Textos más recientes publicados por Edu Robsy etiquetados como Novela no disponibles | pág. 15

Mostrando 141 a 150 de 410 textos encontrados.


Buscador de títulos

editor: Edu Robsy etiqueta: Novela textos no disponibles


1314151617

Kokoro

Natsume Sōseki


Novela


Primera Parte. Sensei y yo

1

Yo siempre le he llamado sensei. Por eso, aquí también escribiré sensei sin revelar su verdadero nombre. Y ello, no porque desee guardar el secreto de su identidad ante la sociedad, sino porque me resulta más natural. Cada vez que su recuerdo me viene, enseguida siento el deseo de decir sensei. Y ahora, al tomar la pluma, siento lo mismo. Tampoco se me ocurre referirme a él con una fría inicial en letra mayúscula.

Fue en Kamakura donde sensei y yo nos conocimos. Yo entonces era aún un joven estudiante. Un día recibí la postal de un amigo que pasaba las vacaciones de verano en la playa. En ella me proponía acompañarle. Decidí procurarme un poco de dinero e ir con él a Kamakura. Tardé dos o tres días en juntar el dinero. Sin embargo, apenas habían pasado tres días de mi llegada, cuando mi amigo recibió de repente un telegrama de su familia pidiéndole que volviera de inmediato a casa. En el telegrama se le avisaba de la enfermedad de su madre. Él, sin embargo, no se lo creía. Este amigo mío hacía tiempo que estaba siendo presionado por sus padres, residentes en un pueblo, a aceptar un compromiso matrimonial no deseado por él. Por un lado, se veía demasiado joven para casarse según la costumbre moderna. Además, la persona elegida por sus padres no era precisamente de su agrado. Así que, en las vacaciones de verano, en lugar de volver a su pueblo, como hubiera sido lo más natural, prefirió quedarse entretenido cerca de Tokio y no volver a casa. Mi amigo me mostró el telegrama y pidió mi opinión. Yo no sabía qué decirle, aunque, si realmente su madre estaba enferma, desde luego que debería ir a casa. Finalmente, decidió ir. De esa forma, tras haberme molestado en venir con él, me quedé solo.


Información texto

Protegido por copyright
224 págs. / 6 horas, 33 minutos / 667 visitas.

Publicado el 29 de abril de 2017 por Edu Robsy.

El Minero

Natsume Sōseki


Novela


Pasé mucho tiempo caminando a través del pinar. Los pinares de los cuadros no parecen tan extensos, pero en este lugar solo había pinos, pinos y más pinos. Nada más. No veía la razón de continuar mi paseo si los árboles no desaparecían. En realidad, habría sido mejor haberme quedado quieto desde el principio, ponerme delante de uno de ellos y jugar a ver quién se salía con la suya.

Salí de Tokio sobre las nueve de la noche del día anterior y me puse a caminar como un loco en dirección norte. En cierto momento me sentí exhausto. No conocía por allí a nadie en cuya casa pudiera descansar y tampoco tenía dinero para pagar un humilde alojamiento en el que pasar la noche. Con la intención de echar al menos una cabezada, me deslicé en la oscuridad bajo el alero de un templo. Creo que estaba consagrado a Hachiman, el dios de la guerra. Aún era de noche cuando me desperté muerto de frío y, a partir de ese momento, caminé sin descanso. Pero ¡quién habría sido capaz de seguir así, rodeado solo de malditos pinos, indefinidamente!

Mis piernas parecían pesar una tonelada. Cada paso que daba era un suplicio, como si alguien me hubiera atado unas barras de acero a las pantorrillas. Me recogí el quimono hasta dejar las piernas desnudas para ver si así avanzaba con mayor facilidad. En cualquier otro lugar habría sido capaz de echar a correr, pero no allí, rodeado de pinos.

Encontré una casa de té. Tras las persianas de bambú, divisé una tetera oxidada colocada sobre un brasero. Junto a la entrada había un banco que miraba hacia el camino y, en el suelo, unas sandalias. Vi a un hombre abrigado con un quimono acolchado sentado de espaldas.


Información texto

Protegido por copyright
165 págs. / 4 horas, 48 minutos / 160 visitas.

Publicado el 28 de abril de 2017 por Edu Robsy.

Daisuke

Natsume Sōseki


Novela


Capítulo 1

Cuando el sonido de los apresurados pasos le llegó desde el otro lado de la puerta, sobre la cabeza de Daisuke colgaban un par de grandes geta. Al alejarse los pasos, las geta se escabulleron lentamente y terminaron por desaparecer. Daisuke se despertó.

Se giró hacia la cabecera del futón y vio una flor de camelia en el suelo. Estaba seguro de haber escuchado como caía durante la noche; el golpe resonó en sus oídos con un ruido seco, como si una pelota de goma rebotara en el techo. Aunque en ese momento pensó que se debía al silencio de la noche, por si acaso había querido asegurarse de que no le pasaba nada y se había puesto la mano derecha sobre el corazón. Había sentido su pulso con toda claridad golpeando contra el borde de las costillas, y entonces se había vuelto a dormir.


