Textos más vistos etiquetados como Comedia disponibles | pág. 6

Mostrando 51 a 60 de 60 textos encontrados.


Buscador de títulos

etiqueta: Comedia textos disponibles


23456

El Viejo y la Niña

Leandro Fernández de Moratín


Teatro, comedia


Advertencia

En el año de 1786, leyó el autor esta comedia a la compañía de Manuel Martínez, y los galanes fueron de opinión de que tal vez no se sufría en el teatro por la sencilla disposición de su fábula, tan poco semejante a las que entonces aplaudía la multitud; pero se determinaron a estudiarla a pesar de este recelo, persuadidos de que ya era tiempo de justificarse a los ojos del público, presentándole una obra original escrita con inteligencia del arte.

Costó no pequeña dificultad obtener licencia para representarla, y sólo pudo conseguirse haciendo en ella supresiones tan considerables, que resultaron truncadas las escenas, inconsecuente el diálogo, y toda la obra estropeada y sin orden. La segunda dama de la compañía, que frisaba ya en los cuarenta, no quiso reducirse a hacer el papel de doña Beatriz, a fin de conservar siquiera en el teatro las apariencias de su perdida juventud. La comedia volvió a manos del autor y desistió por entonces de la idea de hacerla representar.


Leer / Descargar texto

Dominio público
58 págs. / 1 hora, 42 minutos / 1.689 visitas.

Publicado el 20 de septiembre de 2018 por Edu Robsy.

Los Favores del Mundo

Juan Ruíz de Alarcón


Teatro, Comedia


PERSONAJES

DON JUAN de Luna
El PRÍNCIPE don Enrique, híjo de don Juan II de Castilla
DON DIEGO, viejo, tío de ANARDA
El CONDE Mauricio
LEONARDO, su criado
HERNANDO, gracioso
GERARDO, paje del Príncipe
ANARDA, dama
JULIA, dama
INÉS, criada de ANARDA
BUITRAGO, escudero
Dos PAJES
CRIADOS

ACTO I

(Llano al pie del parque de Madrid)

ESCENA I

(Salen GARCIA y HERNANDO , de color.)

HERNANDO. ¡Lindo lugar!

GARCIA. El mejor;
todos, con él, son aldeas.

HERNANDO. Seis años ha que rodeas
aqueste globo inferior,
y no ví en su redondez
hermosura tan extraña.

GARCIA. Es corte del rey de España,
que es decillo de una vez.

HERNANDO. ¡Hermosas casas!

GARCIA. Lucidas;
no tan fuertes como bellas.

HERNANDO. Aquí, las mujeres y ellas
son en eso parecidas.

GARCIA. Que edifiquen al revés
mayor novedad me ha hecho;
que primero hacen el techo,
y las paredes después.

HERNANDO. Lo mismo, señor, verás
en la mujer, que adereza,
al vestirse, la cabeza
primero que lo demás.

GARCIA. Bizarras las damas son.

HERNANDO. Diestras, pudieras decir
en la herida del pedir,
que es su primera intención.
Cífrase, si has advertido,
en la de mejor sujeto,
toda la gala en el peto,
toda la gracia en el pido.
Tanto la intención cruel
sólo a este fin enderezan,
que si el "Padre nuestro" rezan,
es porque piden con él.
Hoy a la mozuela roja
que en nuestra esquina verás,
dije al pasar: ¿Cómo estás?
y respondió: Para aloja.


Leer / Descargar texto

Dominio público
58 págs. / 1 hora, 42 minutos / 1.078 visitas.

Publicado el 29 de diciembre de 2018 por Edu Robsy.

Las Bellas Sabinas

Leónidas Andréiev


Teatro, Comedia, Sátira


Las bellas sabinas

Nota del traductor.—Esta comedia es una sátira escrita contra el partido político ruso de los «cadetes» (constitucionalistas-demócratas), cuya acción se caracteriza por la indecisión, la falta de audacia y la prudencia exagerada, rayana en lo ridículo. En vez de luchar abiertamente por la libertad del pueblo, apelaban al buen sentido del gobierno, invocaban razones jurídicas y humanitarias, se conducían, en fin, como los «sabinos», tan magistralmente pintados por Andreiev en esta piececita.

