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Cómo Debe el Joven Escuchar la Poesía

Plutarco


Tratado, Filosofía


1

Querido Marco Sedacio, si como decía el poeta Filóxeno, de las carnes las más sabrosas son las que no son carnes, y de los peces los que no son peces, dejemos que lo demuestren aquellos de los que Catón decía que tenían el paladar más sensible que el corazón. Porque de las cosas que se dicen en la filosofía está claro para nosotros que, con las que no tienen aspecto filosófico, los jóvenes precisamente se complacen más y se ofrecen a sí mismos obedientes y sumisos. En efecto, ellos no sólo se entusiasman con placer cuando leen las fábulas de Esopo y las sentencias poéticas y el Ábaris de Heráclides y el Licón de Aristón, sino también cuando leen las doctrinas sobre las almas, si están mezcladas con mitología. Por ello, conviene vigilar cuidadosamente que ellos sean comedidos no sólo en los placeres de la comida y de la bebida, sino, aún más, que se acostumbren a serlo en las audiciones y lecturas, como usan con moderación de un companage que agrada, y tomen de ellas lo útil y saludable, pues ni las puertas cerradas guardan a una ciudad de su conquista, si por una de ellas se deja entrar a los enemigos, ni la continencia en los demás placeres salva al joven, si se entrega, sin darse cuenta, al que viene de la audición.

Pero cuanto más se apegue este placer al hombre que es dado por naturaleza a sentir y razonar, tanto más daña y destruye, si es descuidado, a aquel que lo acepta. Por tanto, ya que no es, quizá, posible ni provechoso apartar de la poesía a un joven de la edad que tienen ahora mi Soclaro y tu Cleandro, debemos vigilarlos muy bien, porque están más necesitados de dirección en las lecturas que en las calles.


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Publicado el 19 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

Hierón

Jenofonte


Tratado, Filosofía


Un día el poeta Simónides visitó al tirano Hierón. En la conversación que mantuvieron ambos dijo Simónides:

—¿Querrías, oh Hierón, explicarme aquello que es natural que tú conozcas mejor que yo?

—Y ¿qué es eso, contestó Hierón, que realmente yo podría conocer mejor que tú, que eres tan sabio?

—Sé yo, replicó, que tú has sido un particular y que ahora eres tirano; es, pues, natural que tú que has probado ambos estados conozcas mejor que yo en qué se distinguen la vida del tirano y la del particular, en lo que se refiere a alegrías y penas.

—Y ¿por qué, replicó Hierón, tú no me recuerdas, asimismo, lo propio de la vida del particular, puesto que aún eres un particular? Pues creo que, en ese caso, yo te podría mostrar mucho mejor las diferencias que hay en una y en otra.

Entonces dijo Simónides:

—Creo haber observado, oh Hierón, que los particulares disfrutan y se apenan con las imágenes por los ojos, con los sonidos por lo oídos, con los alimentos y bebidas por la boca, y en cuanto a los placeres amorosos, por los órganos que todos sabemos. Respecto a lo frío y a lo cálido, a lo duro y a lo blando, a lo ligero y a lo pesado, a mi entender, también consideramos que disfrutamos y sufrimos por ellos con el cuerpo entero. De los bienes y males, unas veces creemos disfrutar por el alma sola, otras, al contrario, sufrir y otras, también, por el alma y el cuerpo en común. Que disfrutamos del sueño pienso que nos damos cuenta, pero cómo, con qué y cuándo, eso creo que, más bien, lo ignoramos, dijo. Y quizás no tiene nada de extraño, ya que las sensaciones se nos presentan más nítidas cuando estamos despiertos que cuando estamos durmiendo.

A esto respondió Hierón:


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Publicado el 20 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

Teoría del Andar

Honoré de Balzac


Tratado


¿A qué, si no es a una substancia eléctrica, puede atribuirse la magia con la que la voluntad se entroniza tan majestuosamente en la mirada para aniquilar los obstáculos de las disposiciones del genio, o filtra pese a nuestras hipocresías por entre la apariencia humana?

