Textos peor valorados etiquetados como Historia | pág. 3

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El Drama de 1793

Alejandro Dumas


Historia, Crónica


Capítulo I

Sumario.—El rey vuelve a París.—Escarapela nacional.—La nación.—El león y el perro.—La Asamblea sigue los pasos del rey.—El palacio arzobispal.—Guerra declarada a las palabras.—Abandono de Versalles.—Madlle. de Montansier.—Mirabeau.—La ley marcial.—El panadero François.—Sus defensores.—Su muerte.—Su mujer.—Su hijo.—Se pide, discute y decreta la ley marcial.—Fleur d’Epine.—Socorros a la viuda del panadero.—Texto de la ley marcial.—Loustalot y Marat.—Mirabeau.—Lafayette. —Destierro del duque de Orleans.—El siervo del monte Jura.—Su recibimiento en la Asamblea.—Visitas hechas a las cárceles civiles y eclesiásticas.—Los votos.—Los judíos.—Los cómicos.—Los protestantes.—Rabaud-Saint-Etienne.—Errores de la Asamblea.—Electores.—Elegibles.—Ciudadanos activos y pasivos.—Robespierre y Gregorio.—Prieur de la Marne.—Camillo Desmoulins.—Las caricaturas.—Los bienes del clero.—El obispo de Autun.—Vacaciones de los parlamentos.—Esquelas funerales de convite.—El picadero.—Los caballos.—El cartel de teatro.—Los actores.—Los Bayos.—Los Negros.—Los Imparciales.


Hubiéramos podido titular esta obra Luis XVI y la Revolución; porque, en efecto, partiendo de la época en que principiamos nuestro relato, esto es, del 6 de octubre de 1789, Luis XVI y la Revolución se encuentran ya frente a frente.

La vuelta del rey a París, reconquistado, como dijo Bailly, por su pueblo, completado una manera lógica la insurrección que tuvo origen en la Bastilla y obligó al monarca a que dejase momentáneamente su palacio de Versalles para ir a reconocer en el Hôtel-de-Ville la escarapela tricolor como escarapela nacional.


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548 págs. / 15 horas, 59 minutos / 125 visitas.

Publicado el 10 de febrero de 2019 por Edu Robsy.

Los Conquistadores

José María Salaverría


Historia


I. Visión de Extremadura

Hay en España un territorio desviado de la ruta de los turistas, en cierto modo desconocido e impenetrable. Sólo se ven allí terrenos de cultivo, sierras de pastoreo y algunas minas de poco renombre.

Es la comarca que une a Extremadura con Andalucía, país tan bello como sugerente, que ahora estimo recorrer con el alma abierta a las grandes recordaciones históricas. Por aquí pasaban, en efecto, los soldados y capitanes de Extremadura buscando el glorioso valle del Guadalquivir y los muelles de Sevilla, donde las galeras de empinada popa reclutaban a todos los hombres de buena voluntad que soñasen con el oro y la gloria de las Indias.

Por estos montes de encinas y olivos, gratos a la vid, transitaban los conquistadores a lomo de sus ágiles caballos, portando su espada y su rodela, y allá dentro del pecho un animoso corazón.

Los llanos y las dehesas de Extremadura llenáronse un día de fastuosas revelaciones; hasta el país escondido y mediterráneo había llegado la buena nueva, y en la Tierra de Barros, en la Serena, en Cáceres, en Trujillo, los hidalgos de templada musculatura y lanza en astillero comentaban bajo los portales: «Allá abajo, hacia Sevilla, hay banderas donde engancharse para las empresas del Nuevo Mundo... ¡Todo lleno de oro y plata y perlas preciosas!»

Mientras el tren me lleva a Extremadura, es imposible librar a la mente de la obsesión de América; los objetos modernos tratan de llamarme y no lo consiguen. La Historia se sube, en ocasiones, a la cabeza con la misma aptitud delirante que un vino rancio. Veo los pueblos y los hombres cuotidianos; las máquinas a vapor y los artefactos científicos de un coto minero; los periódicos y los trajes me hablan con obstinación de los afanes contemporáneos, y yo insisto, a pesar de todo, en transportarme a la época de los conquistadores.


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96 págs. / 2 horas, 48 minutos / 100 visitas.

Publicado el 4 de mayo de 2021 por Edu Robsy.

La Mariscala

Abraham Valdelomar


Novela corta, historia, crónica


Introducción

Doña Francisca de Zubiaga y Bernales de Gamarra, cuya vida refiere y comenta Abraham Valdelomar, en la Ciudad de los Reyes del Perú - MCMXIV.

