Textos más populares este mes etiquetados como Teatro | pág. 5

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etiqueta: Teatro


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La Asamblea de Mujeres

Aristófanes


Teatro, comedia


PERSONAJES:

PRAXÁGORA.
UN HERALDO.
VARIAS MUJERES.
TRES VIEJAS.
CORO DE MUJERES.
UNA JOVEN.
BLEPIRO, marido de Praxágora.
UN JOVEN.
UN HOMBRE.
LA CRIADA DE PRAXÁGORA.
CREMES.

La escena representa una plaza, en Atenas, donde están la casa de Praxágoras y otras dos casas. Praxágoras sale de la suya disfrazada de hombre con una lámpara en la mano.

PRAXÁGORA.—(Parodiando ciertos prólogos trágicos.) ¡Oh lámpara preciosa de reluciente ojo que tan bien iluminas los objetos visibles! Vamos a decir tu nacimiento y tu oficio; labrada sobre el ágil torno del alfarero tus brillantes narices rebrillan como soles. Lanza con tus llamas las señales convenidas... Tú eres la única confidente de nuestros secretos, y lo eres con motivo, pues cuando en nuestros dormitorios ensayamos las diferentes posturas del amor, tú sola nos asistes y nadie te rechaza como testigo de sus voluptuosos movimientos. Tú sola, al abrasar su vegetación feraz, iluminas nuestros recónditos encantos. Tú sola nos acompañas cuando furtivamente penetramos en las despensas llenas de báquicos néctares y sazonadas frutas; y, aunque cómplice de nuestros deleites, jamás se los revelas a la vecindad. Justo es, por tanto, que conozcas también los actuales proyectos aprobados por las mujeres, mis amigas, en las fiestas de los Esciros. Pero ninguna de las que deben acudir se presenta; ya empieza a clarear el día y de un momento a otro dará principio la Asamblea. Es necesario apoderarnos de nuestros puestos, que, como ya recordaréis, dijo el otro día Firómaco, deben ser los otros, y una vez sentadas, mantenernos ocultas. ¿Qué les ocurrirá? ¿Quizá no habrán podido ponerse las barbas postizas, como quedó acordado? ¿Les será difícil apoderarse de los trajes de sus maridos?—¡Ah! Allí veo una luz que se aproxima. Voy a retirarme un poco, no sea un hombre.


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Dominio público
35 págs. / 1 hora, 2 minutos / 1.270 visitas.

Publicado el 31 de agosto de 2016 por Edu Robsy.

Medea

Eurípides


Teatro, Tragedia, Tragedia griega


Argumento

Medea, hija del rey de la Cólquida, con cuya poderosa ayuda pudieron los argonautas conquistar el vellocino de oro, se había desposado con Jasón, dando a luz dos hijos, siguiéndole a Grecia, y estableciéndose con él en Corinto. Jasón, sin embargo, en vez de corresponder a los sacrificios que había hecho en su obsequio, ya cediendo al amor que le inspirara la hija de Creonte, rey de Corinto, ya por motivos de conveniencia personal, pretendió la mano de esta, y logró el asentimiento de su padre para celebrar sus segundas nupcias; pero Creonte entonces, conociendo el carácter vindicativo y vehemente de Medea, ya famosa por su crueldad y sus mágicas artes, decretó su destierro inmediato con sus hijos, y solo a sus ruegos consintió en aplazarlo, señalándole un nuevo término. Medea aprovechó este descanso para fingir su reconciliación con su esposo, y llevó su aparente docilidad hasta el punto de regalar a la nueva desposada una corona de oro y un riquísimo peplo. Desgraciadamente ambos dones estaban envueltos en eficacísimo veneno, que estalló en el momento de ponérselos la hija del rey, devorándola juntamente con su padre. No contenta con esto, se vengó también de Jasón matando a sus hijos, y huyó impune a la corte de Egeo, rey de Atenas, atravesando los aires en un carro tirado por dragones.


