Textos por orden alfabético inverso etiquetados como Teatro disponibles | pág. 17

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Comedia Sin Título

Federico García Lorca


Teatro, comedia


(Telón gris)

AUTOR: Señoras y señores:

No voy a abrir el telón para alegrar al público con un juego de palabras, ni con un panorama donde se vea una casa en la que nada ocurre y a donde dirige el teatro sus luces para entretener y haceros creer que la vida es eso. No. El poeta, con todos sus cinco sentidos en perfecto estado de salud, va a tener, no el gusto, sino el sentimiento de enseñaros esta noche un pequeño rincón de realidad. Ángeles, sombras, voces, liras de nieve y sueños existen y vuelan entre vosotros, tan reales como la lujuria, las monedas que lleváis en el bolsillo, o el cáncer latente en el hermoso seno de la mujer, o el labio cansado del comerciante.

Venís al teatro con el afán único de divertiros y tenéis autores a los que pagáis, y es muy justo, pero hoy el poeta os hace una encerrona porque quiere y aspira a conmover vuestros corazones enseñando las cosas que no queréis ver, gritando las simplísimas verdades que no queréis oír.

¿Por qué? Si creéis en Dios, y yo creo, ¿por qué tenéis miedo a la muerte? Y si creéis en la muerte, ¿por qué esa crueldad, ese despego al terrible dolor de vuestros semejantes?¡Ja, ja, ja! Diréis que esto es un sermón. Y bien, ¿es que es feo un sermón? Casi todos los que me oyen han dado un portazo y han salido de casa dejando a su padre o a su madre en un momento en que por su bien les reñían, y en este instante darían todo lo que tienen, hasta los ojos, por volver a oír las dulces voces desaparecidas. Lo mismo ahora. Pero ver la realidad es difícil. Y enseñarla, mucho más. Es predicar en desierto. Pero no importa.


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Dominio público
15 págs. / 26 minutos / 651 visitas.

Publicado el 10 de enero de 2022 por Edu Robsy.

Comedia de Ensueño

Ramón María del Valle-Inclán


Teatro, Diálogo


Una cueva en el monte, sobre la encrucijada de dos caminos de herradura. Algunos hombres, a caballo, llegan en tropel, y una vieja asoma en la boca de la cueva. Su figura se destaca por oscuro sobre el fondo rojizo donde llamea el fuego del hogar. Es la hora del anochecer, y las águilas que tienen su nido en los peñascales, se ciernen con un vuelo pesado que deja oír el golpe de las alas.

LA VIEJA.—¡Con cuánto afán os esperaba, hijos míos! Desde ayer tengo encendido un buen fuego para que podáis calentaros. ¿Vendréis desfallecidos?

La vieja éntrase en la cueva, y los hombres descabalgan. Tienen los rostros cetrinos, y sus pupilas destellan en el blanco de los ojos con extraña ferocidad. Uno de ellos queda al cuidado de los caballos, y los otros, con las alforjas al hombro, penetran en la cueva y se sientan al amor del fuego. Son doce ladrones y el Capitán.

LA VIEJA.—¿Habéis tenido suerte, mis hijos?

EL CAPITÁN.—¡Ahora lo veréis, Madre Silvia! Muchachos, juntad el botín para que puedan hacerse las particiones.

LA VIEJA.—Nunca habéis hecho tan larga ausencia.

EL CAPITÁN.—No requería menos el lance, Madre Silvia.

La Madre Silvia tiende un paño sobre el hogar, y sus ojos acechan avarientos cómo las manos de aquellos doce hombres desaparecen en lo hondo de las alforjas y sacan enredadas las joyas de oro, que destellan al temblor de las llamas.

LA VIEJA.—¡Jamás he visto tan rica pedrería!

EL CAPITÁN.—¿No queda nada en tus alforjas, Ferragut?

FERRAGUT.—¡Nada, Capitán!

EL CAPITÁN.—¿Y en las tuyas, Galaor?

GALAOR.—¡Nada, Capitán!

EL CAPITÁN.—¿Y en las tuyas, Fierabrás?

