Textos mejor valorados etiquetados como Novela | pág. 5

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Guerra y Paz

León Tolstói


Novela


PRIMERA PARTE

I

Bien. Desde ahora, Génova y Lucca no son más que haciendas, dominios de la familia Bonaparte. No. Le garantizo a usted que si no me dice que estamos en guerra, si quiere atenuar aún todas las infamias, todas las atrocidades de este Anticristo (de buena fe, creo que lo es), no querré saber nada de usted, no le consideraré amigo mío ni será nunca más el esclavo fiel que usted dice. Bien, buenos días, buenos días. Veo que le atemorizo. Siéntese y hablemos.

Así hablaba, en julio de 1805, Ana Pavlovna Scherer , dama de honor y parienta próxima de la emperatriz María Fedorovna, saliendo a recibir a un personaje muy grave, lleno de títulos: el príncipe Basilio, primero en llegar a la velada. Ana Pavlovna tosía hacía ya algunos días. Una gripe, como decía ella —gripe, entonces, era una palabra nueva y muy poco usada —. Todas las cartas que por la mañana había enviado por medio de un lacayo de roja librea decían, sin distinción: «Si no tiene usted nada mejor que hacer, señor conde — o príncipe —, y si la perspectiva de pasar las primeras horas de la noche en casa de una pobre enferma no le aterroriza demasiado, me consideraré encantada recibiéndole en mi palacio entre siete y diez. Ana Scherer.» — ¡Dios mío, qué salida más impetuosa! —repuso, sin inmutarse por estas palabras, el Príncipe. Se acercó a Ana Pavlovna, le besó la mano, presentándole el perfumado y resplandeciente cráneo, y tranquilamente se sentó en el diván.

—Antes que nada, dígame cómo se encuentra, mi querida amiga, — ¿Cómo quiere usted que nadie se encuentre bien cuando se sufre moralmente? ¿Es posible vivir tranquilo en nuestros tiempos, cuando se tiene corazón? — repuso Ana Pavlovna —. Supongo que pasará usted aquí toda la velada.


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Dominio público
609 págs. / 17 horas, 47 minutos / 2.726 visitas.

Publicado el 16 de mayo de 2016 por Edu Robsy.

El Hombre que Ríe

Victor Hugo


Novela


En Inglaterra todo es grande, inclusive lo que no es bueno, inclusive la oligarquía. El patriciado inglés es el patriciado en el sentido absoluto de la palabra. No hay feudalismo más ilustre, más terrible y más vivaz. Digamos que ese feudalismo fue útil en su época. Es en Inglaterra donde ese fenómeno, el Señorío, debe ser estudiado, así como es en Francia donde hay que estudiar el fenómeno llamado la Realeza.

El verdadero título de este libro sería La aristocracia. Otro libro, que seguirá, podrá titularse La monarquía. Y estos dos libros, si al autor le es posible terminar este trabajo, precederán y llevarán a otro que se titulará El Noventa y Tres.

Hauteville-House, 1869

Primera parte. El mar y la noche

Dos capítulos preliminares

1. Ursus

I

Ursus y Homo estaban unidos por una amistad estrecha. Ursus era un hombre, y Homo era un lobo. Sus índoles concordaban. Era el hombre el que había bautizado al lobo. Probablemente también había elegido su propio nombre; como consideraba que el de Ursus era bueno para él, le pareció que el de Homo era bueno para el animal. La asociación de este hombre con este animal se beneficiaba con las ferias, las fiestas parroquiales, las esquinas de las calles en las que se agolpan los transeúntes y la necesidad que siente en todas partes el pueblo de escuchar pataratas y comprar drogas de charlatán. El lobo, dócil y graciosamente subalterno, agradaba a la multitud. Ver amansamientos es algo que complace. Nuestra satisfacción suprema consiste en contemplar cómo desfilan todas las variedades de la domesticación. Es lo que hace que acuda tanta gente a ver cómo desfilan los cortejos reales.


