La Verdad Embellecida
José Fernández Bremón
Cuento, fábula
—Mucho debe ser, cuando la Providencia me regala de este modo: me puso casa con una hermosa bóveda y de una sola habitación para que no me molestaran los vecinos: no me dio pies, para indicarme que no necesito andar, como tantos infelices, para ganarme la vida: abro mis puertas cuando quiero, y entra la luz, que viene de muy lejos, para alumbrar mi casa: ese mar tan grande y de tan mal genio me trae todos los días como un esclavo la comida, y paso mi existencia durmiendo y despertando con sosiego, en una cuna de nácar, envuelta en mi manto transparente.
—¿Quién cuenta tales grandezas en este rinconcito de mar? —dijo un joven cangrejo—. Deben ser embustes.
—No: todo lo que dice es cierto, pero muy embellecido —respondió un cangrejo sabio.
—¿Me puede usted decir quién es esa princesa?
—Esa princesa es una ostra.
Dominio público
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Publicado el 14 de julio de 2024 por Edu Robsy.