Textos por orden alfabético etiquetados como Teatro | pág. 8

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etiqueta: Teatro


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El Eunuco

Terencio


Teatro, comedia


Prólogo

Si hay quienes deseen complacer a muchos varones principales sin ofender a nadie, el poeta mándase contar por uno de ellos. Y si alguno hubiere a quien le parezca que le han ofendido gravemente de palabra, téngalo por respuesta y no por ofensa, pues él picó primero. El cual, trasladando muchas y zurciéndolas mal, de buenas comedias griegas hizo malas latinas. Ese mismo dio a la escena no ha mucho El fantasma, de Menandro, y en la comedia El Tesoro representó que aquél a quien le pedían el oro había de probar cómo era suyo, antes que el demandante mostrase de dónde tenía aquel tesoro, o quién lo había puesto en la sepultura de su padre.

De hoy más, no se engañe a sí mismo, ni diga entre sí: «Yo ya estoy bien acreditado: sus críticas no me alcanzan». Que no se engañe, le digo; y deje ya de provocar a Terencio. Muchas más cosas podría decirle, que por ahora callaré; mas si persevera en herir, como lo viene haciendo, las descubriré después.

No bien los Ediles compraron esta comedia que vamos a representar, que es El Eunuco, de Menandro, el poeta rancio recabó de ellos que se la dejasen ver. Comienza a representarse en presencia de los magistrados, y alza la voz diciendo que Terencio era ladrón y no poeta, y que había dado a luz una fábula en que ni aun palabras había puesto, porque era la antigua comedia El Adulador, de Nevio y Plauto, de donde había tomado las personas del truhán y del soldado. Si esto es falta, lo será por inadvertencia, no porque el poeta haya querido cometer hurto. Y que esto es así, vosotros mismos lo vais a sentenciar ahora.


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Dominio público
48 págs. / 1 hora, 25 minutos / 229 visitas.

Publicado el 13 de octubre de 2020 por Edu Robsy.

El Ex...

Pedro Muñoz Seca


Teatro, Comedia, Sátira


Estampa primera

En Medinilla, pueblo andaluz, y en el compás de un convento de frailes, hay establecido un taller de carpintería con permiso de la comunidad y para ayuda de sus necesidades. A la derecha (actor), el edificio del convento, y en primer término, una ventana. A la izquierda, edificación modesta para vivienda del portero, actualmente ocupada por los dueños de la carpintería. Ante esta edificación, un amplio tejadillo que preserva los bancos, maderas y herramientas del taller. Al fondo, tapia y puerta que dan a una plazoleta de pueblo. Al aire libre florecen, en sus arriates, algunos rosales y una frondosa higuera da plácida sombra a un pozo. Es de día. En verano.


(Están en escena, al levantarse el telón, PERICO LEBRIJA, uno de los dueños de la carpintería; hombre cincuentón, pelirrojo, cara de vinagre; todo él un puro nervio, vestido con los mejores trapitos del arca, rodeado de tres animalotes del pueblo: APANDA, BUCHE y BENITO, que están haciendo los honores a una damajuana de vino; y al otro lado de la escena, bajo el tejadillo. RAMON, oficial de la carpintería, y PETRILLA, hija de Perico, que contemplan el cuadro. Se oyen en la calle grandes voces de “¡Viva la libertad!", "¡Viva la República!", "¡Muera Quintana!", “¡Mueran los caciques!", etc., etcétera como de gente que ha pasado tras la tapia del fondo y poco a poco se aleja.)


PERICO.—(Desesperado mordiéndose una mano.) ¡Maldita sea!...

APANDA.—(Al mismo tiempo que se oye el barullo fuera y en alto el vaso.) ¿Vamos a pillarla pa quitarnos el mal humo?

BUCHE.—Amos a pillarla. (Beben.)

PERICO.—Si, hombre, mardita sea mi sino. (Bebe.) Por supuesto, que eso de que me haigan tachao a mí de la candidatura no se lo perdono yo a este pueblo en que lo echen abajo y lo güervan a levantá.


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Dominio público
74 págs. / 2 horas, 9 minutos / 265 visitas.

Publicado el 16 de mayo de 2021 por Edu Robsy.

El Expósito

Antonio de Trueba


Teatro


Personas

MARI-CRUZ.
MARTÍN.
ISABEL.
DON LIBORIO.
ANTÓN.
UN MOZO.


