Textos más populares esta semana etiquetados como Teatro | pág. 10

Mostrando 91 a 100 de 242 textos encontrados.


Buscador de títulos

etiqueta: Teatro


89101112

Arte Nuevo de Hacer Comedias

Lope de Vega Carpio


Poesía, Crítica, Teatro


El arte nuevo de hacer comedias en este tiempo

Dirigido a la Academia de Madrid

Mándanme, ingenios nobles, flor de España,
que en esta junta y Academia insigne,
en breve tiempo excederéis no sólo
a las de Italia, que envidiando a Grecia,
ilustró Cicerón del mismo nombre
junto al Averno lago, sino Atenas,
adonde en su platónico Liceo,
se vio tan alta junta de filósofos,
que un arte de comedias os escriba
que al estilo del vulgo se reciba.

Fácil parece este sujeto, y fácil
fuera para cualquiera de vosotros
que ha escrito menos de ellas, y más sabe
del arte de escribirlas y de todo,
que lo que a mí me daña en esta parte
es haberlas escrito sin el arte.

No porque yo ignorase los preceptos,
gracias a Dios, que ya Tirón gramático
pasé los libros que trataban de esto
antes que hubiese visto al sol diez veces
discurrir desde el Aries a los Peces.
Mas porque en fin, hallé que las comedias
estaban en España en aquel tiempo,
no como sus primeros inventores
pensaron que en el mundo se escribieran,
mas como las trataron muchos bárbaros
que enseñaron el vulgo a sus rudezas.

Y así introdujeron de tal modo
que quien con arte agora las escribe
muere sin fama y galardón, que puede
entre los que carecen de su lumbre
mas que razón y fuerza la costumbre.


Leer / Descargar texto


7 págs. / 13 minutos / 654 visitas.

Publicado el 20 de febrero de 2017 por Edu Robsy.

Mostellaria

Plauto


Teatro, comedia


Personajes

TRANIÓN, esclavo.
GRUMIÓN, esclavo.
FILÓLAQUES, joven, hijo de Teoprópides.
FILEMATIO, cortesana.
ESCAFA, esclava de Filematio.
CALIDÁMATES, joven, amigo de Filólaques.
DELFIO, cortesana.
TEOPRÓPIDES, viejo, padre de Filólaques.
MISARGÍRIDES, usurero.
SIMÓN, viejo, vecino de Filólaques.
FANISCO, esclavo.
ESFERIÓN, esclavo.
Otros esclavos.

La acción transcurre en Atenas.

Argumento

Filólaques compra a su amada y le da la libertad, y derrocha toda su hacienda durante la ausencia de su padre. A su regreso, el viejo es engañado por Tranión; le cuenta que pasan unos portentos espantosos en la casa y que se han tenido que ir de allí por eso. Entonces se presenta un codicioso usurero reclamando sus intereses, y el viejo vuelve a ser engañado: Tranión le dice que es que han tomado dineros a préstamo porque han comprado una casa. Teoprópides le pregunta qué casa es, y Tranión le contesta que la del vecino de al lado, y va a verla. Después queda muy ofendido de que se hayan burlado de él, pero un amigo de su hijo consigue que les conceda a todos el perdón.

Acto I

Escena I

Grumión, Tranión

GR.— Venga, salte ya de la cocina, bribón, ya está bien de tanta chirigota ahí entre los pucheros; fuera de esta casa, ruina de tus amos. Te juro que, si los dioses me dan vida, me las vas a pagar todas muy bien pagadas en la finca. Sal, sal, digo, no andas ahí más que al olorcillo de los asados, no quieres aparecer ¿eh?

TR.— ¡Maldición!, ¿qué son esos gritos aquí delante de la casa?, ¿es que te crees que estás en el campo? ¡Largo de aquí, al campo, al campo, desgraciado, a ver si nos retiramos de la puerta! [9-10] ¡Toma!, ¿es esto lo que venías buscando?

GR.— ¡Muerto soy! ¿Por qué me pegas?

TR.— Porque vives.


Información texto

Protegido por copyright
50 págs. / 1 hora, 27 minutos / 650 visitas.

