Critón: Sócrates, ¿quién era aquel hombre con quien disputabas
ayer en el liceo? Me aproximé cuanto pude para oíros, pero la apretura
de la gente que os rodeaba, era tanta, que no pude entender nada. Me
empiné entonces sobre las puntas de los pies, y me pareció que la
persona con quien hablabas, era un extranjero: ¿quién es?
Sócrates: ¿De quién quieres hablar? Critón. Porque allí había más de un extranjero; eran dos.
Critón: Te pregunto por aquel que estaba sentado el
tercero a tu derecha; el hijo de Axioco estaba entre vosotros dos.
Advertí que ha crecido bastante, y que es poco más o menos de la misma
edad que mi hijo Critóbulo; pero éste es de constitución delicada,
mientras el otro es más robusto y de mejores formas.
Sócrates: Ese por quien preguntas se llama Eutidemo. Su
hermano, que se llama Dionisodoro, estaba a mi izquierda, y también
tomaba parte en la conversación.
Critón: Ni a uno ni a otro conozco, Sócrates.
Sócrates: Al parecer son de los nuevos sofistas.
Critón: ¿De qué país son y qué ciencia profesan?
Leer / Descargar texto 'Eutidemo'