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El Corsario

Lord Byron


Poesía


Prólogo

El primer poeta inglés del siglo XIX

Romanticismo

Con el primer albor del ochocientos se afirma en Alemania la nueva escuela literaria que con el nombre de Romanticismo nació en las postrimerías del siglo precedente al impulso patriótico de Schlégel y Adam Müller, propagada por el alto poeta místico Novalis y Teck, que, proponiéndose enaltecer la literatura y engrandecer la patria, volvían la vista a los afortunados tiempos—según ellos—de la Edad Media; la época que se dio en llamar romántica, o sea aquel tiempo en que los pueblos germánicos heredaron la ciencia latina que vigorizaron con elementos propios. No se hallaban de acuerdo sus nuevos ideales con la realidad burguesa de la vida a principios del siglo XIX, y creyeron que el mejor remedio era el evocar las épocas aquellas en que florecían los ideales caballerescos, tendiendo a la formación de un hombre superior, o sea el caballero en el cual convergían todos los ideales de Amor y de Belleza, de Justicia y de Fuerza. Pretendían instaurar la edad de oro de la fe, del honor y de la gentileza.

Pronto extendiéronse estas nuevas doctrinas por toda Alemania, mas como un movimiento retrogrado en lo que tenía de conservador y evocativo. Y gran eco halló la buena nueva del Romanticismo en toda la faz de Europa a cuyos distintos países llegó, modificándose de diverso modo al chocar con la peculiar idiosincrasia de cada nacionalidad. Así en Francia, la nueva escuela significó tanto como libertad y naturalidad antes que todo, las modernas teorías llegaban a romper todas las conveniencias clásicas, las reglas, los moldes, las trabas que tenían atenazada a aquella literatura falsa y decadente de égloga e idilio de abanico.


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Publicado el 3 de agosto de 2023 por Edu Robsy.

Arte Nuevo de Hacer Comedias

Lope de Vega Carpio


Poesía, Crítica, Teatro


El arte nuevo de hacer comedias en este tiempo

Dirigido a la Academia de Madrid

Mándanme, ingenios nobles, flor de España,
que en esta junta y Academia insigne,
en breve tiempo excederéis no sólo
a las de Italia, que envidiando a Grecia,
ilustró Cicerón del mismo nombre
junto al Averno lago, sino Atenas,
adonde en su platónico Liceo,
se vio tan alta junta de filósofos,
que un arte de comedias os escriba
que al estilo del vulgo se reciba.

Fácil parece este sujeto, y fácil
fuera para cualquiera de vosotros
que ha escrito menos de ellas, y más sabe
del arte de escribirlas y de todo,
que lo que a mí me daña en esta parte
es haberlas escrito sin el arte.

No porque yo ignorase los preceptos,
gracias a Dios, que ya Tirón gramático
pasé los libros que trataban de esto
antes que hubiese visto al sol diez veces
discurrir desde el Aries a los Peces.
Mas porque en fin, hallé que las comedias
estaban en España en aquel tiempo,
no como sus primeros inventores
pensaron que en el mundo se escribieran,
mas como las trataron muchos bárbaros
que enseñaron el vulgo a sus rudezas.

Y así introdujeron de tal modo
que quien con arte agora las escribe
muere sin fama y galardón, que puede
entre los que carecen de su lumbre
mas que razón y fuerza la costumbre.


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7 págs. / 13 minutos / 652 visitas.

Publicado el 20 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

La Pipa de Kif

Ramón María del Valle-Inclán


Poesía


La pipa de Kif

Mis sentidos tornan a ser infantiles,
Tiene el mundo una gracia matinal,
Mis sentidos como gayos tamboriles
Cantan en la entraña del azul cristal

Con rítmicos saltos plenos de alegría,
Cabalga en el humo de mi pipa Puk,
Su risa en la entraña del azul del día
Mueve el ritmo órfico amado de Gluk.

Alumbran mi copta conciencia, hipostática
Las míticas luces de un indo avatar,
Que muda mi vieja sonrisa socrática
En la risa joven del Numen Solar.