Cuadro primero

Un lugar salvaje, completamente inculto. Comienza a despuntar el día. Romanos armados salen de detrás de la montaña, arrastrando a las sabinas robadas, bellas mujeres, medio desnudas, que se resisten, gritan, muerden las manos de sus raptores. Sólo hay una que permanece del todo tranquila, y se diría que duerme en los brazos del romano que la lleva. Lanzando exclamaciones de dolor, los romanos dejan en tierra a las sabinas y se apresuran a apartarse, ahogados de fatiga. Las mujeres poco a poco se calman, miran desde lejos con desconfianza a los romanos y cambian en voz baja impresiones.


Conversación de los romanos


—¡Por la cabeza de Hércules! Estoy cubierto de sudor y parezco una rata de río. Creo que la mía lo menos pesa doscientos kilos.

—Has hecho mal en coger a una mujer tan gorda. Yo he cogido una pequeñita, delgada, y...

—Sí; pero, con todo, veo que tiene buenas garras. Llevas en el rostro señales abundantes.

—¡Tiene garras de gata!

—Todas parecen gatas. He tomado parte en cien batallas; he recibido sablazos, bastonazos, pedradas, hasta murallazos, y nunca he pasado un rato tan malo. Sospecho que ha desfigurado mi bella nariz romana.


Leer / Descargar texto

Dominio público
29 págs. / 51 minutos / 110 visitas.

Publicado el 8 de noviembre de 2020 por Edu Robsy.

Mañanas de Abril y Mayo

Pedro Calderón de la Barca


Teatro, Comedia


Personas

Don Juan.
Don Pedro.
Don Hipólito.
Don Luis.
Arceo, gracioso.
Pernía, escudero vejete.
Doña Clara.
Doña Ana.
Doña Lucía, dueña.
Inés, criada.

La escena pasa en Madrid.

Jornada primera

Sala en casa de Don Pedro.

Escena I

DON JUAN embozado; ARCEO, con una luz en un candelero.

Arceo:
Ya he dicho que no está en casa
Mi señor, y es, caballero
O fantasma, ó lo que sois,
En vano esperarle, puesto
Que no sé á qué hora vendrá
A acostarse.

D. Juan.

Yo no puedo
Irme de aquí sin hablarle.

Arceo:
Pues en el portal, sospecho
Que estareis mucho mejor.

D. Juan.

Mejor estaré aquí dentro.

Arceo:
Muerto de capa y espada,
Que tan pesado y tan necio
Has dado en andar tras mí
Rebozado y encubierto,
Agradécele al Señor
Que te tengo mucho miedo;
Que si no, yo te pusiera
A cuchilladas muy presto
En la calle.

D. Juan.

No lo dudo;
Mas no os turbeis: de paz vengo.
De Don Pedro soy amigo,
Sosegaos...

Arceo:
¡Lindo sosiego!

D. Juan.

Y sentaos aquí.

Arceo:
Yo estoy
En mi casa, y si yo quiero
Me sentaré.

D. Juan.

Pues estad
Como quisiéredes.

Arceo:
Cierto
Que sois fantasma apacible
Y que teneis mil respetos
Del Convidado de piedra.

D. Juan.

Decidme, ¿qué hace Don Pedro
Fuera de casa á estas horas?
¿Diviértele amor ó juego?

Arceo:
Juego ó amor le divierte.

D. Juan.


Leer / Descargar texto

Dominio público
51 págs. / 1 hora, 29 minutos / 195 visitas.

Publicado el 20 de enero de 2019 por Edu Robsy.

El Barón

Leandro Fernández de Moratín


Teatro, comedia


Advertencia

En el año de 1787 escribió el autor una zarzuela intitulada El Barón, que se debía representar en casa de la condesa viuda de Benavente, lo cual no llegó a verificarse; pero la obra corrió manuscrita, con más aprecio del que efectivamente merecía.

