Textos mejor valorados etiquetados como Religión

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Libro de las Maravillas

Ramón Llull


Filosofía, Religión


PRÓLOGO

Dios, con virtud de toda bondad, grandeza, eternidad,
poder, sabiduría y voluntad, comienza este

Libro de maravillas

En tristeza y pesadumbre se hallaba un hombre en extraña tierra. Mucho se maravillaba de las gentes de este mundo, de cuán poco conocían y amaban a Dios, que ha creado este mundo y lo ha dado a los hombres con gran nobleza y bondad, para ser de ellos muy amado y conocido. Lloraba y se lamentaba este hombre de que Dios tenga en este mundo tan pocos amadores, servidores y loadores. Y para que Dios sea conocido, amado y servido, hace este Libro de maravillas, el cual divide en diez partes, a saber: Dios, Ángeles, Cielo, Elementos, Plantas, Metales, Animales, Hombre, Paraíso, Infierno.

Aquel hombre tenía un hijo a quien mucho amaba, llamado Félix, y le habló de esta suerte:

—Hijo amado, casi muertas están sabiduría, caridad y devoción; apenas hay hombre alguno que haga aquello para lo que ha sido creado. No existe hoy el fervor y la devoción que haber solía en tiempos de los apóstoles y de los mártires, que para conocer y amar a Dios pasaban trabajos y morían. Maravilla ha de serte la ausencia de caridad y devoción. Ve por el mundo, y maravíllate de los hombres, porque cesan de amar y conocer a Dios. Que el conocimiento y amor de Dios sean tu vida toda; llora la flaqueza de los hombres que a Dios ignoran y desaman.

Obediente fue Félix a su padre, de quien se despidió con su licencia y la bendición de Dios. Y, con la doctrina adquirida de su padre, recorría bosques, montes y llanos, desiertos y poblados, veía a príncipes y caballeros, iba por castillos y ciudades; y maravillábase de las maravillas que hay en el mundo; y preguntaba lo que no entendía, y enseñaba lo que sabía; y en trabajo y peligros se ponía para que a Dios se hiciera reverencia y honor.


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521 págs. / 15 horas, 12 minutos / 603 visitas.

Publicado el 8 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

Wen-Tzu

Lao-Tse


Filosofía, Religión


1

Lao Tse dijo:

Existe algo, un todo indiferenciado, que antes de los cielos y la tierra. Sólo tiene imágenes abstractas, ninguna forma concreta. Es profundo, oscuro, silencioso, indefinido; no oímos su voz. Asignándole un nombre, lo llamo el Camino.

El Camino es infinitamente elevado, insondablemente profundo. Abarcando el cielo y la tierra, recibiendo de lo que no tiene forma, produce una corriente que fluye intensa y ampliamente sin desbordarse. Opaco, se sirve de una clarificación gradual mediante la calma. Cuando se aplica, es infinito y no tiene día ni noche; pero cuando es representado, ni siquiera llena la mano.

Es reducido, pero puede expandirse; es oscuro, pero puede iluminar; es flexible, pero puede ser firme. Absorbe lo negativo y emite lo positivo, manifestando así las luces del sol, la luna y las estrellas.

Gracias a él son altas las montañas, son profundos los océanos, corren los animales, vuelan los pájaros. Gracias a él vagan los unicornios, remontan el vuelo los fénix, siguen su curso las estrellas. Garantiza la supervivencia mediante la destrucción, la nobleza mediante la bajeza, y el avance mediante la retirada. En la antigüedad, los Tres Augustos alcanzaron el orden unificador del Camino y permanecieron en el centro; sus espíritus vagaron con la Creación, y así reconfortaban a todo el mundo en los cuatro cuadrantes.

De esta manera, el Camino produce el movimiento de los cielos y la estabilidad de la tierra, girando incesantemente como una rueda, fluyendo sin cesar como el agua. El Camino se encuentra en el principio y en el fin de las cosas: cuando se levanta el viento, se condensan las nubes, ruge el trueno y cae la lluvia, responde como un concierto sin fin.


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171 págs. / 5 horas / 364 visitas.

Publicado el 16 de diciembre de 2018 por Edu Robsy.

Canto de Ramón

Ramón Llull


Poesía, Religión


Soy creado y ser me han dado
para que Dios fuese honrado
y caí en mucho pecado,
a ira de Dios enfrentado.
Vino a mí el Crucificado,
porque Dios fuese por mí amado.

Al alba fui a pedir perdón
a Dios, y tomé confesión
con dolor y contrición.
De caridad, oración,
esperanza, devoción,
Dios me dio conservación.

El monasterio de Miramar
hice a frailes menores dar
para a los moros predicar.
Entre viña e hinojal,
tomóme amor, Dios me hizo amar
y entre suspiro y llanto estar.