OFRENDA:

A la Imperial Ciudad incaica, nido de cóndores y de leyendas, hija predilecta del Sol, en cuyos palacios de piedra y de oro se deslizó la vida de magníficos señores; donde vive aún, a través de tantas desventuras, junto a la dulce melancolía de las quenas, la indómita soberbia de la Raza; a la Ciudad del Cusco, cuna de tan gran mujer, dedica estas páginas, el autor.

A. V.


Esta Mujer nacida para grandes destinos, que en el ostracismo entregara su espíritu a Dios, es una de las más completas figuras en nuestra incipiente nacionalidad. Su vida fue corriente tumultuosa de vibraciones sonoras, de inextinguibles energías. Gobernó a hombres, condujo ejércitos, sembró odios, cautivó corazones; fue soldado audaz, cristiana fervorosa; estoica en el dolor, generosa en el triunfo, temeraria en la lucha. Amó la gloria, consiguió el poder, vivió en la holgura, veló en la tienda, brilló en el palacio y murió en el destierro. Religiosa, habría sido Santa Teresa; hombre, pudo ser Bolívar.


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Dominio público
57 págs. / 1 hora, 40 minutos / 309 visitas.

Publicado el 8 de septiembre de 2021 por Edu Robsy.

Cinco Años de Destierro en la Isla de Cabrera

Abate Turquet


Historia, crónica


A los hijos de los prisioneros de Cabrera

Muchas veces me he llenado de la más viva emoción al oír el relato de los acontecimientos de Cabrera, al pensar en los millares de franceses abandonados en aquel destierro, sin ropa con que cubrirse, sin abrigo, presa de la miseria más espantosa, devorados por terribles enfermedades, y luchando sin tregua contra los horrores del hambre y de la sed. ¡Qué triste situación! y era mi padre quien nos refería aquellos sufrimientos! mi padre quien los había experimentado por espacio de seis años!!! Yo no podía ser indiferente a tales sucesos. Deseaba con afán datos verídicos, exactos, completos; relaciones en que a la par que sencillas, tuviesen el encanto de las narraciones de mi padre, a menudo edificantes y siempre instructivas, pues las del Caporal de la Fontaine y del marino Enrique Ducór estaban muy lejos de satisfacerme.

Hijos de los prisioneros de Cabrera, sin duda os habréis impresionado como yo con los recuerdos de aquella cautividad; también como yo habréis sentido no poder transmitir a vuestros nietos como un legado precioso. Voy pues a satisfacer los deseos de vuestra filial ternura: para vosotros especialmente emprendo la tarea de repetiros las narraciones de mi padre, a vosotros dedico mi obra; porque solo vosotros podéis apreciar la exactitud de los hechos y de las descripciones, y seréis quizás los únicos que no me tildéis de exagerado. Si asaltase a mis lectores la duda sobre la verdad histórica de lo que voy a referir, y el sagrado carácter de que estoy revestido no pudiese disiparla, apelaré a vuestro testimonio.

¡Ojala puedan las veladas del prisionero de Cabrera seros agradables, y acercaros a Dios, único refugio del hombre sobre la tierra!


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Dominio público
110 págs. / 3 horas, 13 minutos / 298 visitas.

Publicado el 13 de agosto de 2022 por Edu Robsy.

Compendio del Derecho Público Romano

Theodor Mommsen


Historia, Derecho


Prólogo

El deseo que se me ha manifestado por diferentes y atendibles conductos, de ver expuesto el Derecho público romano en forma clara y suficiente para que lo conozcan los juristas que no son a la vez filósofos, es lo que me ha ofrecido ocasión para escribir este libro sobre aquel Derecho. Tan evidente es que para la concepción viva y la inteligencia fundamental del Derecho privado y del procedimiento privado romanos, no basta con saber que el pretor era un magistrado encargado de la administración de justicia, y que el jurado se llamaba iudex, como lo es también la inutilidad que para los prácticos del Derecho tienen la mayor parte de las particularidades del Derecho público del Estado romano y su tan necesario como fatigante aparato filológico-arqueológico. En este libro se ha intentado exponer ordenadamente los elementos esenciales del Derecho público de los romanos, haciendo caso omiso de las pruebas o documentos, que no corresponden a una reducción estricta. Es verdad que no está uno autorizado para hacer públicamente afirmaciones sin demostrarlas; pero cuando ya anteriormente se han presentado las pruebas en una obra extensa, según al presente ocurre (excepto en lo que hace referencia a la corta sección última), bien puede uno, en un trabajo sin pretensiones como es este, remitirse a tal obra.


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Dominio público
515 págs. / 15 horas, 1 minuto / 128 visitas.

Publicado el 6 de septiembre de 2022 por Edu Robsy.