Información texto

Protegido por copyright
278 págs. / 8 horas, 7 minutos / 164 visitas.

Publicado el 28 de abril de 2017 por Edu Robsy.

La Mujer de Treinta Años

Honoré de Balzac


Novela


Dedicado a Louis Boulanger, pintor.

I. Primeras faltas

A principios del mes de abril del año 1813 hubo un domingo cuya mañana prometía uno de aquellos hermosos días en los que los parisienses ven por primera vez en el año sus pavimentos libres de barro y su cielo sin nubes. Antes del mediodía, un cabriolé desembocaba en la calle de Rivoli por la de Castiglione y se detuvo detrás de varios carruajes estacionados junto a la verja recién abierta en medio de la terraza de los Feuillants. El conductor de aquel rápido vehículo era un hombre de aspecto enfermizo y preocupado; unos cabellos entrecanos cubrían apenas su cráneo amarillento y lo envejecían prematuramente; echó las riendas al lacayo que, montado a caballo, seguía a su cabriolé, y apeóse para tomar en brazos a una joven cuya elegancia y hermosura llamó la atención de los desocupados que paseaban en aquellos momentos por la terraza. La joven se dejó coger complaciente por el talle cuando estuvo de pie al borde del vehículo, y rodeó con sus brazos el cuello de su guía, el cual la depositó encima de la acera sin haber arrugado la guarnición de su vestido de reps verde. Un amante no habría desplegado tantos cuidados. El desconocido debía ser el padre de aquella niña, la cual, sin darle las gracias, lo cogió familiarmente del brazo y lo llevó bruscamente hacia el jardín. El anciano padre observó las miradas asombradas de algunos jóvenes, y la tristeza impresa en su semblante borróse por un instante. Aunque hiciera tiempo que hubiera llegado a la edad en que los hombres deben contentarse con las engañosas alegrías que confiere la vanidad, esbozó una sonrisa.

—Se imaginan que eres mi mujer —dijo al oído de la joven, irguiéndose y caminando con una lentitud que para ella resultaba desesperante.


Información texto

Protegido por copyright
216 págs. / 6 horas, 19 minutos / 1.077 visitas.

Publicado el 1 de abril de 2017 por Edu Robsy.

Los Campesinos

Honoré de Balzac


Novela


Dedicatoria

A M. P. —S. B. Gavault

En el encabezamiento de La Nouvelle Heloïse, Juan Jacobo Rousseau escribió las siguientes palabras: He observado las costumbres de mi tiempo y he publicado estas cartas. ¿No puedo decir yo, imitando a ese gran escritor: Estudio la marcha de mi época y publico este libro?


Información texto

Protegido por copyright
383 págs. / 11 horas, 11 minutos / 274 visitas.

Publicado el 1 de abril de 2017 por Edu Robsy.

La Luna de Miel

Honoré de Balzac


Novela


Primera parte: Los adúlteros bajo la roca

I. De los viajes en sus relaciones con el matrimonio

En la semana siguiente, tras la misa nupcial que según el uso de algunas familias del faubourg Saint-Germain se celebró a las siete en Santo Tomás de Aquino, Calixto y Sabina montaron en un bonito coche de viaje, en medio de los abrazos, felicitaciones y lágrimas de una veintena de personas agrupadas bajo la marquesina de la mansión de los Grandlieu. Las felicitaciones provenían de los cuatro testigos y demás hombres; las lágrimas se veían en los ojos de la duquesa de Grandlieu y de su hija Clotilde, que temblaban agitadas por un mismo pensamiento.

—¡Allá va, lanzada a la vida! Pobre Sabina, que está a merced de un hombre que no se ha casado completamente a gusto.

El matrimonio no se compone únicamente de placeres tan fugitivos en ese estado como en cualquier otro, sino que implica la conformidad de humores, simpatías físicas y concordancia de caracteres que hacen de esta necesidad social un eterno problema. Las muchachas solteras, lo mismo que las madres, conocen los términos y los peligros de esta lotería; esta es la razón de que las mujeres lloren cuando asisten a una boda, mientras que los hombres sonríen; los hombres creen que no aventuran nada; las mujeres saben bastante bien lo que arriesgan.

En otro coche, que precedía al de los novios, iba la baronesa Du Guénic, a quien la duquesa se acercó a decirle:

—Usted es madre, aunque no haya tenido más que un solo hijo; ¡procure reemplazarme cerca de mi querida Sabina!


Información texto

Protegido por copyright
121 págs. / 3 horas, 32 minutos / 116 visitas.

Publicado el 1 de abril de 2017 por Edu Robsy.

