Textos más descargados etiquetados como Novela disponibles | pág. 41

Mostrando 401 a 410 de 560 textos encontrados.


Buscador de títulos

etiqueta: Novela textos disponibles


3940414243

Memorias de un Vagón de Ferrocarrill

Eduardo Zamacois


Novela


I

Nací, por fortuna mía, vagón de primera clase, y mi ejecutoria acredita la reciedumbre y nobleza de mi origen. En las buenas estaciones provincianas, y más aún en las fronterizas, donde abundan los tipos cosmopolitas acostumbrados a viajar, mi aspecto prócer y la pátina obscura que me dieron, primero mis barnizadoras y luego la cruda intemperie y el polvo de los caminos, dicen mi largo historial vagabundo y atraen la curiosidad de las gentes.

Procedo de Francia, de los famosos talleres de Saint-Denis, pero fuí construído con materiales oriundos de diferentes países, y esta especie de “protoplasma internacional”—llamémoslo así—que me integra, unido a mi vivir errático, me vedan sentir fuertemente ese “amor a la patria”, en cuyo nombre la ciega humanidad se ha despedazado tantas veces.


Leer / Descargar texto

Dominio público
287 págs. / 8 horas, 22 minutos / 210 visitas.

Publicado el 5 de agosto de 2020 por Edu Robsy.

Los Trabajos del Infatigable Creador Pío Cid

Ángel Ganivet


Novela


Trabajo primero

Pío Cid intenta desasnar a unos estudiantes


En una modesta casa de huéspedes de la calle de Jacometrezo vivía Pío Cid cuando le conoció mi amigo Cándido Vargas, de quien he recogido las escasas noticias que tengo sobre los primeros años de vida madrileña del original protagonista de esta instructiva historia. Yo le conocí algunos años después, y me interesó tan profundamente la rareza, con visos de genialidad, de sus dichos y hechos, que formé el firme propósito de estudiarle de cerca para satisfacer mi curiosidad de novelista incipiente y utilizarle en una obra de psicología novelesca al uso, que me quitaba entonces el sueño y el apetito.


Leer / Descargar texto

Dominio público
503 págs. / 14 horas, 40 minutos / 106 visitas.

Publicado el 25 de junio de 2022 por Edu Robsy.

Los Mariditos

José Tomás de Cuéllar


Novela


Introducción

Indispensable para el conocimiento de la casta de los mariditos


La temperatura media del aíre en el Valle de México es de 18º 29 centígrado.

Las heladas, respetuosamente, no llegan á impedir el desarrollo perenne de la vegetación que provée al mercado de toda clase de leguminosas los 365 días del año.

Hay clotes desde Marzo hasta Diciembre, melones en Enero, fresas todo el año y semillas tempraneras que desde el semillero hasta el almuerzo no hacen más que una evolución de veinte días, como la de los rabanitos.

Las calabazas que se sirven tiernas en Marzo, toman proporciones colosales en Noviembre para el chacualole de los muertos.

Se dan tambien en este Valle, merced á la temperatura, profesoras de instrucción primaria, y sábios de todas dimensiones, críticos tempraneros, periodistas con chichonera, mamás de quince abriles, abuelitas de treinta y sobre todo mariditos.

Los derechos del Registro Civil son cómodos apropiados á las circunstancias y á la temperatura. Hay además gro blanco de á peso, y una barata permanente de azahares de badana en el Portal de Mercaderes.

El peso medio de la raza humana en el distrito federal fluctùa en los varones entre 75 y 150 libras peso bruto. Las novias teniendo 12 años cumplidos y tacones de palo, están expuestas á los mariditos y no se pesan.

El maridito es un sér precoz que le juega una mala pasada al tiempo, á la naturaleza, y á la aritmética; quiere decir: que en un avío hace tres mandados. Le juega una mala pasada al tiempo porque llega á viejo sin haber sido nunca joven.

A la naturaleza, porque es una semilla embrionaria que se empeña en sembrarse para reproducirse, sin esperar á que madure la pulpa de la fruta que la contiene.

Y á la aritmética, porque aprende logaritmos y se olvida de sumar y restar.


Leer / Descargar texto

Dominio público
85 págs. / 2 horas, 30 minutos / 113 visitas.

Publicado el 22 de septiembre de 2021 por Edu Robsy.

Los Hermanos Plantagenet

Manuel Fernández y González


Novela


I. LOS HERMANOS DE LA NIEBLA

EL día 15 de noviembre de 1194, á la hora en que el sol se ocultaba tras los remotos confines del condado de Middlesex, tiñendo con reflejos amarillentos los girones en que se rompía al Occidente el ancho pabellón de nubes que encapotaba el cielo, una galera de altos mástiles y agudas velas navegaba lentamente, ayudada por los remos de cien galeotes, subiendo con dificultad la corriente del Támesis, á dos leguas de distancia de Londres.