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Protegido por copyright
627 págs. / 18 horas, 18 minutos / 1.633 visitas.

Publicado el 23 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

Las Aventuras de Tom Sawyer

Mark Twain


Novela


I

—¡Tom!

Silencio.

—¡Tom!

Silencio.

—¡Dónde andará metido ese chico!... ¡Tom!

La anciana se bajó los anteojos y miró, por encima, alrededor del cuarto; después se los subió a la frente y miró por debajo. Rara vez o nunca miraba a través de los cristales a cosa de tan poca importancia como un chiquillo: eran aquéllos los lentes de ceremonia, su mayor orgullo, construidos por ornato antes que para servicio, y no hubiera visto mejor mirando a través de un par de mantas. Se quedó un instante perpleja y dijo, no con cólera, pero lo bastante alto para que la oyeran los muebles:

—Bueno; pues te aseguro que si te echo mano te voy a...

No terminó la frase, porque antes se agachó dando estocadas con la escoba por debajo de la cama; así es que necesitaba todo su aliento para puntuar los escobazos con resoplidos. Lo único que consiguió desenterrar fue el gato.

—¡No se ha visto cosa igual que ese muchacho!

Fue hasta la puerta y se detuvo allí, recorriendo con la mirada las plantas de tomate y las hierbas silvestres que constituían el jardín. Ni sombra de Tom. Alzó, pues, la voz a un ángulo de puntería calculado para larga distancia y gritó:

—¡Tú! ¡Toooom!

Oyó tras de ella un ligero ruido y se volvió a punto para atrapar a un muchacho por el borde de la chaqueta y detener su vuelo.

—¡Ya estás! ¡Que no se me haya ocurrido pensar en esa despensa!... ¿Qué estabas haciendo ahí?

—Nada.

—¿Nada? Mírate esas manos, mírate esa boca... ¿Qué es eso pegajoso?

—No lo sé, tía.

—Bueno; pues yo sí lo sé. Es dulce, eso es. Mil veces te he dicho que como no dejes en paz ese dulce te voy a despellejar vivo. Dame esa vara.

La vara se cernió en el aire. Aquello tomaba mal cariz.

—¡Dios mío! ¡Mire lo que tiene detrás, tía!


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Dominio público
228 págs. / 6 horas, 40 minutos / 2.251 visitas.

Publicado el 16 de mayo de 2016 por Edu Robsy.

A Bordo del Taymir

Emilio Salgari


Novela


CAPITULO I. LOS CAZADORES DE NUTRIAS

—Sandoe, ¿la has visto?

—Si, MacDoil; pero desapareció súbitamente.

—¿Dónde la viste?

—Allí, bajo aquella roca.

—¡No la veo! La noche está tan oscura, que me serían necesarias las pupilas de un gato para ver algo a diez pasos de la punta de mi nariz. ¿Era grande?

—¡Enorme, MacDoil! Debe de ser la misma que vi esta mañana.

—¿Tenía hermosa piel?

—Una de las más hermosas. La compañía podría obtener de ella ochocientos rublos.

—¿Sabes lo que he observado, Sandoe?

—¿Qué?

—Que desde hace unos días estas condenadas nutrias parecen asustadas.

—Lo mismo tengo observado, MacDoil. ¿Sabes desde cuándo?

—Desde la noche que oímos aquel silbido misterioso.

—¡Lo has adivinado!

—¿Quién pudo haber lanzado aquella nota? Una ballena no pudo ser.

—Quizá un mamífero de nueva especie.

—¡Hum! —dijo el que se llamaba MacDoil, meneando la cabeza—. ¡No lo creo!…

—Pues entonces…

—No sé qué decir.

—Algo debe de suceder en las costas septentrionales de esta isla. Si así no fuera, las nutrias no se mostrarían tan desconfiadas, y el mismo «Camo» estaría más tranquilo. Ayer mismo ladró muchas veces.

