños. O de qué males y de qué extraños casos son casi todos los mortales oprimidos.

Para huir de este tedio hemos elegido apartada vida y siempre en fiesta y júbilo, donosos jóvenes y alegres Ninfas, estamos reunidos. Ahora, aquí hemos venido con nuestra armonía sólo para honrar esta tan alegre fiesta y dulce compañía.

Además, aquí nos ha traído el nombre de aquél que os gobierna, en quien se ven reunidos todos los dones de la imagen eterna. Por tal gracia suprema, por tal feliz estado, podéis estar alegres, gozar y dar las gracias a quien os lo ha concedido.

PRÓLOGO

Dios os salve, benignos oyentes, si como parece tal benignidad depende del complaceros. Si continuáis permaneciendo silenciosos os haremos partícipes de un nuevo caso acaecido en esta ciudad.


Información texto

Protegido por copyright
40 págs. / 1 hora, 11 minutos / 605 visitas.

Publicado el 21 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

El Antecristo

Lope de Vega Carpio


Teatro, Comedia


Personas

TITÁN
LUNA, dama
BAULÍN, labrador tosco
EL PRÍNCIPE DE BABILONIA
UN NIÑO O ÁNGEL
EL PERSA
EL ALEMÁN
EL ROMANO
EL ETÍOPE
RUFINO
LIDORO
ELÍAS
ENOC
RISELO
FABIO
EL FRANCÉS
EL ESPAÑOL

Jornada primera

Sale TITÁN solo, vestido de pieles, haciendo admiración.

TITÁN:

¿En qué interno lugar, en qué caverna
del centro obscuro he yo vivido oculto,
que ignoro el ser que me acompaña y rige?
¡Cielos! ¿Quién soy? ¿quién me gobierna y manda?
¿En qué regiones del abismo inmenso
he tenido lugar, o de qué suerte
he sido alimentado ¡oh etéreo solio!
que en cumbres; de zafir tienes asiento?
Declárame la duda de mi vida
para que deste laberinto salga:
yo conozco las causas más ocultas;
infiero el movimiento de los cielos,
los astros, los planetas; y en la tierra
hago parar los aires, y del fuego
mudar el natural; los elementos
admiran el principio de mi aliento;
el planeta mayor, que las celestes
cumbres esmalta con doradas lumbres,
hago que se suspenda en su carrera,
y en la primera esfera haré a la luna
su natural mudanza se detenga.
Yo, que tengo noticia de las ciencias,
con tantas experiencias lo sé todo.
mas no he sabido el modo cómo pueda
saber quién soy: excede mi tormento
el fabuloso cuento del que al cielo
lleva el peñasco loco en su desvelo:
que pues es la verdad lo que en mí veo,
en vano es mi deseo; que sin duda
yo soy el mismo Dios, pues una causa
reconocen las causas más remotas,
y esta causa he de ser, pues no hay alguna
que se iguale al valer de mi fortuna.
¡Oh mar, oh fuego, oh aire, oh madre tierra!
Si no soy su hacedor, ¿por qué me niega
que ignore el ser que su ser me ha dado,
porque pueda salir deste cuidado?


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Dominio público
38 págs. / 1 hora, 7 minutos / 315 visitas.

Publicado el 17 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

La Paz

Aristófanes


Teatro, Comedia


Personajes

PRIMER SERVIDOR.
SEGUNDO SERVIDOR.
TRIGEO, viñador.
LAS HIJAS DE TRIGEO.
HERMES.
POLEMO, personificación de la Guerra.
EL TUMULTO, servidor de Polemo.
LA PAZ.
OPORA Y TEORÍA, personajes mudos, la primera diosa de las cosechas y la otra diosa de las fiestas.
HIEROLES, adivino.
UN ARMERO.
NIÑO PRIMERO.
NIÑO SEGUNDO.
VARIOS PERSONAJES MUDOS.
LAS CIUDADES GRIEGAS, que componen el Coro.

La paz

(La acción transcurre, parte en el Olimpo y parte en Atenas.)

PRIMER SERVIDOR.—Tráeme pronto una bolita para el escarabajo.

SEGUNDO SERVIDOR.—Toma, dásela a esa cochina bestia. ¡Ojalá no coma jamás otra mejor!

PRIMER SERVIDOR.—Otra hecha con boñiga de asno.

SEGUNDO SERVIDOR.—Ahí la tienes también. Pero ¿dónde está la que trajiste hace un momento? ¿Se la ha comido ya?

PRIMER SERVIDOR.—¡Pues ya lo creo! Me la arrebató de las manos, le dio una vueltecilla entre las patas y se la tragó enterita. Hazle, hazle otras más grandes y espesas.

