Textos más largos etiquetados como Novela no disponibles | pág. 7

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La Guerra de las Mujeres

Alejandro Dumas


Novela


I. La cita en medio del río

En otro tiempo se elevaba un hermoso pueblo de blancas casas y rojizos techos, casi encubiertos por los tilos y las hayas, a muy poca distancia de Liburnia, alegre villa que se refleja en las rápidas aguas del Dordoña, entre Fronsac y San Miguel de la Rivera. Por entre sus casas, simétricamente alineadas, pasaba el camino de Liburnia a San Andrés de Cubzac, formando la única vista que disfrutaban aquéllas. A poco más de cien pasos de una de estas hileras de casas, se extiende serpenteando el río, cuya anchura y poderío empiezan a anunciar, desde aquel sitio, la proximidad del mar.

Pero la guerra civil había estampado sus desoladoras huellas en aquel país, destruyendo las árboles y los edificios, expuestos a todos sus caprichosos furores; y no pudiendo huir, como lo hicieran sus habitantes, se deslizaron poco a poco sobre los céspedes, protestando a su modo contra la barbarie de las revoluciones intestinas; empero la tierra, que sin duda ha sido creada para servir de tumba a todo cuanto fue, ha ido cubriendo lentamente el cadáver de aquellas casas, tan graciosas y alegres en otro tiempo; la hierba ha brotado sobre aquel suelo ficticio, y el viajero que hoy camina por la senda solitaria, no podrá sospechar al ver aparecer sobre los montecillos desiguales, alguno de esos numerosos rebaños tan comunes en el mediodía; que ovejas y pastores huellan indiferentes el cementerio en que reposa una aldea.


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553 págs. / 16 horas, 7 minutos / 91 visitas.

Publicado el 11 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

Woodstock, o los Caballeros

Walter Scott


Novela


PREFACIO

No me propongo revelar a los lectores cómo vinieron a mis manos los manuscritos del célebre anticuario J. A. Rochecliffe, doctor en Sagrada Teología, porque estas cosas ocurren de mil modos, limitándome a decirles que estuvieron a punto de sufrir una suerte funesta y que llegué a ser su poseedor por medios humanos y legales. Respecto a la autenticidad de las anécdotas que he encontrado en los escritos de este apreciable señor, y que he adornado lo mejor que me ha sido posible, el nombre del doctor Rochecliffe debe ser garantía suficiente para todos.

Toda persona amante de la lectura, conoce perfectamente la historia de este sabio, a quien el honorable Anthony Wood considera como una de las principales y más firmes columnas de la Iglesia, y de quien hace un magnífico elogio en su obra La Atenas Oxienensis, a pesar de haber sido este doctor alumno de la universidad de Cambridge, segundo ojo literario de Inglaterra.

El doctor Rochecliffe obtuvo grandes ascensos en su carrera eclesiástica, como recompensa a la parte activa que tomó en la controversia contra los puritanos, y su obra, intitulada Malleus Haeresis, fue considerada por todo el mundo como un golpe decisivo... excepto por los que lo recibieron. Esta obra le valió, a la edad de treinta años, la rectoría y curato de Woodstock, y y le otorgó más tarde un lugar distinguido en el catálogo del célebre Century White; pero sus opiniones le arrebataron el curato, cuando los presbiterianos obtuvieron el ascendiente y preponderancia que conservaron largo tiempo.


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550 págs. / 16 horas, 3 minutos / 121 visitas.

Publicado el 14 de diciembre de 2016 por Edu Robsy.

Ivanhoe

Walter Scott


Novela


I

Así hablaban, mientras al atardecer los bien criados
cerdos regresaban a su hogar, con estrepitosos ruidos y
más desagradables gruñidos.

ALEXANDER POPE (traducción de La Odisea), HOMERO: Odisea, XIV.

En la bella comarca de la alegre Inglaterra regada por las aguas del río Don, había antiguamente un dilatado bosque que se extendía por la mayor parte de los hermosos valles y colinas que medían entre Sheffield y la placentera ciudad de Doncaster. Aún pueden verse los restos de lo que antaño fue un espeso bosque en los dominios de Wentwolth, en el parque de Wharncliffe y en los alrededores de Rotherham. En esa zona realizaba sus correrías, alimentándose de sangre, el dragón de Wantley; allí se libraron muchas de las desesperadas batallas en tiempos de la Guerra Civil de las Rosas; allí, en fin, se hicieron famosas por su intrepidez las cuadrillas de galantes bandoleros, cuyos hechos ha popularizado el cancionero inglés.


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549 págs. / 16 horas, 1 minuto / 370 visitas.

Publicado el 12 de diciembre de 2016 por Edu Robsy.

