El Perro y el Gorrión
Hermanos Grimm
Cuento infantil
A un perro de pastor le había tocado en suerte un mal amo, que le hacía pasar hambre. No queriendo aguantarlo por más tiempo, el animal se marchó, triste y pesaroso. Encontróse en la calle con un gorrión, el cual le preguntó:
— Hermano perro, ¿por qué estás tan triste?
Y respondióle el perro:
— Tengo hambre y nada que comer.
Aconsejóle el pájaro:
— Hermano, vente conmigo a la ciudad —, yo haré que te hartes.
Encamináronse juntos a la ciudad, y, al llegar frente a una carnicería, dijo el gorrión al perro:
— No te muevas de aquí; a picotazos te haré caer un pedazo de carne —y, situándose sobre el mostrador y vigilando que nadie lo viera, se puso a picotear y a tirar de un trozo que se hallaba al borde, hasta que lo hizo caer al suelo. Cogiólo el perro, llevóselo a una esquina y se lo zampó. Entonces le dijo el gorrión:
— Vamos ahora a otra tienda; te haré caer otro pedazo para que te hartes.
Una vez el perro se hubo comido el segundo trozo, preguntóle el pájaro:
— Hermano perro, ¿estás ya harto?
— De carne, sí —respondió el perro—, pero me falta un poco de pan.
Dijo el gorrión:
— Ven conmigo, lo tendrás también — y, llevándolo a una panadería, a picotazos hizo caer unos panecillos; y como el perro quisiera todavía más, condújolo a otra panadería y le proporcionó otra ración. Cuando el perro se la hubo comido, preguntóle el gorrión:
— Hermano perro, ¿estás ahora harto?
— Sí —respondió su compañero—. Vamos ahora a dar una vuelta por las afueras.
Salieron los dos a la carretera; pero como el tiempo era caluroso, al cabo de poco trecho dijo el perro:
— Estoy cansado, y de buena gana echaría una siestecita.
— Duerme, pues —asintió el gorrión;— mientras tanto, yo me posaré en una rama.
Y el perro se tendió en la carretera y pronto se quedó dormido.
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Publicado el 26 de agosto de 2016 por Edu Robsy.