La Doncella, el Marinero y el Estudiante
Federico García Lorca
Teatro, teatro breve
Personajes
LA DONCELLA.
UNA VIEJA.
EL MARINERO.
EL ESTUDIANTE.
LA MADRE.
La doncella, el marinero y el estudiante
Balcón.
VIEJA.— (En la calle.) Caracoleeees. Se guisan con hierbabuena, azafrán y hojas de laurel.
DONCELLA.— Caracolitos del campo. Parecen amontonados en la cesta una antigua ciudad de la China.
VIEJA.— Esta vieja los vende. Son grandes y oscuros. Cuatro de ellos pueden con una culebra. ¡Qué caracoles! Dios mío, ¡qué caracoles!
DONCELLA.— Déjame que borde. Mis almohadas no tienen iniciales y esto me da mucho miedo... Porque, ¿qué muchachilla en el mundo no tiene marcada su ropa?
VIEJA.— ¿Cómo es tu gracia?
DONCELLA.— Yo bordo en mis ropas todo el alfabeto.
VIEJA.— ¿Para qué?
DONCELLA.— Para que el hombre que esté conmigo me llame de la manera que guste.
VIEJA.— (Triste.) Entonces eres una sinvergüenza.
DONCELLA.— (Bajando los ojos.) Sí.
VIEJA.— ¿Te llamarás María, Rosa, Trinidad? ¿Segismunda?
DONCELLA.— Y más, y más.
VIEJA.— ¿Eustaquia? ¿Dorotea? ¿Jenara?
DONCELLA.— Y más, más, más...
(La DONCELLA eleva las palmas de sus manos palidecidas por el insomnio de las sedas y los marcadores. La VIEJA huye arrimada a la pared, hacia su Siberia de trapos oscuros, donde agoniza la cesta llena de mendrugos de pan.)
DONCELLA.— A, B, C, D, E, F, G, H, I, J, K, L, M, N. Ya está bien. Voy a cerrar el balcón. Detrás de los cristales seguiré bordando.
(Pausa.)
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Dominio público
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Publicado el 11 de septiembre de 2018 por Edu Robsy.