FIERABRÁS.—¡Nada!…

EL CAPITÁN.—Está bien. Tened por cierto, hijos míos, que pagaréis con la vida cualquier engaño. Alumbrad aquí, Madre Silvia.


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Dominio público
5 págs. / 9 minutos / 161 visitas.

Publicado el 4 de noviembre de 2020 por Edu Robsy.

Casa con Dos Puertas Mala Es de Guardar

Pedro Calderón de la Barca


Teatro, Comedia


Personas

D. Félix, galan.
Lisardo, galan.
Fabio, viejo.
Calabazas, lacayo.
Herrera, escudero.
Laura, dama.
Marcela, dama.
Silvia, criada.
Celia, criada.
Lelio, criado.
Criados.

La escena pasa en Ocaña.

Jornada primera

Escena I

Campo á la entrada de la villa.

MARCELA y SILVIA, con mantos, como recelándose; detras LISARDO, CALABAZAS.

Marcela:
¿Vienen tras nosotras?

Silvia:
Sí.

Marcela:
Pues párate.—Caballeros,
Desde aquí habeis de volveros,
No habeis de pasar de aquí;
Porque si intentais así
Saber quién soy, intentais
Que no vuelva donde estais
Otra vez; y si esto no
Basta, volveos porque yo
Os suplico que os volvais.

Lisardo:
Difícilmente pudiera
Conseguir, señora, el sol
Que la flor del girasol
Su resplandor no siguiera:
Difícilmente quisiera
El norte, fija luz clara,
Que el iman no le mirara;
Y el iman difícilmente
Intentara que obediente
El acero le dejara.
Si sol es vuestro esplendor,
Girasol la dicha mia;
Si norte vuestra porfía,
Piedra iman es mi dolor;
Si es iman vuestro rigor,
Acero mi ardor severo;
Pues ¿cómo quedarme espero,
Cuando veo que se van
Mi sol, mi norte y mi iman,
Siendo flor, piedra y acero?


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Dominio público
53 págs. / 1 hora, 32 minutos / 686 visitas.

Publicado el 19 de enero de 2019 por Edu Robsy.

Cara de Plata

Ramón María del Valle-Inclán


Teatro


Dramatis personae

EL CABALLERO DON JUAN MANUEL MONTENEGRO
SUS HIJOS CARA DE PLATA, DON PEDRITO, DON ROSENDO, DON MAURO, DON GONZALITO Y DON FARRUQUIÑO
SABELITA, AHIJADA DEL CABALLERO
EL ABAD DE LANTAÑÓN Y SU HERMANA DOÑA JEROMITA
EL SACRISTAN
LA SACRISTANA
LA HIJA BIGARDONA Y EL CORO DE CRIANZAS
FUSO NEGRO, LOCO
DON GALAN, CRIADO DEL CABALLERO
UNA TROPA DE CINCO CHALANES: PEDRO ABUIN, RAMIRO DE BEALO, MANUEL TOVIO, MANUEL FONSECA Y SEBASTIAN DE XOGAS
EL VIEJO DE CURES Y UN PASTOR
PICHONA LA BISBISERA
LUDOVINA LA BENTORRILLERA Y LA COIMA DE OTRO MESÓN
UN MARAGATO
UN PENITENTE
EL CIEGO DE GONDAR
UN INDIANO
EL DIACONO DE LESÓN
UNA VIEJA COTILLONA
VOZ EN UNA CHIMENEA
OTRAS VIEJAS
GRITOS Y DENUESTOS
PREGONES
CLAMOR DE MUJERUCAS
SALMODIA DE BEATAS
RENIEGOS Y ESPANTOS
LAS LUCES DEL SANTO VIATICO

Jornada primera

Escena primera

(Alegres albores, luengas brañas comunales, en los montes de Lantaño. Sobre el roquedo la ruina de un castillo, y en el verde regazo, las Arcas de Bradomín. Acampa una tropa de chalanes, al abrigo de aquellas piedras insignes —Manuel Tovio, Manuel Fonseca, Pedro Abuin, Ramiro de Bealo y Sebastián de Xogas—. A la redonda, los caballos se esparcen mordiendo la yerba sagrada de las célticas mámoas. En la altura una vaca montesa embravecida, muge por el vítelo que se lleva a la feria un rabadán.)