La Inquilina de Wildfell Hall

Anne Brontë


Novela


PREFACIO

Si bien reconozco que el éxito de la presente obra ha sido mayor que el que yo esperaba y que las alabanzas que ha arrancado a unos pocos críticos benevolentes han sido superiores a sus méritos, también debo admitir que desde otros ámbitos ha sido criticada con una aspereza para la que tampoco estaba preparada y que tanto mi juicio como mis sentimientos me aseguran que es más amarga que justa. Apenas está en las manos de un autor el refutar los argumentos de sus censores y justificar sus propias producciones, pero espero que se me permita aquí hacer algunas observaciones con las que habría prolongado la primera edición si hubiera previsto la necesidad de semejantes precauciones frente a los malentendidos creados por aquellos que habrían de leerla con una mente llena de prejuicios o de contentarse con juzgarla después de una rápida ojeada.


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548 págs. / 16 horas / 599 visitas.

Publicado el 14 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.

Los Hijos del Capitán Grant

Julio Verne


Novela


Tomo I. En América del Sur

I. Un tiburón

El 26 de julio de 1864, un hermoso yate, el Duncan, avanzaba a todo vapor por el canal del norte; un fresco viento del noroeste favorecía su marcha. En el tope del trinquete flameaba la bandera de Inglaterra y un poco más atrás, sobre el palo mayor, se agitaba un gallardete azul que mostraba una dorada corona ducal y las iniciales E.G.

Lord Glenarvan, uno de los dieciséis pares escoceses de la cámara alta y el socio más distinguido del Royal Thames Yacht Club, propietario del Duncan, se hallaba a bordo junto a su joven esposa, lady Elena, y su primo, el mayor Mac Nabbs.

El Duncan realizaba su primer viaje de prueba por las aguas próximas al golfo de Clyde, cuando ya maniobraba para regresar a Glasgow el vigía señaló un enorme pez que seguía el curso del buque. Esta novedad fue comunicada por el capitán, John Mangles, a lord Edward, quien subió a cubierta en compañía de su primo para enterarse mejor de lo que ocurría.

El capitán opinó, ante la sorpresa del lord, que podía tratarse de un tiburón, posiblemente de la variedad martillo, que suele aparecer por todos los mares.

Inmediatamente le propuso una original pesca para confirmar su opinión y disminuir, si lo lograba, el número de estos terribles animales.

Lord Glenarvan aceptó la propuesta y mandó avisar a lady Elena que también subió a cubierta ansiosa de ser testigo de aquella extraña pesca.


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545 págs. / 15 horas, 54 minutos / 1.108 visitas.

Publicado el 15 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

El Paraíso de las Mujeres

Émile Zola


Novela


I

Denise fue andando desde la estación de Saint-Lazare, adonde había llegado con sus dos hermanos en el tren de Cherburgo, tras viajar toda la noche en el duro asiento corrido de un vagón de tercera. Llevaba a Pépé cogido de la mano y a Jean pegado a los talones, tan derrengados como ella del viaje e igualmente atónitos y perdidos en medio de aquel París inmenso, que recorrían fijándose en todas las fachadas y preguntando en cada cruce por la calle de la Michodiére, en la que vivía su tío Baudu. Cuando desembocaron por fin en la plaza de Gaillon, la joven se paró en seco, sorprendida.

—¡Huy! ¡Mira, Jean! —dijo.

Y allí se quedaron, apiñados en medio de la calle, vestidos con los trajes negros y raídos del luto de su padre, que aún no habían acabado de gastar. Denise, muy poquita cosa, muy aniñada a pesar de sus veinte años, llevaba un hatillo ligero en un brazo y a su hermano Pépé, de cinco años, colgado del otro; el mayor, Jean, estaba de pie detrás de ella con los brazos caídos, en el esplendor de sus dieciséis años.

—¡Hay que ver! —volvió a decir Denise, al cabo de un rato—. ¡Menuda tienda!


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540 págs. / 15 horas, 46 minutos / 118 visitas.

Publicado el 24 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

Las Bostonianas

Henry James


Novela


LIBRO PRIMERO

I

—Olive bajará dentro de unos diez minutos; me pidió que se lo dijera. Unos diez minutos: esa es Olive. Ni cinco ni quince, pero tampoco diez exactamente, sino más bien nueve u once. No me pidió que le dijera que se siente feliz de verlo, porque no sabe si lo está o no, y por nada del mundo se expondría a decir algo impreciso. Si hay alguien honesto esa es Olive Chancellor; es la rectitud en persona. Nadie dice nada impreciso en Boston; la verdad es que no sé cómo tratar a esta gente. Bien, de cualquier manera estoy muy contenta de verlo.