Dios Padre, Hijo, Dios inspirado,
que Trinidad Santa ha espirado,
vi de que fuesen demostrados.
Dios Hijo del cielo ha bajado;
por una virgen fue alumbrado,
Dios y hombre, Cristo llamado.

El mundo estaba en condenación;
murió para dar salvación
Jesús, que el mundo creó.
Sobre el trueno al cielo subió:
juzgará al bueno y al felón,
no valdrá el llanto a su perdón.

Un saber nuevo yo he encontrado;
por él lo cierto será claro
y se destruirá lo falso.
Serán los moros bautizados,
judíos, tártaros y errados,
por el saber que Dios me ha dado.

Tomé la cruz; envío amores
a la Señora de pecadores
que de ella mucho me socorren.
Mi corazón, casa de amores,
mis ojos, fontanas que lloren.
Entre gozos estoy y dolores.

Soy viejo, pobre, despreciado,
por ningún hombre ayudado
y lo que emprendo es demasiado.
Mucho por el mundo he buscado;
muy buen ejemplo en él he dado:
poco soy conocido y amado.

Quiero morir en piélago de amor.
No por grandes me dan terror
mal príncipe o mal pastor.
A diario pienso en el deshonor
que hace a Dios un gran señor
que pone al mundo en el error.


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1 pág. / 2 minutos / 373 visitas.

Publicado el 8 de marzo de 2017 por Edu Robsy.

Biblia

Varios


Religión


ANTIGUO TESTAMENTO

GÉNESIS

Capítulo 1

[1] En el principio creó Dios los cielos y la tierra. [2] La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y un viento de Dios aleteaba por encima de las aguas. [3] Dijo Dios: «Haya luz», y hubo luz. [4] Vio Dios que la luz estaba bien, y apartó Dios la luz de la oscuridad; [5] y llamó Dios a la luz día, y a la oscuridad la llamó noche. Y atardeció y amaneció: día primero.

[6] Dijo Dios: «Haya un firmamento por en medio de las aguas que las aparte unas de otras.» [7] E hizo Dios el firmamento; y apartó las aguas de por debajo del firmamento, de las aguas de por encima del firmamento. Y así fue. [8] Y llamó Dios al firmamento cielos. Y atardeció y amaneció: día segundo. [9] Dijo Dios: «Acumúlense las aguas de por debajo del firmamento en un solo conjunto, déjese ver lo seco»; y así fue. [10] Y llamó Dios a lo seco tierra, y al conjunto de las aguas lo llamó mares; y vio Dios que estaba bien.

[11] Dijo Dios: «Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semillas, árboles frutales que den fruto de su especie con su semilla dentro sobre la tierra.» Y así fue. [12] La tierra produjo vegetación: hierbas que dan semilla, por sus especies, y árboles que dan fruto con la semilla dentro, por sus especies; y vio Dios que estaban bien. [13] Y atardeció y amaneció: día tercero. [14] Dijo Dios: «Haya luceros en el firmamento celeste para apartar el día de la noche, valgan de señales para solemnidades días, años; [15] y valgan de luceros en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra.» Y así fue.


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Dominio público
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Publicado el 31 de octubre de 2017 por Edu Robsy.

Imitación de Cristo

Tomás de Kempis


Religión, tratado


Libro primero. Avisos provechosos para la vida espiritual

Capítulo 1. De la imitación de Cristo y desprecio de todas las vanidades del mundo

Quien me sigue no anda en tinieblas (Jn., 8, 12), dice el Señor.

Estas palabras son de Cristo, con las cuales nos amonesta que imitemos su vida y costumbres, si queremos verdaderamente ser alumbrados y libres de toda la ceguedad del corazón. Sea, pues, nuestro estudio pensar en la vida de Jesucristo. La doctrina de Cristo excede a la de todos los Santos, y el que tuviese espíritu hallará en ella maná escondido.

1. Mas acaece que muchos, aunque a, menudo oigan el Evangelio, gustan poco de él, porque no tienen el espíritu de Cristo. El que quiera entender plenamente y saborear las palabras de Cristo, conviene que procure conformar con Él toda su vida.

2. ¿Qué te aprovecha disputar altas cosas de la Trinidad, si careces de humildad, por donde desagradas a la Trinidad? Por cierto, las palabras subidas no hacen santo ni justo; mas la virtuosa vida hace al hombre amable a Dios. Más deseo sentir la contrición que saber definirla. Si supieses toda. 1a Biblia. a la letra y los dichos de todos los filósofos, ¿qué te aprovecharía todo sin caridad y gracia de Dios Vanidad de vanidades y todo vanidad (Eccl., l, 2), sino amar y servir solamente a Dios. Suma sabiduría es, por el desprecio del mundo, ir a los reinos celestiales.