Publicado el 14 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

Los Acarnienses

Aristófanes


Teatro, comedia


Personajes

DICEÓPOLIS, ciudadano de Atenas.
UN UJIER.
ANFITEO, semidiós.
UN EMBAJADOR.
PSEUDOTARBAS, enviado del Gran Rey.
TEORO, diputado en la Corte del Rey de Tracia.
LA HIJA de Diceópolis.
EL ESCLAVO de Eurípides.
EURÍPIDES.
LÁMACO, general.
UN MEGARENSE.
Dos MUCHACHAS, hijas del megarense.
UN SICOFANTE (o delator).
UN TEBANO.
NICARCOS.
UN ESCLAVO de Lámaco.
UN LABRADOR.
UN PARANINFO.
DOS MENSAJEROS.
PERSONAJES MUDOS.
Los CARBONEROS ACARNIENSES, que forman el Coro.

Acto Único

Plaza pública de Atenas.

DICEÓPOLIS.—¡Cuántas veces me he requemado la sangre! Raras, rarísimas han sido, en cambio, mis alegrías; no más de cuatro. Mis amarguras fueron innumerables, como las arenas de las playas. Porque, en verdad, ¿que placer ex­perimente que fuese lo que se llama un regocijo? ¡Ah, si! Ahora recuerdo una cosa que me llenó el alma de júbilo. Fue en el teatro, cuando Cleón no tuvo más remedio que vomitar sus cinco talentos. ¡Qué gusto! Adoro a los Caballeros por tan bonita operación.


Leer / Descargar texto

Dominio público
36 págs. / 1 hora, 4 minutos / 645 visitas.

Publicado el 5 de septiembre de 2016 por Edu Robsy.

Un Duelo

Antón Chéjov


Teatro, Comedia


Personajes

Elena Ivanovna Popova, viuda de un terrateniente, joven, bella.
Gregorio Stepanovich Smirnov, un terrateniente, de unos cuarenta años.
Lucas, un criado viejo.

La escena representa un salón en la casa de campo de la señora Popova.

Escena primera

(Elena, de riguroso luto, contempla la fotografía de su marido y suspira. Lucas le habla desde el umbral de la puerta.)

Lucas.—Señora, se está usted matando. No sea exagerada. Ha llegado la primavera, todo el mundo está alegre y se pasea por el campo y por el bosque. Sólo usted permanece encerrada en casa como en un convento. ¡Hace yo no sé el tiempo que no sale usted!

Elena.—¡Y no saldré ya nunca! ¿Para qué? Mi vida se ha acabado. El yace en la tumba, y yo voy a encerrarme entre las cuatro paredes de esta casa. Hemos muerto los dos.

Lucas.—¡No diga usted eso! Si el señor ha muerto, tal ha sido la voluntad de Dios. Harto ha llorado usted; no va a llorar toda la vida. Es usted joven, casi no ha empezado aún a vivir... Es un crimen matarse así. Ha olvidado usted a sus amigos, a sus vecinos; no recibe a nadie... Esta casa parece una cárcel. En la ciudad, desde hace poco, hay un regimiento... Muchos de los oficiales son jóvenes y guapos como querubines... Los oficiales dan bailes... Y usted, mientras tanto, tan joven, tan hermosa... La hermosura es un don del cielo y hay que aprovecharla... Pasarán los años, y cuando quiera usted gustarles a los señores oficiales, será ya demasiado tarde...


Leer / Descargar texto

Dominio público
14 págs. / 24 minutos / 585 visitas.

Publicado el 2 de marzo de 2019 por Edu Robsy.

Hipólito

Eurípides


Teatro, Tragedia, Tragedia griega


Argumento

La diosa Afrodita, despreciada por Hipólito, hijo de Teseo, deseoso de conservar su virginidad, trama su ruina y la satisfacción de su venganza, inspirando a su madrastra Fedra un amor violento por él; pero no osando declarárselo, y víctima de su pasión vehemente, la confía a su nodriza en ausencia de su esposo Teseo, la cual comete la insigne imprudencia de participarla a Hipólito, que se indigna y la rechaza con toda su energía. La desdichada Fedra, sabedora del mal éxito de esta tentativa, resuelve suicidarse y ejecuta su proyecto ahorcándose, si bien se venga de su hijastro dejando al morir unas tablitas suspendidas de su cadáver, en las cuales dice que, contra su voluntad y forzada por Hipólito, ha manchado el lecho nupcial. Entonces Teseo, sin informarse con escrupulosidad de la certeza de esta acusación, y recordando que Poseidón le había prometido realizar tres votos suyos, le pide que mate a Hipólito, y lo destierra de su reino. El mísero e inocente joven, lleno de dolor, y no queriendo faltar a su juramento de no publicar la declaración de la nodriza, huye en su carro, acompañado de sus más fieles servidores, y perece en el camino acometido por un toro, que suscita contra él el dios marino. Cuando lo traen moribundo a la presencia de Teseo, se aparece Artemisa, su amiga y protectora, descubre su inocencia y lo consuela, profetizando los honores y fiestas que se le tributarán en lo sucesivo.