Estas palabras fueron pronunciadas con aire voluble por una mujer rubia, regordeta y sonriente que entró en una angosta sala en la que un visitante que aguardaba desde hacía algunos minutos se encontraba inmerso en la lectura de un libro. El caballero no había siquiera necesitado sentarse para comenzar a interesarse en la lectura; al parecer había tomado el volumen de una mesa tan pronto como llegó, y, manteniéndose de pie, después de una sola mirada al apartamento, se había sumido en sus páginas. Puso a un lado el libro al acercarse la señora Luna, sonrió, le estrechó la mano y dijo como respuesta al último comentario de la dama:

—Usted ha sugerido que dice mentiras. Tal vez esa sea una.

—Oh, no, no hay de qué maravillarse en que me alegre su visita —respondió la señora Luna— si le digo que he pasado ya tres largas semanas en esta ciudad donde nadie miente.

—Sus palabras no me parecen demasiado elogiosas —dijo el joven—. Yo no pretendo mentir.

—Oh, cielos, ¿cuál es la ventaja entonces de ser un sureño? —preguntó la dama—. Olive me ha encargado de decirle que espera que se quede usted a comer. Y si lo ha dicho es que verdaderamente lo espera. Está dispuesta a correr el riesgo.

—¿Tal como estoy? —preguntó el visitante, adoptando un aspecto más bien humilde.


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534 págs. / 15 horas, 36 minutos / 664 visitas.

Publicado el 29 de enero de 2017 por Edu Robsy.

Antonina o la Caída de Roma

Wilkie Collins


Novela


La ville cesse d’être:
Le romain est esclave, el le Goth est son maitre.

SODDERE, Alarique

Prefacio

Al disponerse a escribir una obra de ficción basada sobre hechos reales, el autor de estas páginas no consideró requisito indispensable que sus protagonistas fueran personajes históricos de la época. Por el contrario, estimó que varias objeciones de peso se oponían a esa idea. Bien sabía que atenerse a la historia obligaba al autor a añadir a los datos conocidos mucho de su imaginación —a vestir, con el colorido de la ficción novelesca, el escueto esquema de la verdad histórica— y, por tanto, a situar la invención del novelista en lo que no podía menos que considerar un contraste sumamente desfavorable con la exactitud del historiador. Por otro lado, no estaba de ningún modo convencido de que un relato en el cual los actores principales fueran personajes históricos pudiera preservar la adecuada unidad de acción y mantenerse dentro de los límites apropiados para su desarrollo sin falsificaciones o confusiones de fechas históricas: una especie de licencia poética que no sentía la menor disposición de concederse, ya que su preocupación principal consistía en que su argumento naciera y se derivara en su totalidad de los grandes acontecimientos de la época, en el orden preciso en que ocurrieron.


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533 págs. / 15 horas, 34 minutos / 133 visitas.

Publicado el 1 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

El Italiano o el Confesionario de los Penitentes Negros

Ann Radcliffe


Novela


Prólogo


Envuelto en una bruma de silencio y misterio,
Medita sus pasiones, las encarna en hechos,
Y las manda a otros en alas del Destino,
Como esa Voluntad invisible que nos guía,
¡Súbitas, calladas, inescrutables!
 

Hacia el año 1764, un grupo de ingleses que se hallaba de viaje por Italia se detuvo durante una excursión a los alrededores de Nápoles, ante el pórtico de Santa Maria del Pianto, iglesia aneja a un antiguo convento de la orden de los penitentes negros. La magnificencia de su atrio, aunque desgastado por el tiempo, despertó en los viajeros tanta admiración que sintieron curiosidad por visitar su interior, y con este propósito subieron la escalinata de mármol que conducía hasta ella.

A la sombra, detrás de los pilares, un individuo paseaba con los brazos cruzados y la mirada baja, recorriendo toda la extensión del atrio, tan absorto en sus pensamientos que no se dio cuenta de que se acercaban desconocidos. El rumor de pasos, no obstante, le sobresaltó; se volvió y, sin detenerse, corrió a una puerta que daba acceso a la iglesia y desapareció.

Había algo demasiado sorprendente en su figura y demasiado singular en su reacción para pasar inadvertido a los visitantes: era un hombre alto, cargado de hombros, de tez pálida y facciones duras; con unos ojos que, al mirar por encima del embozo de la capa, parecían reflejar una enorme ferocidad.

Los viajeros, al entrar en el templo, buscaron con la mirada al personaje que los había precedido, pero no lo descubrieron en ninguna parte; sólo vieron surgir otra figura de las sombras que poblaban las largas naves laterales: un fraile del convento contiguo, que era quien solía enseñar a los visitantes los objetos de especial interés que guardaba la iglesia, y que con esa intención acudía ahora al encuentro de los que llegaban.


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528 págs. / 15 horas, 24 minutos / 296 visitas.

Publicado el 25 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.

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