La Raza

Modesto Pérez Hernández


Historia


Martín Alonso Pinzón

Deshauciado Colón en la Corte, pasó—en compañía de su hijo Diego, al dirigirse a Huelva, donde vivía un cuñado suyo—, por el Convento de la Rábida, y llamando a sus puertas en solicitud de socorro, encontró en fray Pérez no sólo quien les diera hospitalidad y sustentación, sino quien escuchara y patrocinara los proyectos del descorazonado marino.

A fray Juan le interesaron con viveza, porque, como religioso, no pensaba tanto en lo que habían de engrandecer los territorios de la corona de España como en los abundantísimos y excelentes frutos que habían de rendirle al catolicismo al extenderse su luz entre los moradores de los países que se descubrieran.

Y comunicó la noticia de la llegada de Colón al convento a personas principales de Palos, para que acudiesen a enterarse de los planes del extranjero, y con el ánimo y la esperanza de buscarle admiradores.

Aunque es en las postrimerías de su vida cuando se le ve a Colón subyugado por el misticismo, ya en el tiempo de sus primeras entrevistas con fray Juan aducía en apoyo de la viabilidad de sus ideas, juntamente con razonamientos científicos, y sobre ellos, razonamientos teológicos y textos y citas de libros sagrados; con lo que llegaban a la mayor intensidad los optimismos del ilustre fraile.

En el Convento de la Rábida se congregaron Martín Alonso Pinzón, piloto acreditadísimo, y Garci-Fernández, médico del pueblo y versado en Cosmografía.

En aquellas reuniones, Colón y Garci-Fernández representaban la ciencia; Martín Alonso, la práctica; y fray Juan Pérez, la fe, que siempre ha sido capaz de levantar montañas.

En una celda de un monasterio de franciscanos, la fe, la ciencia y la experiencia se pusieron de acuerdo para trabajar por que no se malograra la realización de un pensamiento que contenía uno de los hechos más fecundos de la historia humana.


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80 págs. / 2 horas, 20 minutos / 49 visitas.

Publicado el 7 de diciembre de 2022 por Edu Robsy.

Vida de los Doce Césares

Suetonio


Historia, Tratado, Tratado político


El divino Julio César

I. Cuando tenía quince años de edad perdió a su padre. Al año siguiente, fue nombrado sacerdote de Júpiter y, tras romper con Cosutia, de familia del orden ecuestre, pero sumamente rica, con la cual estaba prometido desde niño, se casó con Cornelia, hija del cuatro veces cónsul Cinna, de la que muy pronto tuvo a su hija Julia. El dictador Sila no consiguió de modo alguno persuadirlo a que la repudiase. Por ello, después de ser sancionado con la pérdida del sacerdocio, de la dote y de la herencia familiar, fue considerado del partido de la oposición, hasta el punto de verse obligado a quitarse de en medio, a cambiar de escondite casi cada noche, aun estando enfermo de fiebres cuartanas, y a sobornar a sus perseguidores, hasta que por mediación de las vírgenes vestales y de Mamerco Emilio y Aurelio Cota, parientes y amigos suyos, obtuvo el perdón. Es bien sabido que Sila, después de negarse durante un tiempo a ello a pesar de los ruegos de ciudadanos eminentes y muy cercanos al dictador, vencido finalmente por la pertinaz insistencia de éstos, ya fuese por inspiración de los dioses o por una premonición suya exclamó: «¡Que se salgan con la suya y se queden con él, pero que sepan que ese mismo, a quien con tanto interés desean ver vivo, será algún día la perdición del partido de los optimates, por el que hemos luchado juntos, pues existen en César muchos Marios!».


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400 págs. / 11 horas, 40 minutos / 421 visitas.

Publicado el 14 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

Vidas Paralelas

Plutarco


Historia, Tratado, Tratado político


VOLUMEN I

TESEO Y RÓMULO

I.— Acostumbran los historiadores ¡oh Sosio Seneción!, cuando en la descripción de los países hay puntos de que no tienen conocimiento, suprimir éstos en la carta, poniendo en los últimos extremos de ella esta advertencia: de aquí adelante no hay sino arenales faltos de agua y silvestres, o pantanos impenetrables, o hielos como los de la Escitia, o un mar cuajado. Pues a este modo, habiendo yo de escribir estas vidas comparadas, en las que se tocan tiempos a que la atinada crítica y la historia no alcanzan, acerca de ellos me estará muy bien prevenir igualmente: de aquí arriba no hay más que sucesos prodigiosos y trágicos, materia propia de poetas y mitólogos, en la que no se encuentra certeza ni seguridad. Y habiendo escrito del legislador Licurgo y del rey Numa, me parece que no será fuera de propósito subir hasta Rómulo, pues que tanto nos acercamos a su tiempo; pero examinando, para decirlo con Esquilo,

¿Quién tendrá compañía a esta lumbrera?
¿Con quién se le compara? ¿Quién le iguala?

he creído que el que ilustró a la brillante y celebrada Atenas podría muy bien compararse y correr parejas con el fundador de la invicta y esclarecida Roma. Haré por que, purificado en mi narración lo fabuloso, tome forma de historia; mas si hubiere alguna parte que obstinadamente se resistiese a la probabilidad y no se prestase a hacer unión con lo verosímil, necesitaremos en cuanto a ella de lectores benignos y que no desdeñen el estudio de las antigüedades.