—Lo he oído, Sandoe, y creo…

—¡Calla!

Un murmullo extraño, pero potente, que parecía producido por un inmenso surtidor de agua brotando en la superficie del mar, seguido poco después de un agudo silbido, se oyó en lontananza hacia la costa septentrional de la isla.

Al oír aquellos ruidos, un enorme can que estaba acostado junto a una peña saltó hacia los dos hombres, y volviendo la cabeza al Norte, lanzó tres poderosos ladridos.


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187 págs. / 5 horas, 27 minutos / 1.483 visitas.

Publicado el 23 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

El Caminante

Natsume Sōseki


Novela


Personajes principales

FAMILIA NAGANO

El padre: antiguo funcionario del gobierno ahora jubilado.

La madre: Tsuma.

Ichiro: hijo mayor y profesor universitario.

Jiro: segundo hijo y narrador de la novela. Trabaja como empleado en un estudio de arquitectura.

Oshige: hermana de Ichiro y Jiro.

Nao: esposa de Ichiro.

Yoshie: hija de Ichiro y Nao.

OTROS PERSONAJES

Okada: pariente lejano de la madre que vivió en casa de los Nagano durante su época de estudiante. Actualmente trabaja y reside en Osaka.

Okane: esposa de Okada.

Sano: amigo y compañero de trabajo de Okada.

Osada: vive con la familia Nagano como empleada en las labores domésticas.

Misawa: amigo íntimo de Jiro.

Señor H: amigo íntimo de Ichiro y profesor universitario.

Primera parte: Amigo

1

En cuanto bajé del tren en la estación de Umeda, cogí un rikisha y fui directo a casa de Okada como me había pedido mi madre. Okada era familia lejana suya, pero en qué grado, era algo que desconocía por completo.

Yo tenía mis propias razones para ir a verlo nada más llegar a Osaka. Una semana antes de venir había quedado en encontrarme con un amigo en la ciudad para subir juntos al monte Koya y, en caso de disponer de tiempo suficiente, llegar hasta Nagoya desde Ise. No sabíamos exactamente dónde reunimos y fue en ese momento cuando se me ocurrió darle el nombre y la dirección de Okada.

—En cuanto llegue a Osaka, te llamaré para asegurarme de si has llegado o no —dijo mi amigo antes de partir. Yo no estaba seguro de que Okada tuviera teléfono, por eso le pedí que telegrafiara o enviara una nota. Su idea era ir a Suwa por la línea de Koshu y llegar a Osaka pasando por Kiso. Mi plan era coger la línea de Tokaido directo hasta Kioto y parar allí cuatro o cinco días por unos asuntos. Después seguiría hasta Osaka.


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Protegido por copyright
303 págs. / 8 horas, 51 minutos / 413 visitas.

Publicado el 29 de abril de 2017 por Edu Robsy.

La Vuelta al Mundo en 80 días

Julio Verne


Novela


I

En el año 1872, la casa número 7 de Saville-Row, Burlington Gardens —donde murió Sheridan en 1814— estaba habitada por Phileas Fogg, quien a pesar de que parecía haber tomado el partido de no hacer nada que pudiese llamar la atención, era uno de los miembros más notables y singulares del ReformClub de Londres.

Por consiguiente, Phileas Fogg, personaje enigmático y del cual sólo se sabía que era un hombre muy galante y de los más cumplidos gentlemen de la alta sociedad inglesa, sucedía a uno de los más grandes oradores que honran a Inglaterra.

Decíase que se daba un aire a lo Byron —su cabeza, se entiende, porque, en cuanto a los pies, no tenía defecto alguno—, pero a un Byron de bigote y pastillas, a un Byron impasible, que hubiera vivido mil años sin envejecer.


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Dominio público
209 págs. / 6 horas, 5 minutos / 19.830 visitas.

Publicado el 19 de mayo de 2016 por Edu Robsy.

