Al Polo Austral
Emilio Salgari
Novela
CAPÍTULO PRIMERO. EL NAUFRAGIO DEL «EIRA»
—¿Es cierto lo que se dice, señor Linderman?
—¿A propósito de qué, señor Wilkye?
—De la expedición polar organizada por sus compatriotas de usted. Se asegura que ha naufragado lastimosamente.
—Es verdad —respondió secamente el llamado Linderman.
—¿Conque su ilustre explorador polar ha sido vencido nuevamente por los hielos?
—¿Y eso qué le importa a usted?
—¡Por Dios! A un miembro distinguido de la Sociedad Geográfica de los Estados Unidos puede interesarle mucho.
—Me lo dice usted con cierta ironía, señor Wilkye, lo cual me hace suponer que está contento de que mi compatriota Smith no haya salido victorioso de su empresa.
—Puede ser, señor Linderman. ¡Qué quiere usted! Me agradaría que el descubridor del Polo fuera un americano y no un inglés.
—Ya se ha visto cómo lo han descubierto sus compatriotas de la Jannette.
—Su misión era diferente, señor Linderman. La Jannette iba en busca de un paso libre entre el estrecho de Bering y el de Davis, y no del Polo Norte.
—Y naufragó lastimosamente —repitió el señor Linderman con tono zumbón.
—Es que si se hubiera dirigido directamente hacia el Polo, sin perder tantos meses en buscar el paso, habría llegado.
—Sí; a estrellarse contra los hielos muchos meses antes.
—¡No tanto, señor Linderman!
—¿Eh? ¿Tiene usted la pretensión de que los americanos han de triunfar en todo? ¿Qué cree usted que somos los ingleses? ¿Acaso hombres de cartón-piedra? Mis compatriotas navegaban ya por los mares polares cuando en Europa no se sabía aún que existiera América.
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Publicado el 4 de marzo de 2017 por Edu Robsy.