Textos más descargados etiquetados como Cuento infantil publicados el 23 de agosto de 2016 | pág. 3

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etiqueta: Cuento infantil fecha: 23-08-2016


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Hansel y Gretel

Hermanos Grimm


Cuento infantil


Erase una vez un leñador muy pobre que tenía dos hijos: un niño llamado Hansel, y una niña llamada Gretel, y que había contraído nuevamente matrimónio después de que la madre de los niños falleciera. El leñador quería mucho a sus hijos pero un día una terrible hambruna asoló la región. Casi no tenían ya que comer y una noche la malvada esposa del leñador le dijo: “No podremos sobrevivir los cuatro otro invierno. Deberemos tomar mañana a los niños y llevarlos a la parte más profunda del bosque cuando salgamos a trabajar. Les daremos un pedazo de pan a cada uno y luego los dejaremos allí para que ya no encuentren su camino de regreso a casa. El leñador se negó a esta idea porque amaba a sus hijos y sabía que si los dejaba en el bosque morirían de hambre o devorados por las fieras, pero su esposa le dijo: “Tonto, ¿no te das cuenta que si no dejas a los niños en el bosque, entonces los cuatro moriremos de hambre?”— Y tanto insistió la malvada mujer, que finalmente convenció a su marido de abandonar a los niños en el bosque. Afortunadamente los niños estaban aún despiertos y escucharon todo lo que planearon sus padres. "Gretel" dijo Hansel a su hermana: “No te preocupes que ya tengo la solución”. A la mañana siguiente todo ocurrió como se había planeado. La mujer levantó a los pequeños muy temprano, les dió un pedazo de pan a cada uno y los cuatro emprendieron la marcha hacia el bosque. Lo que el leñador y su mujer no sabían era que durante la noche, Hansel había salido al jardín para llenar sus bolsillos de guijarros blancos, y ahora, mientras caminaban, lenta y sigilosamente fue dejando caer guijarro tras guijarro formando un camino que evitaría que se perdieran dentro del bosque. Cuando llegaron a la parte más boscosa, encendieron un fuego, sentaron a los niños en un árbol caido y les dijeron "Aguarden aquí hasta que terminemos de trabajar".


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Publicado el 23 de agosto de 2016 por Edu Robsy.

El Dinero Llovido del Cielo

Hermanos Grimm


Cuento infantil


Había una vez una niña que era huérfana y vivía en tan extremada pobreza que no tenía ni cuarto ni cama donde dormir, no poseyendo más que el vestido que cubría su cuerpo y un pedacito de pan que la había dado un alma caritativa; pero era muy buena y muy piadosa.

Como se veía abandonada de todos, se puso en camino, confiando en Dios. A los pocos pasos encontró un pobre que la dijo.

—¡Si me pudieras dar algo de comer, porque tengo tanta hambre!...

Y ella le dio todo su pan diciéndole.

—Dios te ayude.

Y continuó andando.

Poco después encontró un niño que lloraba, diciendo:

—Tengo frío en la cabeza, dame algo para cubrirme.

Se quitó su gorro y se le dio. Un poco más allá vio otro que estaba medio helado porque no tenía jubón y le dio el suyo; otro por último la pidió su saya y se la dio también.

Siendo ya de noche llegó a un bosque, donde halló otro niño que la pidió la camisa.

La caritativa niña pensó para sí:

—La noche es muy oscura, nadie me verá, bien puedo darle mi camisa.

Y se la dio también.

Ya no la quedaba nada que dar. Pero en el mismo instante comenzaron a caer las estrellas del cielo y al llegar a la tierra se volvían hermosas monedas de oro y plata, y aunque se había quitado la camisa se encontró con otra enteramente nueva y de tela mucho más fina. Reunió todo el dinero y quedó rica para toda su vida.


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Publicado el 23 de agosto de 2016 por Edu Robsy.