Viaje al Centro de la Tierra

Julio Verne


Novela


Capítulo 1

El domingo 24 de mayo de 1863, mi tío, el profesor Lidenbrock, entró rápidamente a su hogar, situado en el número 19 de la König‑Strasse, una de las calles más tradicionales del barrio antiguo de Hamburgo.

Marta, su excelente criada, se preocupó sobremanera, creyendo que se había retrasado, pues apenas empezaba a cocinar la comida en el hornillo.

“Bueno” —pensé para mí—, “si mi tío viene con hambre, se va a armar la de San Quintín; porque no conozco a otro hombre de menos paciencia”.

—¡Tan temprano y ya está aquí el señor Lidenbrock! —exclamó la pobre Marta, con arrebol, entreabriendo la puerta del comedor.

—Sí, Marta; pero tú no tienes la culpa de que la comida no esté lista todavía, porque es temprano, aún no son las dos. Acaba de dar la media hora en San Miguel.

—¿Y por qué ha venido tan pronto el señor Lidenbrock?

—Él lo explicará, seguramente.

—¡Ahí viene! Yo me escapo. Señor Axel, cálmelo usted, por favor.

Y la excelente Marta se retiró presurosa a su recinto culinario, dejándome solo.

Pero, como mi timidez no es lo más indicado para hacer entrar en razón al más irascible de todos los catedráticos, había decidido retirarme prudentemente a la pequeña habitación del piso alto que utilizaba como dormitorio, cuando se escuchó el giro sobre sus goznes de la puerta de la calle, crujió la escalera de madera bajo el peso de sus pies fenomenales, y el dueño de la casa atravesó el comedor, entrando con apresuramiento en su despacho, y dejando al pasar, el pesado bastón en un rincón, arrojando el mal cepillado sombrero encima de la mesa, y dirigiéndose a mí con tono imperioso, dijo:

—¡Ven, Axel!

No había tenido aún tiempo material de moverme, cuando me gritó el profesor con acento descompuesto:

—Pero, apúrate, ¿qué haces que no estás aquí ya?


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Dominio público
228 págs. / 6 horas, 40 minutos / 12.862 visitas.

Publicado el 19 de mayo de 2016 por Edu Robsy.

Orgullo y Prejuicio

Jane Austen


Novela


Capítulo I

Es una verdad mundialmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa.

Sin embargo, poco se sabe de los sentimientos u opiniones de un hombre de tales condiciones cuando entra a formar parte de un vecindario. Esta verdad está tan arraigada en las mentes de algunas de las familias que lo rodean, que algunas le consideran de su legítima propiedad y otras de la de sus hijas.

—Mi querido señor Bennet —le dijo un día su esposa—, ¿sabías que, por fin, se ha alquilado Netherfield Park?

El señor Bennet respondió que no.

—Pues así es —insistió ella—; la señora Long ha estado aquí hace un momento y me lo ha contado todo.

El señor Bennet no hizo ademán de contestar.

—¿No quieres saber quién lo ha alquilado? —se impacientó su esposa.

—Eres tú la que quieres contármelo, y yo no tengo inconveniente en oírlo.

Esta sugerencia le fue suficiente.

—Pues sabrás, querido, que la señora Long dice que Netherfield ha sido alquilado por un joven muy rico del norte de Inglaterra; que vino el lunes en un landó de cuatro caballos para ver el lugar; y que se quedó tan encantado con él que inmediatamente llegó a un acuerdo con el señor Morris; que antes de San Miguel vendrá a ocuparlo; y que algunos de sus criados estarán en la casa a finales de la semana que viene.

—¿Cómo se llama?

—Bingley.

—¿Está casado o soltero?

—¡Oh!, soltero, querido, por supuesto. Un hombre soltero y de gran fortuna; cuatro o cinco mil libras al año. ¡Qué buen partido para nuestras hijas!

—¿Y qué? ¿En qué puede afectarles?

—Mi querido señor Bennet —contestó su esposa—, ¿cómo puedes ser tan ingenuo? Debes saber que estoy pensando en casarlo con una de ellas.