Divino penacho de la frente triste,
En mi pipa el humo da su grito azul,
Mi sangre gozosa claridad asiste
Si quemo la Verde Yerba de Estambul.

Voluta, de humo, vágula cimera,
Tú eres en mi frente la última ilusión
De aquella celeste azul Primavera
Que movió la rosa de mi corazón.

Niña Primavera, dueña de los linos
Celestes. Princesa Corazón de Abril,
Peregrina siempre sobre mis caminos
Mundanos. Tú eres mi «spirto gentil».

¡Y jamás le nieguen tus cabellos de oro,
Jarcias a mi barca, toda de cristal:
La barca fragante que guarda un tesoro
De aromas y gemas y un cuento oriental!

El ritmo del orbe en un ritmo asumo,
Cuando por ti quemo la Pipa de Kif,
Y llegas mecida en la onda del humo
Azul, que te evoca como un «leit-motif».

Tu luz es la esencia del canto que invoca
La Aurora vestida de rosado tul,
El divino canto que no tiene boca
Y el amor provoca con su voz azul.

¡Encendida rosa! ¡Encendido toro!
¡Encendidos números que rimó Platón!
¡Encendidas normas por donde va el coro
Del mundo: Está el mundo en mi corazón!

Si tú me abandonas, gracia del hachic,
Me embozo en la capa y apago la luz.
Ya puede tentarme la Reina del Chic.
No dejo la capa y le hago la †.


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18 págs. / 32 minutos / 643 visitas.

Publicado el 4 de julio de 2018 por Edu Robsy.

Sueño

José Francisco de Isla


Poesía


Dedicatoria

Escrito por el Padre
Josef Francisco de la Isla,
en la exaltación
del Señor D. Carlos III
(que Dios Guarde)
al Trono de España.

Octavas


I

No pasa el mar, quien nunca se aventura,
dicen las Mozorruelas redomadas,
y como este refrán las asegura,
por eso hay tantas bien-aventuradas.
Esta desatinada conjetura
alentó mis tibiezas desmayadas
para que la aprehension se encaracole,
temple la gayta, y apareje el fole.


II

¿Ello ha de ser? Pues manos á la obra,
pongo papel en mesa, y pluma en ristre:
todo à la vela está, todo de sobra,
no hay quien me turbe, enfade, ni registre.
Ahora bien, con quietud y sin zozobra,
expresiones al cálamo ministre
la chola con alguna extravagancia,
fresca del tiempo, y al asunto rancia.


III

Córto la pluma: doy una palmada
en mi rugosa dilatada frente:
atusome la greña mal peinada:
nada discurro: déjolo impaciente:
vuelvo segunda vez á la estacada,
tomo un polvo, y me asaltan de repente
entusiasmos de un Sueño, en cuyo empeño
dejando de dormir, me rindo al Sueño.


IV

¡Bravamente ha salido el conceptillo!
Lo pudiera lucir en un Poema;
y luego me dirán, que es blanco el Grillo;
pues vamos adelante, y valga flema.
Ya he cebado el fogón, y alcé el gatillo,
polvora es el capricho, blanco el tema,
y dispuesta la idea en el encaro,
ninguno se me oponga, que disparo.


V

Yo no he de andar en el comun debate
de invocar à las Musas, ni lo esperen,
que tienen un capricho botarate,
son feminas, y quieren quando quieren.
Para decir mal dicho un disparate
me sobran las especies que sugieren
quantos (gongoricemos) à montones
esquinas entapizan papelones.


VI


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8 págs. / 14 minutos / 93 visitas.

Publicado el 20 de noviembre de 2020 por Edu Robsy.

El Jándalo

José María de Pereda


Poesía


I

Después que lanza el invierno
el penúltimo suspiro,
y cuando montes y peñas
de este rincón bendecido
sobre campo de esmeralda
pardos levantan los picos,
y más clara el agua corre,
y en sus cauces van los ríos,
llega el espléndido mayo
sobre las auras mecido,
despejando el horizonte
y aliviando reumatismos;
tras de mayo viene junio,
como siempre ha sucedido,
y San Juan, según el orden
que va siguiendo hace siglos,
antes que junio se acabe
da al pueblo su día magnífico.
Todo lo cual significa,
para evitar laberintos,
que en San Juan vienen los jándalos
y que entonces vino el mío.

