Textos más vistos etiquetados como Filosofía | pág. 8

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Filebo

Platón


Diálogo, Filosofía


Sócrates: Mira, Protarco, qué parte de la opinión de Filebo quieres defender, y lo que te propones atacar de la mía, pues no están conformes con tu manera de pensar. ¿Quieres que hagamos un resumen de ambas opiniones?

Protarco: Con mucho gusto.

Sócrates: Filebo dice, que el Bien para todos los seres animados consiste en la alegría, el placer, el recreo y todas las demás cosas de este género. Yo sostengo, por el contrario, que no es esto, sino que la sabiduría, la inteligencia, la memoria y todo lo que es de la misma naturaleza, la justa opinión y los razonamientos verdaderos son, para todos los que los poseen, mejores y más apreciables que el placer a la par que más ventajosos a todos los seres presentes y futuros, capaces de participar de ellos. ¿No es esto, Filebo, lo que uno y otro sostenemos?

Filebo: Eso es, Sócrates.

Sócrates: Y bien, Protarco, ¿te encargas de este juicio que se pone en tus manos?

Protarco: Necesariamente me he de encargar, puesto que el buen Filebo se ha acobardado.

Sócrates: Es de absoluta necesidad que indaguemos lo que hay de cierto en esta materia.

Protarco: Sí, es preciso sin duda.

Sócrates: Pasemos adelante. Además de lo que se acaba de decir, convengamos en lo siguiente.

Protarco: ¿Y qué es?

Sócrates: Que uno y otro nos propongamos explicar cuál es la manera de ser y la disposición del alma capaz de procurar a todos los hombres una vida dichosa. ¿No es este nuestro objeto?

Protarco: Sí.

Sócrates: ¿No decís, Filebo y tú, que esta manera de ser consiste en el placer, y yo que consiste en la sabiduría?

Protarco: Es cierto.


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Dominio público
79 págs. / 2 horas, 18 minutos / 729 visitas.

Publicado el 26 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

Hacia una Moral Sin Dogmas

José Ingenieros


Filosofía, Ética


Advertencia

Estas lecciones sobre Emerson y el eticismo fueron pronunciadas en junio de 1917 en la cátedra de Ética, del profesor Rodolfo Rivarola.

El "Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras", ha tenido la gentileza de presentarme una versión taquigráfica, exponiéndome el deseo de editarlas; tan feliz circunstancia me permite salvar esta partícula de ese trabajo invisible en que todos los profesores consumimos nuestra actividad. Para corresponder mejor al buen deseo, que también lo es mío, pues nunca he hablado a mis alumnos sobre asuntos que no me interesan, he revisado el texto, reescribiéndolo en parte, festinantis calami, e intercalando en él ciertos fragmentos a que sólo pude aludir por la medida del tiempo.

Algún lector advertirá frecuentes paréntesis sobre temas incidentales; todos los que hablamos sin poseer esa feliz memoria que constituye el secreto de los buenos improvisadores, estamos condenados a esos imprevistos esparcimientos. Y al ver escrito lo que hablamos, nos sorprende nuestra incapacidad de hablar como escribimos.

Si el lector es amigo, su simpatía dispensará esos tropiezos durante la lectura y pasará por alto alguna imperfección del estilo, que solamente es claro.

Buenos Aires, julio de 1917.

Emerson y Sarmiento

1. Un Moralista

¿Pueden los hombres vivir en tensión hacia una moralidad cada vez menos imperfecta sin más brújula que los ideales naturalmente derivados de la experiencia social? ¿La humanidad podrá renovar indefinidamente sus aspiraciones éticas con independencia de todo imperativo dogmático? ¿La extinción progresiva del temor a las sanciones sobrenaturales eximirá a los hombres del cumplimiento severo de sus deberes sociales?


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Dominio público
148 págs. / 4 horas, 20 minutos / 853 visitas.

Publicado el 28 de junio de 2018 por Edu Robsy.

LA LLEGADA DE LOS EXTRATERRESTRES

Antonio Pinto Renedo


Filosofía, Ovnis


 

© Autor, maquetación y diseño de cubierta:

Antonio Pinto Renedo

 

Publicado en marzo 2011

Revisado en 2019

 

ÍNDICE

 

CAPÍTULO 1 - EL PLANETA DE ORIGEN

Unificación

Control de natalidad

Progreso moral

Carácter cíclico y vida eterna

El origen de la vida

La filosofía de la justicia

 

CAPÍTULO 2 - EL VIAJE

El periodo en el espacio

Las materias primas

Los agujeros negros

 

CAPÍTULO 3 - ACTIVIDADES EN LA ANTIGÜEDAD

Egipto

La Atlántida

El pueblo hebreo

La Biblia

Intervenciones en la Biblia

Ezequiel

 