—¿Es ese el motivo que le ha traído?


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Dominio público
367 págs. / 10 horas, 42 minutos / 20.763 visitas.

Publicado el 7 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.

Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino

Julio Verne


Novela


Primera parte

1. Un escollo fugaz

El año 1866 quedó caracterizado por un extraño acontecimiento, por un fenómeno inexplicable e inexplicado que nadie, sin duda, ha podido olvidar. Sin hablar de los rumores que agitaban a las poblaciones de los puertos y que sobreexcitaban a los habitantes del interior de los continentes, el misterioso fenómeno suscitó una particular emoción entre los hombres del mar. Negociantes, armadores, capitanes de barco, skippers y masters de Europa y de América, oficiales de la marina de guerra de todos los países y, tras ellos, los gobiernos de los diferentes Estados de los dos continentes, manifestaron la mayor preocupación por el hecho.

Desde hacía algún tiempo, en efecto, varios barcos se habían encontrado en sus derroteros con «una cosa enorme», con un objeto largo, fusiforme, fosforescente en ocasiones, infinitamente más grande y más rápido que una ballena.

Los hechos relativos a estas apariciones, consignados en los diferentes libros de a bordo, coincidían con bastante exactitud en lo referente a la estructura del objeto o del ser en cuestión, a la excepcional velocidad de sus movimientos, a la sorprendente potencia de su locomoción y a la particular vitalidad de que parecía dotado. De tratarse de un cetáceo, superaba en volumen a todos cuantos especímenes de este género había clasificado la ciencia hasta entonces. Ni Cuvier, ni Lacepède, ni Dumeril ni Quatrefages hubieran admitido la existencia de tal monstruo, a menos de haberlo visto por sus propios ojos de sabios.


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Dominio público
448 págs. / 13 horas, 5 minutos / 7.549 visitas.

Publicado el 19 de mayo de 2016 por Edu Robsy.

El Retrato de Dorian Gray

Oscar Wilde


Novela


Prefacio

El artista es creador de belleza.

Revelar el arte y ocultar al artista es la meta del arte.

El crítico es quien puede traducir de manera distinta o con nuevos materiales su impresión de la belleza. La forma más elevada de la crítica, y también la más rastrera, es una modalidad de autobiografía.

Quienes descubren significados ruines en cosas hermosas están corrompidos sin ser elegantes, lo que es un defecto. Quienes encuentran significados bellos en cosas hermosas son espíritus cultivados. Para ellos hay esperanza.

Son los elegidos, y en su caso las cosas hermosas sólo significan belleza.

No existen libros morales o inmorales.

Los libros están bien o mal escritos. Eso es todo.

La aversión del siglo por el realismo es la rabia de Calibán al verse la cara en el espejo.

La aversión del siglo por el romanticismo es la rabia de Calibán al no verse la cara en un espejo.

La vida moral del hombre forma parte de los temas del artista, pero la moralidad del arte consiste en hacer un uso perfecto de un medio imperfecto. Ningún artista desea probar nada. Incluso las cosas que son verdad se pueden probar.

El artista no tiene preferencias morales. Una preferencia moral en un artista es un imperdonable amaneramiento de estilo.

Ningún artista es morboso. El artista está capacitado para expresarlo todo.

Pensamiento y lenguaje son, para el artista, los instrumentos de su arte.

El vicio y la virtud son los materiales del artista. Desde el punto de vista de la forma, el modelo de todas las artes es el arte del músico. Desde el punto de vista del sentimiento, el modelo es el talento del actor.

Todo arte es a la vez superficie y símbolo.

Quienes profundizan, sin contentarse con la superficie, se exponen a las consecuencias.

Quienes penetran en el símbolo se exponen a las consecuencias.


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Dominio público
250 págs. / 7 horas, 17 minutos / 11.140 visitas.

Publicado el 20 de mayo de 2016 por Edu Robsy.

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