Historia intelectual de Louis Lambert

En el estado actual de los conocimientos humanos, esta teoría es, a mi parecer, la ciencia más nueva y, por consiguiente, la más curiosa que cabe tratar. Es casi virgen. Espero poder demostrar la razón coeficiente de esta valiosa virginidad científica mediante observaciones útiles para la historia del intelecto humano. Encontrarse con alguna que otra curiosidad de este tipo, en cualquier ámbito, era ya algo muy difícil en los tiempos de Rabelais; pero quizá sea aún más difícil explicar su existencia hoy: ¿acaso no es preciso que todo haya dormido alrededor, vicios y virtudes? Con respecto a esto, sin ser Ballanche, Perrault, inconscientemente, creó un mito en La Bella Durmiente. ¡Qué admirable privilegio, el de los hombres cuyo genio es total candidez! Sus obras constituyen diamantes tallados con facetas que reflejan e irradian las ideas de todas las épocas. ¿Acaso Latour-Mézeray, un hombre inteligente que sabe sacar la enjundia del pensamiento mejor que nadie, no descubrió en El Gato con Botas el mito del Anuncio, el de las potencias modernas, que anticipa lo que tiene un valor imposible de hallar en el Banco de Francia, es decir, toda la inteligencia que hay en el público más ingenuo del mundo, toda la credulidad que hay en la época más incrédula, toda la simpatía que hay en las entrañas del siglo más egoísta?


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Publicado el 15 de mayo de 2017 por Edu Robsy.

Diálogos del Orador

Marco Tulio Cicerón


Tratado, Oratoria


Libro primero

Trayendo yo muchas veces a la memoria los tiempos antiguos, siempre me han parecido muy felices, oh hermano Quinto, aquellos hombres que habiendo florecido en la mejor edad de la república, insignes por sus honores y por la gloria de sus hechos, lograron pasar la vida sin peligro en los negocios o con dignidad en el retiro. Ha llegado el tiempo en que a todos parecería justo (y sin dificultad me lo concederían) que yo comenzase a descansar y aplicar el ánimo a nuestros estudios predilectos, cesando ya en mi vejez el inmenso trabajo de los negocios forenses y la asidua pretensión de los honores. Pero esta esperanza y propósito mío se han visto fallidos por las calamidades públi cas y por mi varia fortuna. Donde pensé hallar tranquilidad y sosiego, me asaltó un torbellino de cuidados y molestias. Ni por más que vivamente lo deseaba, pude dedicar el fruto de mis ocios a cultivar y refrescar entre nosotros aquellas artes a que desde la infancia me he dedicado. Ya en mi primera edad asistí a aquella revolución y trastorno del antiguo régimen; llegué al Consulado en medio de confusiones y peligros, y desde el consulado hasta ahora he tenido que luchar con las mismas olas que yo aparté de la república y que luego se alborotaron contra mí. Pero ni la aspereza de mi fortuna ni lo difícil de los tiempos serán parte a que yo abandone los estudios y no dedique a escribir todo el tiempo que me dejen libre el odio de mis enemigos, las causas de mis amigos o el interés de la república.

A tí, hermano mío, nunca dejaré de complacerte ni de atender a tus ruegos y exhortaciones, porque nadie tiene tanta autoridad conmigo, ni a nadie profeso tan buena voluntad.


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234 págs. / 6 horas, 49 minutos / 1.276 visitas.

Publicado el 18 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

Del Sentido y lo Sensible

Aristóteles


Filosofía, tratado


Capítulo I

HEMOS tratado ahora mismo detalladamente del alma en sí misma y de sus diversas facultades. Nuestra labor ha de ser, pues, a continuación, considerar los animales y todas aquellas cosas que poseen vida y descubrir cuáles son sus actividades distintivas o peculiares y cuáles son sus actividades comunes. Hay que presuponer todo lo que se ha dicho ahora mismo acerca del alma, pero hemos de discutir ahora las cuestiones que quedan, relacionadas ante todo con lo que tiene una prioridad natural.

