Un Carácter
Federico Gana
Cuento
A Gustavo Valledor S.
Esto que hoy relato pasó en la lejana aldea de X, allende el Maulé, vecina al pueblo donde yo vivía.
El reo está frente al juez. Es un hombre como de cuarenta y cinco a cincuenta años, de larga y espesa barba negra, nariz aplastada, frente estrecha, carnosa, surcada de arrugas, ojos bizcos y mandíbula inferior saliente y temblorosa. Su cuerpo es fuerte y robusto, aunque deforme: los brazos extremadamente largos, las espaldas anchas y gruesas y las piernas muy cortas, torcidas en forma de arco. Viste un raído y manchado pantalón de mezcla, una camisa de tocuyo y un harapo en forma de manta. Los pies desnudos. Ha entrado cojeando a causa de los grillos y de su natural deformidad, con la cabeza baja y la frente contraída, como sumergido en una profunda abstracción.
Al llegar al medio de la sala, ha levantado la vista y paseado una larga mirada por toda la habitación.
El juez lo contempla fijamente y le pregunta:
—¿Cómo te llamas?
Tarda un instante en contestar y, al fin, responde con voz ruda y sonora:
—No sé.
—¡Cómo! ¿No sabes?
—En el pueblo me llaman Juan, «Juanito», contesta con indiferencia.
—¿Y tu padre?
—No tengo padre.
—¿Y tu madre?
—No tengo madre.
—¿No tienes pariente alguno, entonces?
—Soy solo —dice sencillamente y vuelve a inclinar la cabeza sobre el pecho.
El juez permanece un instante en silencio. En seguida le dice:
—¿Tú mataste al señor Gómez?
Dominio público
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Publicado el 16 de enero de 2022 por Edu Robsy.