CAPÍTULO 4 - EL CRISTIANISMO

Los milagros de Jesús

El origen de las enfermedades

Dios y el diablo

Fantasmas y videntes

Religión y democracia

 

CAPÍTULO 5 - EL DESCENSO

Roswell y los marcianitos

Las razas extraterrestres

Los platillos volantes

Las misiones

El fin del mundo

 

PRÓLOGO

 

El objetivo de este libro no es el mero entretenimiento del lector hay quien lo puede considerar una novela de ciencia ficción, pero es el resultado de veinte años de investigación tanto en el campo de la filosofía como en el científico. Quiero subrayar ante todo que mi intención no es la de imponer mis ideas a nadie, si eso fuera así habría sido fácil afirmar que estos conocimientos me han sido otorgados por inspiración divina o algo similar. Más bien al contrario mi intención es abrir la capacidad de las personas para disentir de todo aquello que no les convenza.


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Creative Commons
32 págs. / 57 minutos / 259 visitas.

Publicado el 5 de diciembre de 2020 por Antonio Pinto Renedo.

Wen-Tzu

Lao-Tse


Filosofía, Religión


1

Lao Tse dijo:

Existe algo, un todo indiferenciado, que antes de los cielos y la tierra. Sólo tiene imágenes abstractas, ninguna forma concreta. Es profundo, oscuro, silencioso, indefinido; no oímos su voz. Asignándole un nombre, lo llamo el Camino.

El Camino es infinitamente elevado, insondablemente profundo. Abarcando el cielo y la tierra, recibiendo de lo que no tiene forma, produce una corriente que fluye intensa y ampliamente sin desbordarse. Opaco, se sirve de una clarificación gradual mediante la calma. Cuando se aplica, es infinito y no tiene día ni noche; pero cuando es representado, ni siquiera llena la mano.

Es reducido, pero puede expandirse; es oscuro, pero puede iluminar; es flexible, pero puede ser firme. Absorbe lo negativo y emite lo positivo, manifestando así las luces del sol, la luna y las estrellas.

Gracias a él son altas las montañas, son profundos los océanos, corren los animales, vuelan los pájaros. Gracias a él vagan los unicornios, remontan el vuelo los fénix, siguen su curso las estrellas. Garantiza la supervivencia mediante la destrucción, la nobleza mediante la bajeza, y el avance mediante la retirada. En la antigüedad, los Tres Augustos alcanzaron el orden unificador del Camino y permanecieron en el centro; sus espíritus vagaron con la Creación, y así reconfortaban a todo el mundo en los cuatro cuadrantes.

De esta manera, el Camino produce el movimiento de los cielos y la estabilidad de la tierra, girando incesantemente como una rueda, fluyendo sin cesar como el agua. El Camino se encuentra en el principio y en el fin de las cosas: cuando se levanta el viento, se condensan las nubes, ruge el trueno y cae la lluvia, responde como un concierto sin fin.


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171 págs. / 5 horas / 387 visitas.

Publicado el 16 de diciembre de 2018 por Edu Robsy.

Consolación a Polibio

Lucio Anneo Séneca


Filosofía, Tratado


Nuestros cuerpos comparados con otros son robustos; pero si los reduces a la naturaleza, que destruyendo todas las cosas las vuelve al estado de que las produjo, son caducos; porque manos mortales, ¿qué cosa podrán hacer que sea inmortal? Aquellos siete milagros (y si acaso la ambición de los tiempos venideros levantare otros más admirables) se verán algún día arrasados por tierra. Así que no hay cosa perpetua, y pocas que duren mucho. Unas son frágiles por un modo, y otras por otro; los fines se varían, pero todo lo que tuvo principio ha de tener fin. Algunos amenazan al mundo con muerte, y (si es lícito creerlo) vendrá algún día que disipe este universo, que comprende todas las cosas humanas, sepultándolas en su antigua confusión y tinieblas. Salga, pues, alguno a llorar estas cosas y las almas de cada uno. Laméntese también de las cenizas de Cartago, Numancia y Corinto, y si alguna otra cosa hubo que cayese de mayor altura; pues aun lo que no tiene donde caer, ha de caer. Salga asimismo otro, y quéjese de que los hados (que tal vez se han de atrever a empresas inefables) no le perdonaron a él.


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24 págs. / 42 minutos / 944 visitas.

Publicado el 14 de diciembre de 2016 por Edu Robsy.

El Libro de la Sabiduria

Ahmad Ibn Ata'Illah


Filosofía, Religión, Aforismos


Capítulo 1

[1]

Señal de que contamos con la acción
es que merme la esperanza cuando hay caída.

[2]

Desear la pobreza
cuando Allah te impone que uses las riquezas
es búsqueda de ti mismo, disfrazada.
Pero careces de altas ambiciones
si deseas usar las riquezas
cuando Allah te impone la pobreza.