PEDRO ABUIN.— Ganados de Lantaño, siempre tuvieron paso por Lantañón.

RAMIRO DE BEALO.— Hoy se lo niegan. Perdieron el pleito los alcaldes y no vale contraponerse.

PEDRO ABUIN.— Eso aún hemos de ventilarlo.

RAMIRO DE BEALO.— No te metas a pleito, con hombre de almenas.


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Dominio público
62 págs. / 1 hora, 49 minutos / 519 visitas.

Publicado el 17 de septiembre de 2018 por Edu Robsy.

Bodas de Sangre

Federico García Lorca


Teatro


PERSONAJES

Madre.
Novia.
Suegra.
Mujer de Leonardo.
Criada.
Vecina.
Muchachas.
Leonardo.
Novio.
Padre de la novia.
Luna.
Muerte (como Mendiga)
Leñadores.
Mozos

ACTO PRIMERO

CUADRO PRIMERO

Habitación pintada de amarillo.

NOVIO (Entrando).
Madre.

MADRE
¿Qué?

NOVIO
Me voy.

MADRE
¿Adónde?

NOVIO
A la viña. (Va a salir).

MADRE
Espera.

NOVIO
¿Quieres algo?

MADRE
Hijo, el almuerzo.

NOVIO
Déjalo. Comeré uvas. Dame la navaja.

MADRE
¿Para qué?

NOVIO (Riendo).
Para cortarlas.

MADRE (Entre dientes y buscándola).
La navaja, la navaja... Malditas sean todas y el bribón que las inventó.

NOVIO
Vamos a otro asunto.

MADRE
Y las escopetas y las pistolas y el cuchillo más pequeño, y hasta las azadas y los bieldos de la era.

NOVIO
Bueno.

MADRE
Todo lo que puede cortar el cuerpo de un hombre. Un hombre hermoso, con su flor en la boca, que sale a las viñas o va a sus olivos propios; porque son de él, heredados...

NOVIO (Bajando la cabeza).
Calle usted.

MADRE
... y ese hombre no vuelve. O si vuelve es para ponerle una palma encima o un plato de sal gorda para que no se hinche. No sé cómo te atreves a llevar una navaja en tu cuerpo, ni cómo yo dejo a la serpiente dentro del arcón.

NOVIO
¿Está bueno ya?


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Dominio público
37 págs. / 1 hora, 5 minutos / 10.275 visitas.

Publicado el 10 de noviembre de 2017 por Edu Robsy.

Así que Pasen Cinco Años

Federico García Lorca


Teatro


Personas

Joven
Viejo
Un niño muerto
Un gato muerto
Criado
Amigo primero
Amigo segundo
La mecanógrafa
La novia
El maniquí del traje de novia
El jugador de rugby
La criada
El padre de la novia
Payaso
Arlequín
Muchacha
Máscaras y jugadores

Acto primero

Biblioteca. El joven está sentado. Viste un pijama azul. El Viejo de chaqué gris, con barba blanca y enormes lentes de oro, también sentado.

JOVEN. No me sorprende.

VIEJO. Perdone...

JOVEN. Siempre me ha pasado igual.

VIEJO. (Inquisitivo y amable.) ¿Verdad?

JOVEN. Sí.

VIEJO. Es que...

JOVEN. Recuerdo que...

VIEJO. (Ríe.) Siempre recuerdo.

JOVEN. Yo...

VIEJO. (Anhelante.) Siga...

JOVEN. Yo guardaba los dulces para comerlos después.

VIEJO. Después, ¿verdad? Saben mejor. Yo también.

JOVEN. Y recuerdo que un día...

VIEJO. (Interrumpiendo con vehemencia.) Me gusta tanto la palabra recuerdo. Es una palabra verde, jugosa. Mana sin cesar hilitos de agua fría.