Portalada o plazoleta que precede a la puerta de una casería en la vertiente meridional del valle de Zemudio, en Vizcaya.— Un nogal grande sombrea la portalada.— Al pie del nogal, un banco rústico.— Sobre la puerta de la casería, un balcón con antepecho de madera y una parra por adorno y quitasol.— En el rondo del valle, heredades verdes y caserías blancas.— En la vertiente opuesta, en primer término, collados con algunas caserías rodeadas de heredades, y en último, las altas cumbres del Jata.— Al Oeste, el mar, que comienza en el abra que separa a Santurce y Algorta, y se ensancha y se dilata y se pierde en la azul inmensidad del horizonte.

Escena I

MARTÍN, solo.— Es un joven de veinte a veintidós años, que viste pantalón blanco de lienzo, blusa azul y boina encarnada.— Repican campanas hacia el fondo del valle, donde se descubre un campanario.


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Dominio público
16 págs. / 29 minutos / 58 visitas.

Publicado el 26 de octubre de 2020 por Edu Robsy.

El Fabricante de Fantasmas

Roberto Arlt


Teatro


Acto primero

Cuadro primero

Escritorio poligonal, separado de un comedor rectangular por un pasillo. Ambas habitaciones,con dos ventanales abiertos permiten distinguir chimeneas y azoteas de la ciudad.

Escena I

MARTINA le cuenta a ELOÍSA que ha ido a ver a una echadora de cartas que acertó que tenía relaciones con un hombre que además de casado era asesino.

Escena II

Dichos y PEDRO.

PEDRO (entrando de la calle y descubriéndose. Es un hombre elegante, pero descuidado. Por momentos, reservado; en otros, explosivo): Buenas tardes. ¿Cómo está, Martina?

ELOÍSA: Buena tardes.

MARTINA: Bien, ¿Y usted?

PEDRO: Aquí... sin novedad. (Sacando del bolsillo un sobre y entregándoselo a ELOÍSA.) Las entradas. (ELOÍSA abre el sobre.)

MARTINA: ¿Van al cine?

ELOÍSA: No, al teatro. ¡Qué fila!

MARTINA (que se aproxima): Sí, muy atrás.

ELOÍSA (a MARTINA): Este, que es un poco sordo, no va a oír nada.

PEDRO (sentándose junto a la mesa y hojeando una revista): No pude ir más temprano.

MARTINA (a ELOÍSA): ¿Por qué no haces el favor de envolverme ese vestido? (ELOÍSA recoge el vestido.)

ELOÍSA: ¿Te vas ya?

MARTINA: Sí.

ELOÍSA: Bueno. (Sale. Pedro continúa leyendo sin mirar a MARTINA, que lo observa.)

Escena III

MARTINA y PEDRO.

MARTINA (después de un intervalo de silencio): ¿Qué novedades tiene el hombre silencioso?

PEDRO: ¿Eh?

MARTINA: Le decía que hace un hermoso tiempo.


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Dominio público
7 págs. / 13 minutos / 432 visitas.

Publicado el 6 de julio de 2023 por Edu Robsy.

El Galán Fantasma

Pedro Calderón de la Barca


Teatro


Personas que hablan en ella

ASTOLFO, primer galán.
CARLOS
EL DUQUE
JULIA, primera dama
ENRIQUE, barba
CANDIL, gracioso
LAURA, dama
LEONELO
OTAVIO
PORCIA, criada
LUCRECIA, criada

Jornada I

Salen JULIA, dama, PORCIA, criada, con mantos, y detrás ASTOLFO.

ASTOLFO.— De vuestras señas llamado,
de vuestra voz advertido,
hasta el campo os he seguido
ciego, confuso y turbado.
Sacad, pues, deste cuidado,
señora, el discurso mío:
si es por dicha desafío,
ya estamos en buen lugar;
bien podéis desenvainar
el garbo, el donaire, el brío,
que son las armas que vós
habéis contra mi desvelo
de esgrimir en este duelo.
Solos estamos los dos.
¡Descubrios ya, por Dios!
Sepa quién sois, que no es bien
matar con ventaja a quien
de vós se ha fiado hoy.

JULIA.— Pues no dudéis más, yo soy.

ASTOLFO.— Julia, señora, mi bien,
¿tú en este traje?, ¿tú aquí?
¿Qué dicha o desdicha es mía?
Que si una duda tenía
sin verte, cuando te vi
son infinitas. ¿Tú así
has salido de tu casa?
El corazón se me abrasa.
¡Dime, por Dios, lo que ha sido!
¿Qué es esto? ¿Qué ha sucedido?

JULIA.— Oye y sabrás lo que pasa.


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Dominio público
56 págs. / 1 hora, 38 minutos / 235 visitas.

