Un Cuento
Javier de Viana
Cuento
—Don Eulalio, cuente un cuento.
—¿Para qué?... Ya tuitos los que yo sé, los he contao. La bolsa está vacida.
—Invente. No es pa ofenderlo, pero siempre me ha parecido que la mitá de sus rilaciones son cosas que nunca jueron, porque por muchos años que lleve en las maletas y muchas cosas que haiga visto y óido, me parece a mí qu'en ninguna cabeza 'e cristiano se pueda apilar tanta historia.
—¿Te parece a vos?
—Me parece que la calavera es un corral chiquito en el que, ni apeñuscadas, caben tantas ovejas.
—¡Potranco mamón!... No te has dao cuenta de que la cabeza de una persona no es un corral, como vos decís, sino un potrero. Allí se crían, engordan y paren las ideas. Unas se van muriendo y se las sepulta: son los recuerdos, como quien dice los dijuntos. En los sesos pasa lo mesmo qu'en la tierra: arriba caben pocos, abajo no s'enllena nunca.
—Y los recuerdos retoñan.
—Como l'albaca...
—Arranque un gajo, viejo, pa perfumarnos esta noche qu'está más desabrida que asao de paleta...
—Ya dije: son cuentas del mesmo rosario.
—No importa: el rosario no aburre cuando tienen habilidá los dedos p'acortar los padrenuestros...
—Contaré entonces... Pueda ser qu'escarbando en la memoria encuentre un grano olvidao.
—¿Quiere un trago 'e giniebra pa facilitar el trabajo?
—Alcance. Siempre s'escarba mejor la tierra ricién mojada... ¡Es juerte esta giniebra!
—Marca Chancho.
—Como chancho se queda, dejuro, el que se zambulla hasta el fondo el porrón...
—Pero usté es nadador...
—¡Como nutria!... En una ocasión m'echaron en un bocoy de caña y quedé boyando tres días...
—¿Y al cuarto día?
—Hice pie; se había secao el bocoy.
—¡Usté es capaz de secar el Río de la Plata!...
Dominio público
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Publicado el 5 de noviembre de 2020 por Edu Robsy.