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editor: Edu Robsy etiqueta: Teatro


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Amor de Don Perlimplín con Belisa en su Jardín

Federico García Lorca


Teatro


Cuadro primero

Casa de don PERLIMPLÍN. Paredes verdes con las sillas y muebles pintados en negro. Al fondo, un balcón por el que se verá el balcón de Belisa. PERLIMPLÍN viste casaca verde y peluca blanca llena de bucles. Marcolfa, criada, el clásico traje de rayas.

PERLIMPLÍN. ¿Sí?

MARCOLFA. Sí.

PERLIMPLÍN. Pero ¿por qué sí?

MARCOLFA. Pues porque sí.

PERLIMPLÍN. ¿Y si yo te dijera que no?

MARCOLFA. (Agria). ¿Qué no?

PERLIMPLÍN. No.

MARCOLFA. Dígame, señor mío, las causas de ese no.

PERLIMPLÍN. (Pausa). Dime tú, doméstica perseverante, las causas de ese sí.

MARCOLFA. Veinte y veinte son cuarenta…

PERLIMPLÍN. (Escuchando). Adelante.

MARCOLFA. Y diez cincuenta.

PERLIMPLÍN. Vamos.

MARCOLFA. Con cincuenta años ya no se es un niño.

PERLIMPLÍN. Claro.

MARCOLFA. Yo me puedo morir de un momento a otro.

PERLIMPLÍN. ¡Caramba!

MARCOLFA. (Llorando). ¿Y qué será de usted sólo en este mundo?

PERLIMPLÍN. ¿Qué sería?

MARCOLFA. Por eso tiene que casarse.

PERLIMPLÍN. (Distraído). ¿Sí?

MARCOLFA. (Enérgica). Sí.

PERLIMPLÍN. (Angustiado). Pero Marcolfa… ¿por qué sí? Cuando yo era niño una mujer estranguló a su esposo. Era zapatero. No se me olvida. Siempre he pensado no casarme. Yo con mis libros tengo bastante. ¿De qué me va a servir?

MARCOLFA. El matrimonio tiene grandes encantos, mi señor. No es lo que se ve por fuera. Está lleno de cosas ocultas. Cosas que no está bien que sean dichas por una servidora… Ya se ve…

PERLIMPLÍN. ¿Qué?

MARCOLFA. Me he puesto colorada.

(Pausa. Se oye un piano).

UNA VOZ. (Dentro, cantando).


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Dominio público
15 págs. / 27 minutos / 1.386 visitas.

Publicado el 21 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

El Fabricante de Fantasmas

Roberto Arlt


Teatro


Acto primero

Cuadro primero

Escritorio poligonal, separado de un comedor rectangular por un pasillo. Ambas habitaciones,con dos ventanales abiertos permiten distinguir chimeneas y azoteas de la ciudad.

Escena I

MARTINA le cuenta a ELOÍSA que ha ido a ver a una echadora de cartas que acertó que tenía relaciones con un hombre que además de casado era asesino.

Escena II

Dichos y PEDRO.

PEDRO (entrando de la calle y descubriéndose. Es un hombre elegante, pero descuidado. Por momentos, reservado; en otros, explosivo): Buenas tardes. ¿Cómo está, Martina?

ELOÍSA: Buena tardes.

MARTINA: Bien, ¿Y usted?

PEDRO: Aquí... sin novedad. (Sacando del bolsillo un sobre y entregándoselo a ELOÍSA.) Las entradas. (ELOÍSA abre el sobre.)

MARTINA: ¿Van al cine?

ELOÍSA: No, al teatro. ¡Qué fila!

MARTINA (que se aproxima): Sí, muy atrás.

ELOÍSA (a MARTINA): Este, que es un poco sordo, no va a oír nada.

PEDRO (sentándose junto a la mesa y hojeando una revista): No pude ir más temprano.

MARTINA (a ELOÍSA): ¿Por qué no haces el favor de envolverme ese vestido? (ELOÍSA recoge el vestido.)

ELOÍSA: ¿Te vas ya?

MARTINA: Sí.

ELOÍSA: Bueno. (Sale. Pedro continúa leyendo sin mirar a MARTINA, que lo observa.)