II.— Paréceme, pues, que Teseo hace juego con Rómulo por muchas notas de semejanza: por ser uno y otro, de origen ilegítimo y oscuro, hubo fama de que eran hijos de dioses;

Invictos ambos: lo sabemos todos;


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2.198 págs. / 2 días, 16 horas, 6 minutos / 2.777 visitas.

Publicado el 16 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

Discurso Sobre la Primera Década de Tito Livio

Nicolás Maquiavelo


Tratado, Tratado político, Historia


Nicolás Maquiavelo a Zanobi Buondelmonti y Cosme Rucellai

Salud

Os envío un regalo que, si no corresponde a mis obligaciones con vosotros, es el mejor que puede haceros Nicolás Maquiavelo, pues en él he expresado cuanto sé y aprendí en larga práctica y continua enseñanza de las cosas del mundo. No pudiendo desear más de mí, ni vosotros ni ningún otro, tampoco os quejaréis de que no os dé más.

Podrá muy bien suceder que os desagrade la pobreza de mi ingenio cuando estas narraciones mías sean pobres y lo falaz del juicio cuando al discurrir en muchos puntos me engañe. A decir verdad, no sé quién está más obligado, yo a vosotros, que me habéis forzado a escribir lo que por mi propia iniciativa jamás hubiera escrito, o vosotros a mí, en caso de que lo hecho no os satisfaga. Aceptad, pues, esto como se aceptan todas las cosas de los amigos, teniendo más en cuenta la intención del que regala que la cosa regalada, y creed que me satisface pensar que, si me equivoqué en muchas circunstancias, no he incurrido en error al preferiros a todos los demás para la dedicatoria de estos discursos míos, tanto porque haciéndolo así paréceme mostrar alguna gratitud por los beneficios recibidos, como por apartarme de la costumbre en los escritores de dedicar sus obras a príncipes, cegándoles la ambición o la avaricia hasta el punto de elogiar en ellos todo género de virtudes, en vez de censurarles todos los vicios.

Para no incurrir en tal error he elegido, no a los que son príncipes, sino a quienes por sus infinitas buenas cualidades merecen serlo; no a los que pueden prodigarme empleos, honores y riquezas, sino a los que quisieran hacerlo si pudiesen; porque los hombres, juzgando sensatamente, deben estimar a los que son, no a los que pueden ser generosos; a los que saben gobernar un reino, no a los que, sin saber, pueden gobernarlo.


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346 págs. / 10 horas, 6 minutos / 497 visitas.

Publicado el 16 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

Una Historia de Nueva York

Washington Irving


Historia


Evening Post, 26 de octubre de 1809:

ALARMANTE

Dejó su hospedaje hace algún tiempo y desde entonces nada se sabe de él. Caballero menudo y entrado en años, vestido con un viejo abrigo negro y sombrero de tres picos, responde al apellido Knickerbocker. Puesto que existen motivos para considerar que no se encuentra por entero en sus cabales y su situación genera gran ansiedad, se agradecerá cualquier información relacionada con él que pueda facilitarse en el Columbian Hotel de la calle Mulberry o en la oficina de este diario.

P. D.: Los editores de prensa estarán colaborando con una causa humanitaria al dar cabida en sus diarios al anuncio precedente.

Evening Post, 6 de noviembre de 1809:

Al editor del Evening Post:

Estimado señor, tras leer en su diario del pasado 26 de octubre un texto sobre un anciano caballero apellidado Knickerbocker que se ausentó de su hospedaje; por si fuera de alivio para sus amistades o pudiera aportarles alguna pista para descubrir su paradero, puedo informarles que una persona que responde a la descripción ofrecida fue vista por los pasajeros de la diligencia a Albany, a primeras horas de la mañana, unas cuatro o cinco semanas atrás, descansando junto a la carretera, ligeramente al norte de King’s Bridge. Llevaba en la mano un pequeño fardo envuelto en un pañuelo rojo; parecía estar viajando en dirección norte y se encontraba muy fatigado.

Un viajero.

Evening Post, 16 de noviembre de 1809:

Al editor del Evening Post:


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389 págs. / 11 horas, 21 minutos / 324 visitas.

Publicado el 21 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

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