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etiqueta: Novela corta


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Blasones y Talegas

José María de Pereda


Novela corta


I

De la empingorotada grandeza y el coruscante lustre de sus antepasados, he aquí lo que le restaba, catorce años hace, al señor don Robustiano Tres-Solares y de la Calzada.

Un casaquín de paño verde con botones de terciopelo negro.

Un chaleco de cabra, amarillo.

Un corbatín de armadura.

Dos cadenas de reló con sonajas, sin los relojes.

Un pantalón de paño negro, muy raído.

Un par de medias-botas con la duodécima remonta.

Un sombrero de felpa asaz añejo, y

Un bastón con puño y regatón de plata.

Esto para los días festivos Y grandes solemnidades.

Para los días de labor:

Otro casaquín, incoloro, que soltaba la estopa de los entreforros por todas las costuras y poros de su cuerpo.

Otro corbatín, de terciopelo negro, demasiadamente trasquilado.

Otro chaleco, de mahón, de color de barquillo.

Otro pantalón, «de pulga», con más p asadas que un pasadizo.

Otro sombrero de copa, forrado de hule.

Unas zapatillas de badana; y

Un par de abarcas de hebilla para cuando llovía.

Como ornamentos especiales y prendas de carácter:

Una capa azul, con cuello de piel de nutria y muletillas de algodón; y

Un enorme paraguas de seda encarnada, con empuñadura, contera y argolla de metal amarillo.

Como elementos positivos y sostén de lo que antecede y de algo de lo que seguirá:

Una casa de cuatro aguas con portalada y corral, de la que hablaremos luego más en detalle.

Una faja o cintura de vicios y retorcidos castaños alrededor de la casa.


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Dominio público
77 págs. / 2 horas, 15 minutos / 119 visitas.

Publicado el 31 de octubre de 2020 por Edu Robsy.

Luisa de Bustamante

José María Blanco White


Novela corta


Bien quisiera yo, amigos lectores españoles, tener la pluma de Cervantes para con ella ganar vuestra benevolencia en favor de la narración que me propongo escribir. Pero, aunque el mismo suelo y cielo vieron nacer al célebre ingenio que ha sido y será por siglos la admiración de Europa y al oscuro individuo que esto escribe, la naturaleza dotó al uno con sus mejores dones y dejó al otro, si no desheredado enteramente, a lo más con un corto patrimonio en la república de las letras. Añádase a esto una ausencia de treinta años que casi lo han hecho extranjero en su patria, y no será difícil conjeturar con qué poca confianza emprende, enfermo y casi moribundo, la composición de una obra en español.

Pronto, me temo, vendrán muchos, a preguntarme: ¿por qué la emprendes? A esta pregunta responderé diciendo que la naturaleza es más poderosa que la costumbre y que es ley bien conocida de la condición humana que, a medida que envejecemos, se rejuvenecen las impresiones de la niñez y de los verdes años. Nada, paisanos míos: me empecé a convencer, algunos años ha, que había entrado dentro de los términos de la vejez con el perpetuo revivir que noté en mí de imágenes y memorias españolas. Hasta mis sueños, que por muchos años habían sido, por decirlo así, en mi lengua adoptiva, comenzaron a mezclar con él otro idioma el castellano. Desde entonces he sentido un vivo deseo de probar si el cielo me concedería, en el corto espacio que me puede quedar de vida, la satisfacción de dejar siquiera una obrita a España en que sus hijos hallasen tal cual entretenimiento unido con algún provecho.


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Dominio público
76 págs. / 2 horas, 14 minutos / 89 visitas.

Publicado el 14 de enero de 2021 por Edu Robsy.

Las Hermanas Bunner

Edith Wharton


Novela corta


Primera parte

I

En los días en que el tráfico de Nueva York avanzaba al ritmo de los languidecientes coches de caballos, en que la buena sociedad aplaudía a Christine Nilsson en la Academia de Música y disfrutaba de los atardeceres de la Escuela del Río Hudson que colgaban en las paredes de la Academia Nacional de Diseño, había una discreta tienda de un solo escaparate conocida estrecha y favorablemente por la población femenina del vecindario que limitaba con la plaza Stuyvesant.