Una dilatada ausencia del autor dio facilidad a algunos para que apoderándose de ella la trataran como a cosa sin dueño. Alteraron a su voluntad situaciones y versos, añadieron personajes, aumentaron o suprimieron donde les pareció varios trozos cantables, y la desfiguraron de un modo lastimoso. Con estas enmiendas, supresiones y apostillas, la tomó a su cargo D. Josef Lindón, organista de la Capilla Real, y compuso la música según pudo y supo. Entretanto cayó en poder de los que se llaman apasionados: juventud ociosa y alegre, y poco difícil en materias de gusto. Parecioles muy buena (como era de temer), la estudiaron a porfía, la representaron sin música en varias casas particulares y, por último, en el teatro público de Cádiz apareció mutilada y deforme.

Restituido el autor a su patria, vio la mala suerte que había tenido su obra, y una de las mayores dificultades que tuvo que vencer fue la de persuadir a su amigo D. Josef Lidón a que diera por perdido el tiempo que había gastado en componer la música, y a que desistiera del empeño que tenía en que los cómicos se la cantaran. Logrado esto, conoció la necesidad de corregirla, para lo cual suprimió todo lo añadido por mano ajena, y todo lo cantable: dio a la fábula mayor verosimilitud e interés, a los caracteres más energía, y alterando el primer acto, y haciendo de nuevo el segundo, de una zarzuela defectuosa compuso una comedia regular.


Leer / Descargar texto

Dominio público
47 págs. / 1 hora, 23 minutos / 836 visitas.

Publicado el 19 de septiembre de 2018 por Edu Robsy.

El Vergonzoso en Palacio

Tirso de Molina


Teatro, Comedia


Personas que hablan en ella

El DUQUE de Avero
Don Duarte, CONDE de Estremoz
Dos CAZADORES
FIGUEREDO, criado
TARSO, pastor
MELISA, pastora
DORISTO, alcalde
MIRENO, pastor
LARISO, pastor
DENIO, pasto
RUY Lorenzo, secretario
VASCO, lacayo
Doña JUANA
Doña MAGDALENA
Don ANTONIO
Doña SERAFINA
Un PINTOR
LAURO, viejo pastor
BATO, pastor
Un TAMBOR

Acto primero

(Salen el DUQUE de Avero, viejo, y el CONDE de Estremoz, de caza)

DUQUE:
De industria a esta espesura retirado
vengo de mis monteros, que siguiendo
un jabalí ligero, nos han dado
el lugar que pedís; aunque no entiendo
con qué intención, confuso y alterado.
Cuando en mis bosques festejar pretendo
vuestra venida, conde don Duarte,
¿dejáis la caza por hablarme aparte?

CONDE:
Basta el disimular, sacá el acero
que, ya olvidado, os comparaba a Numa;
que el que desnudo veis, duque de Avero,
os dará la respuesta en breve suma.
De lengua al agraviado caballero
ha de servir la espada, no la pluma
que muda dice a voces vuestra mengua.

(Echan mano)

DUQUE:
Lengua es la espada, pues parece lengua;
y pues con ella estáis, y así os provoca
a dar quejas de mí, puesto que en vano,
refrenando las lenguas de la boca,
hablen solas las lenguas de la mano
si la ocasión que os doy, que será poca
para ese enojo poco cortesano,
a que primero la digáis no os mueve;
pues mi valor ningún agravio os debe.

CONDE:
¡Bueno es que así disimuléis los daños
que contra vos el cielo manifiesta!

DUQUE:
¿Qué daños, conde?


Leer / Descargar texto

Dominio público
69 págs. / 2 horas / 476 visitas.

Publicado el 22 de julio de 2018 por Edu Robsy.