[3]

La muralla de las decisiones divinas:
no la atraviesa ninguna fuerza síquica.

[4]

Tira el lastre de gobernarte a ti mismo:
lo que otro hace por ti no tienes que hacerlo tú.

[5]

Tus afanes por alcanzar lo que tienes garantizado
y tus descuidos al realizar lo que se pide de ti:
pruebas de que las tinieblas te velan el ojo del corazón.

[6]

Cuida de no desesperarte si,
pese a tus apremiantes súplicas,
tarda Allah en otorgarte Su favor.
Cierto es que te lo ha prometido, pero el que El elija para ti
y no el que tu elijas para ti mismo.
Y en el tiempo que El prefiera, no en el que te hubiera
gustado a ti.

[7]

De Su promesa no dudes si lo prometido no llega
ni aunque tuviera señalado plazo fijo:
dañarías al ojo de tu corazón y empañarías el brillo de tu
conciencia.

[8]

Si Allah te abre una senda al conocimiento
¿qué importa que tus obras sean mínimas?
La senda, sólo la ha abierto para darse a conocer por ti.
¿Acaso ignoras que el conocimiento es Su don
y las obras tu ofrenda?
¿Qué medida común puede existir entre lo que El te da
y las ofrendas que tú Le haces?

[9]

Muchas y diferentes son las obras,
como variado es en sus formas el advenimiento
de los estados de Unión.

[10]

Las obras son formas fijadas:
en ellas penetra la vida por el secreto de la intención
pura.

Capítulo 2

[11]


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26 págs. / 46 minutos / 694 visitas.

Publicado el 29 de mayo de 2018 por Edu Robsy.

Diccionario Filosófico

Voltaire


Diccionario, Filosofía


A

ABAD (abate, sacerdote). ¿A dónde vais, señor abad?, etc. ¿Sabéis que abad significa padre? Si llegáis a serlo, rendiréis un servicio al Estado, haréis sin duda la mejor obra que puede hacer un hombre, y daréis vida a un ser pensante. Hay en esta acción algo de divino.

Pero si sólo sois abad por haber sido tonsurado, por vestir hábito y por lograr un beneficio, no merecéis el nombre de abad.

Los antiguos monjes dieron el nombre de abad al superior que ellos elegían. Era su padre espiritual. ¡De qué manera el tiempo ha cambiado el significado de este nombre! El abad espiritual era un pobre a la cabeza de otros pobres. Pero los pobres padres espirituales tuvieron luego doscientas, cuatrocientas libras de renta, y en Alemania algunos pobres padres espirituales tienen hoy un regimiento de guardias.

¡Un pobre que ha hecho voto de pobreza y que, en consecuencia, es como un soberano! Y aunque esto ya se ha dicho, hay que repetirlo sin cesar porque no se puede tolerar más. Las leyes rechazan este abuso, la religión se indigna de ello y los pobres desnudos y famélicos claman al cielo ante la puerta del señor abad.

Sin embargo, los señores abades de Italia, de Alemania, de Flandes y de Borgoña me objetarán: «¿Por qué no hemos de acumular bienes y honores?, ¿por qué no debemos ser príncipes? ¿No lo son acaso los obispos? Al igual que nosotros, ellos eran en principio pobres, pero se han enriquecido y elevado. Uno de ellos ha llegado a ser superior a los reyes, dejadnos imitarle tanto como podamos».

Tenéis razón, señores, invadid la Tierra, ésta pertenece al fuerte o al astuto que se adueña de ella; os habéis aprovechado de tiempos de ignorancia, superstición y demencia, para despojarnos de nuestros bienes y pisotearnos, para engordar con la sustancia de los desvalidos: ¡ay, cuando llegue el día de la razón!


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1.525 págs. / 1 día, 20 horas, 29 minutos / 635 visitas.

Publicado el 20 de junio de 2016 por Edu Robsy.

