La Carroza de Mis Vecinos
Alejandro Larrubiera
Cuento
I
En el que se dan á conocer las estrecheces y miserias de unos nobles arruinados.
Son mis vecinos los excelentísimos señores Marqueses de la
Requejada, cuya nobleza, si no se pierde precisamente en la noche de los
tiempos, tópico de la exclusiva pertenencia de historiadores y
genealogistas, es lo bastante antigua para poder contar entre sus
ilustres ascendientes con un esforzado paladín de las Cruzadas, y un
famoso capitán de los tercios aquellos que ponían no una, sino muchas
picas en Flandes.
Los Requejadas, cuyo palacio señorial se alza enfrente de mi vivienda, son bienquistos en el barrio, que se enorgullece de contar entre sus vecinos con señores de tan esclarecida alcurnia.
Horteras, comadres y criadas de servir murmuran que la linajuda casa ha venido muy á menos, y que son grandes los apuros que pasan los de Requejada para sostener decorosamente, en lo que cabe, el esplendor de sus blasones.
El palacio se cae de puro viejo, y está pidiendo que lo derriben ó que le reformen totalmente. Un cambio radical se impone también en la indumentaria de la servidumbre masculina: un portero, mayordomo, cochero y lacayo, que á la vez es mozo de comedor y recadero: por su antigüedad y los trotes que han sufrido, se encuentran en un estado vergonzoso las levitas, fracs, calzones, sombreros de copa y gorras de plato.
El coche único que poseen los Marqueses debía ser piadosamente depositado, como respetable antigualla, en el Museo Arqueológico.
Dominio público
8 págs. / 15 minutos / 39 visitas.
Publicado el 18 de septiembre de 2022 por Edu Robsy.