Textos más vistos etiquetados como Novela no disponibles | pág. 28

Mostrando 271 a 280 de 414 textos encontrados.


Buscador de títulos

etiqueta: Novela textos no disponibles


2627282930

Ruperto de Hentzau

Anthony Hope


Novela


Capítulo I. El adiós de la Reina

Quien ha vivido en el mundo y advertido que el acto más insignificante puede engendrar innumerables consecuencias, no es capaz de asegurar que la muerte del duque de Strelsau, la liberación y la restauración del rey Rodolfo, habían terminado de un modo definitivo con los disturbios causados por la audaz conspiración de Miguel el Negro.

La lucha fue encarnizada, la puesta considerable, desaforadas las pasiones, y la simiente del odio esparcida por doquier.

Pero ya que Miguel pagó con la existencia el atentado contra la corona, todo parecía terminado.

Miguel había muerto, la princesa casó con su primo, el secreto no respiró, el señor de Rassendyll desapareció de Ruritania. ¿No era esto un desenlace?

En tal sentido hablaba a mi amigo, el condestable de Zenda, conversando tranquilamente en su casa. Me contestó así:

—Es usted muy optimista, amigo Fritz. ¿Acaso ha muerto Ruperto de Hentzau? Creo que no.

El principal agente de que echaba mano Ruperto para reconciliarse con el Rey era su primo el conde de Rischenheim, mozo de preclaro linaje, muy rico y que le quería.

El conde desempeñaba perfectamente su cometido. Reconocía las graves faltas de Ruperto; pero invocaba en su favor la ligereza de la juventud, la influencia predominante del duque Miguel, y prometía para lo porvenir una fidelidad tan discreta como sincera.

Pero, como puede comprenderse, lo mismo el Rey que sus compañeros, conocían demasiado a Ruperto de Hentzau para atender las súplicas de sus embajadores. Ruperto parecía decir por boca de éstos: «Pagadme bien y callaré».

Nosotros nos limitábamos a tener en secuestro los bienes del Conde y procurábamos vigilarle cuidadosamente a él, pues estábamos decididos a que no penetrara en Ruritania.


Información texto

Protegido por copyright
192 págs. / 5 horas, 37 minutos / 214 visitas.

Publicado el 13 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.

Secuestrado

Robert Louis Stevenson


Novela


Dedicatoria

Mi querido Charles Baxter:

Si alguna vez lees esta historia, probablemente te harás más preguntas de las que yo podría contestar. Te preguntarás, por ejemplo, por qué ocurrió el asesinato de Appin en el año 1751, cómo es que las rocas de Torran se han desligado hasta tan cerca de Barraid, o por qué el proceso impreso silencia todo lo referente a David Balfour. Éstas son cuestiones que escapan a mi comprensión. Pero si me pones a prueba acerca de la culpabilidad o inocencia de Alan, creo que podré defender el contenido del texto. Todavía hoy encontrarás en Appin que la tradición está claramente a favor de Alan. Si investigas un poco, incluso podrás enterarte de que los descendientes del «otro hombre», del que disparó, aún viven en la comarca. Pero el nombre de ese «otro hombre», pregunta cuanto quieras que no llegarás a saberlo, pues el escocés aprecia un secreto por lo que vale en sí mismo, y por el agradable ejercicio de guardarlo. Podría extenderme mucho para justificar un punto y reconocer otro insostenible, pero es más honrado confesar de entrada lo poco que me interesa el afán de exactitud. Esto no es material para la biblioteca de un erudito, sino un libro para las tardes de invierno en un aula, cuando las tareas de clase han terminado y se acerca la hora de acostarse; y el honesto Alan, que fue en su tiempo un terrible matamoros, en su nuevo avatar no tiene más desesperado propósito que el de robar la atención de algún joven caballero por su Ovidio, transportarle por un rato a las Highlands al siglo pasado, y mandarle luego a la cama con unas cuantas atractivas imágenes que mezclar con sus sueños.


Información texto

Protegido por copyright
255 págs. / 7 horas, 27 minutos / 341 visitas.