Se trataba de una tienda muy pequeña en un destartalado semisótano de una calle tranquila ya condenada a la decadencia; a tenor del carácter misceláneo de lo expuesto detrás del cristal y de la parquedad del cartel que lo coronaba (un mero «Hermanas Bunner» en borrosas letras de oro sobre un fondo negro), para un no iniciado habría sido difícil adivinar la naturaleza exacta del negocio que se desarrollaba en el interior. Aunque eso carecía prácticamente de importancia, puesto que su fama era tan puramente local que las clientas de cuya existencia dependía conocían de forma casi congénita y exacta cuál era el surtido de «artículos» de los que disponía el establecimiento de las hermanas Bunner.


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Protegido por copyright
102 págs. / 3 horas / 258 visitas.

Publicado el 29 de agosto de 2018 por Edu Robsy.

Un Servilón y un Liberalito

Fernán Caballero


Novela corta


Prólogo

Sr. D. Fermín de la Puente y Apecechea.

Mi muy respetado y querido amigo: Recibo la grata de Vd. y la novela de Fernán Caballero, titulada Un servilón y un liberalito, acerca de la cual me pregunta Vd. ¿qué me parece? añadiéndome que lo hace con el deliberado propósito de contárselo al público.

No tema Vd. que esta última circunstancia influya para nada en mi respuesta. Fuera de que hace tiempo ambicionaba yo la honra de poner mi nombre entre los admiradores del gran novelista, estoy ya tan acostumbrado a tratar con el público, que a veces cuando le hablo, dudo si hablo conmigo a solas. Además, ¿qué podría yo decirle que él no supiera, en justa alabanza de aquel escritor eminentemente español y cristiano, y de esta obra, que es una de las joyas más preciosas que enriquecen su corona?

Usted sabe que nosotros los aficionados a los libros, escogemos amigos entre los escritores; y yo puedo asegurarle, que apenas comenzó a sonar por España el nombre de Fernán, ya le tuve por mi amigo, y no me cansaba de leer sus obras, y las leía hasta con gratitud, como es natural sentirla hacia el ser benéfico que posee el secreto de adormecer los dolores del alma, y fortalecer en sus abatimientos al espíritu contristado.

Y cierto no robaba mi atención tanto la gala del estilo; sino la nobleza de las ideas y la pureza del sentimiento: no veía yo en el incógnito escritor o escritora a la matrona deslumbrante con riquísimos joyeles, sino a la mujer sencillamente ataviada, que no ha menester otro adorno que su belleza, y en cuya sonrisa se descubre la bondad del alma, y en el mirar de sus ojos un pudor y una inocencia como si fueran del cielo.


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Dominio público
73 págs. / 2 horas, 8 minutos / 148 visitas.

Publicado el 2 de enero de 2019 por Edu Robsy.

El Diamante de la Inquietud

Amado Nervo


Novela corta


Amigo, yo ya estoy viejo. Tengo una hermosa barba blanca, que sienta admirablemente a mi cabeza apostólica; una cabellera tan blanca como mi barba, ligeramente ensortijada; una nariz noble, de perfil aguileño; una boca de gruesos y golosos, que gustó los frutos mejores de la vida...

Amigo, soy fuerte aún. Mis manos sarmentosas podrían estrangular leones.

Estoy en paz con el Destino, porque me han amado mucho. Se les perdonarán muchas cosas a muchas mujeres, porque me han amado en demasía.

He sufrido, claro; pero sin los dolores, ¿valdría la pena vivir?

Un inglés humorista ha dicho que la vida sería soportable... sin los placeres. Ye añado que sin los dolores sería insoportable.

Sí, estoy en paz con la vida. Amo la vida.

Como Diderot, sufriría con gusto diez mil años las penas del infierno, con tal de renacer: La vida es una aventura maravillosa. Comprendo que los espíritus que pueblan el aire, ronden la tierra deseando encarnar.

—No escarmientan, dirán.

—No, no escarmientan. Las hijas de los hombres los seducen, desde los tiempos misteriosos de que habla el Génesis; una serpiente Invisible les cuchichea: «¿quieres empezar de nuevo?».

Y ellos responden al segundo, al tercero, al décimo requerimiento: «¡sí!»...; y cometen el pecado de vivir:


«porque el delito mayor
del hombre es haber nacido».
 


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Dominio público
33 págs. / 59 minutos / 467 visitas.

Publicado el 23 de enero de 2019 por Edu Robsy.

Buenos Aires en el Año 2080

Aquiles Sioen


Novela corta, ciencia ficción


Dedicatoria

AL SEÑOR DON ANTONINO CAMBACERES

PRESIDENTE DE LA ADMINISTRACION DEL FERRO-CARRIL DEL OESTE

Señor:

Este librito, en el que, á la manera de Julio Verne, de Mery y del autor anónimo de la batalla de Dorking, se hace un bosquejo del Porvenir que espera á vuestra República, no podía ménos que dedicarse á un gran Administrador, á un Político prudente, honrado y liberal; en fin, á un amante apasionado del Progreso bajo todas sus formas.