JOVEN. (Alegre y tratando de convencerse.) Sí, sí, ¡claro! Tiene usted razón. Es preciso luchar con toda idea de ruina, con esos terribles desconchados de las paredes. Muchas veces yo me he levantado a medianoche para arrancar las hierbas del jardín. No quiero hierbas en mi casa ni muebles rotos.

VIEJO. Eso. Ni muebles rotos porque hay que recordar, pero...

JOVEN. Pero las cosas vivas, ardiendo en su sangre, con todos sus perfiles intactos.


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Dominio público
41 págs. / 1 hora, 12 minutos / 785 visitas.

Publicado el 12 de enero de 2022 por Edu Robsy.

Asclepigenia

Juan Valera


Teatro, Diálogo


La escena es en Constantinopla. Siglo V de la Era Cristiana.

Habitación de Proclo. Es de noche. Una lámpara de siete mecheros, puesta sobre un trípode o candelabro de bronce, ilumina la estancia. Puertas al fondo y a los lados.

ESCENA I

proclo, de edad de cincuenta años, seco, escuálido, consumido por vigilias, ayunos, estudios y mortificaciones, aparece sentado en un sitial. Su discípulo, MARINO, está de pié, junto a él.

Marino.—¡Maestro! ¿Estás decidido a recibir esta noche?

Proclo.—Lo estoy. En cualquiera otra ciudad podría yo excusarme: en Byzancio no, que es mi patria. ¿Cómo privar a mis paisanos del auxilio y consuelo de la sabiduría?

Marino.—Difícil es; pero debieras reposar y cuidarte. Estás que parece el espíritu de la golosina, de puro desmedrado. Te vas a matar con tantos afanes.

Proclo.—Lléveme el cuerpo donde quiero ir, y luego que muera.

Marino.—Me afliges al decir eso. ¿Qué haré yo sin ti en este mundo? Pero dime, y perdona mi atrevida curiosidad; los que vienen a consultarte hablan siempre a solas contigo: no extrañes que note una contradicción...

Proclo.—Di cuál es, y te demostraré que es aparente.

Marino.—¿No afirmas tú que se requieren largos preparativos antes de comunicar la sabiduría? ¿Qué revelas entonces a los que te consultan?

Proclo.—No toda la verdad, cuyo resplandor los cegaría, sino algo de la verdad, velado en símbolos. Así el sol se vela entre nubes, a fin de que ojos mortales puedan fijarse en su disco glorioso.

Marino.—Veo que esta noche estás expansivo. ¿Me permites que te haga vanas preguntas?

Proclo.—Haz las que se te antojen. Si me es lícito, contestaré.


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Dominio público
20 págs. / 36 minutos / 71 visitas.

Publicado el 30 de octubre de 2020 por Edu Robsy.

Arte Nuevo de Hacer Comedias

Lope de Vega Carpio


Poesía, Crítica, Teatro


El arte nuevo de hacer comedias en este tiempo

Dirigido a la Academia de Madrid

Mándanme, ingenios nobles, flor de España,
que en esta junta y Academia insigne,
en breve tiempo excederéis no sólo
a las de Italia, que envidiando a Grecia,
ilustró Cicerón del mismo nombre
junto al Averno lago, sino Atenas,
adonde en su platónico Liceo,
se vio tan alta junta de filósofos,
que un arte de comedias os escriba
que al estilo del vulgo se reciba.

Fácil parece este sujeto, y fácil
fuera para cualquiera de vosotros
que ha escrito menos de ellas, y más sabe
del arte de escribirlas y de todo,
que lo que a mí me daña en esta parte
es haberlas escrito sin el arte.

No porque yo ignorase los preceptos,
gracias a Dios, que ya Tirón gramático
pasé los libros que trataban de esto
antes que hubiese visto al sol diez veces
discurrir desde el Aries a los Peces.
Mas porque en fin, hallé que las comedias
estaban en España en aquel tiempo,
no como sus primeros inventores
pensaron que en el mundo se escribieran,
mas como las trataron muchos bárbaros
que enseñaron el vulgo a sus rudezas.

Y así introdujeron de tal modo
que quien con arte agora las escribe
muere sin fama y galardón, que puede
entre los que carecen de su lumbre
mas que razón y fuerza la costumbre.