Publicado el 26 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

Señora o Señorita

Wilkie Collins


Novela


Personajes:

Sir Joseph Graybrooke (Caballero)

Richard Turlington (del Comercio con el Levante)

Launcelot Linzie (del Colegio de Cirujanos)

James Dicas (del Registro de Abogados)

Thomas Wildfang (Marinero jubilado)

Señorita Graybrooke (Hermana de Sir Joseph)

Natalie (Hija de Sir Joseph)

Lady Winwood (Sobrina de Sir Joseph)

Amelia Sophia y Dorothea (Hijastras de Lady Winwood)

Tiempo: actual (mediados del siglo XIX)

Lugar: Inglaterra

1. En el mar

La noche había finalizado. El día recién nacido esperaba por avivar su luz en un silencio que se desconoce en tierra firme, el silencio que en un mar en calma precede a la salida del Sol.

No llegaba ni un soplo de aire. El agua, inmóvil, carecía de rizos. El único cambio era el de la luz, que aumentaba poco a poco, con suavidad; el único movimiento era el de la perezosa neblina, que ascendía serpenteando al encuentro del Sol, su amo, hacia el Este del mar. Muy paulatinamente, a medida que el velo etéreo de la mañana se levantaba, se volvía cada vez más fino, hasta que en los primeros rayos de la luz solar se pudo divisar el alto velamen blanco de una goleta.

Un gran silencio reinaba en la embarcación, de proa a popa, igual que el silencio que reinaba en el mar.


Información texto

Protegido por copyright
100 págs. / 2 horas, 55 minutos / 130 visitas.

Publicado el 28 de enero de 2017 por Edu Robsy.

Silas Marner

George Eliot


Novela


I

En los tiempos en que las ruecas zumbaban activamente en las granjas, en que las mismas grandes damas, vestidas de sedas y encajes, tenían sus pequeñas ruecas de encina lustrada, a veces se veía, ya sea en los caminos de los distritos apartados, ya sea en el seno profundo de las colinas, a ciertos hombres pálidos y enclenques que, comparados con las gentes vigorosas de los campos, parecían ser los últimos vestigios de una raza desheredada.

El perro del pastor ladraba furioso cuando uno de esos hombres de fisonomía extraña aparecía en las alturas, y su fisonomía extraña se destacaba negra sobre el cielo, en el ocaso breve del sol de invierno; porque, ¿a qué perro no incomoda una persona encorvada bajo el peso de un fardo? Y aquellos hombres pálidos rara vez salían de su aldea sin aquella carga misteriosa.

El propio pastor, bien que tuviera buenas razones para creer que la bolsa sólo contenía hilo de lino, si no largas piezas de lienzo tejidas con ese hilo, no estaba muy seguro de que aquel oficio de tejedor, por indispensable que fuera, pudiera ejercerse sin el auxilio del espíritu maligno.

En aquella época remota, la superstición acompañaba a todo individuo o a todo hecho un tanto extraño. Y para que una cosa pareciera tal, bastaba que se repitiera periódica o accidentalmente, como las visitas del buhonero o del afilador.

Nadie sabía dónde vivían aquellos hombres errantes, ni de quién descendían; y, ¿cómo podría decirse quiénes eran, a menos de conocer a alguien que supiera quiénes eran su padre y su madre?


Información texto

Protegido por copyright
243 págs. / 7 horas, 6 minutos / 132 visitas.

Publicado el 31 de octubre de 2016 por Juan Carlos Vinent Mercadal.

Sin Nombre

Wilkie Collins


Novela


Para
Francis Carr Beard
(Miembro del Real Colegio de Cirujanos de
Inglaterra)
En recuerdo de la época en que se escribieron
las últimas escenas de esta historia

PREFACIO

El propósito principal de esta historia es despertar el interés del lector por un tema que han tratado algunos de los más grandes escritores, vivos o muertos, pero que ni ha sido agotado ni podrá agotarse nunca, pues se trata de un tema que interesará siempre a la humanidad. Aquí se presenta otro libro que describe la lucha de un ser humano bajo las influencias opuestas del Bien y del Mal, influencias que todos hemos sentido, que todos conocemos. En mi ánimo estaba convertir a «Magdalen», que personifica esta lucha, en un personaje patético incluso en su terquedad y su error, y he intentado con todas mis fuerzas obtener ese resultado por el medio menos importuno y menos artificial de todos: ateniéndome estrictamente, durante todo el libro, a la verdad tal como es en la Naturaleza. No ha sido fácil cumplir con este propósito, y me ha servido de gran aliento (durante la publicación de la historia en forma periódica) saber, con la autoridad que dan sus muchos lectores, que el objetivo que me había marcado puede considerarse conseguido hasta cierto punto.


Información texto

Protegido por copyright
838 págs. / 1 día, 27 minutos / 208 visitas.

Publicado el 6 de enero de 2017 por Edu Robsy.