Hé ahí, en verdad, las cualidades que habrán de sobresalir en vuestros hombres de Estado, si desean asegurar para la Patria Argentina la prosperidad que, sin temor de equivocarme, se la puede augurar, y que yo le deseo con todo mi corazon.

¿Quién, sinó vos, podría ser más acreedor á mi preferencia, Señor? Este librito podrá elevarse hasta los astros, si os dignais aceptar su dedicatoria, si el público le concede una pequeña parte de la merecida popularidad y de la alta consideracion con que os rodea.

Dignaos admitir, Señor, con la seguridad de mi gratitud, la de mi profunda consideracion.

A. Sioen.

Buenos Aires, Julio 23 de 1879.


* * *
 

Señor Don Aquiles Sioen:

Presente.

Distinguido Señor:

Carezco absolutamente de los méritos que V. tiene la bondad de atribuirme. Acepto, no obstante, gustoso, la dedicatoria de su libro, pero sólo como una prueba de la benevolencia que V. me manifiesta.

Buenos Aires en el año 2080: hé ahí, sin duda, un vastísimo tema de estudio, el que, seguro estoy, ha de ser tratado por V. con el distinguido talento de escritor que le caracteriza.

Con toda consideracion me digo de V. atento S. S.

Buenos Aires en 2080

Qué es esto?

Qué significa este título?.....


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Dominio público
46 págs. / 1 hora, 21 minutos / 253 visitas.

Publicado el 21 de septiembre de 2019 por Edu Robsy.

Juan Palomo

Antonio de Trueba


Novela corta


I

Ha transcurrido un año desde que se escribieron los cuentos que anteceden.

Su autor, que vagaba en Madrid hacía veinte como pájaro sin nido, suspirando por un hogar que pudiera llamar suyo, tiene ya hogar y familia, gracias a ti, Dios mío, que le has dado una dulce compañera con quien compartir sus alegrías y sus tristezas en esta larga jornada de la vida, que sigue con el cansancio en el cuerpo y la resignación en el alma.

¡Señor! Al entrar en el seno de la familia, mis primeras palabras deben ser para bendecirla, y he aquí que una bendición a la familia es el cuento que empiezo a contar a aquella de quien, sentado bajo los nogales que sombrean la casa de mis padres, espero decir un día al pasajero, como el hijo de Teresa: « ¡He ahí la santa madre de mis hijos!»

II

Entre los recuerdos que traje, amor mío, de mi valle natal, y que por espacio de veinte años de trabajos y penas he conservado ungidos con el perfume de la inocencia con que salieron de aquellas queridas montañas, había muchos cuya custodia he confiado ya al Libro de los cantares y a los CUENTOS DE COLOR DE ROSA; pero son tantos los que guardo aún en mi corazón, que con decir a éste: «Corazón mío, devuélveme el tesoro que te confié cuando por última vez volví, desconsolado, los ojos al hogar de mis padres», tengo todo cuanto necesito para cautivar tu atención y conmover tu alma enamorada y buena.


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Dominio público
53 págs. / 1 hora, 33 minutos / 69 visitas.

Publicado el 26 de octubre de 2020 por Edu Robsy.

Las Larvas

Emilio Bobadilla


Novela corta


I

Venancio Gutiérrez era uno de los que más vociferaban en el Centro Literario. ¿Se estrenaba una comedia? Pues al día siguiente ya estaba poniendo como hoja de perejil al autor y al público, ¿Se publicaba un libro?

—¡Bah! ¡Literatura de pacotilla!—decía, sin leerle.

La tertulia se componía de varios tontos que, cuando no hablaban de sí mismos, que era lo corriente, discutían, ó sobre la inmortalidad del alma ó sobre casos teratológicos tan curiosos como el de una aldeana que dió á luz un chico con cara de perro. Claro, que también se hablaba de toros. De eso siempre. Todos tenían su articulejo ó su poema in mente, cuando no en el bolsillo, ó su proyecto de fundar un periódico,. verdaderamente literario, que era lo que hacía falta, donde poder escribir sin cortapisas ni atenuaciones. 

El principal oficio de aquellos poetas y prosistas, inéditos muchos, consistía, amén de garrapatear cosas que sólo ellos leían entre sí, en maldecir de todo. Mutuamente se alababan, sin perjuicio de llamarse los unos á los otros, por detrás, «besugos», «cóngrios», «atunes» y «percebes»; todo un léxico digno de una pescadería.