Ya tocaba en el ocaso
del sol el fúlgido disco,
y sobre el campo cayendo
leves gotas de rocío,
daban vida á los maizales
y al retoño ya marchito,
cuando en la loma de un cerro
á cierto lugar vecino,
cuyo nombre no hace al caso,
y por eso no le cito,
un jinete apareció
sobre indefinible bicho,
pues desde el lomo á los pechos
y desde el rabo al hocico,
llevaba más alamares
que sustos pasa un marido.
Todo un curro era el jinete,
á juzgar por su trapío:
faja negra, calañés
y sobre la faja un cinto
con municiones de caza,
pantalón ajustadísimo,
marsellés con más colores
que la túnica de un chino,
y una escopeta, al arzón
unida por verde cinto.

Al ver entre matorrales
destacarse y entre espinos
el escueto campanario,
de su hogar místico abrigo,
detuvo la lenta marcha
del engalanado bicho,
descubrióse la cabeza,
exhaló tierno suspiro,
meditó algunos instantes …
y continuó su camino.


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Publicado el 31 de octubre de 2020 por Edu Robsy.

El Spleen de París

Charles Baudelaire


Poesía


El extranjero

—¿A quién quieres más, hombre enigmático, dime, a tu padre, a tu madre, a tu hermana o a tu hermano?

—Ni padre, ni madre, ni hermana, ni hermano tengo.

—¿A tus amigos?

—Empleáis una palabra cuyo sentido, hasta hoy, no he llegado a conocer.

—¿A tu patria?

—Ignoro en qué latitud está situada.

—¿A la belleza?

—Bien la querría, ya que es diosa e inmortal.

—¿Al oro?

—Lo aborrezco lo mismo que aborrecéis vosotros a Dios.

—Pues ¿a quién quieres, extraordinario extranjero?

—Quiero a las nubes… , a las nubes que pasan… por allá… . ¡a las nubes maravillosas!

La desesperación de la vieja

La viejecilla arrugada sentíase llena de regocijo al ver a la linda criatura festejada por todos, a quien todos querían agradar; aquel lindo ser tan frágil como ella, viejecita, y como ella también sin dientes ni cabellos.

Y se le acercó para hacerle fiestas y gestos agradables.

Pero el niño, espantado, forcejeaba al acariciarlo la pobre mujer decrépita, llenando la casa con sus aullidos.

Entonces la viejecilla se retiró a su soledad eterna, y lloraba en un rincón, diciendo: «¡Ay! Ya pasó para nosotras, hembras viejas, desventuradas, el tiempo de agradar aun a los inocentes; ¡y hasta causamos horror a los niños pequeños cuando vamos a darles cariño!»

El «yo pecador» del artista

¡Cuán penetrante es el final del día en otoño! ¡Ay! ¡Penetrante hasta el dolor! Pues hay en él ciertas sensaciones deliciosas, no por vagas menos intensas; y no hay punta más acerada que la de lo infinito.


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Publicado el 6 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

El Canto Errante

Rubén Darío


Poesía


El don de arte es un don superior que permite entrar en lo desconocido de antes y en lo ignorado de después, en el ambiente del ensueño o de la meditación. Hay una música ideal, como hay una música verbal. No hay escuelas: hay poetas. El verdadero artista comprende todas las maneras y halla la belleza bajo todas las formas. Toda la gloria y toda la eternidad están en nuestra conciencia.


Rubén

Dedicatoria

A los nuevos poetas de las Españas

Rubén Darío

Dilucidaciones

I

El mayor elogio hecho recientemente a la Poesía y a los poetas ha sido expresado en lengua «anglosajona» por un nombre insospechable de extraordinarias complacencias con las nueve musas. Un yanqui. Se trata de Teodoro Roosevelt.