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Dominio público
39 págs. / 1 hora, 8 minutos / 2.297 visitas.

Publicado el 20 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

Hipólito

Eurípides


Teatro, Tragedia, Tragedia griega


Argumento

La diosa Afrodita, despreciada por Hipólito, hijo de Teseo, deseoso de conservar su virginidad, trama su ruina y la satisfacción de su venganza, inspirando a su madrastra Fedra un amor violento por él; pero no osando declarárselo, y víctima de su pasión vehemente, la confía a su nodriza en ausencia de su esposo Teseo, la cual comete la insigne imprudencia de participarla a Hipólito, que se indigna y la rechaza con toda su energía. La desdichada Fedra, sabedora del mal éxito de esta tentativa, resuelve suicidarse y ejecuta su proyecto ahorcándose, si bien se venga de su hijastro dejando al morir unas tablitas suspendidas de su cadáver, en las cuales dice que, contra su voluntad y forzada por Hipólito, ha manchado el lecho nupcial. Entonces Teseo, sin informarse con escrupulosidad de la certeza de esta acusación, y recordando que Poseidón le había prometido realizar tres votos suyos, le pide que mate a Hipólito, y lo destierra de su reino. El mísero e inocente joven, lleno de dolor, y no queriendo faltar a su juramento de no publicar la declaración de la nodriza, huye en su carro, acompañado de sus más fieles servidores, y perece en el camino acometido por un toro, que suscita contra él el dios marino. Cuando lo traen moribundo a la presencia de Teseo, se aparece Artemisa, su amiga y protectora, descubre su inocencia y lo consuela, profetizando los honores y fiestas que se le tributarán en lo sucesivo.


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Dominio público
40 págs. / 1 hora, 11 minutos / 582 visitas.

Publicado el 15 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

Amar Después de la Muerte

Pedro Calderón de la Barca


Teatro, Drama


PERSONAS

Don Álvaro Tuzaní.
Don Juan Malec, viejo.
Don Fernando de Válor.
Alcuzcuz, morisco.
Cadí, morisco viejo.
Don Juan de Mendoza.
El señor Don Juan de Austria.
Don Alonso de Zúñiga, corregidor.
Don Lope de Figueroa.
Garcés, soldado.
Doña Isabel Tuzaní.
Doña Clara Malec.
Beatriz, criada.
Inés, criada.
Un criado.
Moriscos y moriscas.
Soldados cristianos.
Soldados moriscos.

La escena es en Granada y en varios puntos de la Alpujarra.

JORNADA PRIMERA

Sala en casa de Cadí, en Granada.

ESCENA PRIMERA

Moriscos, con casaquillas y calzoncillos, y MORISCAS con jubones blancos é instrumentos; CADÍ y ALCUZCUZ.

Cadí.
¿Están cerradas las puertas?

Alcuzc.
Ya el portas estar cerradas.

Cadí.
No éntre nadie sin la seña
Y prosígase la zambra.
Celebremos nuestro dia,
Que es el viérnes, á la usanza
De nuestra nacion, sin que
Pueda esta gente cristiana,
Entre quien vivimos hoy
Presos en miseria tanta,
Calumniar ni reprender
Nuestras ceremonias.

Todos.
Vaya.

Alcuzc.
Mé pensar hacer astilias,
Sé tambien entrar en danza.

Uno.
(Canta.) Aunque en triste cautiverio,
De Alá por justo misterio,
Llore el africano imperio
Su mísera ley esquiva...

Todos.
(Cantando.) ¡Su ley viva!

Uno.
Viva la memoria extraña
De aquella gloriosa hazaña
Que en la libertad de España
A España tuvo cautiva.

Todos.
¡Su ley viva!


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Dominio público
56 págs. / 1 hora, 38 minutos / 706 visitas.

Publicado el 4 de junio de 2018 por Edu Robsy.

Noches Lúgubres

José Cadalso


Teatro, diálogo


Personajes

TEDIATO.
LORENZO.
NIÑO.
LA JUSTICIA.
SEPULTURERO.
CARCELERO.