Stepanchikovo y sus Moradores

Fiódor Mijáilovich Dostoyevski


Novela


Personajes

Por el nombre con el que aparecen en la novela:


Anfisa Petrovna (madre de Pável Semiónovich Obnoskin, amiga y confidente de la generala)
Bajchéiev, Stepán Aleksiéievich (un conocido)
Falaley (joven mujik, muy bello)
Fomá Fomich Opiskin (el «amigo de familia»)
Gávril (ayuda de cámara del tío)
la generala Agafia Timoféievna Krajótkina (viuda del general Krajotkin, madre de Yégor Ílich)
Iliusha - Ilia Yégorovich (hijo de Yégor Ílich)
Krajotkin (general difunto, segundo marido de la generala)
Korovkin (filósofo borracho)
Mizínchikov, Iván Ivánovich (primo lejano de Serguéi)
Nasteñka - Nastasia Yevgrafovna (la niñera, hija de Yevgraf Yezhévikin)
Obnoskin, Pável Semiónovich (amigo local, hijo de Anfisa Petrovna)
Perepelítsina - Anna Nilovna (solterona y confidente)
Praskovia Ilínichna (hermanastra de Yégor Ílich)
Sasheñka - Aleksandra Yégorovna (hija de Yégor Ílich)
Serguéi Aleksándrovich (el narrador, sobrino de Yégor Ílich)
Tatiana Ivánovna (parienta demente, rica heredera)
Vidopliásov (lacayo de Fomá Fomich)
Yégor Ílich Rostañev (coronel, hijo de la generala, tío del narrador)
Yezhévikin, Yevgraf Lariónovich (padre de la niñera Nasteñka)
 


Información texto

Protegido por copyright
247 págs. / 7 horas, 13 minutos / 128 visitas.

Publicado el 31 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

Tom Sawyer Detective

Mark Twain


Novela


Capítulo 1

Bueno, estábamos en la primavera siguiente a la época en que Tom y yo liberamos a nuestro viejo negro Jim, que, como esclavo desertor, se hallaba encadenado en la granja que tenía Silas, el tío de Tom, en Arkansaw. La escarcha se estaba despejando del suelo y del ambiente también, y el tiempo de andar con los pies descalzos todo el día estaba cada vez más próximo; luego llegaría la época de jugar a las canicas, más tarde la del Mumbletypeg, en seguida la de las peonzas y los aros, luego seguiría la de las cometas, y en seguida llegaría el verano y podríamos ir a nadar. El hecho de mirar hacia adelante de ese modo y darse cuenta de lo lejos que todavía está el verano, hace que a un niño le entre la morriña. Sí, le hace suspirar y andar triste por ahí, algo le pasa y no sabe qué es. Pero, de cualquier manera, sale, taciturno y pensativo, y busca un lugar un poco solitario, allá arriba en la colina, a la orilla de un bosque, y allí se queda, mirando hacia el gran Misisipi que corre por debajo, alcanzando parajes donde los árboles parecen nebulosos y oscuros, de tan lejanos y sosegados; todo parece tan solemne, como si todos los que hemos amado se hubiesen ido, y tu mayor deseo fuera estar muerto, y desaparecido también, y así acabar con todo.


Información texto

Protegido por copyright
77 págs. / 2 horas, 15 minutos / 251 visitas.

Publicado el 11 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

Tom Sawyer en el Extranjero

Mark Twain


Novela


1. Tom busca nuevas aventuras

¿Creéis que Tom Sawyer estaba contento después de todas aquellas aventuras? Quiero decir, las aventuras que corrimos por el río, en los tiempos en que liberamos a nuestro negro Jim, y Tom fue herido en la pierna de un disparo). No, no estaba satisfecho. Eso sólo le hacía desear más. Tal fue el efecto que tuvieron aquellas aventuras. Veréis: cuando los tres descendíamos por el río cubiertos de gloria, como podría decirse, después de aquel largo viaje, y el pueblo nos recibió con una procesión de antorchas y discursos, con toda la gente vitoreando y aplaudiendo, algunos hasta se emborracharon, y nos convirtieron en héroes…, aquello era lo que Tom Sawyer había ansiado ser desde siempre.

