El Último Saludo de Sherlock Holmes
Arthur Conan Doyle
Novela
Prefacio
Los amigos del señor Sherlock Holmes se alegrarán de saber que sigue vivo y con buena salud, aparte de algunos ataques que de vez en cuando le dejan postrado. Lleva bastantes años viviendo en una casita de campo de los Lowlands del Sudeste, a unos ocho kilómetros de Eastbourne, donde reparte sus horas entre la filosofía y la apicultura. Durante este periodo de retiro ha rechazado las más generosas ofertas para que se hiciera cargo de varios casos, ya que está decidido a que su retiro sea definitivo. Sin embargo, la inminencia de la guerra con Alemania le decidió a poner a disposición del Gobierno su extraordinaria combinación de dotes intelectuales y prácticas, con resultados históricos que se relatan en El último saludo. Para completar este volumen he añadido a la narración citada varios casos que llevaban mucho tiempo durmiendo en mis archivos.
John H. Watson, Doctor en Medicina
La aventura de Wisteria Lodge
I. La curiosa experiencia del señor John Scott Eccles
Según consta en mi libro de notas, lo que voy a relatar ocurrió un día frío y tormentoso, a finales de marzo de 1892. Holmes había recibido un telegrama mientras estábamos comiendo, y había garabateado una respuesta sin hacer ningún comentario. Sin embargo, se notaba que el asunto le había dado que pensar, porque después de comer se quedó de pie delante de la chimenea, fumando en pipa con expresión meditabunda y echando vistazos al mensaje de vez en cuando. De pronto, se volvió hacia mí con un brillo malicioso en la mirada.
—Vamos a ver, Watson. Supongo que podemos considerarle un hombre instruido. ¿Cómo definiría usted la palabra «grotesco»?
—Algo extraño, fuera de lo normal —aventuré.
Holmes negó con la cabeza, insatisfecho con mi definición.
Protegido por copyright
195 págs. / 5 horas, 41 minutos / 380 visitas.
Publicado el 25 de febrero de 2018 por Edu Robsy.