Los Títeres de Cachiporra. Tragicomedia de Don Cristóbal y la Señá Rosita

Federico García Lorca


Teatro, comedia


Personajes

(Por orden de aparición en escena)
EL MOSQUITO
ROSITA
EL PADRE
COCOLICHE
EL COCHERO
DON CRISTOBITA
CRIADO
UNA HORA
MOZOS
CONTRABANDISTAS
ESPANTANUBLOS, tabernero
CURRITO, el del Puerto
CANSA-ALMAS, zapatero
FÍGARO, barbero
UN GRANUJA
UNA JOVENCITA DE AMARILLO
UN MENDIGO CIEGO
MOZAS
UNA MAJA CON LUNARES
UN MONAGO
INVITADOS CON ANTORCHAS
CURAS DEL ENTIERRO
CORTEJO

Advertencia

Sonarán dos clarines y un tambor. Por donde se quiera, saldrá Mosquito. El Mosquito es un personaje misterioso, mitad duende, mitad martinico, mitad insecto. Representa la alegría del vivir libre, y la gracia y la poesía del pueblo andaluz. Lleva una trompetilla de feria.

MOSQUITO.- ¡Hombres y mujeres! Atención. Niño, cierra esa boquita, y tú, muchacha, siéntate con cien mil de a caballo.
Callad, para que el silencio se quede más clarito, como si estuviese en su misma fuente. Callad para que se asiente el barrillo de las últimas conversaciones. (Tambor.)

Yo y mi compañía venimos del teatro de los burgueses, del teatro de los condeses y de los marqueses, un teatro de oro y cristales, donde los hombres van a dormirse y las señoras… a dormirse también.

Yo y mi compañía estábamos encerrados. No os podéis imaginar qué pena teníamos. Pero un día vi por el agujerito de la puerta una estrella que temblaba como una fresca violeta de luz. Abrí mi ojo todo lo que pude (me lo quería cerrar el dedo del viento) y bajo la estrella, un ancho río sonreía surcado por lentas barcas.


Leer / Descargar texto

Dominio público
28 págs. / 50 minutos / 1.508 visitas.

Publicado el 5 de noviembre de 2018 por Edu Robsy.

No Hay Burlas con el Amor

Pedro Calderón de la Barca


Teatro, Comedia


Personas

D. Alonso de Luna.
D. Juan de Mendoza.
D. Luis Osorio.
D. Diego.
Moscatel, gracioso.
D. Pedro Enriquez, viejo.
Doña Beatriz, dama.
Doña Leonor, dama.
Inés, criada.

La accion pasa en Madrid.

Jornada primera

Escena I

Sala en casa de Don Alonso.

DON ALONSO; MOSCATEL, muy triste.

D. Alon:
¡Válgate el diablo! ¿qué tienes,
Que andas todos estos dias
Con mil necias fantasías?
Ni á tiempo á servirme vienes,
Ni á propósito respondes;
Y por errarlo dos veces,
Si no te llamo, pareces,
Y si te llamo, te escondes.
¿Qué es esto? Dílo.

Moscat:
¡Ay de mí!
Suspiros que el alma debe.

D. Alon:
¿Pues un pícaro se atreve
A suspirar hoy así?

Moscat:
Los pícaros ¿no tenemos
Alma?

D. Alon:
Sí, para sentir,
Y con rudeza decir
De su pena los extremos;
Mas no para suspirar;
Que suspirar es accion
Digna de noble pasion.

Moscat:
¿Y quién me puede quitar
La noble pasion á mí?

D. Alon:
¡Qué locuras!

Moscat:
¿Hay, señor
Más noble pasion que amor?

D. Alon:
Pudiera decir que sí;
Mas para ahorrar la cuestion,
Que no, digo.

Moscat:
¿Que no? Luego
Si yo á tener amor llego,
Noble será mi pasion.

D. Alon:
¿Tú amor?

Moscat:
Yo amor.

D. Alon:
Bien podia,
Si aquí tu locura empieza,
Reirme hoy de tu tristeza
Más que ayer de tu alegría.


Leer / Descargar texto

Dominio público
50 págs. / 1 hora, 28 minutos / 424 visitas.

Publicado el 20 de enero de 2019 por Edu Robsy.