Escena III

MARTINA y PEDRO.

MARTINA (después de un intervalo de silencio): ¿Qué novedades tiene el hombre silencioso?

PEDRO: ¿Eh?

MARTINA: Le decía que hace un hermoso tiempo.


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Dominio público
7 págs. / 13 minutos / 516 visitas.

Publicado el 6 de julio de 2023 por Edu Robsy.

El Marido Pantasma

Francisco de Quevedo y Villegas


Teatro, Entremés, Comedia


Figuras que se introducen

MUÑOZ
DOÑA OROMASIA
MENDOZA
TRES MUERES
LOBÓN
LOS MÚSICOS

El Marido Pantasma

Salen MUÑOZ y MENDOZA; MUÑOZ de novio galán.

MENDOZA
Sea el señor Muñoz muy bien venido.

MUÑOZ
Sea el señor Mendoza bien hallado.

MENDOZA
¿Qué intento le ha traído
con tan bien guarnecido frontispicio?

MUÑOZ
Vengo a ponerme a oficio;
vengo, señor Mendoza,
a ponerme a marido en una moza.

MENDOZA
Señor Muñoz, poniéndolo por obra,
el mu le basta y todo el ñoz le sobra.
Tiene lindas facciones de casado.

MUÑOZ
La mujer de quien he de ser velado,
para quitar de todo enconvenientes,
no ha de tener linaje ni parientes;
quiero mujer sin madre y sin tías,
sin amigas ni espías,
sin viejas, sin vecinas,
sin visitas, sin coches y sin Prado,
y sin lugarteniente de casado;
que hay doncella que vende de su esposo,
a raíz de las propias bendiciones,
a pares las futuras sucesiones.

MENDOZA
Mujer sin madre, ¿dónde podrá hallarse?

MUÑOZ
Ella es invención nueva.

MENDOZA
Vusted perdió linda ocasión en Eva;
mas ya que no tenía
madre, suegra ni tía,
tuvo culebra.


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Dominio público
5 págs. / 10 minutos / 1.612 visitas.

Publicado el 18 de junio de 2018 por Edu Robsy.

Las Aves

Aristófanes


Teatro, Comedia


PERSONAJES

EVELPIDES.
PISTETERO.
ABUBILLA.
UN PARRICIDA.
EL CORO DE LAS AVES.
UN SACERDOTE.
UN POETA.
UN INSPECTOR.
UN VENDEDOR.
MENSAJERO PRIMERO.
MENSAJERO SEGUNDO.
IRIS.
UN HERALDO.
UN PARRICIDA.
CINESIAS, poeta ditriámbico.
UN SICOFANTE.
PROMETEO.
POESEIDÓN.
TRIBADO.
HERACLES.

LAS AVES

País agreste, lleno de zarzales y peñascos. Al fondo, una selva; a un lado una roca, morada de Abubilla.

En escena

EVÉLPIDES, llevando un grajo sobre el puño.

PISTETERO, llevando igualmente una corneja; y los dos en busca del reino de las Aves.

EVÉLPIDES.—(Al grajo que le sirve de guía.) ¿Me dices que vaya en línea recta hacia aquel árbol?

PISTETERO.—(A la corneja que trae en la mano.) ¡Peste de avechucho! Ahora grazna que retrocedamos.

EVÉLPIDES.—Pero infeliz la qué andar errantes en todos sentidos? Con estas idas y venidas nos derrengamos inútilmente.

PISTETERO.—¡Qué imbécil he sido al dejarme guiar por esta corneja! Me ha hecho correr más de mil estadios.

EVÉLPIDES.—¿Mayor dicha que la de llevar de guía a este grajo, que me ha destrozado hasta las uñas de los pies?

PISTETERO.—Ni siquiera sé en qué lugar de la tierra estamos.

EVÉLPIDES.—¿No podrías tú averiguar desde aquí dónde cae nuestra patria?

PISTETERO.—No, por cierto; ni Execéstides la suya.

EVÉLPIDES.—¡Ay!

PISTETERO.—Tú, amigo mío, sigue esa senda.