Sobre el alcázar de popa de esta galera, recostado en un mástil en que apenas ondulaba al débil impulso de una pesada brisa sudeste un pendón rojo, cuyas plegaduras no permitían conocer los detalles del blasón que dejaba notarse de una manera confusa sobre él; apoyado en este mástil, repetimos se veía un hombre de figura atlética, con la mirada fija en la distante ciudad.

Rodeábanle otros tres hombres, pero á cierta distancia, sin duda por respeto, que miraban al mismo punto que el primero, con una expresión marcada de impaciencia.

Y esta impaciencia era muy natural; la galera adelantaba con tanta lentitud, que á primera vista hubiérasela podido creer anclada, á no ser por el continuo y monótono ruido que producían azotando el agua los remos de los galeotes.

Suponiendo que nuestros lectores se impacientarán si llamamos mucho tiempo su atención sobre el perezoso bastimento, lanzaremos nuestro relato á todo vagor, pasaremos como un meteoro entre las áridas y solitarias riberas de los condados de Surrey y Middlesex, cuyos límites naturales entre sí señala el Támesis, y sólo nos detendremos en una ensenada de la isla de los Perros.


Leer / Descargar texto


127 págs. / 3 horas, 43 minutos / 168 visitas.

Publicado el 25 de junio de 2016 por Edu Robsy.

La Puchera

José María de Pereda


Novela


I. «RÉ» EN LA ARCILLOSA

Quién de los dos empujó primero, yo no lo sé. Quizás fuera el mar, acaso fuera el río. Averígüelo el geólogo, si es que le importa. Lo indudable es que el empuje fué estupendo, diérale quien le diera; es decir, el río para salir al mar, ó el mar para colarse en la tierra. Mientras el punto se aclara, supongamos que fué el mar, siquiera porque no se conciben tan descomunales fuerzas en un río de quinta clase, que no tiene doce leguas de curso.

¡Labor de titanes! Primero, el peñasco abrupto, recio y compacto de la costa. Allí, á golpe y más golpe, contando por cúmulos de siglos la faena, se abrió al fin ancho boquete, irregular y áspero, como franqueado á empellones y embestidas. Al desquiciarse los peñascos de la ingente muralla, algo cayó hacia afuera que resultó islote mondo y escueto, y más de otro tanto hacia dentro, en dos mitades casi iguales, que vinieron á ser á modo de contrafuertes ó esconzados de la enorme brecha. La labor del intruso para continuar su avance, fué ya menos difícil: sólo se trataba de abrirse paso á través de una sierra agazapada detrás de la barrera de la costa; y forcejeando allí un siglo y otro siglo, buscando á tientas al obstáculo las más blandas coyunturas de su armazón de granito, quedó hecho el cauce, profundo y tortuoso, entre dos altos taludes que el tiempo fué tapizando de césped y bordando de malezas.


Leer / Descargar texto

Dominio público
400 págs. / 11 horas, 40 minutos / 430 visitas.

Publicado el 5 de agosto de 2017 por Edu Robsy.

La Incógnita

Benito Pérez Galdós


Novela, Novela epistolar


A D. Equis X, en Orbajosa Madrid, 11 de Noviembre.

Querido Equis: Allá va mi primera carta. La empiezo recordándote la condición sine qua non de mi compromiso epistolar, a saber: que esto no ha de leerlo nadie más que tú. Sólo con la seguridad de que humanos ojos, fuera de los tuyos de ratón, no han de ver el contenido de estas cartas, puedo ser, como me propongo, absolutamente sincero al escribirlas. A cambio de la solemne promesa de tu discreción, nada te ocultaré, ni aun aquello que recelamos confiar verbalmente al amigo más íntimo.

Ya que por tus pecados, de los cuales más vale no hablar, te ves recluido en la estrechez carcelaria de ese lugarón, donde todas las murrias del alma humana tienen su asiento, quiero enviarte la sal de estas cartas para que sazones con ella el pan desabrido de tu destierro forzado o voluntario, que esto es harina de otro costal. En ellas verás personas, sucesos, chismes y trapisondas de esta pícara Corte, cuya confusión y bullicio tanto te agradan, como buen gato madrileño; y la sociedad que has dejado con pena, la vida esta, entretenidísima, variada y estimulante, revivirán en tu espíritu, descritas sin galanura, pero con veracidad, por tu mejor amigo.


Leer / Descargar texto


232 págs. / 6 horas, 47 minutos / 291 visitas.

Publicado el 5 de octubre de 2016 por Edu Robsy.

La Historia de Chucho el Ninfo

José Tomás de Cuéllar


Novela


Con datos auténticos
debidos a indiscreciones femeniles
(de las que el autor se huelga)

Parte primera

I. En el que se ve que el amor acaramelado de las mamás no es el más a propósito para criar héroes

Allá por los años de cuarenta a cuarenta y uno pasaba todas las mañanas por el costado del norte de la Alameda, una criada joven, limpia y relamida, conduciendo a un niño muy lindo.

La criada se miraba en el niño; lo cual no era un obstáculo para que el alamedero se viera en la criada; porque al pasar, criada y niño, por la puerta que ve a la Santa Veracruz, el alamedero se paraba allí invariablemente para saludar a la criada.