Un Duelo

Antón Chéjov


Teatro, Comedia


Personajes

Elena Ivanovna Popova, viuda de un terrateniente, joven, bella.
Gregorio Stepanovich Smirnov, un terrateniente, de unos cuarenta años.
Lucas, un criado viejo.

La escena representa un salón en la casa de campo de la señora Popova.

Escena primera

(Elena, de riguroso luto, contempla la fotografía de su marido y suspira. Lucas le habla desde el umbral de la puerta.)

Lucas.—Señora, se está usted matando. No sea exagerada. Ha llegado la primavera, todo el mundo está alegre y se pasea por el campo y por el bosque. Sólo usted permanece encerrada en casa como en un convento. ¡Hace yo no sé el tiempo que no sale usted!

Elena.—¡Y no saldré ya nunca! ¿Para qué? Mi vida se ha acabado. El yace en la tumba, y yo voy a encerrarme entre las cuatro paredes de esta casa. Hemos muerto los dos.

Lucas.—¡No diga usted eso! Si el señor ha muerto, tal ha sido la voluntad de Dios. Harto ha llorado usted; no va a llorar toda la vida. Es usted joven, casi no ha empezado aún a vivir... Es un crimen matarse así. Ha olvidado usted a sus amigos, a sus vecinos; no recibe a nadie... Esta casa parece una cárcel. En la ciudad, desde hace poco, hay un regimiento... Muchos de los oficiales son jóvenes y guapos como querubines... Los oficiales dan bailes... Y usted, mientras tanto, tan joven, tan hermosa... La hermosura es un don del cielo y hay que aprovecharla... Pasarán los años, y cuando quiera usted gustarles a los señores oficiales, será ya demasiado tarde...


Leer / Descargar texto

Dominio público
14 págs. / 24 minutos / 583 visitas.

Publicado el 2 de marzo de 2019 por Edu Robsy.

La Andriana

Terencio


Teatro, comedia


Acto I

Escena I

SIMÓN, SOSIA, esclavos cargados de provisiones.

SIMÓN.— Llevad vosotros esas viandas allá dentro, caminad. Tú, Sosia, llégate acá; que te quiero decir dos palabras.

SOSIA.— Dalas por dichas: que se aderece bien todo esto.

SIMÓN.— Muy diferente cosa es.

SOSIA.— ¿En qué más puedo yo serte útil con mi arte?

SIMÓN.— No hay necesidad de ese arte para lo que yo pretendo, sino de aquellas virtudes que yo en ti siempre he conocido, que son fidelidad y silencio.

SOSIA.— Suspenso estoy aguardando qué me quieres.

SIMÓN.— Ya sabes cómo después que te compré has tenido en mi casa desde pequeño una moderada y benigna servidumbre. Hícete de esclavo mi liberto, porque me servías hidalgamente: te di la mayor recompensa que pude.

FOBIA.— No lo he olvidado yo.

SIMÓN.— Ni yo tampoco estoy de ello arrepentido.

SOSIA.— Huélgome, Simón, de haber hecho o hacer en tu servicio algo que te agrade: y en haberte dado gusto recibo gran merced. Pero ese recuerdo me da pena; porque traerlo a mi memoria, es como reprenderme de olvidado de las mercedes recibidas. Di, pues, en pocas palabras, qué me quieres.

SIMÓN.— Así lo haré. En primer lugar, te advierto que estas que tú crees verdaderas bodas no son tales bodas.

SOSIA.— ¿Por qué, pues, las finges?

SIMÓN.— Yo te lo contaré todo desde su principio, y así conocerás la vida de mi hijo y mi intento, y también qué es lo que yo quiero en este caso que tú hagas. Porque después que mi hijo salió de la niñez, amigo Sosia, tuvo ocasión para vivir más libremente; que basta entonces ¿quién pudiera saber ni entender su condición, mientras la edad, el miedo y el maestro lo estorbaban?

SOSIA.— Así es.


Leer / Descargar texto

Dominio público
42 págs. / 1 hora, 15 minutos / 147 visitas.

Publicado el 13 de octubre de 2020 por Edu Robsy.

23456