Textos más vistos etiquetados como Comedia disponibles | pág. 2

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El Sí de las Niñas

Leandro Fernández de Moratín


Teatro, Comedia


Advertencia

El sí de las niñas se representó en el teatro de la Cruz el día 24 de enero de 1806, y si puede dudarse cuál sea entre las comedias del autor la más estimable, no cabe duda en que ésta ha sido la que el público español recibió con mayores aplausos. Duraron sus primeras representaciones veinte y seis días consecutivos, hasta que llegada la cuaresma se cerraron los teatros como era costumbre. Mientras el público de Madrid acudía a verla, ya se representaba por los cómicos de las provincias, y una culta reunión de personas ilustres e inteligentes se anticipaba en Zaragoza a ejecutarla en un teatro particular, mereciendo por el acierto de su desempeño la aprobación de cuantos fueron admitidos a oírla. Entretanto se repetían las ediciones de esta obra: cuatro se hicieron en Madrid durante el año de 1806, y todas fueron necesarias para satisfacer la común curiosidad de leerla, excitada por las representaciones del teatro.


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Dominio público
69 págs. / 2 horas, 1 minuto / 2.027 visitas.

Publicado el 20 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

Comedia Sin Título

Federico García Lorca


Teatro, comedia


(Telón gris)

AUTOR: Señoras y señores:

No voy a abrir el telón para alegrar al público con un juego de palabras, ni con un panorama donde se vea una casa en la que nada ocurre y a donde dirige el teatro sus luces para entretener y haceros creer que la vida es eso. No. El poeta, con todos sus cinco sentidos en perfecto estado de salud, va a tener, no el gusto, sino el sentimiento de enseñaros esta noche un pequeño rincón de realidad. Ángeles, sombras, voces, liras de nieve y sueños existen y vuelan entre vosotros, tan reales como la lujuria, las monedas que lleváis en el bolsillo, o el cáncer latente en el hermoso seno de la mujer, o el labio cansado del comerciante.

Venís al teatro con el afán único de divertiros y tenéis autores a los que pagáis, y es muy justo, pero hoy el poeta os hace una encerrona porque quiere y aspira a conmover vuestros corazones enseñando las cosas que no queréis ver, gritando las simplísimas verdades que no queréis oír.

¿Por qué? Si creéis en Dios, y yo creo, ¿por qué tenéis miedo a la muerte? Y si creéis en la muerte, ¿por qué esa crueldad, ese despego al terrible dolor de vuestros semejantes?¡Ja, ja, ja! Diréis que esto es un sermón. Y bien, ¿es que es feo un sermón? Casi todos los que me oyen han dado un portazo y han salido de casa dejando a su padre o a su madre en un momento en que por su bien les reñían, y en este instante darían todo lo que tienen, hasta los ojos, por volver a oír las dulces voces desaparecidas. Lo mismo ahora. Pero ver la realidad es difícil. Y enseñarla, mucho más. Es predicar en desierto. Pero no importa.


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Dominio público
15 págs. / 26 minutos / 517 visitas.

Publicado el 10 de enero de 2022 por Edu Robsy.

El Marido Pantasma

Francisco de Quevedo y Villegas


Teatro, Entremés, Comedia


Figuras que se introducen

MUÑOZ
DOÑA OROMASIA
MENDOZA
TRES MUERES
LOBÓN
LOS MÚSICOS

El Marido Pantasma

Salen MUÑOZ y MENDOZA; MUÑOZ de novio galán.

MENDOZA
Sea el señor Muñoz muy bien venido.

MUÑOZ
Sea el señor Mendoza bien hallado.

MENDOZA
¿Qué intento le ha traído
con tan bien guarnecido frontispicio?

MUÑOZ
Vengo a ponerme a oficio;
vengo, señor Mendoza,
a ponerme a marido en una moza.

MENDOZA
Señor Muñoz, poniéndolo por obra,
el mu le basta y todo el ñoz le sobra.
Tiene lindas facciones de casado.

MUÑOZ
La mujer de quien he de ser velado,
para quitar de todo enconvenientes,
no ha de tener linaje ni parientes;
quiero mujer sin madre y sin tías,
sin amigas ni espías,
sin viejas, sin vecinas,
sin visitas, sin coches y sin Prado,
y sin lugarteniente de casado;
que hay doncella que vende de su esposo,
a raíz de las propias bendiciones,
a pares las futuras sucesiones.

MENDOZA
Mujer sin madre, ¿dónde podrá hallarse?

MUÑOZ
Ella es invención nueva.

MENDOZA
Vusted perdió linda ocasión en Eva;
mas ya que no tenía
madre, suegra ni tía,
tuvo culebra.


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Dominio público
5 págs. / 10 minutos / 1.536 visitas.