Publicado el 16 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

El Gran Teatro del Mundo

Pedro Calderón de la Barca


Teatro, Auto sacramental


Personas

EL AUTOR
EL MUNDO
EL REY
LA DISCRECIÓN
LA LEY DE GRACIA
LA HERMOSURA
EL RICO
EL LABRADOR
EL POBRE
UN NIÑO
UNA VOZ
Acompañamiento

Acto único

Sale el AUTOR con manto de estrellas y potencias en el sombrero.

AUTOR

Hermosa compostura
de esa varia inferior arquitectura,
que entre sombras y lejos
a esta celeste usurpas los reflejos,
cuando con flores bellas
el número compite a sus estrellas,
siendo con resplandores
humano cielo de caducas flores.

Campaña de elementos,
con montes, rayos, piélagos y vientos:
con vientos donde graves
te surcan los bajeles de las aves;
con piélagos y mares donde a veces
te vuelan las escuadras de los peces;
con rayos donde ciego
te ilumina la cólera del fuego;
con montes donde dueños absolutos
te pasean los hombres y los brutos:
siendo en continua guerra
monstruo de fuego y aire, de agua y tierra.

Tú, que siempre diverso,
la fábrica feliz del universo,
eres, primer prodigio sin segundo,
y por llamarte de una vez, tú el Mundo,
que naces como el Fénix y en su fama
de tus mismas cenizas.

(Sale el MUNDO por diversa puerta)

MUNDO

¿Quién me llama,
que desde el duro centro
de aqueste globo que me esconde dentro
alas viste veloces?
¿Quién me saca de mí? ¿Quién me da voces?

AUTOR

Es tu Autor Soberano.

De mi voz un suspiro, de mi mano
un rasgo es quien te informa,
y a su oscura materia le da forma.

MUNDO

Pues ¿qué es lo que me mandas? ¿Qué me quieres?

AUTOR

Pues soy tu Autor, y tú mi hechura eres,
hoy, de un concepto mío
la ejecución a tus aplausos fío.


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26 págs. / 45 minutos / 1.191 visitas.

Publicado el 17 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

El Gusanillo

Emilia Pardo Bazán


Teatro, cuento


Antesala que precede a la capilla ardiente. Por la puerta entreabierta se divisa, allá en el fondo, la gran cama imperial, y a la luz amarillenta de los blandones fúnebres, entre el hacinamiento de las coronas y ramas de lila profusamente desparramadas, destellan las condecoraciones que honran el pecho del difunto. Los amigos y parientes, que han de formar el duelo, esperan conferenciando a media voz.

AMIGO 1º.— (Persona conspicua y machucha). ¡Quién lo dijera! ¡Si parecía tan fuerte, tan sanito!… ¡Más que todos nosotros! No ha guardado un día de cama.

AMIGO 2º.— (Semijoven, gomoso, atildado). Conmigo paseó a caballo el jueves, y hoy es lunes… Si soy yo quien maneja este cotarro, no permito que le entierren todavía. Está tan natural… Parece vivo.

AMIGO 1º.— ¿Vivo? ¡Pues si le han hecho la autopsia!

AMIGO 2º.—¡La autopsia! Y ¿a santo de qué?

MÉDICO.— Por eso justamente… Por ignorarse de qué enfermedad ha sucumbido. Como que no padecía ninguna, no se le conocían achaques, y se hallaba en lo mejor de la edad. Crea usted que antes de proceder a dar el primer corte de escalpelo, buen cuidado tuvimos de cerciorarnos de si la muerte era real y no se trataba de una catalepsia o cosa por el estilo. ¡Muerto estaba… y bien muerto!

AMIGO 1º.— Y al fin, ¿se ha averiguado de qué…?

MÉDICO.— (Llevándoselos a un rincón, lo más lejos posible de la puerta de la capilla ardiente). ¡Ah! Una cosa muy curiosa. Verán ustedes… (Cuchichean).

EL MARQUÉS DE LA GALIANA.— (Tío del difunto; señor vanidoso, quisquilloso, presumido, locuaz). Padre, ¿y Matildita? ¿Ha repetido la convulsión?


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Dominio público
7 págs. / 13 minutos / 65 visitas.

Publicado el 27 de febrero de 2021 por Edu Robsy.

El Hermano Juan o el Mundo es Teatro

Miguel de Unamuno


Teatro, comedia


«¡Mi querido lector! ¡Lee, si es posible, en voz alta! ¡Y si lo haces, gracias por ello! Y si no lo haces tú, mueve a otros a ello, y gracias a cada uno de ellos y a ti de nuevo. Al leer en voz alta recibirás la más fuerte impresión, la de que tienes que habértelas contigo mismo y no conmigo que carezco de autoridad ni con otros que te serían distracción.»

