Carta de plata pulida para mi reflejo.
Precario Empatía.
Cuando no basta, comienzo a comparar objetos con ideas, tratando de encontrar consuelo. Ella era como yo, como verme en un espejo. @PrecarioEmpatía; instagram.
Pero no siempre podemos mirarlo. A veces las cosas se complican en nuestra mente, en los jardines y terrazas por donde asomas distante y no te toco ni te respiro, porque en esas desastrosas tardes podrías ser como veneno, cianuro. Pero si no miramos el espejo, crece el vació que aguarda inquieto detrás de las cortinas, debajo de las mesas; cubriendo las habitaciones hasta que debemos escapar de la casa que se inunda. Se inunda como siempre lo ha hecho, una vez más; ¿Y si ponemos antorchas? Preguntas. No pasa.
Me mata que solo en verano podamos entrar; cuando las escaleras están secas, y los techos bañados por el sol ya no gotean incertidumbre. Hasta volver a abrir los grifos para drenarnos, ser demasiado reales y escapar a nuestra humanidad, corriendo cuantiosas lágrimas, todas por el desagüe. Y cada uno en su lado del cristal se asoma esperando la mirada que refleja; busca la añoranza caliente en la boca del estomagó, le pide que por favor escupa unas palabras para que se estampen en el umbral y nos alcance, aunque sea, la deliciosa caricia de una coma.
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Publicado el 13 de marzo de 2023 por Precario Empatía.