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editor: Edu Robsy etiqueta: Crónica


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La Conquista de Mallorca

Ramón Llull


Crónica, historia


Si hoy canto con placer la grande empresa; si hoy hallo ocasion para cantar al rey Don Jaime el Conquistador, al varon portentoso que siendo terror y escarmiento de los moros, dejó atrás las gloriosas hazañas de Wifredo el Velloso;

Es porque con la toma de Mallorca fué encontrada una maravilla; maravilla que la sabiduría inmensa de Dios y su omnipotente poder, permitió que se descubriese al conquistarse una isla de plata.

Unidad, que te sientas en el lugar mas elevado; para que mi canto sea digno ¿por qué no reunes en mí la ira tremenda, y el esforzado brazo de Abu-Soleyman, y haré que mi pensamiento se dilate del uno al otro confin del mundo?

Pluguiese á Dios que me fuese dado hablar en estilo digno del estruendo de las armas y de la sangre que se vierte en los combates; y que estendiéndome en hondas consideraciones, os pudiese ofrecer una obra que rivalizara con la de los Fastos con que Ovidio dotó al orbe.

Mas ya que no son para mi éstro las mas grandes conquistas del mundo, dignas tan solo del númen de Horacio ó de Bertran de Born y tantos otros poetas insignes; recuerdo en mi canto los hechos siguientes.


I


Inflamado por el deseo de la conquista, sale el rey Don Jaime á la mar con su armada compuesta de numerosas naves: acompáñanle sus barones, donceles y prelados, los mejores guerreros de su tiempo, los cuales secundan con ardor el bienaventurado deseo de su monarca.


II


Flotaba la armada de mil galeras, formando sobre las ondas un puente de madera, cuando aquel que tiene en el cielo su esplendente trono, lanzó sobre nuestras riberas y nuestros mares todos los horrores de los vientos desencadenados, del rayo y de la tempestad.


III


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Dominio público
7 págs. / 13 minutos / 284 visitas.

Publicado el 4 de mayo de 2020 por Edu Robsy.

Alma Vasca

José María Salaverría


Crónica, viajes


I. La inmensidad verde

¡Bello rincón del Cantábrico, dulce y fuerte Vasconia! Eres toda verdor y jugosidad, y tienes la profunda seducción que el marino de raza conoce: nostalgia y encanto de pleno mar.

Cuando en la descampada cima del monte, sentado bajo el cielo luminoso, veo tenderse a mis pies la muchedumbre de colinas, cañadas y vallecicos, no puedo decir propiamente que mi impresión sea entonces intelectual, porque apenas toman parte las ideas en mi arrobo; es, mejor, una sensación de delicia casi exclusivamente sensual. ¡El alma se asoma entera a los ojos, y todo el paisaje se ha acumulado en la absorta fijeza de los ojos!

Los ojos, poseyendo una especie de facultad divina, reflejan y absorben el verdor del paisaje, y todo el sér queda convertido en una blanda cosa tierna, amable, verde. Todo es verdura allá abajo. Y la misma altitud desde donde contemplo el panorama facilita a los ojos la posibilidad de admirar las cosas como en un plano de relieve, como en un cuadro de Navidad, como en una demostración idílica.

Lo idílico es lo particular de la naturaleza cantábrica, desde Galicia al Pirineo. En vano las sierras abruptas y los cerros boscosos ensayan con frecuencia sus rasgos terribles y masculinos; siempre resalta y vence el idilio, en su acepción infantil y femenina.

A mis pies, a tiro de piedra, debajo del monte desierto y erial, veo el lomo suave de un collado, con una casa blanca en el centro. Ninguno de los elementos clásicos que componen un cuadro de égloga falta allí; el prado de terciopelo, el manzanal simétrico, el bosquecillo de castaños, la huerta, el arroyo en la hendidura de la cañada, y, finalmente, el hilo de manso humo que brota del tejado rojizo, como una definitiva expresión de paz bucólica.


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Dominio público
78 págs. / 2 horas, 17 minutos / 164 visitas.

Publicado el 28 de abril de 2020 por Edu Robsy.