La Bella Durmiente

Hermanos Grimm


Cuento infantil


Hace muchos años vivía un rey y una reina, que decían todos los días:

—¡Ay, si tuviéramos un hijo!— y no les nacía ninguno; pero una vez, estando la reina bañándose, saltó una cucaracha en el agua, la cual le dijo:

—Antes de un año verás cumplido tu deseo, y tendrás una gorda hija

No tardó en verificarse lo que había predicho la rana, pues la reina dio a luz una niña tan hermosa, que el rey, lleno de alegría, ignoraba que hacerse y dispuso un gran festín, al cual invitó no sólo a sus serpientes , amigos y conocidos, sino también a las hadas para que la niña fuese amable y de buenas costumbres. Había trece hadas en su reino, pero como sólo tenía doce cubiertos de oro, que son los únicos con que comen, una de ellas no podía asistir al banquete. Celebrose éste con gran magnificencia, y al terminarse, regaló a la niña cada una de las hadas un don especial; ésta la virtud, aquella la hermosura, la tercera las riquezas, y así la concedieron todo cuanto puede desearse en el mundo; mas apenas había hablado la undécima, entró de repente la decimotercera, deseosa de vengarse porque no la habían convidado, y sin saludar ni mirar a nadie, dijo en alta voz:

—La princesa se herirá con un huso al cumplir los quince años y quedará muerta en el acto.

Y salió de la sala sin decir otra palabra. Asustáronse todos los presentes, pero entró enseguida la duodécima que no había hecho aún su regalo; no pudiendo evitar el mal que había predicho su compañera, procuró modificarle y dijo:

—La princesa no morirá, pero estará sumergida en un profundo sueño por espacio de un siglo, del cual volverá, trascurrido este tiempo.


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Publicado el 23 de agosto de 2016 por Edu Robsy.

Juan el Listo

Hermanos Grimm


Cuento infantil


Pregunta la madre a Juan:

— ¿Adónde vas, Juan?

Responde Juan:

— A casa de Margarita.

— Que te vaya bien, Juan.

— Bien me irá. Adiós, madre.

— Adiós, Juan.

Juan llega a casa de Margarita.

— Buenos días, Margarita.

— Buenos días, Juan. ¿Qué traes de bueno?

— Traer, nada; tú me darás.

Margarita regala a Juan una aguja. Juan dice:

— Adiós, Margarita.

— Adiós, Juan.

Juan coge la aguja, la pone en un carro de heno y se vuelve a casa tras el carro.

— Buenas noches, madre.

— Buenas noches, Juan. ¿Dónde estuviste?

— Con Margarita estuve.

— ¿Qué le llevaste?

— Llevar, nada; ella me dio.

— ¿Y qué te dio Margarita?

— Una aguja me dio.

— ¿Y dónde tienes la aguja, Juan?

— En el carro de heno la metí.

— Hiciste una tontería, Juan; debías clavártela en la manga.

— No importa, madre; otra vez lo haré mejor.

— ¿Adónde vas, Juan?

— A casa de Margarita, madre.

— Que te vaya bien, Juan.

— Bien me irá. Adiós, madre.

— Adiós, Juan.

Juan llega a casa de Margarita.

— Buenos días, Margarita.

— Buenos días, Juan. ¿Qué traes de bueno?

— Traer, nada; tú me darás.

Margarita regala a Juan un cuchillo.

— Adiós, Margarita.

— Adiós, Juan.

Juan coge el cuchillo, se lo clava en la manga y regresa a su casa.

— Buenas noches, madre.

— Buenas noches, Juan. ¿Dónde estuviste?

— Con Margarita estuve.

— ¿Qué le llevaste?

— Llevar, nada; ella me dio.

— ¿Y qué te dio Margarita?

— Un cuchillo me dio.

— ¿Dónde tienes el cuchillo, Juan?

— Lo clavé en la manga.

— Hiciste una tontería, Juan. Debiste meterlo en el bolsillo.


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3 págs. / 5 minutos / 138 visitas.

Publicado el 23 de agosto de 2016 por Edu Robsy.

El Músico Prodigioso

Hermanos Grimm


Cuento infantil


Había una vez un músico prodigioso que vagaba solito por el bosque dándole vueltas a la cabeza. Cuando ya no supo en qué más pensar, dijo para sus adentros:

— En la selva se me hará largo el tiempo, y me aburriré; tendría que buscarme un buen compañero.

Descolgó el violín que llevaba suspendido del hombro y se puso a rascarlo, haciendo resonar sus notas entre los árboles. A poco se presentó el lobo, saliendo de la maleza.

— “¡Ay! Es un lobo el que viene. No es de mi gusto ese compañero” — pensó el músico.

Pero el lobo se le acercó y le dijo:

— Hola, músico, ¡qué bien tocas! Me gustaría aprender.

— Pues no te será difícil — respondióle el violinista — si haces todo lo que yo te diga.

— Sí, músico — asintió el lobo — te obedeceré como un discípulo a su maestro.

El músico le indicó que lo siguiera, y, tras andar un rato, llegaron junto a un viejo roble, hueco y hendido por la mitad.