Leer / Descargar texto

Dominio público
40 págs. / 1 hora, 11 minutos / 567 visitas.

Publicado el 15 de marzo de 2018 por Edu Robsy.

Dos Madres

Miguel de Unamuno


Cuento, Teatro


I

¡Cómo le pesaba Raquel al pobre don Juan! La viuda aquella, con la tormenta de no tener hijos en el corazón del alma, se le había agarrado y le retenía en la vida que queda, no en la que pasa. Y en don Juan había muerto, con el deseo, la voluntad. Los ojos y las manos de Raquel apaciguaban y adormecían todos sus apetitos. Y aquel hogar solitario, constituido fuera de la ley, era como en un monasterio la celda de una pareja enamorada.

¿Enamorada? ¿Estaba él, don Juan, enamorado de Raquel? No, sino absorto por ella, sumergido en ella, perdido en la mujer y en su viudez. Porque Raquel era, pensaba don Juan, ante todo y sobre todo, la viuda y la viuda sin hijos; Raquel parecía haber nacido viuda. Su amor era un amor furioso, con sabor a muerte, que buscaba dentro de su hombre, tan dentro de él que de él se salía, algo de más allá de la vida. Y don Juan sé sentía arrastrado por ella a más dentro de la tierra. «¡Esta mujer me matará!» —solía decirse, y al decírselo pensaba en lo dulce que sería el descanso inacabable, arropado en tierra, después de haber sido muerto por una viuda como aquélla.

Hacía tiempo que Raquel venía empujando a su don Juan al matrimonio, a que se casase; pero no con ella, omo habría querido hacerlo el pobre hombre.

RAQUEL.—¿Casarte conmigo? ¡Pero eso, mi gatito, no tiene sentido…! ¿Para qué? ¿A qué conduce que nos casemos según la Iglesia y el Derecho Civil? El matrimonio se instituyó, según nos enseñaron en el Catecismo, para casar, dar gracia a los casados y que críen hijos para el cielo. ¿Casarnos? ¡Bien casados estamos! ¿Darnos gracia? Ay michino —y al decirlo le pasaba por sobre la nariz los cinco finísimos y ahusados dedos de su diestra—, ni a ti ni a mí nos dan ya gracia con bendiciones. ¡Criar hijos para el cielo…, criar hijos para el cielo!


Leer / Descargar texto

Dominio público
27 págs. / 48 minutos / 556 visitas.

Publicado el 25 de octubre de 2020 por Edu Robsy.

Las Avispas

Aristófanes


Teatro, comedia


Personajes

PRIMER SERVIDOR (llamado Sosías)
Dos PERROS.
SEGUNDO SERVIDOR (llamado Jantias).
UN CONVIDADO
BDELICLEÓN
UNA PANADERA
FILOCLEÓN
UN DEMANDANTE
NIÑOS PORTADORES DE LINTERNAS
PERSONAJES MUDOS
Los JUECES, disfrazados de avispas, que componen el coro.

(La escena transcurre en Atenas y empieza poco antes del amanecer frente a la casa de Filocleón.)

SOSIAS: ¡Oye! ¿Qué estás enfermo, mi pobre Jantias?

JANTIAS: (Dormitando.) Procuro descansar después de esta noche de guardia.

SOSIAS: ¿Tus costillas reclaman, pues, una llamada de buenos latigazos? ¿O no sabes la clase de fiera que guarda­mos ahí dentro?

JANTIAS: Lo sé; pero quiero dormir un poco.

SOSIAS: Peligroso es, aunque puedes hacerlo; también yo siento que sobre mis párpados pesa un dulce sueño.

JANTIAS: ¿Estás loco o es que juegas al Coribante?

SOSIAS: No; este sopor que se apodera de mí proviene de Sabacio.

