Textos por orden alfabético inverso etiquetados como Política disponibles | pág. 3

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El Político

Baltasar Gracián


Tratado, Política, Filosofía, Biografía


Preliminares

Censura

Del Doctor Pedro de Abella, catedrático de artes en la universidad de Zaragoza

Por comisión del señor doctor Juan Perat, canónigo de la santa iglesia metropolitana de la Seo de Zaragoza, y en lo espiritual y temporal vicario general por el ilustrísimo y reverendísimo señor don Pedro Apaolaza, arzobispo de Zaragoza, del Consejo de Su Majestad, etc., he leído al Católico Fernando, que renaciendo en nuevas memorias podrá servir de ejemplo a los príncipes y de idea a los mayores monarcas. Ofrécelo su Autor ilustrado con erudición curiosa, enseñanza advertida y política prudente, sin haber en él algo que pueda deslucir el renombre de católico, ni ofender a las buenas costumbres. Así lo siento, en Zaragoza, en Palacio, a 9 de noviembre 1640.

El Doctor Pedro de Abella

Licencia

Doy licencia para que se imprima. En Zaragoza, a 12 de noviembre, 1640.

El Doctor Juan Perat,
Oficial y Vicario General

Censura

Del doctor Juan Francisco Andrés de Uztarroz de orden del Excelentísimo Señor Duque de Nochera, Príncipe de Scila, lugarteniente y capitán general en los reinos de Aragón y Navarra

Eterniza las memorias, señor excelentísimo, del glorioso rey don Fernando II de Aragón y V de Castilla este breve diseño de sus heroicas acciones, coloriendo artificiosamente Lorenzo Gracián con el ingenioso pincel de su pluma, no sólo su idea, pero dibuja, en diferentes lejos y distancias, las virtudes y deliquios de otros príncipes. Gloriarse puede la villa de Sos por haber nacido en ella, en la antigua casa de los Sadas, príncipe tan singular, cuya dicha pudieran envidiar muchas ciudades.


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Dominio público
48 págs. / 1 hora, 25 minutos / 1.243 visitas.

Publicado el 18 de diciembre de 2018 por Edu Robsy.

El Descubrimiento de Europa

Arturo Robsy


Ensayo, política


(«El poder reside en la fe del pueblo», en lo que cree)

Prólogo de un amigo

Un día me va a tener que explicar Arturo Robsy por qué hace lo que hace y dónde se aprovisiona de la energía para hacerlo. En ausencia de su explicación directa, me toca hoy dar al lector curioso mi versión.

El autor de El Descubrimiento de Europa se encuentra a caballo entre dos mundos: el que dejó de ser y al que guardaba un difícil entramado de fidelidades, y el que debe de empezar a ser, que le apasiona no sólo por las novedades que presiente en él, sino porque comprende — y hace comprender al lector — que puede ser un universo a la medida del hombre, un hallar por fin la unidad humana que se nos arrebató hace ya tiempo.

Quizá deba traicionar el misterio, la clave del presente libro: Robsy ve que el mundo actual se ha hecho pequeño y que es forzoso engrandecerlo, ya que no en territorios, al menos en horizontes humanos. Opina — y toda opinión es discutible, aunque la suya es muy atractiva — que España ha guardado silencio, no ha hecho historia durante la Edad Contemporánea. Ha sido sujeto pasivo de ella. Y concluye que lo que hoy se llama Occidente, y está en crisis si no en decadencia, está incompleto porque se hizo sin España y, muchas veces, contra ella. Como Occidente se siente tan distinto de nosotros como, al menos, nosotros de él, el Occidente en crisis ensaya una nueva colonización de España, tanto en lo político como en lo cultural y económico.

En "El Descubrimiento de Europa" mi amigo Arturo ensaya una nueva visión del problema y propone, frente a la invasión, la independencia, para recuperar, con la unidad, las dos constantes de lo español. Quiere — y conmigo lo ha conseguido — que reparemos a la vez en el pasado y en el futuro de España. Quiere, además, que se le discuta, empeñado en forzar la imaginación del lector por otros derroteros.


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Licencia limitada
64 págs. / 1 hora, 53 minutos / 130 visitas.

Publicado el 15 de julio de 2023 por Edu Robsy.

El Desafío Español

Arturo Robsy


Ensayo, artículos, política


Una vez revisados los textos escritos en el 89, y tentado con la fecha inversa que vivimos, 98, se hace esta segunda edición de El desafío español y la Política de mercado. Lo peor y más descorazonador es que en diez años siguen siendo actuales estos textos, escritos en pleno apogeo del Psoe y reimpresos bajo el poder de la derecha.

