Un Drama en el Océano Pacífico
Emilio Salgari
Novela
CAPÍTULO I. ASESINATO MISTERIOSO
—¡Socorro!
—¡Mil bombas! ¿Quién ha caído al agua?
—Nadie, señor Collin —respondió una voz desde la cofa del palo de mesana.
—¿Estoy yo sordo, acaso?
—Habrá sido el timón, que tiene las cadenas enmohecidas. —No es posible, gaviero.
—Entonces habrán sido los tigres, que rugen de un modo capaz de asustar a cualquiera.
—No; te repito que era una voz humana.
—Pues yo no veo nada, señor Collin.
—De eso estoy seguro. Sería preciso tener ojos de gato para distinguir algo en esta oscuridad.
A través del ensordecedor ruido de la tempestad y de los mugidos de las olas, que el viento elevaba a gran altura, se oyó nuevamente un grito que no parecía proceder ni de las fieras de que había hablado el gaviero, ni de los hierros del timón. El segundo Collin, que estaba agarrado a la barra del timón, teniendo los ojos fijos en la brújula, se volvió por segunda vez diciendo:
—Alguien ha caído al mar. ¿No has oído un grito, Jack?
—No —contestó el gaviero.
—¡Pues esta vez no me he engañado!
—Si se hubiera caído algún hombre de la «Nueva Georgia», los que están de cuarto se hubieran dado cuenta en seguida de la desgracia.
—¿Entonces?…
—¿Habrá algún pez de nueva especie por estas aguas?
—No conozco ningún pez del Océano Pacífico que pueda lanzar un grito semejante.
—¿Será un náufrago?
—¿Un náufrago aquí, a doscientas leguas de Nueva Zelanda? ¿Has visto tú por aquí algún buque antes de que se pusiera el sol?
—Ninguno, señor —respondió el gaviero.
—¡Socorro!
—¡Por mil diablos! —exclamó el segundo, mordiéndose los largos y rojizos bigotes que adornaban su rostro, bronceado por los vientos del mar y los calores ecuatoriales—. Un hombre sigue a nuestro buque.
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Publicado el 4 de marzo de 2017 por Edu Robsy.