La Cabaña de Landor

Edgar Allan Poe


Crónica


Durante una excursión a pie, que realicé el pasado verano a través de uno o dos de los condados ribereños de Nueva York, me encontré, al caer el día, un tanto desorientado acerca del camino que debía seguir. La tierra se ondulaba de un modo considerable y durante la última hora mi senda había dado vueltas y más vueltas de aquí para allá, tan confusamente en su esfuerzo por mantenerse dentro de los valles, que no tardé mucho en ignorar en qué dirección quedaba la bonita aldea de B..., donde había decidido pernoctar. El sol casi no había brillado durante el día — en el más estricto sentido de la palabra —, a pesar de lo cual había estado desagradablemente caluroso. Una niebla humeante, parecida a la del verano indio, envolvía todas las cosas y, desde luego, contribuía a mi incertidumbre. No es que me preocupara mucho por eso. Si. no llegaba a la aldea antes de la puesta del sol o aun antes de que oscureciese, sería más que posible que surgiera por allí una pequeña granja holandesa o algo por el estilo, aunque, de hecho, los alrededores estaban escasamente habitados, debido, quizá, a ser estos parajes más pintorescos que fértiles. De todos modos, con mi mochila por almohada y mi perro de centinela, vivaquear al aire libre era en realidad algo que debería divertirme. Seguí, por tanto, caminando a mis anchas, haciéndose Ponto cargo de mi escopeta, hasta que, finalmente, en el momento que yo había empezado a considerar si los pequeños senderos que se abrían aquí y allí eran auténticos senderos, uno de ellos, que parecía el más prometedor, me condujo a un verdadero camino de carros. No podía haber equivocación.


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Dominio público
15 págs. / 27 minutos / 581 visitas.

Publicado el 21 de mayo de 2016 por Edu Robsy.

Historia de la Compañía de Jesús en Nueva España

Francisco Javier Alegre


Historia, Crónica


Prólogo del autor

La historia de la Compañía de Jesús en Nueva-España, que en fuerza de orden superior emprendemos escribir, comprende [… ] el espacio de doscientos años desde la venida de los primeros padres a la Florida, hasta el día de hoy, en que con tanta gloria trabaja en toda la extensión de la América Septentrional. No ignoramos que entre los muchos que han emprendido esta historia, y de cuyas plumas se conservan no pequeños retazos en los archivos de la provincia, pocos son los que han seguido esta cronología, partiendo los más como de primera época de la venida del padre Pedro Sánchez, año de 1572. Es preciso confesar que este cómputo, aunque defrauda a nuestra provincia de no pocas coronas, parece sin embargo más incontestable, y más sencillo. Ni los primeros, ni los segundos misioneros de la Florida, fueron enviados en cualidad de fundadores de Nueva-España, ni este fue por entonces el designio de Pablo II ni el de don Pedro Meléndez, a cuyas instancias pasaron a esta parte de la América los primeros jesuitas. Y aun en la segunda es constante que San Francisco de Borja intentó fundar en la Florida, viceprovincia sujeta a la provincia del Perú, cuyo provincial, padre Gerónimo Portillo, fue el que desde Sevilla envió a los padres Juan Bautista de Segura, y sus felices compañeros.


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242 págs. / 7 horas, 4 minutos / 140 visitas.

Publicado el 28 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

La Florida del Inca

Inca Garcilaso de la Vega


Historia, Crónica


HISTORIA DEL ADELANTADO HERNANDO DE SOTO, GOBERNADOR Y CAPITÁN GENERAL DEL REINO DE LA FLORIDA, Y DE OTROS HEROICOS CABALLEROS ESPAÑOLES E INDIOS, ESCRITA POR EL INCA GARCILASO DE LA VEGA, CAPITÁN DE SU MAJESTAD, NATURAL DE LA GRAN CIUDAD DEL COZCO, CABEZA DE LOS REINOS Y PROVINCIAS DEL PERÚ

AL EXCELENTÍSIMO SEÑOR DON TEODOSIO DE PORTUGAL, DUQUE DE BRAGANZA Y DE BARCELOS, ETC.


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632 págs. / 18 horas, 26 minutos / 1.674 visitas.

