Patrón Elías
Javier de Viana
Cuento
No estoy bien seguro de sí esta narración es una historia verídica o un engendro imaginativo.
Quien me la comunicó afirma que se trata de un «suceso sucedido». Por mi parte, no tengo inconveniente en aceptarlo como tal, pues estoy convencido de que la historia es un cuento con fechas y nombres propios, y el cuento una historia, generalmente más verídica, por cuando el narrador obra con entera libertad, sin supeditar su fantasía creadora a los convencionalismos y las restricciones que imponen las fechas y los nombres propios.
Historia o cuento, allá va él, tal como me lo narraron. El hecho ocurrió en Santa Fe, en el departamento de Vera, en la época de mayor incremento de la explotación agrícola. Diversas colonias, recién nacidas, producían riquezas inesperadas, merced al consorcio de la tierra extremadamente fecunda, y de los obreros animosos.
Y al amparo de esa prosperidad industrial, se desarrollaban pequeños comercios, despreciables boliches, cuyos propietarios giraban por valor de centenares de miles de pesos.
En el comercio local predominaban los buhoneros turcos, y sobre todo ellos, Elías, quien a poco andar se transformó en «Patrón Elías», potentado, ante quien inclinábase respetuosamente hasta las mismas autoridades.
«Patrón Elías» era un hombre alto, grueso, fornido, de tez trigueña, de grandes ojos negros.
No sabía leer ni escribir, expresábase en una jerga extraña, incomprensible para quienes no estaban habituados a escucharle.
Cierta vez llegó a su casa un joven italiano vestido con prolijidad de pueblero presumido, una indumentaria que contrastaba con la tosca y añeja del comerciante.
«Patrón Elías» observó atentamente al forastero y preguntóle:
—¿Qué querés?
—Quiero comer; tengo hambre, —respondió el mozo.
La contestación impresionó favorablemente al buhonero, ya satisfecho de aquel físico robusto.
Dominio público
2 págs. / 3 minutos / 20 visitas.
Publicado el 1 de octubre de 2022 por Edu Robsy.