SEGUNDO SERVIDOR.—¡Oh, limpia-letrinas, socorredme en nombre de los dioses, si no queréis que me asfixie!

PRIMER SERVIDOR.—Otra, otra, confeccionada con excrementos de joven invertido; ya sabes que le gusta la masa muy molida.

SEGUNDO SERVIDOR.—Creo, señores, que hay algo de que nadie podrá acusarme: de que me coma la pasta al amasarla.

PRIMER SERVIDOR.—¡Puf!, venga otra, otra y otra, bolita; no ceses de amasar.

SEGUNDO SERVIDOR.—No, por Apolo; ¡se acabó! No puedo resistir ya el olor de este lebrillo.

PRIMER SERVIDOR.—Entonces, voy a llevármelo yo mismo de aquí.


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Dominio público
37 págs. / 1 hora, 6 minutos / 570 visitas.

Publicado el 30 de mayo de 2018 por Edu Robsy.

Los Acarnienses

Aristófanes


Teatro, comedia


Personajes

DICEÓPOLIS, ciudadano de Atenas.
UN UJIER.
ANFITEO, semidiós.
UN EMBAJADOR.
PSEUDOTARBAS, enviado del Gran Rey.
TEORO, diputado en la Corte del Rey de Tracia.
LA HIJA de Diceópolis.
EL ESCLAVO de Eurípides.
EURÍPIDES.
LÁMACO, general.
UN MEGARENSE.
Dos MUCHACHAS, hijas del megarense.
UN SICOFANTE (o delator).
UN TEBANO.
NICARCOS.
UN ESCLAVO de Lámaco.
UN LABRADOR.
UN PARANINFO.
DOS MENSAJEROS.
PERSONAJES MUDOS.
Los CARBONEROS ACARNIENSES, que forman el Coro.

Acto Único

Plaza pública de Atenas.

DICEÓPOLIS.—¡Cuántas veces me he requemado la sangre! Raras, rarísimas han sido, en cambio, mis alegrías; no más de cuatro. Mis amarguras fueron innumerables, como las arenas de las playas. Porque, en verdad, ¿que placer ex­perimente que fuese lo que se llama un regocijo? ¡Ah, si! Ahora recuerdo una cosa que me llenó el alma de júbilo. Fue en el teatro, cuando Cleón no tuvo más remedio que vomitar sus cinco talentos. ¡Qué gusto! Adoro a los Caballeros por tan bonita operación.


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Dominio público
36 págs. / 1 hora, 4 minutos / 615 visitas.

Publicado el 5 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

Aulularia

Plauto


Teatro, comedia


Personajes

LAR FAMILIAR, prólogo.
EUCLIÓN, viejo.
ESTÁFILA, vieja esclava.
EUNOMIA, matrona, hermana de Megadoro, madre de Licónides.
MEGADORO, viejo.
ESTRÓBILO, esclavo.
CONGRIÓN, cocinero.
ÁNTRAX, cocinero.
PITÓDICO, esclavo.
LICÓNIDES, joven.
ESCLAVO DE LICÓNIDES.
FEDRIA, joven, hija de Euclión.
FLAUTISTAS.

La acción transcurre en Atenas

Argumento

Argumento I

Un viejo avaro, Euclión, que no se fía ni de sí mismo, encuentra enterrada en su casa una olla con un tesoro, y después de volverla a enterrar otra vez bien hondo, pierde la cabeza a fuerza de miedo y no se dedica más que a vigilarla. Su hija había sido violada por Licónides, pero el viejo Megadoro, inducido por su hermana a que se case, se la pide al avaro en matrimonio. El viejo, que es un hombre muy huraño, se la concede a duras penas y, temiendo por su olla, la saca de casa y la esconde en diversos lugares. Un esclavo del Licónides que había violado a la muchacha, le tiende una emboscada. Licónides suplica a su tío Megadoro que le ceda como esposa a su amada. Euclión es engañado y pierde la olla, pero después de que contra toda esperanza la vuelve a encontrar, lleno de satisfacción, casa a su hija con Licónides.

Argumento II

Euclión encuentra una olla llena de oro y la guarda conun empeño sin igual y sin poder encontrar reposo. Lcónides viola a su hija. Megadoro quiere casarse con ella sin dote, y para que Euclión consienta con más gusto, le manda unos cocineros con provisiones para una cena. Euclión teme por el oro y lo esconde fuera de casa. Un esclavo de Licónides le observa y se lo roba, pero Licónides se lo devuelve a Euclión, que le entrega el oro, una esposa y su hijo.

Prólogo

El Dios Lar


Información texto

Protegido por copyright
36 págs. / 1 hora, 3 minutos / 521 visitas.

Publicado el 14 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

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