Nota preliminar
Antes de dar inicio a este libro me gustaría aclarar
algunos aspectos para evitar malentendidos. Al tratar los temas, lo hago
desde un punto de vista histórico más que teológico y no se ha de
buscar ninguna relación con el cambio religioso que tan profundamente
marcó mi existencia, sobre el que espero escribir un volumen de carácter
más controvertido. Creo sinceramente que resulta imposible para
cualquier católico escribir un libro sobre una determinada materia, en
especial la que nos ocupa, sin manifestar su condición de católico. Pero
no pretendo con esta obra establecer diferencias entre católicos y
protestantes. Me dirijo, en buena parte, a toda la variedad de paganos
existente más que a un sector concreto de cristianos. Intentaré
demostrar que aquéllos que ponen a Cristo al mismo nivel que los mitos, y
su religión al mismo nivel que otras religiones, no hacen otra cosa que
repetir una fórmula anticuada, contradicha por un hecho sorprendente.
No ha sido necesario para ello salirme del ámbito de la cultura general y
acudir al saber científico, aunque en algunas cuestiones, por
imposición de la moda, tendré que recurrir a él. Y, puesto que he
mantenido frecuentes diferencias con H. G. Wells respecto a su manera de
enfocar la historia, me parece justo felicitarle ahora por el coraje y
derroche de imaginación desplegados a lo largo de su obra, tan
abundante, variada y profundamente interesante. Y más aún por defender
el razonable derecho del amateur a hacer lo que buenamente pueda con los hechos que le proporcionan los especialistas.
Información texto 'El Hombre Eterno'