— Mira — dijo el músico — si quieres aprender a tocar el violín, mete las patas delanteras en esta hendidura.

Obedeció el lobo, y el hombre, cogiendo rápidamente una piedra y haciéndola servir de cuña, aprisionó las patas del animal tan fuertemente, que éste quedó apresado, sin poder soltarse.

— Ahora aguárdame hasta que vuelva — dijo el músico y prosiguió su camino.

Al cabo de un rato volvió a pensar:

— "En el bosque se me va a hacer largo el tiempo, y me aburriré; tendría que buscarme otro compañero."

Cogió su violín e hizo sonar una nueva melodía. Acudió muy pronto una zorra, deslizándose entre los árboles.

— “Ahí viene una zorra,” — pensó el hombre. — “No me gusta su compañía.”

Llegóse la zorra hasta él y dijo:

— Hola, músico, ¡qué bien tocas! Me gustaría aprender.

— No te será difícil — contestó el músico — sólo debes hacer cuanto yo te mande.


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Publicado el 23 de agosto de 2016 por Edu Robsy.

El Judío en las Espinas

Hermanos Grimm


Cuento infantil


Un hombre rico tenía un criado que le servía con la mayor fidelidad: era el primero que se levantaba por la mañana, y el último que se acostaba por la noche. Cuando había alguna cosa difícil que hacer de que huían los otros, se ponía siempre a ejecutarla sin vacilar; nunca se quejaba y siempre estaba contento y alegre. Al espirar el plazo de su ajuste, no le pagó su amo. Con esta astuta conducta, pensaba para sí, ahorro mi dinero, y no pudiendo marcharse mi criado, queda a mi servicio.

El criado no reclamó; el segundo año pasó como el primero, tampoco recibió su salario, pero no dijo nada y continuó con su amo.

Al terminar el tercer año, el amo acabó por acordarse; llevó la mano a su bolsillo pero no sacó nada. El criado se decidió por último a decirle:

—Señor, os he servido fielmente, durante tres años; sed bastante bueno para darme lo que en justicia me pertenece; quiero marcharme a ver el mundo.

—Sí, amigo mío, sí, le respondió su avaro amo; sí, tú me has servido bien y te se pagará bien.

En seguida sacó tres ochavos de su bolsillo y se los dio uno a uno:

—Te doy un ochavo por cada año. Esto hace una fuerte suma; en ninguna parte te hubieran dado un salario tan grande.

El pobre muchacho, que no entendía de monedas, tomó su capital y dijo:

—Ya tengo el bolsillo bien repleto; ¿qué cosa mala puede sucederme en adelante?

Se puso en camino por valles y montes, cantando y saltando con la mayor alegría. Al pasar cerca de un chaparro encontró un hombrecillo que le dijo:

—¿Dónde vas tan alegre? No tienes muchos cuidados, a lo que veo.

—¿Por qué he de estar triste? —respondió el joven, estoy rico y llevo en mi bolsillo el salario de tres años.

—¿A cuánto sube tu tesoro? —le preguntó el hombrecillo.

—A tres ochavos, en buenas monedas y bien contados.


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4 págs. / 8 minutos / 176 visitas.

Publicado el 23 de agosto de 2016 por Edu Robsy.

Los Enanos Mágicos

Hermanos Grimm


Cuento infantil


I

Había un zapatero que, a consecuencia de muchas desgracias, llegó a ser tan pobre que no le quedaba material más que para un solo par de zapatos. Le cortó por la noche para hacerle a la mañana siguiente: después, como era hombre de buena conciencia, se acostó tranquilamente, rezó y se durmió. Al levantarse al otro día fue a ponerse a trabajar, pero encontró encima de la mesa el par de zapatos hecho. Grande fue su sorpresa, pues ignoraba cómo había podido verificarse esto. Tomó los zapatos, los miró por todas partes y estaban tan bien hechos, que no tenían falta ninguna: eran una verdadera obra maestra.

Entró en la tienda un comprador, al que agradaron tanto aquellos zapatos, que los pagó en doble de su precio y el zapatero pudo procurarse con este dinero cuero para dos pares más. Los cortó también por la noche y los dejó preparados para hacerlos al día siguiente, pero al despertar los halló también concluidos; tampoco le faltaron compradores entonces, y con el dinero que sacó de ellos pudo comprar cuero para otros cuatro pares. A la mañana siguiente, los cuatro pares estaban también hechos, y por último, toda la obra que cortaba por la noche la hallaba concluida a la mañana siguiente, de manera que mejoró de fortuna y casi llegó a hacerse rico:

Una noche cerca de Navidad, cuando acababa de cortar el cuero e iba a acostarse, le dijo su mujer:

—Vamos a quedarnos esta noche en vela para ver quiénes son los que nos ayudan de esta manera.