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Dominio público
49 págs. / 1 hora, 26 minutos / 565 visitas.

Publicado el 3 de junio de 2018 por Edu Robsy.

El Caballero de Olmedo

Lope de Vega Carpio


Teatro, tragedia, tragicomedia


Personas que hablan en ella

Don ALONSO, caballero
Don RODRIGO
Don FERNANDO
Don PEDRO
El REY don Juan, el II
El CONDESTABLE
TELLO, criado gracioso
Doña INÉS, dama
Doña LEONOR
ANA, criada
FABIA, vieja hechicera y alcahueta
MENDO
Un LABRADOR
Una SOMBRA
CRIADOS
ACOMPAÑAMIENTO
GENTE

Acto primero

(Sale DON ALONSO.)

ALONSO:
Amor, no te llame amor
el que no te corresponde,
pues que no hay materia adonde
no imprima forma el favor.
Naturaleza, en rigor,
conservó tantas edades
correspondiendo amistades;
que no hay animal perfeto
si no asiste a su conceto
la unión de dos voluntades.
De los espíritus vivos
de unos ojos procedió
este amor, que me encendió
con fuegos tan excesivos.
No me miraron altivos,
antes, con dulce mudanza,
me dieron tal confïanza,
que, con poca diferencia,
pensando correspondencia,
engendra amor esperanza.
Ojos, si ha quedado en vos
de la vista el mismo efeto,
amor vivirá perfeto,
pues fue engendrado de dos;
pero si tú, ciego dios,
diversas flechas tomaste,
no te alabes que alcanzaste
la victoria que perdiste
si de mí solo naciste,
pues imperfeto quedaste.

(Salen TELLO, criado, y FABIA.)

FABIA:
¿A mí, forastero?

TELLO:
A ti.

FABIA:
Debe pensar que yo
soy perro de muestra.

TELLO:
No.

FABIA:
¿Tiene alguna achaque?

TELLO:
Sí.

FABIA:
¿Qué enfermedad tiene?

TELLO:
Amor.

FABIA:
Amor, ¿de quién?


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Dominio público
46 págs. / 1 hora, 21 minutos / 868 visitas.

Publicado el 13 de octubre de 2019 por Edu Robsy.

El Castigo Sin Venganza

Lope de Vega Carpio


Teatro, Drama, Tragedia


Personas que hablan en ella

El DUQUE de Ferrara
FEBO, criado del Duque
RICARDO, criado del Duque
El conde FEDERICO, su hijo ilegítimo
BATÍN, lacayo del Conde Federico
El MARQUÉS Gonzaga, de Mantua
RUTILIO, criado del Marqués
AURORA, sobrina del Duque de Ferrara
CASANDRA, la Duquesa de Ferrara
LUCRECIA, criada de la Duquesa
FLORO, criado
LUCINDO, criado
ALBANO, criado
CINTIA, mujer del pueblo

Primer acto

(Salen el DUQUE, FEBO y RICARDO)

RICARDO: ¡Linda burla!

FEBO: ¡Por extremo!
Pero, ¿quién imaginara
que era el duque de Ferrara?

DUQUE: Que no me conozcan temo.

RICARDO: Debajo de ser disfraz,
hay licencia para todo;
que aun el cielo en algún modo
es de disfraces capaz.
¿Qué piensas tú que es el velo
con que la noche le tapa?
Una guarnecida capa
con que se disfraza el cielo.
Y para dar luz alguna,
las estrellas que dilata
son pasamanos de plata,
y una encomienda la luna.

DUQUE: ¿Ya comienzas desatinos?

FEBO: No lo ha pensado poeta
de estos de la nueva seta,
que se imaginan divinos.

RICARDO: Si a sus licencias apelo,
no me darás culpa alguna;
que yo sé quién a la luna
llamó requesón del cielo.

DUQUE: Pues no te parezca error;
que la poesía ha llegado
a tan miserable estado,
que es ya como jugador
de aquellos transformadores,
muchas manos, ciencia poca,
que echan cintas por la boca,
de diferentes colores.
Pero dejando a otro fin
esta materia cansada,
no es mala aquella casada.

