Textos más populares este mes publicados el 7 de noviembre de 2021 | pág. 2

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fecha: 07-11-2021


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Gotas Amargas

Francisco Acebal


Cuento


La pantalla de la lámpara cernía la luz del foco eléctrico y el saloncito quedaba iluminado con claridad entre soñolienta y voluptuosa, combinada con maña para penumbra de parejitas arrulladoras y para luminar de una tertulia grave.

Entre la charla de los contertulios, sonó por azares de la conversación, el nombre de los Rubines, y allí fué el lanzar suspirillos y el balbucear elogios, flores de trapo que caen sobre el recuerdo de los muertos sin aroma y sin frescura. Hasta la jovenzuela que con el galán imberbe picoteaba en un rincón, ofrendó pétalos mustios á la memoria de los que fueron en vida concurrentes á la tertulia tristona, pero de un tufillo aristocrático que atraía y fascinaba.

¡Inolvidables Rubines! espejo de matrimonios, símbolo de la felicidad humana. Así lo expresaban sus rostros francotes y risueños con esa placidez de mirada y mímica pachorruda propia de seres ahitos de bienestar. Ni una nubecilla empañó jamás el cielo de su dicha; unidas sus almas en un mismo deseo, en dulce trato, consorcio íntimo que daba ejemplo á nuestra juventud desdeñosa del sétimo Sacramento.

Aquí llegaba el coro ensalzador del matrimonio Rubin, cuando la señora de la casa exclamó:

—¿Por qué se sonríe usted, D. Santiago? Usted siempre el mismo, nuestro gran burlón, nuestro ínclito pesimista.

—Ah, señora—contestó el aludido—soy la primera víctima de mí mismo, de este humor negro que me hace árida la vida; es muy triste esto que me ocurre; saborear la almendra amarga antes que el fruto sabroso.


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Dominio público
5 págs. / 9 minutos / 59 visitas.

Publicado el 7 de noviembre de 2021 por Edu Robsy.

Río Negro

Francisco Acebal


Cuento


Bajo la campana del hogar, chisporroteaba un montón de sarmientos y sus llamas, iluminaban el semicírculo de cazadores que fatigados del monteo, arrecidos por el cierzo, entretenían la noche invernal, con narraciones de sus aventuras.

Llegó mi turno y dije:—Amigos: hay en vuestros relatos leyendas dramáticas, episodios sangrientos y hay escenas de amor; fieras heridas á bala y zagalillas heridas á flecha; mi cuento es el cuento del cazador perdido que halla dos viejecitas en lo más denso del bosque.

Caía la tarde, una hermosa pieza marchaba engalgada; yo corría, corría, pisando chaparros y tojos. La pieza se encava, aullan los perros, y malgasto en la rebusca las últimas luces del día.

Por el bosque tenebroso intento en vano hallar la senda, seguido de los lebreles que jadean. El viento agita el ramaje haciéndole balbucir quejas rumorosas; la soledad de la noche me rodea, pero veo una luz que fulgura entre el espeso arbolado y hacia ella me encamino.

Es de una casucha rústica; toco la bocina y dos viejecitas, con candiles encendidos salen á mi encuentro.

Flacas de cuerpo, acecinadas de rostro, lucen majestad de noble estirpe, rastros de una juventud hermosa. Con dulce voz me invitan á seguirlas, sus luces me guían tras la selva y me conducen al tendajo, que les sirve de morada miserable.

Allí pasé la noche ¡noche fantástica! llena de ensueños misteriosos, con pesadillas de magias y de encantamientos.

Apenas alboreaba el nuevo día, cuando salí, acompañado de las damas antañonas que ofrecieron enveredarme. En silencio marchamos largo espacio, hasta dar en una barranca, con el cauce de un río... amigos mios ¡un río negro!


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Dominio público
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Publicado el 7 de noviembre de 2021 por Edu Robsy.

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