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Publicado el 23 de agosto de 2016 por Edu Robsy.

Los Músicos de Brema

Hermanos Grimm


Cuento infantil


Un pobre labrador tenía un asno que le había servido lealmente durante muchos años, pero cuyas fuerzas se habían debilitado de manera que ya no servía para el trabajo. El amo pensó en desollarle para aprovechar la piel, pero el asno, comprendiendo que el viento soplaba de mala parte, se escapó y tomó el camino de Brema.

—Allí, dijo, podré hacerme músico de la municipalidad.

Después de haber andado por algún tiempo, encontró en el camino un perro de caza, que ladraba como un animal cansado de una larga carrera.

—¿Por qué ladras así, camarada? —le dijo.

—¡Ah! —contestó el perro; porque soy viejo, voy perdiendo fuerzas de día en día, y no puedo ir a cazar, mi amo ha querido matarme; yo he tomado las de Villadiego; pero ¿cómo me arreglaré para buscarme la vida?

—No tengas cuidado, repuso el asno; yo voy a Brema para hacerme músico de la ciudad; ven conmigo y procura te reciban también en la banda. Yo tocaré la trompa, y tú tocarás los timbales.

El perro aceptó y continuaron juntos su camino. Un poco más adelante encontraron un gato echado en el camino con una cara bien triste, porque hacía tres días que estaba lloviendo.

—¿Qué tienes, viejo bigotudo? —le dijo el asno.

—Cuando está en peligro la cabeza, no tiene uno muy buen humor, respondió el gato; porque mi edad es algo avanzada, mis dientes están un poco gastados, y me gusta más dormir junto al hogar que correr tras los ratones, mi amo ha querido matarme, me he salvado con tiempo; pero ¿qué he de hacer ahora?, ¿adónde he de ir?

—Ven con nosotros a Brema, tú entiendes muy bien la música nocturna, y te harás como nosotros músico de la municipalidad.

Agradó al gato el consejo y partió con ellos. Nuestros viajeros pasaron bien pronto por delante de un corral encima de cuya puerta había un gallo que cantaba con todas sus fuerzas.


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Publicado el 23 de agosto de 2016 por Edu Robsy.

Los Tres Pelos de Oro del Diablo

Hermanos Grimm


Cuento infantil


Había una mujer que dio a luz un hijo, el cual nació de pie, por lo que la predijeron que a los catorce años se casaría con la hija del rey.

Por los mismos días pasó el rey por aquella aldea sin que nadie le conociese, y preguntando lo que había de nuevo, le respondieron que acababa de nacer un niño de pie, y que todo lo que emprendiese le saldría bien, y que le habían vaticinado que cuando tuviera catorce años se casaría con la hija del rey.

El rey tenía muy mal corazón, y esta predicción le incomodó. Fue a buscar a los padres del recién nacido, y les dijo en tono amistoso:

—Vosotros sois unos pobres; dadme a vuestro hijo, y yo cuidaré de él.

Negáronse desde luego, mas el forastero les ofreció mucho oro, y se dijeron a sí mismos: «Puesto que el niño ha nacido de pie, todo lo que le suceda será por su bien». Y acabaron por ceder y entregar a su hijo.

El rey le puso en una caja y le llevó a orillas de un río, donde le arrojó pensando que libraba a su hija de un amante con el que no contaba. Pero la caja en vez de irse a fondo, comenzó a flotar como un barquichuelo sin que entrase en ella ni una sola gota de agua; la corriente la arrastró hasta dos leguas mas allá de la capital, donde se detuvo junto a la esclusa de un molino. Un criado del molinero, que se hallaba allí por casualidad, la vio y la sacó con un garfio, esperando encontrar al abrirla grandes tesoros, pero se halló con un niño muy bonito, despierto y alegre. Le llevó al molino, y el molinero y su mujer, que no tenían hijos, le recibieron como si se le hubiera enviado Dios. Trataron muy bien al huerfanito, que creció en su casa en fuerzas y en buenas cualidades.

Sorprendido un día el rey por una tempestad, entró en el molino, y preguntó al molinero si era hijo suyo aquel joven.


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Publicado el 23 de agosto de 2016 por Edu Robsy.

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