De la filosofía de los chinos
Todos los pueblos conocidos de la tierra, separados los unos de los
otros por montañas inaccesibles, por la profundidad de los rios, por el
abismo de las mares; mas divididos aun por las opiniones, por el culto
religioso, por la industria, por las costumbres; pero reunidos por una
comun ceguedad, parece hallarse convenidos entre ellos, en conceder el
mas alto grado de gloria á los que les han hecho padecer el mayor número
de males. Cenizas, ruinas, huesos descarnados, y una soledad horrible,
testifican á la posteridad los altos hechos de los conquistadores, y les
aseguran los elogios y la veneracion de los hijos á cuyos padres
degollaron.
En este universal delirio, los Chinos solamente conservando ideas
justas, y el amor de su bien estar, han preferido siempre los hombres
que los ilustran, á los que los destruyen. El nombre de Fo-hí es tal vez
menos harmonioso que los de Hermes y Orfeo; pero tambien es respetable.
Este sabio Emperador, que reynaba, á lo menos, dos mil y quinientos
años antes de nuestra era vulgar, supo preferir á toda otra especie de
imperio, el de la razon, y se hizo el Preceptor de sus pueblos, que aun
en el dia le llaman el Padre de la Ciencia.
Pero el arte de escribir aun no se habia inventado; y así ciertos
nudos servian á los mercaderes para llevar cuenta de los pormenores de
su comercio. Pero ¿cómo explicar la Filosofia con los nudos? El medio
que Fo-hí empleó para asegurar á sus principios alguna duracion, no era
menos insuficiente que aquel: trazó lineas, de las quales dió sin duda
la correspondiente explicacion, pero ésta fué olvidada bien presto.
De este modo los conocimientos apenas trazados por Fo-hí, y que quiso
transmitir á sus pueblos, habrian tenido una corta influencia sobre su
prosperidad, si no se hubieran elevado de tiempo en tiempo Principes
dignos de ocupar el trono de este grande hombre.
Leer / Descargar texto 'Vida y Pensamientos Morales de Confucio'