JANTIAS: ¡Sabacio! Los dos adoramos, pues, al mismo dueño. Ahora poco, también a mí me ha asestado el sueño un mazazo, atacándome como un medo y acabo de tener un sueño extraordinario.

SOSIAS: Y yo he tenido otro, como nunca. Pero cuenta primero el tuyo.

JANTIAS: He creído ver un águila muy grande bajar vo­lando sobre el Agora, y arrebatando en sus garras un escu­do de bronce elevarse con él hasta el cielo; después ví a Cleónimo que arrojaba aquel mismo escudo.

SOSIAS: De modo que Cleónimo es un verdadero enigma. En la mesa esto puede servir de distracción a los con­vidados: adivina adivinanza ¿cuál es el animal que arroja su escudo por tierra, por el aire y en el mar?

JANTIAS: ¿Qué desgracia me anunciará semejante sue­ño?

SOSIAS: No te preocupes; ningún mal te sucederá; te lo aseguro.

JANTIAS: Sin embargo, es muy mal agüero el de un hombre arrojando su escudo. Pero cuenta tu sueño.


Leer / Descargar texto

Dominio público
45 págs. / 1 hora, 19 minutos / 547 visitas.

Publicado el 31 de agosto de 2016 por Edu Robsy.

El Marqués de Bradomín

Ramón María del Valle-Inclán


Diálogo, Teatro


Dedicatoria

Estos diálogos tuvieron hace tiempo vida en el teatro. Es un recuerdo que me sonríe al releer estas páginas: Con ellas envío á Matilde Moreno y á Francisco García Ortega mi saludo de reconocimiento, de admiración y de amistad.

Jornada primera

Un jardín y en el fondo un palacio: El jardín y el palacio tienen esa vejez señorial y melancólica de los lugares por donde en otro tiempo pasó la vida amable de la galantería y del amor. Sentado en la escalinata, donde verdea el musgo, un zagal de pocos años amaestra con los sones de su flauta, una nidada de mirlos prisionera en rústica jaula de cañas. Aquel niño de fabla casi visigótica y ojos de cabra triscadora, con su sayo de estameña y sus guedejas trasquiladas sobre la frente por tonsura casi monacal, parece el hijo de un antiguo siervo de la gleba. La dama pálida y triste, que vive retirada en el palacio, le llama con lánguido capricho Florisel. Por la húmeda avenida de cipreses aparece una vieja de aldea: Tiene los cabellos blancos, los ojos conqueridores y la color bermeja. El manteo, de paño sedán, que sólo luce en las fiestas, lo trae doblado con primor y puesto como una birreta sobre la cofia blanca: Se llama Madre Cruces.

LA MADRE CRUCES:
¿Estás adeprendiéndole la lección á los mirlos?

FLORISEL:
Ya la tienen adeprendida.

LA MADRE CRUCES:
¿Cuántos son?

FLORISEL:
Agora son tres. La señora mi ama echó á volar el que mejor cantaba. Gusto que tiene de verlos libres por los aires.

LA MADRE CRUCES:
¡Para eso es la señora! ¿Y cómo está de sus males?

FLORISEL:
¡Siempre suspirando! ¡Agora la he visto pasar por aquella vereda cogiendo rosas!


Leer / Descargar texto

Dominio público
51 págs. / 1 hora, 30 minutos / 511 visitas.

Publicado el 29 de octubre de 2018 por Edu Robsy.

Tablado de Marionetas para Educación de Príncipes

Ramón María del Valle-Inclán


Teatro


FARSA ITALIANA DE LA ENAMORADA DEL REY

PERSONAJES

MARI-JUSTINA
LA VENTERA
MAESE LOTARIO
EL CABALLERO DEL VERDE GABÁN
EL CABALLERO DE SEINGALT
Y MUSARELO, SU ESCUDERO
NUESTRO SEÑOR EL REY
DON FACUNDO, MINISTRO Y GUARDASELLOS
OTRO ESCUDERO
ALTISIDORA, MENINA
DON BARTOLO, CAPELLAN REAL
EL DUQUE DE NEBREDA
LA DAMA DEL MANTO
PASTORELA DE DAMAS Y GALANES
RONDA DE CORCHETES
TROPA DE CUADRILLEROS
UNA CORTE DEL SIGLO XVIII, CON LUCES
Y COMPARSAS DE OPERETA