Noche primera

TEDIATO y un SEPULTURERO

Diálogo

TEDIATO.—¡Qué noche! La oscuridad, el silencio pavoroso, interrumpido por los lamentos que se oyen en la vecina cárcel, completan la tristeza de mi corazón. El cielo también se conjura contra mi quietud, si alguna me quedara. El nublado crece. La luz de esos relámpagos..., ¡qué horrorosa! Ya truena. Cada trueno es mayor que el que le antecede, y parece producir otro más cruel. El sueño, dulce intervalo en las fatigas de los hombres, se turba. El lecho conyugal, teatro de delicias; la cuna en que se cría la esperanza de las casas; la descansada cama de los ancianos venerables; todo se inunda en llanto..., todo tiembla. No hay hombre que no se crea mortal en este instante... ¡Ay, si fuese el último de mi vida, cuán grato sería para mí! ¡Cuán horrible ahora! ¡Cuán horrible! Más lo fue el día, el triste día que fue causa de la escena en que ahora me hallo.

Lorenzo no viene. ¿Vendrá, acaso? ¡Cobarde! ¿Le espantará este aparato que Naturaleza le ofrece? No ve lo interior de mi corazón... ¡Cuánto más se horrorizaría! ¿Si la esperanza del premio le traerá? Sin duda..., el dinero... ¡Ay, dinero, lo que puedes! Un pecho sólo se te ha resistido... Ya no existe... Ya tu dominio es absoluto... Ya no existe el solo pecho que se te ha resistido.

Las dos están al caer... Ésta es la hora de cita para Lorenzo... ¡Memoria! ¡Triste memoria! ¡Cruel memoria! Más tempestades formas en mi alma que nubes en el aire. También ésta es la hora en que yo solía pisar estas mismas calles en otros tiempos muy diferentes de éstos. ¡Cuán diferentes! Desde aquélla a éstos todo ha mudado en el mundo; todo, menos yo.


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Dominio público
24 págs. / 43 minutos / 614 visitas.

Publicado el 24 de septiembre de 2018 por Edu Robsy.

La Comedia de las Equivocaciones

William Shakespeare


Teatro, comedia


Personajes

SOLINO, duque de Éfeso.
ÆGEÓN, mercader de Siracusa.

ANTÍFOLO de Éfeso.
ANTÍFOLO de Siracusa, hermanos gemelos, hijos de Ægeón y de Emilia, pero desconocidos uno de otro.

DROMIO de Éfeso.
DROMIO de Siracusa, hermanos gemelos y esclavos de los dos Antífolo.

BALTASAR, mercader.
ANGELO, platero.
UN COMERCIANTE, amigo de Antífolo de Siracusa.
PINCH, maestro de escuela y mágico.
EMILIA, esposa de Ægeón, abadesa de una comunidad de Éfeso.
ADRIANA, esposa de Antífolo de Éfeso.
LUCIANA, hermana de Adriana.
LUCÍA, doncella de Luciana.
UNA CORTESANA.
UN ALCAIDE.
OFICIALES DE JUSTICIA Y OTROS.

La escena pasa en Éfeso.

Acto I

Escena I

Sala en el palacio del duque.

El DUQUE DE ÉFESO, ÆGEÓN, un ALCAIDE, oficiales y otras gentes del séquito del duque.

Ægeón.—Continuad, Solino; procurad mi pérdida; y con la sentencia de muerte, terminad mis desgracias y mi vida.


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Dominio público
56 págs. / 1 hora, 38 minutos / 2.873 visitas.

Publicado el 17 de junio de 2019 por Edu Robsy.

Intenciones

Oscar Wilde


Ensayo, Teatro


La decadencia de la mentira

UN DIÁLOGO

Personajes: Cyril y Vivian

Lugar: Biblioteca de una casa de campo en Nottingham.