Primera parte. El desafío español

1. Triste marco

La Constitución de 1812, entre afrancesada y masónica, fue el paso previo y necesario para la desintegración política del Imperio Español e inauguró estos últimos 175 años de miedo a España. No fue casual, sino revelador, que mientras el pueblo combatía por la independencia, sus políticos de río revuelto le sometieran a ideas y planes extranjeros.

Aquella Constitución, sin embargo, enumeraba los territorios sobre los que España ejercía soberanía. La del Setenta y Ocho, no. Y tampoco esto debe de ser casual dado que, tras ser promulgada, ha pasado a debatirse la integridad de nuestra última unidad política, seriamente amenazada por los separatistas catalanes y vascos y por el gobierno que, en contra de la constitución, no acierta a tomar medidas que dificulten el progreso de estos nacionalismos decimonónicos.

En ninguna parte de nuestra actual Constitución se afirma que Cataluña, Vascongadas o cualquier otro lugar -Baleares, Canarias...- sean España, de manera que un Tribunal Constitucional títere podría quizá legalizar cualquier independencia.


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Licencia limitada
74 págs. / 2 horas, 9 minutos / 84 visitas.

Publicado el 10 de julio de 2022 por Edu Robsy.

El Contrato Social

Jean-Jacques Rousseau


Filosofía, Política


Libro I

Quiero investigar si en el orden civil puede existir alguna norma de administración legítima y segura, considerando a los hombres tal como son y a las leyes tal como pueden ser. Trataré de unir siempre en esta investigación lo que permite el derecho con lo que establece el interés, de forma que no haya oposición entre justicia y utilidad.

Entro en materia sin demostrar la importancia del tema. Me preguntarán si soy un príncipe o un legislador para escribir sobre política. Respondo que no y que por eso mismo escribo sobre política. Si fuese un príncipe o un legislador no perdería el tiempo diciendo lo que hay que hacer, sino que lo haría o me callaría.

Habiendo nacido ciudadano de un Estado libre y miembro del soberano, por poca influencia que pueda tener mi voz en los asuntos públicos, el derecho de votar basta para que tenga el deber de instruirme. Dichoso, cada vez que reflexiono sobre los gobiernos, de encontrar siempre nuevos motivos para amar al de mi país.

1. Tema de este primer libro

El hombre ha nacido libre y en todas partes se halla encadenado. Hay quien se cree el amo de los demás aunque sea más esclavo que ellos. ¿Cómo ha ocurrido este cambio? Lo ignoro. ¿Qué es lo que puede hacerlo legítimo? Creo poder resolver esta cuestión.


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Dominio público
123 págs. / 3 horas, 36 minutos / 2.841 visitas.

Publicado el 18 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

El Arte y la Revolución

César Vallejo


Ensayo, arte, política


Función revolucionaria del pensamiento

La confusión es fenómeno de carácter orgánico y permanente en la sociedad burguesa. La confusión se densifica más cuando se trata de problemas confusos ya por los propios términos históricos de su enunciado. Esto último ocurre con el problema, flamante y, a la vez, viejo, de los deberes del intelectual ante la revolución. Es ya intrincado este problema tal como lo plantea el materialismo histórico. Al ser formulado o simplemente esbozado por los intelectuales burgueses, toma el aspecto de un caos insoluble.

Empecemos recordando el principio que atribuye al pensamiento una naturaleza y una función exclusivamente finalistas. Nada se piensa ni se concibe, sino con el fin de encontrar los medios de servir a necesidades e intereses precisos de la vida. La psicología tradicional, que veía en el pensamiento un simple instrumento de contemplación pura, desinteresada y sin propósito concreto de subvenir a una necesidad, también concreta, de la vida, ha sido radicalmente derogada. La inflexión finalista de todos los actos del pensamiento, es un hecho de absoluto rigor científico, cuya vigencia para la elaboración de la historia, se afirma más y más en la explicación moderna del espíritu.

Hasta la metafísica y la filosofía a base de fórmulas algebraicas, de puras categorías lógicas, sirven, subconscientemente, a intereses y necesidades concretas, aunque «refoulés», del filósofo, relativas a su clase social, a su individuo o a la humanidad. Lo mismo acontece a los demás intelectuales y artistas llamados «puros». La poesía «pura» de Paul Valéry, la pintura «pura» de Gris, la música «pura» de Schoenberg, —bajo un aparente alejamiento de los intereses, realidades y formas concretas de la vida— sirven, en el fondo, y subconscientemente, a estas realidades, a tales intereses y a cuales formas.


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Dominio público
63 págs. / 1 hora, 51 minutos / 1.407 visitas.

Publicado el 11 de abril de 2020 por Edu Robsy.

Discurso Fundacional de Falange

José Antonio Primo de Rivera


Discurso, Política


Discurso pronunciado en el Teatro de la Comedia de Madrid, el día 29 de octubre de 1933

Nada de un párrafo de gracias. Escuetamente, gracias, como corresponde al laconismo militar de nuestro estilo.

