Textos más descargados publicados el 16 de mayo de 2018 | pág. 2

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fecha: 16-05-2018


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La Cueva Secreta

H. P. Lovecraft


Cuento


—Pórtense bien, chicos, mientras estoy fuera —dijo la señora Lee— y no hagan travesuras.

Porque los señores Lee iban a salir de casa, dejando solos a John, de diez años de edad, y Alice, de dos.

—Claro —contestó John.

Tan pronto como los Lee mayores se hubieron marchado, los jóvenes Lee bajaron al sótano y comenzaron a revolver entre los trastos. La pequeña Alice estaba apoyada en el muro, mirando a John. Mientras John fabricaba un bote con duelas de barril, la chica lanzó un grito penetrante y los ladrillos, a su espalda, cedieron. Él se precipitó hacia ella y la sacó oyendo sus gritos. Tan pronto como sus chillidos se apaciguaron, ella le dijo.

—La pared se ha caído.

John se acercó y descubrió que había un pasadizo. Le dijo a la niña.

—Voy a entrar y ver qué es esto.

—Bien —aceptó ella.

Entraron en el pasaje; cabían de pie, pero iba hasta más lejos de lo que podían ver. John subió arriba, al aparador de la cocina, cogió dos velas, algunos cerillos y luego regreso al túnel del sótano. Los dos entraron de nuevo. Había yeso en las paredes y el techo raso, y en el suelo no se veía nada, excepto una caja. Servía para sentarse y, aunque la examinaron, no encontraron nada dentro. Siguieron adelante y, de pronto, desapareció el enyesado y descubrieron que estaban en una cueva. La pequeña Alice estaba espantada al principio, y solo las afirmaciones de su hermano, acerca de que todo estaba bien, consiguieron calmar sus temores.

Pronto se toparon con una pequeña caja, que John cogió y llevó consigo.


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Publicado el 16 de mayo de 2018 por Edu Robsy.

La Botellita de Cristal

H. P. Lovecraft


Cuento


—Poned la nave al pairo, hay algo flotando a sotavento.

Quien hablaba era un hombre poco fornido, de nombre William Jones. Era el capitán de una nave en la que, con un puñado de tripulantes, navegaba en el momento de comenzar esta historia.

—Sí, señor —respondió John Towers, y la nave fue puesta al pairo. El capitán Jones tendió su mano hacia el objeto, y comprobó que se trataba de una botella de cristal.

—No es más que una botella de ron que algún tripulante de algún barco ha tirado —dijo, pero, dejándose llevar por la curiosidad, le echó mano.

Era sólo una botella de ron y estuvo a punto de arrojarla, pero en ese momento se percató de que había un trozo de papel dentro. Lo sacó y leyó lo siguiente:


1 de enero de 1864

Mi nombre es John Jones y estoy escribiendo esta carta. Mi buque se hunde con un tesoro a bordo. Me hallo en el punto marcado en la carta náutica adjunta.
 

El capitán Jones le dio la hoja y vio que por el otro lado era una carta náutica en cuyo margen había escritas las siguientes palabras:

—Towers —dijo excitado el capitán Jones—, lea esto.

Towers le obedeció.

—Creo que merece la pena dirigirnos hasta ahí —dijo el capitán Jones—. ¿No cree?

—Coincido con usted —replicó Towers.

—Aprestaremos hoy mismo una embarcación —dijo el excitado capitán.

—Como mande —dijo Towers.

Así que fletaron una nave y siguieron la línea de puntos de la carta. En cuatro semanas habían alcanzado el lugar señalado y los buzos se sumergieron para volver con una botella de hierro. Dentro encontraron las siguientes palabras garabateadas en una hoja de papel pardo:


3 de diciembre de 1880

Estimado buscador; discúlpeme por la broma que le he gasto, pero eso le servirá de lección contra próximas tonterías...
 