Por lo común, hablaban todos á un tiempo, de pie y manoteando mucho. La egolatría se manifestaba sin pudor en aquellas polémicas interminables sobre los asuntos más baldíos.


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Dominio público
32 págs. / 57 minutos / 69 visitas.

Publicado el 14 de septiembre de 2021 por Edu Robsy.

Doñarramona

José Pedro Bellán


Novela corta


I

La casa de los Fernández y Fernández, edificada en la calle 25 de Agosto, conserva intacta la huella colonial. Es una construcción sólida, chata, pelada, con dos pares de ventanas rectangulares, cruzadas por barrotes de hierro y cubiertas por sendas persianas de color verde, aletargadas, flojas, que se levantan de tarde en tarde, a la altura de un metro, con el único fin de lavar los marcos de las puertas cubiertas de polvo. Se entra a ella después de atravesar un ancho zaguán, obstruído por helechos, jaulas de pie, globos de cristal, perros de yeso y tres o cuatro estatuitas de biscuit, perdidas en los rincones.

En seguida el patio, enorme, con baldosas color lacre y pileta de piedra, hacia el fondo, junto a la cocina. Salvo una parra, que trepando por unos tirantillos de hierro lo cubre totalmente, el patio no presenta una sola planta. Es una superficie desierta y tranquila, con un gran movimiento de luz.

Las habitaciones, hechas sobre un plano más elevado, son ocho y comunican entre sí. Todo el lujo de la casa está en ellas. El mueblaje es pesado e indestructible: camas, roperos, cómodas, mesas, todo de Jacarandá.

Los cortinados llenan las alcobas de una paz húmeda. Al principio, cuando se entra en ellas, es difícil distinguir los objetos que las llenan. Para andar sin tropiezos, es necesario esperar la acomodación del iris o conocer la, simetría tradicional de la familia.

La sala es grande y rectangular, bastante rectangular. Los sofás en hilera, junto a las paredes, forman un marco color rojizo.

Uno de ellos, hacia la mitad de una fila se destaca por su tamaño, por su ornamento: tiene aspecto de sitial. A poco, sobre él, un gran cuadro de Carlos V.


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Dominio público
86 págs. / 2 horas, 32 minutos / 44 visitas.

Publicado el 24 de octubre de 2021 por Edu Robsy.

La Felicidad Doméstica

Antonio de Trueba


Novela corta


I

Permítaseme empezar este cuento con algunos detalles topográficos, y en el hecho de pedir que se me permitan estos detalles, confieso que no están del todo en su lugar.

Donde los cuentos dan á su autor mucha gloria y mucho dinero, la crítica debo tener la manga muy estrecha; pero en España, donde poco ó nada de eso dan, la crítica debo tener la manga tan ancha, tan ancha, que puedan pasar por ella los extravíos que para nuestro particular solaz nos permitimos, los cuentistas.

—Cuentista—me dice el público,—ven acá y cuéntame un cuento.

—¡Allá voy, señor mío!—le contesto.

Pero cato usted que apenas empiezo el cuento veo pasar á una personita que me gusta, y por ir á charlar con ella un rato dejo al público con un palmo de narices.

—¡Cómo se entiende!—me grita indignado el público—Me falta usted al respeto, olvidando que las leyes del arte niegan la autonomía á los cuentistas.

—Vamos á cuentas, señor público. Cuando va usted á un teatro de aficionados, ¿silba usted á los actores?

—No, señor.

—¿Y por qué?

—Porque son aficionados.

—¿Y por qué razón son aficionados?

—Porque no ganan dinero.

—Pues mire usted, por esa razón somos también aficionados los cuentistas españoles; y porque somos aficionados no se nos debe silbar, aunque nos tomemos libertades como las que yo me tomo.

El Oriento es la región de la luz y el Ocaso la de la sombra. Vámonos hacia el Oriente, saliendo por la puerta de Alcalá.

Siguiendo la carretera de Aragón, caminamos por espacio de un cuarto de hora dominando con la vista las llanuras que cercan á la capital.

Descendemos á un vallecito donde hay un puente sobre un arroyo nominal y emprendemos la subida de una cuesta, agradable por lo corta y desagradable por lo pendiente.


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Dominio público
81 págs. / 2 horas, 22 minutos / 60 visitas.

Publicado el 23 de diciembre de 2021 por Edu Robsy.

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