Publicado el 16 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

Combate Entre Jeffries y Johnson

Jack London


Crónica, Crónica deportiva


El New York Herald mandó a London a Reno para cubrir el combate y escribir una crónica al día durante los diez días que le precedieron.

RENO (NEVADA), 23 DE JUNIO. Reno siempre ha sido una ciudad viva, pero en estos momentos está cobrando una creciente efervescencia, mayor de la que nunca haya conocido. Todos los trenes, ya vengan del Este o del Oeste, traen a aficionados, a seguidores de los combates o a los inevitables corresponsales. Es sorprendente. O quizás no, por otra parte. Debe de quedar mucho de sanguinario en la raza anglófona para manifestar tan tremendo interés por este deporte de deportes que ella misma creó y desarrolló hasta adaptarlo hoy a las reglas del marqués de Queensberry, que representan la cristalización de muchas generaciones.

Todo el mundo está llegando a Reno. Uno vuelve a encontrarse aquí, en la metrópolis de Nevada, a todos los hombres que ha conocido en cualquier lugar de la tierra. Están todos aquí: desde los héroes de los viejos tiempos hasta los últimos novatos, desde los aficionados encanecidos y avejentados que recuerdan hechos anteriores a los dolorosos 39 asaltos entre Sullivan y Mitchell en Chantilly (Francia) hasta los jovencitos que se chupaban el dedo cuando Corbett y Fitzsimmons disputaron aquel combate histórico en Carson (Nevada).


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42 págs. / 1 hora, 15 minutos / 58 visitas.

Publicado el 5 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

La Gente del Abismo

Jack London


Crónica, Periodismo, Investigación


PREFACIO

Lo que relato en este volumen me sucedió en el verano de 1902. Descendí al submundo londinense con una actitud mental semejante a la de un explorador. Estaba predispuesto a dejarme convencer por mis propios ojos más que por las enseñanzas de aquellos que nada habían visto, o por las palabras de los que fueron y vieron antes que yo. Es más, adopté un criterio sencillo para medir la vida de aquel submundo. Aquello que estuviera por la vida, por la salud física y espiritual, era bueno; lo que estuviese en contra, hiriera, disminuyera o pervirtiera la vida, era malo.

El lector comprenderá enseguida que mucho de lo que vi era malo. Sin embargo, no debe olvidarse que la época sobre la que escribo era considerada en Inglaterra como de «buenos tiempos». El hambre y la falta de techo que encontré constituían una situación de miseria crónica que no se superaba ni siquiera en los períodos de mayor prosperidad.

Un duro invierno siguió a aquel verano. Los parados, en gran número, organizaban manifestaciones, a veces hasta doce al mismo tiempo, y marchaban por las calles de Londres pidiendo pan. Mr. Justin McCarthy, en su artículo en The Independent de Nueva York, en enero de 1903, resume la situación así:

«Los albergues ya no disponen de espacio donde amontonar a las multitudes hambrientas que durante el día y la noche llaman a sus puertas pidiendo alimento y cobijo. Todas las instituciones caritativas han agotado su capacidad de conseguir alimentos para los hambrientos que llegan desde los sótanos y buhardillas, de las callejuelas y callejones de Londres. Los locales del Ejército de Salvación en varios lugares de Londres se ven asediados todas las noches por hordas de parados hambrientos a los que no se puede proporcionar sustento ni albergue.»


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195 págs. / 5 horas, 41 minutos / 239 visitas.

Publicado el 5 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

Bajo el Sol

Guy de Maupassant


Viajes, Crónica


A Pol Arnault

La vida tan breve, tan larga, a veces resulta insoportable. Transcurre monótona, con la muerte al final. No es posible detenerla, ni cambiarla, ni comprenderla. Y a menudo nos subleva la indignación ante la impotencia de nuestros esfuerzos. Hagamos lo que hagamos morimos. Creamos lo que creamos, pensemos lo que pensemos, intentemos lo que intentemos, morimos. Y nos parece que vamos a morir mañana sin conocer nada aún, aunque asqueados de todo lo que ya conocemos. Entonces nos sentimos abrumados por el sentimiento de la «eterna miseria de todo», de la impotencia humana y de la monotonía de las acciones.