JORNADA PRIMERA

DECORACIÓN

(SOBRE LA CRUZ DE DOS CAMINOS LLANOS Y AMARILLENTOS, UNA VENTA CLÁSICA: COSARIOS, LABRADORES, ESTUDIANTES SESTEAN POR LAS CUADRAS Y PAJARES. ENTRE LOS SAYOS DE ESTAMEÑA PARDA CANTAN VERDES Y GRANAS PASTORILES. EL PATIO DE LA VENTA ES HUMANISTA Y PICARESCO, CON SABOR DE AULAS Y SABOR POPULAR DE LOS CAMINOS: TIENE UN VAHO DE LETRAS DEL QUIJOTE. EL CIELO AZUL, LAS BARDAS AMARILLAS, Y EL HABLAR REFRANERO. LAS CASTILLAS.)

(LA COPLA DE UNA MOZA SALTA DENTRO y EN EL ZAGUAN SE MUEVE LA VENTERA, CODICIOSA, CELOSA. MUY CETRINA. UNA RANCIA FIGURA DE TABACO, Y EL MOÑO DE CASTAÑA CON LAZADAS. LOS AZULES ESTAMBRES DE SUS MEDIAS Y EL GAYO LLAMEAR DE SU JUSTILLO,TRAEN UNA VISION DE SERRANÍA A LA SED DE LOS PAGOS CASTELLANOS. Y DESGRANAN LOS RITMOS PASTORILES DE UN ALEGRE TRENZAR DE TAMBORILES.)

CANTAR DE MARI-JUSTINA:
¡Quiero ir sobre tu huella,
Rey-Serafín!
¡Ser una lucecita de estrella
en tu jardín!

LA VENTERA:
¡Deja las canciones, sal de esas escuras!
¿Qué cantar es ése?

MARI-JUSTINA:
¡Un cantar, abuela!

LA VENTERA:
A los tus cantares llamo yo pinturas
de aquel mal deseo que te desconsuela.


Leer / Descargar texto

Dominio público
99 págs. / 2 horas, 54 minutos / 340 visitas.

Publicado el 19 de diciembre de 2018 por Edu Robsy.

De Mala Raza

José Echegaray


Teatro, comedia


Reparto

PERSONAJES ACTORES

CARLOS, 25 años — Sr. Vico.
ADELINA, 18 años — Srta. Gambardela.
DON ANSELMO, 60 años — Sr. Cirera.
PAQUITA, 22 años — Srta. Casado.
VISITACIÓN, 45 años — Sra. González.
DON NICOMEDES, 50 años — Sr. Parreño.
DON PRUDENCIO, 46 años — Fernández.
Un CRIADO — Melgares.


Época contemporánea.

Acto primero

La escena representa la sala baja de una quinta o casa de recreo próxima a San Sebastián. Rompimiento en el fondo; se ve un jardín; el mar, a lo lejos; un cielo espléndido. Decorado y mueblaje, ricos y alegres, cual conviene a propietarios bien acomodados y a la estación de verano. Es de día.

Escena primera

VISITACIÓN, PAQUITA, DON NICOMEDES y DON ANSELMO. Aparecen sentados en mecedoras o butacas y formando dos grupos. VISITACIÓN y PAQUITA, a un lado; al otro, DON ANSELMO y DON NICOMEDES. Puede darse movimiento a la escena levantándose y paseando alguno de los caballeros de cuando en cuando, o agrupados de varios modos los personajes, según indique el diálogo.


NICOMEDES.—Conque, querido Anselmo, francamente, dime lo que piensas de nuestro hotel.

ANSELMO.—Pues pienso, querido Nicomedes, todo lo bueno imaginable; nada malo. Un lugar de delicia, sin mezcla de mal alguno. (Con tono algo burlón.)

NICOMEDES.—Bien dicho: un paraíso; ésa es la palabra. ¿Y el jardín? ¿Y las vistas al mar? Pues ¿y la situación?

VISITACIÓN.—Hombre, ni que pusieras en venta la finca tendrías mayor empeño en cantarnos sus alabanzas.

NICOMEDES.—Es que lo merece, y si no, que lo diga tu hermano. Dilo tú, Anselmo; repítelo, que Visitación no te ha oído.

ANSELMO.—¿Yo?


Leer / Descargar texto

Dominio público
82 págs. / 2 horas, 24 minutos / 248 visitas.

Publicado el 30 de junio de 2020 por Edu Robsy.

89101112