El Gato, el Gallo y la Zorra
Aleksandr Afanásiev
Cuento infantil
En otros tiempos hubo un anciano que tenía un gato y un gallo muy amigos uno de otro. Un día el viejo se fue al bosque a trabajar; el gato le llevó el almuerzo y el gallo se quedó para guardar la casa. Pasado un rato se acercó a la casa una zorra, y situándose debajo de la ventana, se puso a cantar:
—¡Cucuricú, Gallito de la cresta de oro! Si sales a la ventana te daré un guisante.
El Gallo abrió la ventana, y en un abrir y cerrar de ojos la Zorra lo cogió para llevárselo a su choza. El Gallo se puso a gritar:
—¡Socorro! Me ha cogido la Zorra y me lleva por bosques oscuros, profundos valles y altos montes. ¡Gatito, compañero mío, socórreme!
Cuando el Gato oyó los gritos echó a correr en busca del Gallo; encontró a la Zorra, le arrancó el Gallo y se lo trajo a casa.
—Ten cuidado, querido Gallito —le dijo el Gato—, de no asomarte más a la ventana; no hagas caso de la Zorra, que lo que quiere es comerte sin dejar de ti ni siquiera los huesos.
Al otro día se fue también el anciano al bosque; el Gato le llevó la comida y el Gallo se quedó a cuidar de la casa, no sin haberle recomendado el buen viejo que no abriese la puerta a nadie ni se asomase a la ventana. Pero la Zorra, que tenía muchas ganas de comerse al Gallo, se puso debajo de la ventana y empezó a cantar como el día anterior:
—¡Cucuricú, Gallito de la cresta de oro! Mira por la ventana y te daré un guisante y otras semillas.
El Gallo se puso a pasearse por la cabaña sin responder a la Zorra; entonces ésta repitió la misma canción y le echó un guisante por la ventana. El Gallo se lo comió y dijo a la Zorra:
—No, Zorra, no me engañas; lo que tú quieres es comerme sin dejar ni siquiera los huesos.
—¿Pero por qué te figuras que yo te quiero comer? Lo que quiero es que vengas a mi casa para hacerme una visita, presentarte a mis hijas y regalarte como te mereces.
Y otra vez se puso a cantar con una voz muy suave:
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Publicado el 12 de agosto de 2016 por Edu Robsy.