Vampírium
Francisco A. Baldarena
cuento
Creative Commons
1 pág. / 1 minuto / 271 visitas.
Publicado el 3 de octubre de 2021 por Francisco A. Baldarena .
Mostrando 141 a 150 de 3.786 textos encontrados.
etiqueta: Cuento textos disponibles
Creative Commons
1 pág. / 1 minuto / 271 visitas.
Publicado el 3 de octubre de 2021 por Francisco A. Baldarena .
Creative Commons
1 pág. / 1 minuto / 246 visitas.
Publicado el 8 de octubre de 2021 por Francisco A. Baldarena .
mmons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
Creative Commons
1 pág. / 1 minuto / 267 visitas.
Publicado el 18 de diciembre de 2021 por Francisco A. Baldarena .
Creative Commons
1 pág. / 1 minuto / 337 visitas.
Publicado el 9 de marzo de 2022 por Francisco A. Baldarena .
Creative Commons
1 pág. / 1 minuto / 187 visitas.
Publicado el 8 de mayo de 2022 por Francisco A. Baldarena .
Creative Commons
1 pág. / 1 minuto / 392 visitas.
Publicado el 15 de mayo de 2022 por Francisco A. Baldarena .
Creative Commons
1 pág. / 1 minuto / 177 visitas.
Publicado el 28 de junio de 2022 por Francisco A. Baldarena .
Creative Commons
2 págs. / 5 minutos / 249 visitas.
Publicado el 21 de enero de 2023 por Francisco A. Baldarena .
LA "Muerte Roja" había devastado largo tiempo la comarca. Jamás epidemia alguna habíase mostrado tan horrenda ni fatal. La sangre era su distintivo y su Avatar, el horror bermejo de la sangre. Producía agudos dolores, vértigos repentinos, y luego, abundante hemorragia de los poros, y la descomposición final. Las manchas escarlata en el cuerpo, y especialmente en el rostro de las víctimas, eran el entredicho fatal que las arrojaba lejos de la asistencia y simpatía de sus semejantes. Y el ataque de la peste—su proceso y su terminación—era sólo cuestión de media hora.
Pero el príncipe Próspero era afortunado, intrépido y sagaz. Cuando sus dominios se encontraron despoblados por mitad, convocó a su presencia a un millar de alegres y vigorosos amigos entre los caballeros y damas de su corte, y retiróse con ellos a la reclusión más completa en una de sus almenadas abadías. Era ésta de amplia y magnífica estructura, creación de la propia augusta y excéntrica fantasía del monarca. Circundábanla fuertes y elevadas murallas, provistas de puertas de hierro. Una vez que entraron los cortesanos, se trajeron hornos y pesados martillos y quedaron soldados los cerrojos. Habíase resuelto no dejar medio de ingreso ni salida a los repentinos impulsos de frenesí o desesperación de los que se hallaban dentro. La abadía estaba ampliamente aprovisionada; y con tales precauciones los cortesanos podían desafiar el temor al contagio. El mundo exterior podía cuidar de sí mismo. Al mismo tiempo era locura apesadumbrarse o pensar en ello. El príncipe había previsto todas las formas de placer. Había bufones, trovadores, bailarines de ballet, músicos, vino y belleza. Todo esto y la salvación se hallaban dentro. Fuera quedaba la "Muerte Roja."
Hacia la terminación del quinto o sexto mes de aislamiento, y mientras la peste arrasaba furiosamente afuera, el príncipe Próspero entretenía a sus amigos con un baile de máscaras de inusitada magnificencia.
Dominio público
7 págs. / 13 minutos / 3.972 visitas.
Publicado el 24 de abril de 2016 por Edu Robsy.
—Dijo que bailaría conmigo si le llevaba una rosa roja —se lamentaba el joven estudiante—, pero no hay una sola rosa roja en todo mi jardín. Desde su nido de la encina, oyóle el ruiseñor. Miró por entre las hojas asombrado.
—¡No hay ni una rosa roja en todo mi jardín! —gritaba el estudiante.
Y sus bellos ojos se llenaron de llanto.
—¡Ah, de qué cosa más insignificante depende la felicidad! He leído cuanto han escrito los sabios; poseo todos los secretos de la filosofía y encuentro mi vida destrozada por carecer de una rosa roja.
—He aquí, por fin, el verdadero enamorado —dijo el ruiseñor—. Le he cantado todas las noches, aún sin conocerlo; todas las noches les cuento su historia a las estrellas, y ahora lo veo. Su cabellera es oscura como la flor del jacinto y sus labios rojos como la rosa que desea; pero la pasión lo ha puesto pálido como el marfil y el dolor ha sellado su frente.
—El príncipe da un baile mañana por la noche —murmuraba el joven estudiante—, y mi amada asistirá a la fiesta. Si le llevo una rosa roja, bailará conmigo hasta el amanecer. Si le llevo una rosa roja, la tendré en mis brazos, reclinará su cabeza sobre mi hombro y su mano estrechará la mía. Pero no hay rosas rojas en mi jardín. Por lo tanto, tendré que estar solo y no me hará ningún caso. No se fijará en mí para nada y se destrozará mi corazón.
—He aquí el verdadero enamorado —dijo el ruiseñor—. Sufre todo lo que yo canto: todo lo que es alegría para mí es pena para él. Realmente el amor es algo maravilloso: es más bello que las esmeraldas y más raro que los finos ópalos. Perlas y rubíes no pueden pagarlo porque no se halla expuesto en el mercado. No puede uno comprarlo al vendedor ni ponerlo en una balanza para adquirirlo a peso de oro.
Dominio público
7 págs. / 12 minutos / 3.655 visitas.
Publicado el 20 de mayo de 2016 por Edu Robsy.