Soeren Kierkegaard, Prólogo (del 1 de agosto de 1851) a Para examen de conciencia, dedicado a sus contemporáneos.

Prólogo

Este prólogo es, en realidad de apariencia, un epílogo. Como casi todos los prólogos. Aunque… ¿sí? ¿Nacen los hombres —a contar entre éstos a los llamados entes de ficción, personajes de drama, de novela o de narración histórica— , nacen de las ideas los hombres, o de éstos aquéllas? ¿Es el hombre una idea encarnada —en carne de ficción , o es la idea un hombre historiado, eternizado así? Voy a contarte, lector, cómo me nació este mi «El Hermano Juan».


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Dominio público
78 págs. / 2 horas, 17 minutos / 272 visitas.

Publicado el 6 de enero de 2020 por Edu Robsy.

El Honor

Leónidas Andréiev


Teatro, Drama, Parodia


Se oyen los sones de una música lejana. Una noche estrellada de primavera. Un viejo jardín salvaje, limitado por un ancho foso. Una escalinata ennegrecida y casi en ruinas. Sobre las copas de los árboles se alza la masa sombría del castillo. Todas las ventanas están iluminadas. Sobre el muro almenado acaban de encender barriles de alquitrán, que lanzan fulgores siniestros.

La condesa está sentada sola en un banco de piedra. Lleva un traje blanco, y una pequeña corona adorna sus cabellos. Aparece en la escalinata semirruinosa del castillo del viejo conde. Le precede su fiel servidor, el viejo Astolfo, de aspecto muy semejante al de su amo. Astolfo, encorvado, con una linterna en la mano, le alumbra el camino al conde.

El conde. (Sin ver a su hija, con voz llena de cólera.)—¡Que levanten de nuevo todos los puentes! ¡Que apaguen todas las luces! ¡Que la servidumbre se retire! ¡Que se acompañe a los barones a sus aposentos! Es hora ya de que todo el mundo descanse. Harto hemos esperado al novio, y aunque nos lo ha recomendado el propio emperador, no somos lo bastante ricos para hacer arder toda la noche aceite y alquitrán. ¡Que se apaguen todos los fuegos!

Astolfo.—¿Y cuáles son las órdenes del conde en lo que se refiere a las mesas servidas?

El conde.—¡Que les echen toda la comida a los perros! Pero no: somos demasiado pobres para eso; estamos más hambrientos aún que los perros. No, Astolfo; dales, más bien, a mis barones de comer, pues están no menos hambrientos que yo, y guarda los restos en la cueva. Nos los comeremos después, procurando que duren todo lo posible. Sí, Astolfo, todo lo posible. En nuestra situación hay que ser muy económicos.

Astolfo.—¡A vuestras órdenes, conde!


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Dominio público
13 págs. / 23 minutos / 79 visitas.

Publicado el 8 de noviembre de 2020 por Edu Robsy.

El Incendio

Antón Chéjov


Teatro


Acto primero

Sesión en el concejo

El Alcalde (Rascándose la oreja y mascando.):
Propongo a los señores presentes que escuchen al jefe de los bomberos, Sima Vavolovitch, quien, en el asunto de que se trata, es más entendido que yo. El nos dará las explicaciones necesarias y nosotros decidiremos.

El jefe de los bomberos:
Yo lo comprendo de este modo... (Se suena con un gran pañuelo a cuadros.) Los diez mil rublos asignados a los bomberos representan acaso mucho dinero... (Se limpia el sudor de la calva.) Pero esto es sólo en apariencia. Esto no es dinero. Esto es una ilusión; esto es aire... Indudablemente, con diez mil rublos se puede mantener un destacamento de bomberos; pero la cosa hará reír. Ustedes saben la importancia vital, la enorme importancia que tiene la torre vigía de los bomberos. Esto se lo afirmarán todos los sabios. Pues bien; para expresarme categóricamente, diré que nuestra torre no vale nada, ¡nada! Es demasiado baja. Junto a ella, todas las casas son más altas. Ocultan la torre. Si los bomberos no descubren un incendio, no es suya la culpa. En cuanto a los caballos y a los barriles... (Se desabrocha el chaleco, suspira y prosigue su discurso.)

Los concejales (Unánimemente.):
Que el presupuesto sea aumentado en mil rublos.

(El alcalde interrumpe la sesión por algunos minutos para expulsar de la sala de la audiencia a un reportero.)


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Dominio público
3 págs. / 6 minutos / 150 visitas.

Publicado el 27 de septiembre de 2020 por Edu Robsy.

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