CYRIL (Mientras que entra por la puerta-balcón abierta de la terraza.).- Pasa usted demasiado tiempo encerrado en la biblioteca, querido. Hace una tarde magnífica y el aire es tibio. Flota sobre el bosque una bruma rojiza como la flor de los ciruelos. Vayamos a tumbarnos sobre la hierba, nos fumaremos un cigarrillo y gozaremos de la madre Naturaleza.

VIVIAN.- ¡Gozar de la Naturaleza! Antes que nada quiero que sepa que he perdido esa facultad por completo. Dicen las personas que el Arte nos hace amar aún más a la Naturaleza, que nos revela sus secretos y que una vez estudiados estos concienzudamente, según afirman Corot y Constable, descubrimos en ella cosas que antes escaparon a nuestra observación. A mi juicio, cuanto más estudiamos el Arte, menos nos preocupa la Naturaleza. Realmente lo que el Arte nos revela es la falta de plan de la Naturaleza, su extraña tosquedad, su extraordinaria monotonía, su carácter completamente inacabado. La Naturaleza posee, indudablemente, buenas intenciones; pero como dijo Aristóteles hace ya tiempo que no puede llevarlas a cabo. Cuando miro un paisaje, me es imposible dejar de ver todos sus defectos. A pesar de lo cual, es una suerte para nosotros que la Naturaleza sea tan imperfecta, ya que de no ser así no existiría el Arte. El Arte es nuestra enérgica protesta, nuestro valiente esfuerzo para enseñar a la naturaleza cuál es su verdadera función. En cuanto a eso de la infinita variedad de la Naturaleza, no es más que un mito. La variedad no se puede encontrar en la Naturaleza misma, sino en la imaginación, en la fantasía o en la ceguera cultivada de su observador.


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Dominio público
179 págs. / 5 horas, 14 minutos / 827 visitas.

Publicado el 12 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

Mostellaria

Plauto


Teatro, comedia


Personajes

TRANIÓN, esclavo.
GRUMIÓN, esclavo.
FILÓLAQUES, joven, hijo de Teoprópides.
FILEMATIO, cortesana.
ESCAFA, esclava de Filematio.
CALIDÁMATES, joven, amigo de Filólaques.
DELFIO, cortesana.
TEOPRÓPIDES, viejo, padre de Filólaques.
MISARGÍRIDES, usurero.
SIMÓN, viejo, vecino de Filólaques.
FANISCO, esclavo.
ESFERIÓN, esclavo.
Otros esclavos.

La acción transcurre en Atenas.

Argumento

Filólaques compra a su amada y le da la libertad, y derrocha toda su hacienda durante la ausencia de su padre. A su regreso, el viejo es engañado por Tranión; le cuenta que pasan unos portentos espantosos en la casa y que se han tenido que ir de allí por eso. Entonces se presenta un codicioso usurero reclamando sus intereses, y el viejo vuelve a ser engañado: Tranión le dice que es que han tomado dineros a préstamo porque han comprado una casa. Teoprópides le pregunta qué casa es, y Tranión le contesta que la del vecino de al lado, y va a verla. Después queda muy ofendido de que se hayan burlado de él, pero un amigo de su hijo consigue que les conceda a todos el perdón.

Acto I

Escena I

Grumión, Tranión

GR.— Venga, salte ya de la cocina, bribón, ya está bien de tanta chirigota ahí entre los pucheros; fuera de esta casa, ruina de tus amos. Te juro que, si los dioses me dan vida, me las vas a pagar todas muy bien pagadas en la finca. Sal, sal, digo, no andas ahí más que al olorcillo de los asados, no quieres aparecer ¿eh?

TR.— ¡Maldición!, ¿qué son esos gritos aquí delante de la casa?, ¿es que te crees que estás en el campo? ¡Largo de aquí, al campo, al campo, desgraciado, a ver si nos retiramos de la puerta! [9-10] ¡Toma!, ¿es esto lo que venías buscando?