Publicado el 18 de junio de 2018 por Edu Robsy.

A Fuerza de Arrastrarse

José Echegaray


Teatro, comedia


Reparto

PERSONAJES — Actores

BLANCA — Sra. Guerrero.
JOSEFINA — Srta. Suárez.
PLÁCIDO — Sr. Díaz de Mendoza (F.)
MARQUÉS DE RETAMOSA DEL VALLE — Palanca.
CLAUDIO — Santiago.
DON ROMUALDO — Cirera.
DON ANSELMO — Carsí.
JAVIER — Guerrero.
BASILIO — Díaz de Mendoza (M.)
TOMÁS — Mesejo.
PADRINO 1º — Medrano.
IDEM 2º — Soriano Viosca.
TÍO LESMES — Urquijo.
DEMETRIO — Juste.
CRIADO 1º — Gil
IDEM 2º — Ariño

Prólogo

La escena representa la sala baja de una casa muy pobre, en una aldea. Puerta en el centro que da al campo. A un lado, una verja con algún tiesto de flores. Se ven el cielo y árboles. Un sofá, un sillón, algunas sillas, etc., todo pobrísimo, viejo y desvencijado. Una mesa de pino; sobre ella, una palmatoria con un cabo de vela sin encender. Es la caída de la tarde.

Escena primera

PLÁCIDO, en la puerta, mirando hacia fuera.


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Dominio público
86 págs. / 2 horas, 31 minutos / 450 visitas.

Publicado el 29 de junio de 2020 por Edu Robsy.

Las Aves

Aristófanes


Teatro, Comedia


PERSONAJES

EVELPIDES.
PISTETERO.
ABUBILLA.
UN PARRICIDA.
EL CORO DE LAS AVES.
UN SACERDOTE.
UN POETA.
UN INSPECTOR.
UN VENDEDOR.
MENSAJERO PRIMERO.
MENSAJERO SEGUNDO.
IRIS.
UN HERALDO.
UN PARRICIDA.
CINESIAS, poeta ditriámbico.
UN SICOFANTE.
PROMETEO.
POESEIDÓN.
TRIBADO.
HERACLES.

LAS AVES

País agreste, lleno de zarzales y peñascos. Al fondo, una selva; a un lado una roca, morada de Abubilla.

En escena

EVÉLPIDES, llevando un grajo sobre el puño.

PISTETERO, llevando igualmente una corneja; y los dos en busca del reino de las Aves.

EVÉLPIDES.—(Al grajo que le sirve de guía.) ¿Me dices que vaya en línea recta hacia aquel árbol?

PISTETERO.—(A la corneja que trae en la mano.) ¡Peste de avechucho! Ahora grazna que retrocedamos.

EVÉLPIDES.—Pero infeliz la qué andar errantes en todos sentidos? Con estas idas y venidas nos derrengamos inútilmente.

PISTETERO.—¡Qué imbécil he sido al dejarme guiar por esta corneja! Me ha hecho correr más de mil estadios.

EVÉLPIDES.—¿Mayor dicha que la de llevar de guía a este grajo, que me ha destrozado hasta las uñas de los pies?

PISTETERO.—Ni siquiera sé en qué lugar de la tierra estamos.

EVÉLPIDES.—¿No podrías tú averiguar desde aquí dónde cae nuestra patria?

PISTETERO.—No, por cierto; ni Execéstides la suya.

EVÉLPIDES.—¡Ay!

PISTETERO.—Tú, amigo mío, sigue esa senda.


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Dominio público
49 págs. / 1 hora, 26 minutos / 507 visitas.

Publicado el 3 de junio de 2018 por Edu Robsy.

Las Tesmoforiantes

Aristófanes


Teatro, Comedia


Personajes

MNESÍLOCO, suegro de Eurípides.
EURÍPIDES.
UN CRIADO DE AGATÓN.
AGATÓN.
CORO DE AGATÓN.
UN HERALDO, (interpretado por una mujer.)
CORO DE MUJERES, que celebran las Tesmoforias.
Dos MUJERES.
CLISTENES.
UN PRITÁNEO.
UN ARQUERO.

Las tesmoforiantes

(La acción transcurre, primero, frente a la casa de Agatón y después junto al templo de Deméter.)

MNESÍLOCO:
(Siguiendo penosamente a Eurípides.) ¡Oh, Zeus! ¿Cuándo veré aparecer una golondrina? Este hombre va a acabar conmigo haciéndome correr desde el amanecer. ¿Podré antes de que me estalle el bazo, saber donde me conduces, Eurípides?

EURÍPIDES:
No debes oír lo que pronto has de ver.

MNESÍLOCO:
¿Cómo dices? Repítelo ¿No debo oír..