3. Vanidad es, pues, buscar riquezas perecederas y esperar en ellas. También es vanidad desear honras y ensalzarse vanamente. Vanidad es seguir el apetito de la carne y desear aquello por donde después te sea necesario ser castigado gravemente. Vanidad es desear larga vida y no cuida,: que sea buena. Vanidad es mirar solamente a esta presente vida y no prever lo venidero. Vanidad es amar lo que tan presto se paso: y no buscar con solicitud el gozo perdurable.


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Dominio público
165 págs. / 4 horas, 49 minutos / 2.798 visitas.

Publicado el 21 de diciembre de 2021 por Edu Robsy.

Las Moradas

Santa Teresa de Jesús


Tratado, Religión


J H S

Pocas cosas que me ha mandado la obediencia se me han hecho tan dificultosas como escribir ahora cosas de oración; lo uno, porque no me parece que me da el Señor espíritu para hacerlo, ni deseo; lo otro, por tener la cabeza tres meses ha con un ruido y flaqueza tan grande, que an los negocios forzosos escribo con pena; mas entendiendo que la fuerza de la obediencia suele allanar cosas que parecen imposibles, la voluntad se determina a hacerlo muy de buena gana, anque el natural parece que se aflige mucho; porque no me ha dado el Señor tanta virtud, que el pelear con la enfermedad contino y con ocupaciones de muchas maneras, se pueda hacer sin gran contradicción suya. Hágalo el que ha hecho otras cosas más dificultosas por hacerme merced, en cuya misericordia confío.


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Dominio público
177 págs. / 5 horas, 11 minutos / 1.746 visitas.

Publicado el 19 de diciembre de 2021 por Edu Robsy.

El Libro de la Vida

Santa Teresa de Jesús


Biografía, Religión


Prólogo

JHS

1. Quisiera yo que, como me han mandado y dado larga licencia para que escriba el modo de oración y las mercedes que el Señor me ha hecho, me la dieran para que muy por menudo y con claridad dijera mis grandes pecados y ruin vida. Diérame gran consuelo. Mas no han querido, antes atádome mucho en este caso. Y por esto pido, por amor del Señor, tenga delante de los ojos quien este discurso de mi vida leyere, que ha sido tan ruin que no he hallado santo de los que se tornaron a Dios con quien me consolar. Porque considero que, después que el Señor los llamaba, no le tornaban a ofender. Yo no sólo tornaba a ser peor, sino que parece traía estudio a resistir las mercedes que Su Majestad me hacía, como quien se veía obligada a servir más y entendía de sí no podía pagar lo menos de lo que debía.

2. Sea bendito por siempre, que tanto me esperó, a quien con todo mi corazón suplico me dé gracia para que con toda claridad y verdad yo haga esta relación que mis confesores me mandan (y aun el Señor sé yo lo quiere muchos días ha, sino que yo no me he atrevido) y que sea para gloria y alabanza suya y para quede aquí adelante, conociéndome ellos mejor, ayuden a mi flaqueza para que pueda servir algo de lo que debo al Señor, a quien siempre alaben todas las cosas, amén.


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Dominio público
351 págs. / 10 horas, 14 minutos / 1.218 visitas.

Publicado el 11 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

Las Florecillas de San Francisco

Anónimo


Cuento, Biografía, Religión


Capítulo I. Los doce primeros compañeros de San Francisco

Primeramente se ha de considerar que el glorioso messer San Francisco, en todos los hechos de su vida, fue conforme a Cristo bendito; porque lo mismo que Cristo en el comienzo de su predicación escogió doce apóstoles, llamándolos a despreciar todo lo que es del mundo y a seguirle en la pobreza y en las demás virtudes, así San Francisco, en el comienzo de la fundación de su Orden, escogió doce compañeros que abrazaron la altísima pobreza.

Y lo mismo que uno de los doce apóstoles de Cristo, reprobado por Dios acabó por ahorcarse , así uno de los doce compañeros de San Francisco, llamado hermano Juan de Cappella, apostató y, por fin, se ahorcó. Lo cual sirve de grande ejemplo y es motivo de humildad y de temor para los elegidos, ya que pone de manifiesto que nadie puede estar seguro de perseverar hasta el fin en la gracia de Dios. Y de la misma manera que aquellos santos apóstoles admiraron al mundo por su santidad y estuvieron llenos del Espíritu Santo, así también los santísimos compañeros de San Francisco fueron hombres de tan gran santidad, que desde el tiempo de los apóstoles no ha conocido el mundo otros tan admirables y tan santos.


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Dominio público
120 págs. / 3 horas, 30 minutos / 1.522 visitas.

Publicado el 23 de octubre de 2016 por Edu Robsy.

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