Nos despertamos, andamos, nos acodamos en nuestras ventanas. Enfrente unos almuerzan, como almorzaron ayer, como almorzarán mañana: el padre, la madre, cuatro niños. Hace tres años la abuela aún vivía con ellos. Ya no está. El padre ha cambiado mucho desde que somos vecinos. No se da cuenta; parece contento; parece feliz. ¡Qué imbécil!

Hablan de un matrimonio, después de un fallecimiento, después de lo tierno que está su pollo, después de que su criada no es honesta. Les inquietan mil cosas inútiles y tontas. ¡Qué imbéciles!

Ver su apartamento, en el que viven desde hace dieciocho años, me asquea y me indigna. ¡Eso es la vida! Cuatro paredes, dos puertas, una ventana, una cama, sillas, una mesa, eso es todo. ¡Una cárcel, una cárcel! Cualquier lugar donde habitamos mucho tiempo se convierte en una cárcel. ¡Oh, huir, partir! Huir de los lugares conocidos, de los hombres, de los mismos movimientos a las mismas horas y, sobre todo, de los mismos pensamientos.


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131 págs. / 3 horas, 50 minutos / 175 visitas.

Publicado el 18 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

Estudios del Natural

Arthur Conan Doyle


Crónica


El holocausto de Manor Place

Cuando uno estudia la psicología criminal, llega forzosamente a la conclusión de que la más peligrosa de todas las mentalidades es la del hombre desmesuradamente egoísta. Es este un hombre que ha perdido su sentido de la proporción. Su propia voluntad y su propio interés han borrado en él toda conciencia de sus obligaciones hacia la comunidad. El carácter impulsivo, los celos, la sed de venganza, engendran el crimen; pero el egoísmo llevado hasta la locura es el más peligroso y también el más odioso de sus progenitores. Sir Willoughby Patterne, el eterno prototipo de todos los egoístas, puede ser un personaje divertido e inofensivo a condición de que todo le vaya bien; pero basta con que le sea negado algo de lo que desea, para que de ello se deriven las más monstruosas consecuencias.

Huxley ha dicho que en esta vida, uno está perpetuamente jugando una partida con un adversario invisible, que sólo deja sentir su presencia cuando uno comete una falta: entonces, le impone un castigo. El jugador que comete la falta de ser egoísta puede tener que pagar un precio terrible por ello. Pero hay algo inexplicable en las reglas de ese juego y es que algunos, que son sólo espectadores de la partida, pueden verse obligados a ayudarle a pagar. Lean la historia de William Godfrey Youngman, y vean lo difícil que es entender las reglas que rigen dichos castigos. Aprendan también que el egoísmo no es un pecadillo inofensivo, sino una malvada raíz capaz de producir los más monstruosos frutos.


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43 págs. / 1 hora, 16 minutos / 68 visitas.

Publicado el 18 de enero de 2018 por Edu Robsy.

El tren especial desaparecido

Arthur Conan Doyle


Crónica


La confesión hecha por Herbert de Lernac, que se halla en la actualidad penado con sentencia de muerte en Marsella, ha venido a arrojar luz sobre uno de los crímenes más inexplicables del siglo, sobre un suceso que, según creo, no tiene precedente alguno en los anales del crimen de ningún país. Aunque en los medios oficiales se muestran reacios a tratar del asunto, por lo que los informes entregados a la prensa son muy pocos, existen, no obstante, indicaciones de que la confesión de este archicriminal está corroborada por los hechos y de que hemos encontrado, al fin, la solución del más asombroso de los asuntos. Como el suceso ocurrió hace ya ocho años y una crisis política que en aquellos momentos tenía absorta la atención del público vino, hasta cierto punto, a quitarle importancia, convendrá que yo exponga los hechos tal como me ha sido posible conocerlos. Los he examinado comparando los periódicos de Liverpool de aquella fecha, las actas de la investigación realizada acerca de John Stater, maquinista del tren, y los archivos de la compañía de ferrocarril de Londres y la Costa Occidental, que han sido puestos cortésmente a mi disposición. Resumiéndolos, son como siguen:


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23 págs. / 40 minutos / 364 visitas.

Publicado el 19 de enero de 2018 por Edu Robsy.

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