Durante cierto tiempo estuvo satisfecho. Todo el mundo hablaba bien de él, y Tom levantaba orgulloso la nariz, y se paseaba por todo el pueblo como si le perteneciera. Algunos le llamaban Tom Sawyer, el viajero, y eso le hacía hincharse tanto que parecía a punto de reventar. Se mofaba bastante de mí y de Jim, pues nosotros habíamos bajado el río sólo con una balsa, y volvíamos en un barco de vapor, mientras que Tom había ido y vuelto en vapor. Los muchachos nos tenían mucha envidia a Jim y a mí, pero ¡demonios!, ante Tom sucumbían.

Bueno, yo no lo sé; tal vez habría estado contento si no hubiera sido por el viejo Nat Parsons, el jefe de correos, enormemente largo y delgado; parecía un tipo de buen corazón, tonto y calvo debido a su edad. Tal vez el animal viejo más parlanchín que yo haya visto jamás.


Información texto

Protegido por copyright
115 págs. / 3 horas, 22 minutos / 204 visitas.

Publicado el 11 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

Un Billete de Lotería

Julio Verne


Novela


I

—¿Qué hora es? —preguntó la señora Hansen, después de haber sacudido la ceniza de su pipa y arrojado al aire las últimas bocanadas de humo, que se perdieron entre los pintados maderos del lecho.

—Las ocho han dado ya, madre —respondió Hulda.

—No es probable que nos lleguen viajeros durante la noche, hija mía; el tiempo está bastante malo.

—Creo lo mismo. De todos modos, las habitaciones están dispuestas, y yo oiré si llaman desde fuera.

—¿No ha vuelto tu hermano?

—Todavía no.

—¿No dijo que estaría hoy de vuelta?

—No, madre. Joël ha ido a acompañar a un viajero hasta el lago Tinn, y como ha partido muy tarde, no creo que pueda volver a Dal antes de mañana.

—¿Entonces dormirá en Meel?

—Sin duda, a menos que haya ido a Bamble a hacer una visita al granjero Helmboë…

—Y a su hija Siegfrid.

—¡Sí, Siegfrid, mi mejor amiga, a quien quiero como a una hermana! —respondió sonriendo la joven.

—Pues bien. Cierra la puerta, Hulda, y vamos a dormir.

—¿Te sientes mal, madre?

—No, pero pienso levantarme mañana muy temprano. Tengo precisión de ir a Moel.

—¿Y para qué?…

—¿Acaso no hay necesidad de renovar nuestras provisiones para la próxima estación?

—¿Qué? ¿Ha llegado ya a Meel el comisario de Cristianía con su carro de vinos y de comestibles?


Información texto

Protegido por copyright
156 págs. / 4 horas, 34 minutos / 145 visitas.

Publicado el 16 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

Un Cuento de Enfermera

Louisa May Alcott


Novela


I. Mi paciente


Mi querida señorita Snow, al enterarme de que mi amiga, la señora Carruth, necesita de una enfermera para su hija enferma, me apresuro a proponerle el puesto, ya que pienso que es usted la persona idónea para él, a menos que las tareas resulten demasiado arduas. No me cabe duda de que sus cartas de recomendación y mi sincero respaldo le garantizarán la colocación, si usted lo desea. Partimos mañana, y le escribo con gran apremio, pero le deseo éxito de cara al futuro y le agradezco sinceramente sus servicios pasados.

Atentamente,

L. S. Hamilton
 

Esta amable carta, de una antigua empleadora, me fue entregada estando yo agotada y desanimada, tras una búsqueda infructuosa de un puesto como el que hora me ofrecían. Estaba tan interesada que me apresuré a salir de nuevo, con la esperanza de que nadie se me anticipara con los Carruth. Hecha de un imponente bloque de granito, la casa se levantaba en una tranquila plaza del West End que tenía su propio pequeño parque, donde había una fuentecita y donde los niños paseaban bajo sus capuchas blancas. Elegantes carruajes entraban y salían, las damas subían y bajaban con ligereza por los amplios escalones arrastrando sus vestidos de seda, y los caballeros, con sus trajes de montar intachables, pasaban a medio galope sobre sus hermosos caballos. Incluso las mujeres y los hombres de servicio tenían aspecto de que La buena vida bajo las escaleras hubiese sido representada en este siglo, al igual que en el pasado, y todo participaba del aire de lujo que impregnaba el ambiente, tan agradable como el sol en otoño. «Los Carruth deben de ser una familia feliz», pensé al acordarme de mi propia pobreza y soledad, mientras esperaba de pie a que contestaran a mi tímida llamada al timbre.


Información texto

Protegido por copyright
129 págs. / 3 horas, 46 minutos / 129 visitas.

Publicado el 21 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.

2627282930