Capítulo 1
En las impresiones de viaje en Italia, que
sucesivamente daré a luz, por el Folletín de El Mercurio, se notará
que sobresale como asunto dominante, la jurisprudencia. Tal ha
sido, en efecto, el asunto que con especialidad me propuse examinar
al visitar aquel país. Sin embargo, se concibe fácilmente que me ha
debido ser imposible llenar este objeto, sin tropezar con multitud
de otros, extraños a la materia de mi estudio, cuya novedad no
podía menos de impresionar vivamente mi espíritu. De ahí es que, a
mis impresiones forenses, si así puedo denominarlas, se juntan
otras de distinto género, que, al paso que de ordinario interrumpen
el curso de mi estudio favorito, esparcen en él cierta amenidad,
que hace más accesible el estudio de un asunto, de suyo no poco
árido.
Un camino semejante será, pues, el que siga en
la redacción de mis impresiones, a fin de que el lector le
encuentre tan fácil y agradable, como lo ha sido para
mí.
De la jurisprudencia, esta materia que, al
paso hace caer de sueño los párpados del estudiante de derecho,
arrastra la afluencia de la multitud, y aún del bello sexo, a la
barra de los tribunales, no será ciertamente, los contratos y las
hipotecas la parte que nos ocupe. El folletín de un papel
mercantil, no puede hacer las veces de la cátedra universitaria, ni
de un tratado de derecho. Para estudiar los contratos y las
obligaciones, no habría tenido necesidad de navegar dos mil leguas;
pues el código sardo y las ediciones completas de Pothier,
atraviesan el Atlántico a razón de seis y de cien francos el
ejemplar.
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