La Rana Zarevna
Aleksandr Afanásiev
Cuento infantil
En un reino muy lejano reinaban un zar y una zarina que tenían tres hijos. Los tres eran solteros, jóvenes y tan valientes que su valor y audacia eran envidiados por todos los hombres del país. El menor se llamaba el zarevich Iván.
Un día les dijo el zar:
—Queridos hijos: Tomen cada uno una flecha, tiendan sus fuertes arcos y dispárenla al acaso, y dondequiera que caiga, allí irán a escoger novia para casarse.
Lanzó su flecha el hermano mayor y cayó en el patio de un boyardo, frente al torreón donde vivían las mujeres; disparó la suya el segundo hermano y fue a caer en el patio de un comerciante, clavándose en la puerta principal, donde a la sazón se hallaba la hija, que era una joven hermosa. Soltó la flecha el hermano menor y cayó en un pantano sucio al lado de una rana.
El atribulado zarevich Iván dijo entonces a su padre:
—¿Cómo podré, padre mío, casarme con una rana? No creo que sea ésa la pareja que me esté destinada.
—¡Cásate —le contestó el zar—, puesto que tal ha sido tu suerte!
Y al poco tiempo se casaron los tres hermanos: el mayor, con la hija del boyardo; el segundo, con la hija del comerciante, e Iván, con la rana.
Algún tiempo después el zar les ordenó:
—Que sus mujeres me hagan, para la comida, un pan blanco y tierno.
Volvió a su palacio el zarevich Iván muy disgustado y pensativo.
—¡Kwa, kwa, Iván Zarevich! ¿Por qué estás tan triste? —le preguntó la Rana—. ¿Acaso te ha dicho tu padre algo desagradable o se ha enfadado contigo?
—¿Cómo quieres que no esté triste? Mi señor padre te ha mandado hacerle, para la comida, un pan blanco y tierno.
—¡No te apures, zarevich! Vete, acuéstate y duerme tranquilo. Por la mañana se es más sabio que por la noche —le dijo la Rana.
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Publicado el 15 de agosto de 2016 por Edu Robsy.