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7 págs. / 13 minutos / 655 visitas.

Publicado el 20 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

Apuntes para un Verdadero Teatro Menorquín

Arturo Robsy


Teatro


«Nadie es libre, excepto Zeus». Esquilo


Acotación.— El escenario deberá tener fantásticas medidas para que en él puedan evolucionar los 50.000 actores que representarán el papel de menorquines. Los espectadores pueden ser menos numerosos; bastarán uno o dos, a ser posible estudiosos de los misterios humanos. Por eso, si se tiene que representar en un local convencional, se aconseja que los actores trabajen en el patio de butacas, en las plateas, en los palcos y en el gallinero, y que el público se siente en el escenario.

El decorado, si el futuro director lo cree preciso, puede imitar el campo o la ciudad, el mar o la montaña, el bosque o la llanura (Els Plans, por ejemplo), las taulas o el Seguro de Enfermedad... Bastará con que se manifieste claramente que la acción sucede en Menorca. Para ello será imprescindible que un cartel indique:


"EN VENTA. Al contado o a plazos. Facilidades".


Los espectadores comprenderán.

Título de la obra: ¡A ver qué porras pasa!

Dramatis personae: cuarenta y nueve mil ochocientas veinticuatro personas y pico.

Lugar: Menorca

Época: la actual y todas las demás.

Cuadro primero

Se levanta el telón. El Coro de Donas, en el mercado. El Coro de Comerciantes en el mismo lugar. El Coro de las Leyes Transgredidas, al fondo, escondido, para llorar en privado.

Dona 1.— No sé avont anirá a rebotir tot açó.

Dona 2.— Ho veus? Dicen que el pollo va a subir.

Dona 3.— Y la carne de ternera...

Descontento.— De ternero, señora. De ternero granadito que se llama vacuno menor. Las terneras no se matan.

Dona 4.— También subirán las patatas.

Dona 5.— Y las naranjas.

Dona 6.— Y los embutidos y el jamón.

Dona 7.— Y los huevos.


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Licencia limitada
6 págs. / 11 minutos / 65 visitas.

Publicado el 25 de septiembre de 2020 por Edu Robsy.

Antígona

Sófocles


Teatro, Tragedia


Personajes

ISMENA, hija de Edipo
ANTÍGONA, hija de Edipo
CREÓN, rey de Tebas.
EURÍDICE, esposa de Creón.
HEMÓN, hijo de Creón.
TIRESIAS, adivino.
UN MENSAJERO.
UN GUARDA.
UN ESCLAVO.
CORO, compuesto de ancianos de Tebas.

Acto primero

Escena I

ANTÍGONA, ISMENA

Antígona:
Cara Ismena, cara hermana, conocidos os son el número y la extensión de los males que nos ha legado Edipo, y hasta qué punto Zeus, durante nuestra vida, ha querido abatirnos. Parecía, hasta ahora, que no los hubiera tan sensibles, tan crueles, tan afrentosos, que vos y yo no los hubiésemos sufrido; y ahora ¿sabéis qué edicto se dice que el Rey acaba de hacer publicar por toda Tebas? ¿Lo habéis oído, o ignoráis acaso todavía las indignidades que nuestros enemigos preparan contra los que nos son amados?

Ismena:
¡Oh cara Antígona! Nada agradable o ingrato acerca del destino de nuestros amigos ha llegado a mis oídos desde que en un solo día nos vimos privadas de nuestros dos hermanos, muertos a la vez de las heridas que se habían causado, y nada nuevo he sabido, feliz o siniestro desde el instante en que el ejército de los argivos desapareció en la obscuridad de la noche última.

Antígona:
Lo sabía; y por eso, deseando tener, secretamente, una conversación con vos, os he hecho salir de palacio.

Ismena:
¿Qué vais a hacerme saber? Parecéis agitada por algún gran designio.


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Dominio público
35 págs. / 1 hora, 2 minutos / 1.896 visitas.

Publicado el 9 de junio de 2016 por Edu Robsy.

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