RICARDO: ¿Cómo mala? ¡Un serafín!
Pero tiene un bravo azar,
que es imposible sufrillo.


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Dominio público
49 págs. / 1 hora, 27 minutos / 659 visitas.

Publicado el 21 de diciembre de 2019 por Edu Robsy.

El Abuelo

Benito Pérez Galdós


Teatro


Prólogo

A los lectores que con tanta indulgencia como constancia me favorecen, debo manifestarles que en la composición de EL ABUELO he querido halagar mi gusto y el de ellos, dando el mayor desarrollo posible, por esta vez, al procedimiento dialogal, y contrayendo a proporciones mínimas las formas descriptiva y narrativa. Creerán, sin duda, como yo, que en esto de las formas artísticas o literarias todo el monte es orégano, y que sólo debemos poner mal ceño a lo que resultare necio, inútil o fastidioso. Claro es que si de los pecados de tontería o vulgaridad fuese yo, en esta o en otra ocasión, culpable, sufriría resignado el desdén de los que me leen; pero al maldecir mi inhabilidad, no creería que el camino es malo, sino que yo no sé andar por él.

El sistema dialogal, adoptado ya en Realidad, nos da la forja expedita y concreta de los caracteres. Estos se hacen, se componen, imitan más fácilmente, digámoslo así, a los seres vivos, cuando manifiestan su contextura moral con su propia palabra, y con ella, como en la vida, nos dan el relieve más o menos hondo y firme de sus acciones. La palabra del autor, narrando y describiendo, no tiene, en términos generales, tanta eficacia, ni da tan directamente la impresión de la verdad espiritual. Siempre es una referencia, algo como la Historia, que nos cuenta los acontecimientos y nos traza retratos y escenas. Con la virtud misteriosa del diálogo parece que vemos y oímos sin mediación extraña el suceso y sus actores, y nos olvidamos más fácilmente del artista oculto; pero no desaparece nunca, ni acaban de esconderle los bastidores del retablo, por bien construidos que estén. La impersonalidad del autor, preconizada hoy por algunos como sistema artístico, no es más que un vano emblema de banderas literarias, que si ondean triunfantes, es por la vigorosa personalidad de los capitanes que en su mano las llevan.


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Dominio público
229 págs. / 6 horas, 41 minutos / 1.583 visitas.

Publicado el 5 de octubre de 2016 por Edu Robsy.

La Loca de la Casa

Benito Pérez Galdós


Teatro


Comedia en cuatro actos

Personajes

VICTORIA hija de Moncada.
GABRIELA hija de Moncada.
DOÑA EULALIA, hermana del mismo.
LA MARQUESA DE MALAVELLA.
SOR MARÍA DEL SAGRARIO.
CARMETA, criada de Moncada.
JOSÉ MARÍA CRUZ.
DON JUAN DE MONCADA.
DANIEL, Marqués de Malavella.
JAIME.
HUGUET, amigo y agente de Moncada.
JORDANA, alcalde de Santa Madrona.
LLUCH, portero de la fábrica.
Hermanas de la Caridad, señoras y caballeros del vecindario de Santa Madrona, etc.

La acción es contemporánea, y se supone en un pueblo de los alrededores de Barcelona, designado con el nombre convencional de Santa Madrona.

Imprimo completa esta obra, tal como fue presentada en el Teatro de la Comedia en Octubre del pasado año. Las exigencias de la representación escénica, como resultan hoy de los gustos y hábitos del público (más tolerante con los entreactos interminables, que con los actos de alguna extensión), han impuesto al autor de esta comedia la ley estrecha de la brevedad, y a la brevedad se atiene, salvando, en lo posible, la verdad de los caracteres y la lógica de la acción.

Mientras llega la ocasión crítica de descifrar el enigma que lleva en sí toda obra representable, esta se ofrece al público de lectores, medrosa, sí, pero con menos miedo que ante el público de oyentes. Y si Dios y la excelente compañía de la Comedia le deparan un resultado feliz en la representación, será impresa nuevamente en la forma y dimensiones de obra teatral.

1º de Enero de 1893.

B. P. G.


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120 págs. / 3 horas, 31 minutos / 588 visitas.