Beatriz

Honoré de Balzac


Novela


Dedicatoria A SARA

Señora:

En tiempo claro, a orillas del Mediterráneo, por donde otrora se extendía el elegante imperio de su nombre, el mar deja ver a veces, bajo la gasa de sus aguas, una flor marina, maravilla de la naturaleza; el encaje de sus filamentos teñidos de púrpura, de pardo, de rosa, violeta u oro, la frescura de sus vivientes filigranas, el terciopelo de su tejido, todo se marchita en cuanto la curiosidad la extrae y la expone sobre la arena. De igual modo el sol de la publicidad ofendería la piadosa modestia de usted. Por eso yo, al dedicarle esta obra, debo callar un nombre que ciertamente constituiría un orgullo para ella; mas, al amparo de este semisilencio, sus manos magníficas podrán bendecirla; su frente sublime podrá inclinarse sobre ella ensoñando; sus ojos, llenos de amor maternal, podrán sonreiría, ya que usted estará en ella presente y oculta a la vez. Igual que aquella perla de la flora marina, usted permanecerá en la arena fina, tupida y blanca del fondo, donde florece su hermosa vida, escondida por las ondas, diáfana solamente para algunos ojos amigos y discretos.

Hubiese querido poner a sus pies una obra en armonía con sus perfecciones; pero si esto es imposible, al menos, como consuelo, espero satisfacer uno de los instintos de usted ofreciéndole algo que tomar bajo su protección.

DE BALZAC

Aux Jardies, diciembre 1836.


Información texto

Protegido por copyright
250 págs. / 7 horas, 18 minutos / 195 visitas.

Publicado el 1 de abril de 2017 por Edu Robsy.

Úrsula Mirouet

Honoré de Balzac


Novela


A la señorita Sofía Surville

Es un verdadero placer, sobrina querida, el dedicarte un libro cuyo tema y detalles han recibido la aprobación, tan difícil de obtener, de una joven que aún desconoce el mundo, que no transige con ninguno de los nobles principios de una santa educación. Vosotras, las jóvenes, constituís un público temible; porque no se os deja leer más que los libros que son puros como vuestra alma, y se os prohíben ciertas lecturas, de la misma manera que se os impide ver la sociedad tal como es. ¿No es, entonces, un motivo de orgullo para un autor el hecho de haber agradado? ¡Quiera Dios que no te haya engañado el afecto que me profesas! ¿Quién nos lo dirá? El porvenir, que tú lograrás ver, pero que quizá ya no verá

Tu tío,
BALZAC.

I. Los herederos alarmados

Al entrar en Nemours por el lado de París, se pasa por el canal del Loings, cuyos ribazos forman a la vez muros campestres y pintorescos paseos que adornan aquella linda ciudad. Desde el año 1830, por desgracia, se han construido varias casas del lado de acá del puente. Si sigue aumentando esta especie de arrabal, la ciudad perderá su graciosa originalidad. Pero, en 1829, estando expéditos los márgenes de la carretera, el jefe de posta, hombre alto y gordo, de unos sesenta años de edad, sentado en el punto culminante de aquel puente, podía, cuando el día era claro, abarcar perfectamente aquello que en términos de su oficio recibe el nombre de cinta de cola.


Información texto

Protegido por copyright
278 págs. / 8 horas, 7 minutos / 197 visitas.

Publicado el 1 de abril de 2017 por Edu Robsy.

La Búsqueda del Absoluto

Honoré de Balzac


Novela


A
LA SEÑORA JOSEFINA DELANNOY,
NACIDA DOUMERC

Señora: Dios quiera que esta obra tenga una vida más larga que la mía. El agradecimiento que os profeso y que, así lo espero, igualará a vuestro afecto casi maternal por mí, subsistiría, entonces, más allá del término señalado a nuestros sentimientos. Ese sublime privilegio de extender así por la vida de nuestras obras la existencia del corazón bastaría, si no hubiese una certidumbre a este respecto, para consolarle de todas las penas que les cuesta a aquéllos cuya ambición es conquistarlo. Así, pues, repetiré: Dios lo quiera.

Balzac.

Les Jardies, junio de 1839.

I. La Casa Claes

Existe en Douai, en la calle de París, una casa cuyo aspecto, disposiciones interiores y detalles, han conservado, más que cualquier otra vivienda, el carácter de las antiguas construcciones flamencas, tan ingenuamente apropiadas a las patriarcales costumbres de ese buen país; pero, antes de describirla, quizá sea preciso establecer, en interés de los escritores, la necesidad de esos aderezos didácticos contra los cuales protestan ciertas personas ignorantes y audaces que quisieran emociones sin sufrir sus principios generadores, la flor sin la semilla, la criatura sin la gestación. ¿Sería, pues, el arte considerado como más vigoroso que la naturaleza?


Información texto

Protegido por copyright
216 págs. / 6 horas, 18 minutos / 569 visitas.

Publicado el 1 de abril de 2017 por Edu Robsy.

1314151617