La Loca del Barranco
Narciso Segundo Mallea
Cuento
En la orilla boscosa de un torrente que corría en un hondo barranco, vivió una mujer que llamaron "la loca".
Su historia es sencilla. Fué huérfana, y de pequeña siguió un rebaño que la amamantó como un corderillo. Más tarde, ya moza, vagó por las aldeas trastornando a los galanes con su belleza y desdén. Después huyó de las gentes y fuése a vivir en el olvido y el misterio.
Los trajinantes que trepaban o descendían por el camino de la ladera solían detener sus cabalgaduras al divisar allá abajo la figura extraña de la loca recogiendo leña para la lumbre o flores y frutas silvestres, o lavando alguna blanca tela en la mansa espuma que besaba sus pies. Nunea respondía a los requiebros o burlas punzantes que le llegaban desde lo alto. Seguía en su ocupación y sólo a veces lanzaba desde abajo el flechazo de una mirada salida de dos ventanas de cielo claro.
Un día un apuesto mozo quiso bajar a la gruta donde vivía la loca para renovarle de hinojos antiguos ruegos. De industria tuvo que valerse el empecinado para no arriesgar su vida en la empresa de ir hasta el fondo del barranco.
Cuando la loca lo vió echó a correr medrosa; él la siguió de cerca. Ella se doblaba como un junco, y de salto en salto salvaba los precipicios y obstáculos. Al fin el perseguidor llegó a tocarla por la espalda. Ella volvióse como un rayo, tomó dos piedras con sus manos de marfil, y, transfigurándose en una mujer de bronce, díjole:
—Si dais un paso os mato!... os mato!...
—Que yo os amé siempre...
—Yo no os amo... yo no amo a nadie.. Idos!..idos!.... idos!... dijo tres veces.
Vino tal hielo, tal terror al intruso, que dióse a la fuga y jamás pensó en renovar la aventura.
Dominio público
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Publicado el 11 de julio de 2024 por Edu Robsy.