GR.— ¡Muerto soy! ¿Por qué me pegas?

TR.— Porque vives.


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Protegido por copyright
50 págs. / 1 hora, 27 minutos / 692 visitas.

Publicado el 14 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

El Perro del Hortelano

Lope de Vega Carpio


Teatro, Comedia


Dramatis personae

Comedia Famosa El Perro del Hortelano.

Hablan en ella las personas siguientes.

DIANA, condesa de Belflor.
LEONIDO, criado.
EL CONDE FEDERICO.
ANTONELO, lacayo.
TEODORO, su secretario.
MARCELA, de su cámara.
DOROTEA, de su cámara.
ANARDA, de su cámara.
OTAVIO, su mayordomo.
FABIO, su gentilhombre.
EL CONDE LUDOVICO.
FURIO.
LIRANO.
TRISTÁN, lacayo.
RICARDO, marqués.
CELIO, criado.
CAMILO.

Acto I

Salen TEODORO, con una capa guarnecida de noche, y TRISTÁN, criado. Vienen huyendo.

TEODORO

Huye, Tristán, por aquí.

TRISTÁN

Notable desdicha ha sido.

TEODORO

¿Si nos habrá conocido?

TRISTÁN

No sé; presumo que sí.

(Váyanse y entre tras ellos DIANA, condesa de Belflor.)

DIANA

¡Ah, gentilhombre! ¡Esperad!
¡Teneos! ¡Oíd! ¿Qué digo?
¿Esto se ha de usar conmigo?
Volved, mirad, escuchad.
¡Hola! ¿No hay aquí un crïado?
¡Hola! ¿No hay un hombre aquí?
Pues no es sombra lo que vi,
ni sueño que me ha burlado.
¡Hola! ¿Todos duermen ya?

(Sale FABIO, criado.)

FABIO

¿Llama vuestra señoría?

DIANA

Para la cólera mía
gusto esa flema me da.
Corred, necio, enhoramala,
pues merecéis este nombre,
y mirad quién es un hombre
que salió de aquesta sala.

FABIO

¿Desta sala?

DIANA

Caminad,
y responded con los pies.

FABIO

Voy tras él.

DIANA

Sabed quién es.
¿Hay tal traición, tal maldad?

(Sale OTAVIO.)

OTAVIO


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Dominio público
59 págs. / 1 hora, 44 minutos / 2.174 visitas.

Publicado el 17 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

Arte Nuevo de Hacer Comedias

Lope de Vega Carpio


Poesía, Crítica, Teatro


El arte nuevo de hacer comedias en este tiempo

Dirigido a la Academia de Madrid

Mándanme, ingenios nobles, flor de España,
que en esta junta y Academia insigne,
en breve tiempo excederéis no sólo
a las de Italia, que envidiando a Grecia,
ilustró Cicerón del mismo nombre
junto al Averno lago, sino Atenas,
adonde en su platónico Liceo,
se vio tan alta junta de filósofos,
que un arte de comedias os escriba
que al estilo del vulgo se reciba.

Fácil parece este sujeto, y fácil
fuera para cualquiera de vosotros
que ha escrito menos de ellas, y más sabe
del arte de escribirlas y de todo,
que lo que a mí me daña en esta parte
es haberlas escrito sin el arte.

No porque yo ignorase los preceptos,
gracias a Dios, que ya Tirón gramático
pasé los libros que trataban de esto
antes que hubiese visto al sol diez veces
discurrir desde el Aries a los Peces.
Mas porque en fin, hallé que las comedias
estaban en España en aquel tiempo,
no como sus primeros inventores
pensaron que en el mundo se escribieran,
mas como las trataron muchos bárbaros
que enseñaron el vulgo a sus rudezas.

Y así introdujeron de tal modo
que quien con arte agora las escribe
muere sin fama y galardón, que puede
entre los que carecen de su lumbre
mas que razón y fuerza la costumbre.


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7 págs. / 13 minutos / 665 visitas.

Publicado el 20 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

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