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Hipno

H. P. Lovecraft


Cuento


Hipno

A propósito del sueño, esa siniestra aventura de
todas nuestras noches, podríamos decir que los
hombres se acuestan diariamente con una
osadía incomprensible, si no supiéramos que es
a causa de la ignorancia del peligro.

(Baudelaire)
 

¡Ojalá los dioses misericordiosos, si existen efectivamente, protejan esas horas en que ningún poder de la voluntad, ni las drogas inventadas por el ingenio del hombre, pueden mantenerme alejado del abismo del sueño! La muerte es misericordiosa, ya que de ella no hay retorno; pero para aquel que regresa de las cámaras más profundas de la noche, extraviado y consciente, no vuelve a haber paz. Fui un loco al sumergirme con tan inmoderado frenesí en misterios que nadie ha intentado penetrar; y fue un loco, o un dios, este único amigo mío que me guió y fue delante de mí, ¡y entró al fin en terrores que pueden llegar a ser los míos!

Recuerdo que nos conocimos en una estación de ferrocarril, donde era el centro de atención de una multitud de vulgares curiosos. Estaba inconsciente, y había caído en una especie de convulsión que había sumido su cuerpo flaco y vestido de negro en una extraña rigidez. Creo que por entonces frisaba en los cuarenta, ya que había profundas arrugas en su cara pálida y consumida —aunque oval y verdaderamente hermosa—, grises estrías en su cabello ondulado y espeso, y una barba corta y ancha que en otro tiempo fue negra como un ala de cuervo. Tenía la frente blanca como el mármol de Pentélico, y alta y ancha casi como la de un dios.


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El Viejo Bugs

H. P. Lovecraft


Cuento


Una tragedia estrafalaria

Por Marcus Lollius, Procónsul de la Galia

El tugurio de Sheehan, que adorna uno de los callejones inferiores del distrito céntrico ganadero de Chicago, no es lo que se dice un lugar agradable. Su atmósfera, colmada por un millar de olores semejantes a los de Colleridge, podría haber encontrado en Colonia, apenas sabe lo que son los rayos purificadores del sol, y tiene que luchar, para hacerse un hueco, contra las acres humaredas de innumerables puros baratos y cigarrillos que cuelgan de los labios toscos de las bestias humanas que merodean por tal lugar, día y noche. Pero la popularidad del antro de Sheehan no se resiente de ello, y hay una razón para que así sea; una razón que resulta obvia para cualquiera que se tome la molestia de olfatear los aromas mezclados que allí se encuentran. Sobre y ente los humos y el olor a cerrado, se nota un aroma que una vez fue familiar en todo el mundo, pero que ahora se encuentra arrinconado a las esquinas de la vida, merced al edicto de un gobierno benevolente: el olor a whisky fuerte y mal... una rara avis, de hecho, en este año de gracia de 1950.


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El Templo

H. P. Lovecraft


Cuento


El 20 de agosto de 1917, yo, Karl Heinrich, Graf von Altberg-Ehrenstein, capitán de corbeta de la Marina Imperial Alemana y Comandante del submarino U-29, deposito esta botella con este informe en el Océano Atlántico, en un punto que desconozco, pero que probablemente se encuentra alrededor de los 20° latitud norte, 35° longitud oeste, donde yace mi barco, fuera de combate, en el fondo del océano. Lo hago porque quiero que se sepan públicamente ciertos hechos insólitos, ya que con toda probabilidad no sobreviviré para poder darlos a conocer en persona, toda vez que las circunstancias que me rodean son tan amenazadoras como extraordinarias, entre las que se incluye no sólo el IJ-29 inutilizado, sino también el derrumbamiento de mi férrea voluntad alemana de la manera más desastrosa.