Las características más importantes de los animales, sean comunes o peculiares, son evidentemente las que pertenecen al alma y al cuerpo, tales como la sensación, la memoria, la pasión, el deseo y el apetito en general, y junto a ellas, el placer y la pena; estas cosas, en efecto, pertenecen a la gran mayoría de los seres vivos. Además de éstas, hay algunas que son comunes a todos los seres que participan de la vida, y otras que son peculiares a ciertos animales. Las más importantes de éstas son las que constituyen los cuatro pares siguientes: el velar y el dormir, la juventud y la vejez, la inspiración y la espiración, la vida y la muerte; hemos de investigar ahora qué es cada una de estas cosas, y por qué razones tienen lugar.

Es, además, el deber del filósofo de la naturaleza estudiar los primeros principios de la salud y la enfermedad; porque ni la salud ni la enfermedad pueden ser propiedades de los seres que carecen de vida. De donde se puede decir que la mayoría de los filósofos de la naturaleza y aquellos médicos que ponen un interés especial en su arte, tienen esto en común: el primero acaba por estudiar medicina, y el último basa sus teoría médica en los principios de la ciencia de la naturaleza.


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35 págs. / 1 hora, 2 minutos / 1.056 visitas.

Publicado el 3 de junio de 2016 por Edu Robsy.

Ética a Eudemo

Aristóteles


Filosofía, Tratado


Capítulo 1

DE LAS CAUSAS DE LA FELICIDAD

El moralista que en Delos grabó su pensamiento y le puso bajo la protección de Dios, escribió los dos versos siguientes sobre el pórtico del templo de Latona, considerando sin duda el conjunto de todas las condiciones que un hombre solo no puede reunir completamente: lo bueno, lo bello y lo agradable: "Lo justo es lo más bello; la salud lo mejor; obtener lo que se ama es lo más grato al corazón."

No compartimos por completo la idea expresada en esta inscripción, pues en nuestra opinión, la felicidad, que es la más bella y la mejor de las cosas, es, a la vez, la más agradable y la mas dulce. Entre las numerosas consideraciones a que cada especie de cosas y cada naturaleza de objetos pueden dar lugar, y que reclaman un serio examen, unas sólo tienden a conocer la cosa de que uno se ocupa, y otras tienden además a poseerla y hacer de ella todas las aplicaciones posibles. En cuanto a las cuestiones que en estos estudios filosóficos tienen un carácter puramente teórico, las trataremos según se vaya presentando la ocasión y desde el punto de vista especial de esta obra.

Ante todo indagaremos en qué consiste la felicidad y por qué medios se la puede adquirir. Nos preguntaremos si todos aquellos a quienes se da este sobrenombre de dichosos lo son como mero efecto de la naturaleza, a manera que son grandes o pequeños o que difieren por el semblante y la tez; o si son dichosos merced a la enseñanza de cierta ciencia, que sería la de la felicidad; o si acaso lo deben a una especie de práctica y de ejercicio, porque hay una multitud de cualidades diversas que no las deben los hombres ni a la naturaleza ni al estudio, y que sólo se adquieren por el simple hábito; las cuales son malas cuando proceden de malos hábitos y buenas cuando los contraen buenos.


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153 págs. / 4 horas, 28 minutos / 879 visitas.

Publicado el 12 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

Del Abuso de las Palabras

John Locke


Filosofía, Tratado


De las ideas

De las ideas en general y de su origen

La idea es el objeto del pensamiento

§1. Dado que toda persona es consciente de que piensa, y que aquello a lo que su mente se aboca al pensar son las ideas que están en ésta, es indudable que las personas tienen diversas ideas en la mente, como las que expresan las palabras blancura, dureza, dulzura, pensamiento, movimiento, hombre, elefante, ejército, ebriedad y demás; en primer lugar, pues, debe preguntarse: ¿cómo las adquieren? Sé que la doctrina recibida es que las personas tienen ideas innatas y caracteres originarios impresos en la mente desde el momento en que son. He considerado extensamente esa opinión; y cuanto he dicho al respecto en el libro precedente, según creo, se admitirá con mucha mayor facilidad cuando haya demostrado de dónde obtiene las ideas el entendimiento, y en qué forma y grado estas entran en la mente; y para ello apelaré a la observación y a la experiencia de cada cual.