Cuando, en marzo de 1762, un hombre nefasto, que se llamaba Juan Jacobo Rousseau, publicó El contrato social, dejó de ser la verdad política una entidad permanente. Antes, en otras épocas más profundas, los Estados, que eran ejecutores de misiones históricas, tenían inscritas sobre sus frentes, y aun sobre los astros, la justicia y la verdad. Juan Jacobo Rousseau vino a decirnos que la justicia y la verdad no eran categorías permanentes de razón, sino que eran, en cada instante, decisiones de voluntad.

Juan Jacobo Rousseau suponía que el conjunto de los que vivimos en un pueblo tiene un alma superior, de jerarquía diferente a cada una de nuestras almas, y que ese yo superior está dotado de una voluntad infalible, capaz de definir en cada instante lo justo y lo injusto, el bien y el mal. Y como esa voluntad colectiva, esa voluntad soberana, sólo se expresa por medio del sufragio –conjetura de los más que triunfa sobre la de los menos en la adivinación de la voluntad superior–, venía a resultar que el sufragio, esa farsa de las papeletas entradas en una urna de cristal, tenía la virtud de decirnos en cada instante si Dios existía o no existía, si la verdad era la verdad o no era la verdad, si la Patria debía permanecer o si era mejor que, en un momento, se suicidase.


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Dominio público
8 págs. / 15 minutos / 456 visitas.

Publicado el 16 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

Dios y el Estado

Mijaíl Bakunin


Ensayo, Política


Capítulo 1. El principio de autoridad

¿Quiénes tienen razón, los idealistas o los materialistas? Una vez planteada así la cuestión, vacilar se hace imposible. Sin duda alguna los idealistas se engañan y/o los materialistas tienen razón. Sí, los hechos están antes que las ideas; el ideal, como dijo Proudhon, no más que una flor de la cual son raíces las condiciones materiales de existencia. Toda la historia intelectual y moral, política y social de la humanidad es un reflejo de su historia económica.

Todas las ramas de la ciencia moderna, concienzuda y seria, convergen a la proclamación de esa grande, de esa fundamental y decisiva verdad: el mundo social, el mundo puramente humano, la humanidad, en una palabra, no es otra cosa que el desenvolvimiento último y supremo –para nosotros al menos relativamente a nuestro planeta–, La manifestación más alta de la animalidad. Pero como todo desenvolvimiento implica necesariamente una negación, la de la base o del punto de partida, la humanidad es al mismo tiempo y esencialmente una negación, la negación reflexiva y progresiva de la animalidad en los hombres; y es precisamente esa negación tan racional como natural, y que no es racional más que porque es natural, a la vez histórica y lógica, fatal como lo son los desenvolvimientos y las realizaciones de todas las leyes naturales en el mundo, la que constituye y crea el ideal, el mundo de las convicciones intelectuales y morales, las ideas.

Nuestros primeros antepasados, nuestros adanes y vuestras evas, fueron, si no gorilas, al menos primos muy próximos al gorila, omnívoros, animales inteligentes y feroces, dotados, en un grado infinitamente más grande que los animales de todas las otras especies, de dos facultades preciosas: la facultad de pensar y la facultad, la necesidad de rebelarse.


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Dominio público
135 págs. / 3 horas, 56 minutos / 855 visitas.

Publicado el 27 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

Confía en España

Arturo Robsy


Ensayo, política


Introducción

Decía Ismael Medina en un lejano artículo, citando a Jacques Bergier, que «sólo las armas parapsicológicas pueden lograr el triunfo de una guerrilla urbana a condición de que el poder instalado no sea el primero en utilizarlas, ya que también pueden convertirse en un instrumento de represión.»

En España tenemos un poder que ejerce en los dos bandos posibles: en el Gobierno y en la Revolución, alternando las acciones legislativas con las revolucionarias, y aspirando, desde el mismo momento de su instauración, no a cambiar la sociedad española (mejorándola, engrandeciéndola, culturizándola, instruyéndola y enriqueciéndola), sino a SUPLANTARLA, a hacer otra nación, todavía con el nombre de España pero sin su cultura, sin su carácter histórico. Sin sus tradiciones y sin su religión.

El poder es, desde el 76 y más desde el 82, el principal factor de la revolución en España y, convencido de que hoy no es posible hacerla de un día para otro con las masas en la calle, se ha embarcado en un proyecto a largo plazo para suplantar a España por otra cosa. En el mundo actual, donde las masas están descubriendo de nuevo el individualismo, egoísta sin duda, es imposible usarlas como fuerza de choque según los cánones de la Revolución de Octubre rusa, pero Sí es posible desarraigarlas, como hacían los asirios cambiando a pueblos enteros de territorios, cambiando hoy a pueblos enteros de cultura, en cuyo caso, perdidos sus marcos de referencia, son pueblos sin personalidad y sin capacidad de reacción.

