Textos publicados el 3 de agosto de 2023

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fecha: 03-08-2023


El Corsario

Lord Byron


Poesía


Prólogo

El primer poeta inglés del siglo XIX

Romanticismo

Con el primer albor del ochocientos se afirma en Alemania la nueva escuela literaria que con el nombre de Romanticismo nació en las postrimerías del siglo precedente al impulso patriótico de Schlégel y Adam Müller, propagada por el alto poeta místico Novalis y Teck, que, proponiéndose enaltecer la literatura y engrandecer la patria, volvían la vista a los afortunados tiempos—según ellos—de la Edad Media; la época que se dio en llamar romántica, o sea aquel tiempo en que los pueblos germánicos heredaron la ciencia latina que vigorizaron con elementos propios. No se hallaban de acuerdo sus nuevos ideales con la realidad burguesa de la vida a principios del siglo XIX, y creyeron que el mejor remedio era el evocar las épocas aquellas en que florecían los ideales caballerescos, tendiendo a la formación de un hombre superior, o sea el caballero en el cual convergían todos los ideales de Amor y de Belleza, de Justicia y de Fuerza. Pretendían instaurar la edad de oro de la fe, del honor y de la gentileza.

Pronto extendiéronse estas nuevas doctrinas por toda Alemania, mas como un movimiento retrogrado en lo que tenía de conservador y evocativo. Y gran eco halló la buena nueva del Romanticismo en toda la faz de Europa a cuyos distintos países llegó, modificándose de diverso modo al chocar con la peculiar idiosincrasia de cada nacionalidad. Así en Francia, la nueva escuela significó tanto como libertad y naturalidad antes que todo, las modernas teorías llegaban a romper todas las conveniencias clásicas, las reglas, los moldes, las trabas que tenían atenazada a aquella literatura falsa y decadente de égloga e idilio de abanico.


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Publicado el 3 de agosto de 2023 por Edu Robsy.

El Ceibal

Javier de Viana


Cuento


I

El verano encendía el campo con sus reverberaciones de fuego; brillaban las lomas con su tapiz de doradas flechillas, y en el verde luciente de los bajíos, cien flores diversas, de cien gramíneas distintas, bordaban un manto multicolor y aromatizaban el aire que ascendía hacia el toldo ardiente de irisadas nubes.

En un recodo de un pequeño arroyo, sobre un cerrillo de poca altura, se ven unos ranchos de adobe y techo de paja brava, con muchos árboles que lo circundan, dándoles sombra y encantador aspecto.

El patio vasto, de tierra, muy limpio, no tiene más adornos que un gran ombú en el medio, unos tiestos con margaritas y romeros en las lindes, y un alambrado, muy prolijo, que lo cerca, dejando tres aberturas sin puertas, de donde parten tres senderos: uno que va al corral de las ovejas, otro que conduce al campo de pastoreo, y el tercero, más ancho y muy trillado, que lleva, en línea recta, hacia la vera del arroyo, distante un centenar de metros.

El arroyo es todo un portento. No es hondo, ni ruge; porque en muchas leguas en contorno no hay elevación más grande que la protuberancia donde asientan los ranchos que mencionamos. La linfa se acuesta y corre sin rumor, fresca como los camelotes que bordan sus riberas, y pura como el océano azul del firmamento.

No hay en las márgenes enhiestas palmas representando el orgullo forestal, ni secos coronillas simbolizando la fuerza, ni ramosos guayabos y vivarós corpulentos, ostentación de opulencia. En cambio, en muchos trechos, vense hundir sobre el haz del agua, con melancólica pereza, las largas, finas y flexibles ramas de los sauces, ó extenderse, como culebras que se bañan, los pardos sarandíes.


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Dominio público
18 págs. / 32 minutos / 36 visitas.

Publicado el 3 de agosto de 2023 por Edu Robsy.