Todas las ideas proceden de la sensación o la reflexión

§2. Supongamos que la mente es, como decimos, papel en blanco, sin letras ni ideas. ¿Cómo las adquiere? ¿Dónde consigue la vasta reserva que la imaginación activa e ilimitada del hombre ha pintado en ella, con casi infinita variedad? ¿De dónde saca la mente los materiales de la razón y el conocimiento? A esto respondo, en una palabra: de la experiencia; en ella se basa todo nuestro conocimiento; y, en el fondo, de ella procede. La observación, que concentramos, bien en los objetos sensibles externos, bien en las operaciones internas de la mente, percibidas y consideradas por nosotros, es lo que provee al entendimiento todos los materiales del pensamiento. Tales son las dos fuentes del conocimiento, de donde manan todas las ideas que tenemos, o que por naturaleza podemos tener.

Los objetos sensibles son fuente de ideas


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Publicado el 16 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

Meteorológicos

Aristóteles


Ciencia, filosofía, tratado


Libro I

1. Lugar del presente tratado dentro de la filosofía natural

Se ha tratado ya con anterioridad acerca de las causas primeras de la naturales, así como del orden de los astros con arreglo a la traslación superior y de los elementos corpóreos, <a saber,> cuántos y cuáles son, y de su recíproca transformación, como también acerca de la generación y la corrupción en general. Queda aún <por tratar> una parte de este estudio a la que todos los predecesores han venido llamando meteorología: esto es todo aquello que tiene lugar con arreglo a la naturaleza, pero <de manera> más desordenada que la del primero de los elementos corpóreos, y que se halla en la más inmediata vecindad de la traslación de los astros, v. g.: la <Vía> Láctea, los cometas, las apariciones de <cuerpos> inflamados y móviles y todos aquellos fenómenos que podríamos considerar comunes al aire y al agua, así como todo cuanto son partes y especies de tierra y las propiedades de <dichas> partes; a partir de lo cual estudiaremos las causas de los vientos y de los terremotos, así como todo lo que tiene lugar con arreglo a sus movimientos. Para algunas de estas cuestiones carecemos de explicación, otras, en cambio, llegamos a comprenderlas en cierto modo. Trataremos también de la caída de rayos, de los torbellinos, de los huracanes de fuego y de los demás <fenómenos> que tienen lugar periódicamente en los mismos cuerpos debido a la condensación.

Una vez tratados estos <temas>, veremos si podemos dar alguna explicación, con arreglo al método establecido, sobre los animales y las plantas, tanto en general como en particular; pues una vez expuestas estas cosas, estará prácticamente realizado todo lo que nos propusimos al principio.

Y tras esta introducción, empecemos a tratar de esas cuestiones.


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149 págs. / 4 horas, 21 minutos / 468 visitas.

Publicado el 1 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.

Sobre la República

Marco Tulio Cicerón


Tratado, Filosofía, Política


Libro primero

Sinopsis

Importancia de la actividad política entre las propias del sabio. Ocasión del diálogo. Presentación de los personajes. Tema coyuntural (la aparición de dos soles), al que se renuncia ante la mayor importancia del de la existencia de diferentes formas de gobierno. Escipión se encarga de la exposición de las tres fundamentales: monarquía, aristocracia, democracia. Sus degeneraciones: tiranía, oligarquía, anarquía. Lelio le cuestiona acerca de cuál considera mejor. Escipión se inclina por una mixta.

* * *

* Así como son más los beneficios de la patria, y es ésta más antigua que un progenitor particular, así también se debe más gratitud a ella que a un padre.

(NONIO [Apéndice (= Ap.) XV 99]).

(PLINIO [ibid. XVII 2].)

(PLINIO [ibid. XVII 1].)

(ARUSIANO MESIO [ibid. V].)

* En verdad, todo el discurso de estos [filósofos], aunque contenga manantiales riquísimos de virtud y de ciencia, me temo, sin embargo, que, habida cuenta de sus actos y de las obras que ellos hicieron, resulte no haber aportado tanta utilidad a los negocios humanos cuanto deleite a los ocios (LACTANCIO [ibid. XIII 2]).

* Tampoco Cartago hubiera tenido tanta fuerza durante casi seiscientos años sin un buen gobierno y una moral (NONIO [ibid. XV 66]).

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94 págs. / 2 horas, 44 minutos / 447 visitas.

Publicado el 10 de diciembre de 2018 por Edu Robsy.

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