Ese Presidente de República juzga a los armoniosos portaliras con mucha mejor voluntad que el filósofo Platón. No solamente les corona de rosas; mas sostiene su utilidad para el Estado y pide para ellos la pública estimación y el reconocimiento nacional. Por esto comprenderéis que el terrible cazador es un varón sensato.


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42 págs. / 1 hora, 14 minutos / 770 visitas.

Publicado el 8 de octubre de 2018 por Edu Robsy.

Manfredo

Lord Byron


Poesía


En el cielo y en la tierra hay mil cosas que vuestros filósofos tampoco dudan.

Horacio

Personajes

UN CAZADOR DE GAMUZAS
EL ABAD DE SAN MAURICIO
MANUEL
HERMAN
LA ENCANTADORA DE LOS ALPES
ARIMAN
NÉMESIS
LOS DESTINOS
ESPÍRITUS


La escena se representa en medio de los Alpes, unas veces en el castillo de Manfredo y otras en las montañas.

Acto I

Escena I

(Manfredo está solo en la galería de un antiguo castillo. Es media noche.)

MANFREDO.
Mi lámpara va a apagarse; por más que quiera reanimar su luz moribunda; no podrá durar tanto tiempo como mi desvelo. Si parece que duermo, no es el sueño el que embarga mis sentidos y sí el descaecimiento que me causan una multitud de pensamientos que afligen mi alma y a los cuales no me es posible resistir. Mi corazón está siempre desvelado y mis ojos no se cierran sino para dirigir sus miradas dentro de mí mismo; sin embargo estoy vivo, y según mi forma y mi aspecto, me parezco a los otros hombres.

¡Ah, el dolor debería ser la escuela del sabio! Las penas son una ciencia, y los más sabios son los que más deben gemir sobre la fatal verdad. El árbol de la ciencia no es el árbol de la vida.


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Publicado el 4 de agosto de 2023 por Edu Robsy.

Santa

Juan Valera


Cuento, poesía


El rey de Anga, Lomapad glorioso,
A un brahmán ofendió, no dando en premio
De un sacrificio lo que dar debiera.
Irritados entonces los brahmanes,
Salieron todos de su reino: el humo
Del holocausto al cielo no subía;
Indra negaba la fecunda lluvia,
Y la miseria al pueblo devoraba.
Lomapad, consternado, saber quiso
El parecer de los varones doctos,
Y los llamó a consejo, y preguntoles
Qué medio hallaban de aplacar la ira
Del Dios que lanza el rayo y amontona
En el cielo del agua los raudales.
Mil sentencias se dieron; mas al cabo
El más prudente de los sabios dijo:
—Escucha ¡oh rey! mientras brahman no haya
Que sacrificio en este suelo ofrezca,
Indra no saciará la sed abriendo
El líquido tesoro de las nubes.
Los brahmanes, movidos del enojo,
Al sacrificio no se prestan. Oye
Para cumplir el venerando rito
Cómo hallar sólo sacerdote puedes.
En la fértil orilla del Kausiki,
En lo esquivo y recóndito del bosque,
Del trato humano lejos, su vivienda
Vinfandák tiene, el hijo de Kasyapa,
Brahman austero y penitente. Vive
En el yermo con él su único hijo,
El piadoso mancebo Risyaringa.
No vio a más hombre que a su padre nunca;
Sólo frutos silvestres, hierbas sólo
Y licor sólo que entre rocas mana,
Alimento le dieron y bebida.
Tan inocente y puro es el mancebo,
Que de lo qué es mujer no tiene idea.
Manda, pues, rey, que una doncella hermosa
Vaya al bosque, le hable, y con hechizos
De amor, cautivo a la ciudad le traiga.
No bien sus pies en tus sedientos campos
La huella estampen, no lo dudes, Indra
Dará propicio el suspirado riego.
Así habló el sabio, y su atinado aviso
Agradó mucho al rey.


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Publicado el 30 de octubre de 2020 por Edu Robsy.

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