Publicado el 1 de diciembre de 2016 por Edu Robsy.

Amor con Amor se Paga

José Martí


Teatro


La escena pasa en nuestros días.

Acto único

Salón elegantemente amueblado; puerta al fondo.

ELLA esperaba; ÉL entra.

ELLA.
Vino el caballero a punto.

ÉL.
Venir a punto era fuerza.
A caballeros las damas
Nos obligan, cuando ruegan.

ELLA.
Envidiáraos por cortés
La vieja corte francesa;
Pero ésa es prenda del hombre,
Y aunque es necesaria prenda,
En el asunto a que os llamo
He menester al poeta.

ÉL.
Pues qué, ¿poeta y hombre acaso
Serán dos cosas diversas?
¡Con nacer y con amar
Cuánta poesía está hecha!

ELLA.
(Con interés mal disimulado.) ¡Qué, amáis!

ÉL.
(Con intención.) ¡Sí, amo!

ELLA.
(Abandonando precipitadamente la idea.) Dejad
Inoportunas querellas
Que os distraerían

ÉL.
Y ¿a vos
No?

ELLA.
(Sonriendo.) Tal vez me distrajeran.
Es ello que necesito
Para hoy mismo una comedia.

ÉL.
Comedia, ¿y para hoy?... ¿Qué, acaso
Fénix renace el gran Vega,
O de los dos Calderones
Ha vuelto alguno a la tierra?
¿Y el enredo? ¿Y la enseñanza?
¿Y aquellas galas poéticas,
Blonda sutil del lenguaje
Que lo borda y hermosea?

ELLA.
No os pido cosa tan alta:
Quiero una obrilla modesta,
Juguete, ensayo, proverbio...

ÉL.
¡Facilidad como ella!


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Dominio público
10 págs. / 18 minutos / 629 visitas.

Publicado el 1 de enero de 2019 por Edu Robsy.

Cuentos y Cosas

Pedro Muñoz Seca


Cuento, Teatro, Ensayo, Conferencia, Miscelánea


A su querido amigo Tirso García Escudero.

el Autor

Mosquito, Purgatorio y Compañía

Trabajaba un domingo en su fragua Joselito Purgatorio, el gitano más sandunguero de toda la gitanería andaluza, cuando se detuvo ante la única puerta de su cuchitril otro gitano, compadre suyo, a quien malas lenguas llamaban el Mosquito, porque era más borracho que toda una plaga de estos filarmónicos insectos.

—¡Compare, güenos días!

—¡Güenos días, comparito! ¿Ande se va por ahí?

—Pos acá vengo a sacarle asté de sus casiyas.

—No lo intente usté siquiera, compare, lo que toca hoy no me saca usté de aquí al con los mansos. M’ha caío esta chapusilla y…

—Pero compare de mi arma. ¿Se vasté a queá sin í a los toros del Puerto?

—¿Hay toros en el Puerto? —preguntó Purgatorio tirando el martillo de que se servia y abriendo de par en par su bocaza de rape.

—Es usté el único jerezano que lo ignoraba, compare.

—¡Por vía e los mengues! ¡Mardita sea mi sino perro!… ¿Cogerme a mi pegaíto a la paré y sin un mal napoleón? ¿Qué ha jecho usté, compare?

—No s’apure usté, que usté va a los toros del Puerto esta tarde, como yo me yamo Juan Montoya.

—¡Compare!

—Y vasté conmigo.

—¿Ha heredao usté, compare?

—No, señó, pero tengo yo una fantesía mu grande, y he discurrío un negosio que vasté a quedarse bisco en cuantito que yo suerte prenda.

—Hable usté, por su salú, que de curiosiá me están bailando tos mis interiores.

—Vamos a ve, compare, ¿qué dinero tiene usté?

—Dos pesetas.

—Ya, dos pesetas y una perrita gorda. ¿Tiene usté un barrí de media arroba?

—Sí, señó.

—¿Y un vaso?

—También.

—¡Ea, pues chóquela usté!


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Dominio público
141 págs. / 4 horas, 7 minutos / 587 visitas.

Publicado el 12 de abril de 2018 por Edu Robsy.

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