EURÍPIDES:
Lo que pronto vas a ver...

MNESÍLOCO:
¿Y tampoco será menester que vea?

EURÍPIDES:
No, al menos lo que debes oír.

MNESÍLOCO:
¿Qué es lo que me aconsejas? Confieso, sin embargo que hablas hábilmente. ¿Dices que no debo oír ni ver?

EURÍPIDES:
Sí; puesto que son dos funciones distintas por naturaleza.

MNESÍLOCO:
¿La de oír y la de no ver?

EURÍPIDES:
Sí; tenlo entendido.

MNESÍLOCO:
¿Cómo distintas?

EURÍPIDES:
Escucha cómo esa distinción se hizo desde los orígenes. Cuando el Eter se separó del Caos y engendró los anímales que en su seno se agitaban, con objeto de que viesen, les hizo primero los ojos redondos como el disco del sol, y después les abrió los oídos en forma de embudo.


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Dominio público
33 págs. / 57 minutos / 563 visitas.

Publicado el 28 de junio de 2018 por Edu Robsy.

Pluto

Aristófanes


Teatro, Comedia


Personajes

CARIÓN, esclavo de Cremilo.
CREMILO.
EL Dios PLUTO.
CORO DE CAMPESINOS.
BLEPSIDEMO, amigo de Cremilo.
LA POBREZA.
LA MUJER DE CREMILO.
UN HOMBRE DE BIEN.
UN SICOFANTE.
UNA VIEJA.
UN JOVEN.
EL Dios HERMES.
UN SACERDOTE DE ZEUS.

Pluto

La escena representa una plaza pública, al fondo de la cual se alza la casa de Cremilo. Éste entra seguido de Carión y ambos siguen a Pluto, ciego.

CARIÓN:
¡Ah, qué penoso es, oh Zeus y grandes dioses, ser esclavo de un amo que anda mal de la cabeza! Si el esclavo da los mejores consejos y al amo se le antoja no seguirlos, no por eso deja de participar de su desgracia. Porque la fortuna no nos permite disponer de este cuerpo, que es nuestro y muy nuestro, y se lo da al que lo ha comprado. ¡Así anda el mundo! Tengo que dirigir a Apolo, al dios cuya pitonisa profetiza desde el áureo trípode, una justa acusación: que siendo médico y hábil adivino, según se asegura, haya dejado salir de su templo a mi amo atacado de locura, obstinado en seguir a un ciego y empeñado en oponerse al buen sentido, según el cual quien tiene buenos ojos debe guiar al que carece de ellos; pero a mi amo no hay modo de hacérselo comprender; y se va detrás del ciego, y por añadidura me obliga a ir a mí también, sin responder a mis preguntas. No, mi amo, yo no puedo callar si no me dices por qué seguimos a ese hombre; te atormentaré, ya que gracias a mi corona no puedes castigarme.

CREMILO:
Pero si continúas fastidiándome. te quitaré la corona y aún te escocerá más.

CARIÓN:
¡Tonterías! No pienso dejarte en paz hasta que me digas quién es ese hombre. Ten presente que te lo pregunto por tu propio interés.


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Dominio público
34 págs. / 1 hora / 520 visitas.

Publicado el 2 de julio de 2018 por Edu Robsy.

A Prima Fija

Pedro Muñoz Seca


Teatro, comedia, entremés


Estrenado en el Teatro de la Princesa de Madrid la noche del 14 de noviembre de 1907

Dedicatoria

A Valentín Galarza y Morante, á quien tanto quiere

El Autor

Personajes / Actores

HIPÓLITO / Sr. Manso.
RODRIGO / Norro.
LUIS / Cobeña.
DIEGO / Perrín.
REMIGIO / Cobeña (B.)

La acción en cualquier capital de provincia.—Época actual

A prima fija

Gabinete de lectura de un hotel. Amplia mesa con periódicos y revistas en el centro. Dos puertas practicables en el lateral izquierda, una á la derecha y otra en el fondo. Sobre las practicables de la izquierda, y en pequeños cartones adosados á la pared, los números uno y tros respectivamente. Es de día.

Escena primera

REMIGIO ordena los periódicos que hay sobre la mesa. DIEGO, camarero del hotel, entra por el fondo con una tarjeta en la mano.

Diego: ¿Don Remigio? Este señor que desea á todo trance hospedarse en el hotel. (Le entrega la tarjeta.)

Rem.: (Leyendo.) Hipólito Llamas: Inspector de la Compañía de Seguros á prima fija «El Sol». ¿No hay sitio en el principal?

Diego: Ni en el segundo: está el hotel de bote en bote. En el teléfono duerme ese señor de Alemania que es sordo, y en el cuarto de duchas hemos metido á los recién casados que llegaron esta mañana en el correo.