El niño se veía libre de la mano que lo conducía y se ponía a jugar, mientras el alamedero hablaba cosas más formales con la criada.

Al niño, al alamedero y a la criada se les hacía tarde. Solía transcurrir una hora, de esas que parecen un soplo, horas de niño, horas de amor, que se pierden sin saber cómo.

Al cabo de esa hora, el calor del día había aumentado, y con el calor los colores de la criada, que estaba entonces más bonita; el niño se había empolvado los zapatitos y el alamedero había tenido tiempo de hacer en el respaldo de la banca un agujerito donde le cabía el dedo.

Como todos los días se sentaban en el mismo lugar, el agujerito iba siendo más hondo.

Esta manía de perforación no es sólo peculiar del alamedero en cuestión; la incuria tiene una mímica taladrante, significativa y especial.

El indio, sobre todo, no trata de asuntos amorosos sin rascar la pared; la beldad cerril no oye si no rasca, y el elocuente lenguaje de las manos, el recomendado acto segundo, se reduce en ciertas gentes a hacer un agujerito.

La criada y el niño seguían el camino de la escuela y el alamedero se quedaba parado.


Leer / Descargar texto

Dominio público
208 págs. / 6 horas, 5 minutos / 499 visitas.

Publicado el 23 de diciembre de 2018 por Edu Robsy.

La Gaviota

Fernán Caballero


Novela


Prólogo

Apenas puede aspirar esta obrilla a los honores de la novela. La sencillez de su intriga y la verdad de sus pormenores no han costado grandes esfuerzos a la imaginación. Para escribirla, no ha sido preciso más que recopilar y copiar.

Y, en verdad, no nos hemos propuesto componer una novela, sino dar una idea exacta, verdadera y genuina de España, y especialmente del estado actual de su sociedad, del modo de opinar de sus habitantes, de su índole, aficiones y costumbres. Escribimos un ensayo sobre la vida íntima del pueblo español, su lenguaje, creencias, cuentos y tradiciones. La parte que pudiera llamarse novela sirve de marco a este vasto cuadro, que no hemos hecho más que bosquejar.

Al trazar este bosquejo, sólo hemos procurado dar a conocer lo natural y lo exacto, que son, a nuestro parecer, las condiciones más esenciales de una novela de costumbres. Así es, que en vano se buscarán en estas páginas caracteres perfectos, ni malvados de primer orden, como los que se ven en los melodramas; porque el objeto de una novela de costumbres debe ser ilustrar la opinión sobre lo que se trata de pintar, por medio de la verdad; no extraviarla por medio de la exageración.

Los españoles de la época presente pueden, a nuestro juicio, dividirse en varias categorías.

Algunos pertenecen a la raza antigua; hombres exasperados por los infortunios generales, y que, impregnados por la quisquillosa delicadeza que los reveses comunican a las almas altivas, no pueden soportar que se ataque ni censure nada de lo que es nacional, excepto en el orden político. Estos están siempre alerta, desconfían hasta de los elogios, y detestan y se irritan contra cuanto tiene el menor viso de extranjero.

El tipo de estos hombres es, en la presente novela, el general Santa María.


Leer / Descargar texto

Dominio público
321 págs. / 9 horas, 21 minutos / 345 visitas.

Publicado el 28 de septiembre de 2018 por Edu Robsy.

La Farisea

Fernán Caballero


Novela


Prólogo

No se te entrará por debajo de la puerta de tu casa, lector benigno, este tomo de novelas, nuevo fruto de la fecunda pluma de Fernán Caballero. Ese modo furtivo de penetrar en el sagrado del hogar doméstico no cuadra bien con el propósito elevado y generoso que inspira todas las obras de este afamado novelista andrógino. No es propio de caballeros de noble alcurnia que saben mantener su decoro y conservar incontaminado el lustre de su casa, el mendigar relaciones buscando pretextos para introducirse en el trato y familiaridad de la gente de valía, y menos amoldarse a las mañas rastreras de la gente baladí para lograr por cansancio o por sorpresa lo que cara a cara se les niega. ¿Es por aristocrático orgullo y por desprecio de los hábitos generales por lo que el hombre bien nacido se desdeña de pordiosear de casa en casa, y más aún de introducirse clandestinamente en la morada ajena, como el malhechor que se propone robar o asesinar al dueño desapercibido? No por cierto: la decencia, la moral, la ley, se lo prohíben; sírvanse tenerlo presente los autores de buenos libros que sin dar importancia al antiguo recato literario, y acomodándose al uso tan generalizado de propagarse por mano de los repartidores, se dejan ir de puerta en puerta en compañía con la pestífera falange de publicaciones ilustradas y baratas, o silenciosamente se ingieren y deslizan con ellas dentro de las casas sin permiso de los padres de familia.


Leer / Descargar texto


75 págs. / 2 horas, 12 minutos / 230 visitas.

Publicado el 17 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

3940414243