Nueva definición

En política, los españoles tendemos a darle un elevado valor intelectual y moral: desde la libre representación del pueblo a la consecución del bien común, pasando por creer que es el arte de lo posible. Pero esto ya no es así, puesto que la política práctica hoy al uso en España es solamente un método para manipular mejor la opinión de de los ciudadanos


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Licencia limitada
22 págs. / 39 minutos / 57 visitas.

Publicado el 1 de septiembre de 2023 por Edu Robsy.

Cartas Marruecas

José Cadalso


Filosofía, Política


Introducción

Desde que Miguel de Cervantes compuso la inmortal novela en que criticó con tanto acierto algunas viciosas costumbres de nuestros abuelos, que sus nietos hemos reemplazado con otras, se han multiplicado las críticas de las naciones más cultas de Europa en las plumas de autores más o menos imparciales; pero las que han tenido más aceptación entre los hombres de mundo y de letras son las que llevan el nombre de Cartas, que suponen escritas en este u aquel país por viajeros naturales de reinos no sólo distantes, sino opuestos en religión, clima y gobierno. El mayor suceso de esta especie de críticas debe atribuirse al método epistolar, que hace su lectura más cómoda, su distribución más fácil, y su estilo más ameno, como también a lo extraño del carácter de los supuestos autores: de cuyo conjunto resulta que, aunque en muchos casos no digan cosas nuevas, las profieren siempre con cierta novedad que gusta.

Esta ficción no es tan natural en España, por ser menor el número de los viajeros a quienes atribuir semejante obra. Sería increíble el título de Cartas Persianas, Turcas o Chinescas, escritas de este lado de los Pirineos. Esta consideración me fue siempre sensible porque, en vista de las costumbres que aún conservamos de nuestros antiguos, las que hemos contraído del trato de los extranjeros, y las que ni bien están admitidas ni desechadas, siempre me pareció que podría trabajarse sobre este asunto con suceso, introduciendo algún viajero venido de lejanas tierras, o de tierras muy diferentes de las nuestras en costumbres y usos.

La suerte quiso que, por muerte de un conocido mío, cayese en mis manos un manuscrito cuyo título es: Cartas escritas por un moro llamado Gazel Ben—Aly, a Ben—Beley, amigo suyo, sobre los usos y costumbres de los españoles antiguos y modernos, con algunas respuestas de Ben—Beley, y otras cartas relativas a éstas.


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187 págs. / 5 horas, 28 minutos / 526 visitas.

Publicado el 11 de octubre de 2016 por Edu Robsy.

Cartas de Juan Sintierra

José María Blanco White


Política, Opinión


Carta I

Sr. Editor del Español:

Muy Sr. mío: Hace algunos días que recibí una carta de Cádiz escrita por un sujeto de indudable crédito y veracidad, e impuesto bastante a fondo en los negocios públicos, de la cual he creído conveniente dar a Vd. noticia, porque según veo, Vd. tiene muy pocas directamente de aquel pueblo. Mis noticias no son agradables, y si yo hubiera de publicarlas con mi nombre seguramente no habrían salido de mi cartera; mas como Vd. en estas materias tiene ya poco que perder, quiero decir, como el odio que Vd. ha excitado en muchos de sus paisanos no ha de crecer ni menguar porque diga Vd. algo de nuevo que les disguste, me determino a mandar mis noticias, envueltas en un centón de reflexiones, por si quiere Vd. publicarlas, y, como decimos comúnmente, sufrir por mí las pedradas.

«Ya sabe Vd., dice mi amigo de Cádiz, que yo he sido de los más alegres en materias de revolución de España; pero he venido últimamente a caer en mucho desaliento. Las Cortes, en que teníamos puestas nuestras últimas esperanzas, han errado el golpe, y no han excitado, o no han sabido conservar el espíritu público que podía salvarnos. Perdida la primera ocasión es difícil que puedan hacer nada. Y no es porque no haya en las Cortes hombres de mucho provecho; no porque en general sus individuos carezcan de buena intención, ni patriotismo, sino porque, siendo muy buenos, no son lo que las circunstancias de España exigían: han hablado y no han hecho nada. El Consejo de Regencia participa en sumo grado de la debilidad de todos los anteriores gobiernos; pero ¿quién había de creer que tiene acaso preocupaciones más dañosas que aquéllos? ¿Quién había de creer que un hombre de los talentos de Blake, había de incurrir en el error de oponerse al único medio de formar un tal cual ejército, quiero decir, la admisión de oficiales ingleses y austríacos?».


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Dominio público
100 págs. / 2 horas, 55 minutos / 182 visitas.

Publicado el 5 de mayo de 2019 por Edu Robsy.

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