Rem.: Entonces, aloja á este señor en mi cuarto; yo dormiré en un diván durante estas noches de feria.

Diego: Puede que en cuanto averigüe que hay en el hotel otros dos agentes de seguro se marche.

Rem.: ¿Pero hay dos más?

Diego: Si, señor; el huésped del uno y ese otro caballero que abraza á todo el mundo para trabar conversación.


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Dominio público
9 págs. / 15 minutos / 660 visitas.

Publicado el 1 de abril de 2021 por Edu Robsy.

El Perro del Hortelano

Lope de Vega Carpio


Teatro, Comedia


Dramatis personae

Comedia Famosa El Perro del Hortelano.

Hablan en ella las personas siguientes.

DIANA, condesa de Belflor.
LEONIDO, criado.
EL CONDE FEDERICO.
ANTONELO, lacayo.
TEODORO, su secretario.
MARCELA, de su cámara.
DOROTEA, de su cámara.
ANARDA, de su cámara.
OTAVIO, su mayordomo.
FABIO, su gentilhombre.
EL CONDE LUDOVICO.
FURIO.
LIRANO.
TRISTÁN, lacayo.
RICARDO, marqués.
CELIO, criado.
CAMILO.

Acto I

Salen TEODORO, con una capa guarnecida de noche, y TRISTÁN, criado. Vienen huyendo.

TEODORO

Huye, Tristán, por aquí.

TRISTÁN

Notable desdicha ha sido.

TEODORO

¿Si nos habrá conocido?

TRISTÁN

No sé; presumo que sí.

(Váyanse y entre tras ellos DIANA, condesa de Belflor.)

DIANA

¡Ah, gentilhombre! ¡Esperad!
¡Teneos! ¡Oíd! ¿Qué digo?
¿Esto se ha de usar conmigo?
Volved, mirad, escuchad.
¡Hola! ¿No hay aquí un crïado?
¡Hola! ¿No hay un hombre aquí?
Pues no es sombra lo que vi,
ni sueño que me ha burlado.
¡Hola! ¿Todos duermen ya?

(Sale FABIO, criado.)

FABIO

¿Llama vuestra señoría?

DIANA

Para la cólera mía
gusto esa flema me da.
Corred, necio, enhoramala,
pues merecéis este nombre,
y mirad quién es un hombre
que salió de aquesta sala.

FABIO

¿Desta sala?

DIANA

Caminad,
y responded con los pies.

FABIO

Voy tras él.

DIANA

Sabed quién es.
¿Hay tal traición, tal maldad?

(Sale OTAVIO.)

OTAVIO


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Dominio público
59 págs. / 1 hora, 44 minutos / 2.085 visitas.

Publicado el 17 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

Las Preciosas Ridículas

Molière


Teatro, Comedia


Comedia en un acto estrenada en París en 1659

Personajes

LA GRANGE.
DU CROISY.
GORGIBUS, probo burgués.
MADELÓN, hija de Gorgibus.
CATHOS, sobrina de Gorgibus.
MAROTTE, sirvienta de la preciosas ridículas.
EL MARQUÉS DE MASCARILLA, criado de La Grange.
EL VIZCONDE DE JODELET, criado de Du Croisy.
PORTADORES DE LITERA.

La escena, en París, en casa de GORGIBUS.

Acto único

Escena I

LA GRANGE y DU CROISY.

DU CROISY.— ¿Señor La Grange?

LA GRANGE.— ¿Qué?

DU CROISY.— Miradme un poco, sin reíros.

LA GRANGE.— ¿Y bien?

DU CROISY.— ¿Qué decís de nuestra visita? ¿Estáis muy satisfecho de ella?

LA GRANGE.— A vuestro juicio, ¿tenemos motivo para estarlo los dos?

DU CROISY.— No del todo, en verdad.

LA GRANGE.— En cuanto a mí, os confieso que me tiene completamente escandalizado. ¿Se ha visto nunca a dos bachilleras provincianas hacerse más desdeñosas que éstas y a dos hombres tratados con más desprecio que nosotros? Apenas si han podido decidirse a ordenar que nos dieran unas sillas. No he visto jamás hablarse tanto al oído como hacen ellas, bostezar tanto, restregarse tanto los ojos y preguntar tantas veces: «¿Qué hora es?» No han contestado más que sí o no a todo cuanto hemos podido decirles. ¿Y no confesaréis, en fin, que aun cuando hubiéramos sido las últimas personas del mundo, no podía tratársenos peor de lo que lo han hecho?.

DU CROISY.— Paréceme que tomáis la cosa muy a pecho.


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Dominio público
20 págs. / 36 minutos / 1.084 visitas.

Publicado el 6 de octubre de 2016 por Edu Robsy.

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