El Nacimiento de la Tragedia

Friedrich Nietzsche


Filosofía


Ensayo de autocrítica

1

Sea lo que sea aquello que esté a la base de este libro problemático: una cuestión de primer rango y máximo atractivo tiene que haber sido, y además una cuestión profundamente personal —testimonio de ello es la época en la cual surgió, pese a la cual surgió, la excitante época de la guerra franco-alemana de 1870-1871. Mientras los estampidos de la batalla de Wörth se expandían sobre Europa, el hombre caviloso y amigo de enigmas a quien se le deparó la paternidad de este libro estaba en un rincón cualquiera de los Alpes, muy sumergido en sus cavilaciones y enigmas, en consecuencia muy preocupado y despreocupado a la vez, y redactaba sus pensamientos sobre los griegos,—núcleo del libro extraño y difícilmente accesible a que va a estar dedicado este tardío prólogo (o epílogo). Unas semanas más tarde: y también él se encontraba bajo los muros de Metz, no desembarazado aún de los signos de interrogación que había colocado junto a la presunta «jovialidad» de los griegos y junto al arte griego; hasta que por fin, en aquel mes de hondísima tensión en que en Versalles se deliberaba sobre la paz, también él consiguió hacer la paz consigo mismo, y mientras convalecía lentamente de una enfermedad que había contraído en el campo de batalla, comprobó en sí de manera definitiva el «nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música». —¿En la música? ¿Música y tragedia? ¿Griegos y música de tragedia? ¿Griegos y la obra de arte del pesimismo? La especie más lograda de hombres habidos hasta ahora, la más bella, la más envidiada, la que más seduce a vivir, los griegos —¿cómo?, ¿es que precisamente ellos tuvieron necesidad de la tragedia? ¿Más aún del arte? ¿Para qué el arte griego?…


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224 págs. / 6 horas, 32 minutos / 1.240 visitas.

Publicado el 28 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

Estatismo y Anarquía

Mijaíl Bakunin


Tratado, Política, Filosofía


La Asociación Internacional de los Trabajadores, cuyo origen apenas se remonta a nueve años, ha conseguido durante ese tiempo llegar a una tal influencia sobre el desenvolvimiento práctico de las cuestiones económicas, sociales y políticas en toda Europa, que ningún periodista u hombre de Estado puede rehusarle, en la hora que corre, el interés más serio y con frecuencia el más inquietante. El mundo oficial y oficioso, y el mundo burgués en general, ese mundo de felices explotadores del trabajo penoso, la considera con esa emoción interior que se experimenta a la aproximación de un peligro amenazador aunque desconocido o apenas definido; como si se tratara de un monstruo que deberá tragar infaliblemente todo este sistema social y económico si no se tomasen desde ahora medidas enérgicas, aplicadas simultáneamente en todos los países de Europa, para poner fin a su éxito rápido y creciente.

Se sabe bien que después de la última guerra que rompió la hegemonía histórica de la Francia estatista en Europa –reemplazándola por la hegemonía aún más detestada del pangermanismo estatista–, las medidas contra la Internacional se convirtieron en objeto preferido de las negociaciones intergubernamentales. Es un fenómeno excesivamente natural. Los Estados que, en el fondo, se odian unos a otros y que son eternamente irreconciliables, no han podido ni pueden encontrar otra base de entente que el sometimiento concertado de las masas trabajadoras que forman la base común, el fin de su existencia. No es necesario decir que el príncipe de Bismarck ha sido, y sigue siéndolo, el inspirador principal de esa nueva Santa Alianza. Sin embargo, no fue él quien primero presentó sus proposiciones. Dejó ese honor dudoso a la iniciativa del humillado gobierno del Estado francés que acababa justamente de arruinar.


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260 págs. / 7 horas, 36 minutos / 825 visitas.

Publicado el 15 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

Física

Aristóteles


Filosofía


LIBRO I

1. Objeto y método de la Física

Puesto que en toda investigación sobre cosas que tienen principios, causas o elementos, el saber y la ciencia resultan del conocimiento de éstos —ya que sólo creemos conocer una cosa cuando conocemos sus primeras causas y sus primeros principios, e incluso sus elementos—, es evidente que también en la ciencia de la naturaleza tenemos que intentar determinar en primer lugar cuanto se refiere a los principios.

La vía natural consiste en ir desde lo que es más cognoscible y más claro para nosotros hacia lo que es más claro y más cognoscible por naturaleza; porque lo cognoscible con respecto a nosotros no es lo mismo que lo cognoscible en sentido absoluto. Por eso tenemos que proceder de esta manera: desde lo que es menos claro por naturaleza, pero más claro para nosotros, a lo que es más claro y cognoscible por naturaleza.

Las cosas que inicialmente nos son claras y evidentes son más bien confusas; sólo después, cuando las analizamos, llegan a sernos conocidos sus elementos y sus principios. Por ello tenemos que proceder desde las cosas en su conjunto a sus constituyentes particulares; porque un todo es más cognoscible para la sensación, y la cosa en su conjunto es de alguna manera un todo, ya que la cosa en su conjunto comprende una multiplicidad de partes.

Esto mismo ocurre en cierto modo con los nombres respecto de su definición, pues un nombre significa un todo sin distinción de partes, como por ejemplo «círculo», mientras que su definición lo analiza en sus partes constitutivas. También los niños comienzan llamando «padre» a todos los hombres, y «madre» a todas las mujeres; sólo después distinguen quién es cada cual.


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251 págs. / 7 horas, 20 minutos / 599 visitas.

Publicado el 1 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.

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