La tarde del 18 de junio, tal como se informó por radio al U-61 con destino a Kiel, torpedeamos el carguero británico Victory, que iba de Nueva York a Liverpool, en la situación 45° 16’ latitud norte, 280 34’ longitud oeste, permitiendo a la tripulación que abandonase el buque en botes, a fin de obtener una buena filmación de la escena para los archivos del Almirantazgo. El barco se hundió espectacularmente, de proa: sacó la popa fuera del agua y se zambulló perpendicularmente hacia el fondo del mar. Nuestra cámara no perdió detalle, y siento que tan valiosa película no llegue jamás a Berlín. Después, hundimos los botes salvavidas con nuestros cañones y nos sumergimos.


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Publicado el 16 de mayo de 2018 por Edu Robsy.

El Misterio del Cementerio

H. P. Lovecraft


Cuento


Una historia de detectives

I. La Tumba De Burns

Era mediodía en la pequeña población de Mainville, y un penado grupo de gente estaba reunido alrededor de la tumba de Burns. Joseph Burns había muerto.

(Al morir había pronunciado las siguientes y extrañas instrucciones: Antes de meter mi cuerpo en la tumba, colocad esta bola en el suelo, en un punto marcado como “A”. Y entonces había tendido una pequeña bola dorada al rector).

La gente lamentaba mucho su muerte. Después de que los funerales hubieran concluido, el señor Dobson (El rector) dijo:

—Amigos, ahora hemos de cumplir las últimas voluntades del difunto.

Y, tras decir esto, bajó a la tumba (A poner la bola en el punto marcado como “A”). Pronto el grupo de dolientes comenzó a impacientarse y, al cabo de un tiempo, el señor Cha’s Greene (el abogado) bajó a echar un vistazo. En seguida regresó con cara de espanto y dijo:

—¡El señor Dobson no está ahí abajo!

II. El Misterioso Señor Bell

Eran las tres y diez de la tarde cuando la campana de la puerta de la mansión Dobson resonó con fuerza, y el criado acudió a abrir la puerta, para encontrarse con un hombre entrado en años, de pelo negro y grandes patillas. Manifestó que quería ver a la señorita Dobson. Tras ser conducido a su presencia, dijo:

—Señorita Dobson, sé dónde está su padre, y por la suma de 10.000 libras haré que vuelva con usted. Puede llamarme señor Bell.

—Señor Bell —dijo la señorita Dobson— ¿Le importa que abandone por un momento la habitación?

—En absoluto —repuso el señor Bell.

Ella regresó al cabo de poco tiempo, para decir:

—Señor Bell, entiendo. Usted ha raptado a mi padre y ahora me está pidiendo un rescate.


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Publicado el 16 de mayo de 2018 por Edu Robsy.

El Buque Misterioso

H. P. Lovecraft


Cuento


Capítulo 1

En la primavera de 1847, el pequeño pueblo de Ruralville se vio sacudido por una general excitación debida a la entrada de un extraño bergantín en el puerto.

No llevaba bandera alguna y todo hacía que resultase de lo más sospechoso.

No tenía nombre. Su capitán se llamaba Manuel Ruello. El interés aumentó, no obstante, Cuando John Griggs desapareció de su casa. Eso ocurrió el 4 de octubre y el 5 el bergantín se había marchado.

Capítulo 2

El bergantín, al partir, fue interceptado por una fragata de los Estados Unidos y se produjo una lucha tremenda. Cuando terminó, habían perdido a un hombre, llamado Henry Johns.

Capítulo 3

El bergantín continuó su ruta en dirección a Madagascar, hasta llegar. Los nativos huyeron despavoridos. Cuando volvieron a reunirse al otro lado de la isla, uno de ellos había desaparecido. Su nombre era Dahabea.

Capítulo 4

Al final, se decidió que había que hacer algo. Se ofreció una recompensa de 5.000 libras por la captura de Manuel Ruello, y entonces llegó la impactante noticia de que una nave indescriptible se había hundido en los cayos de Florida.

Capítulo 5

Se envió un buque a La Florida y entonces supieron qué había pasado. En medio del combate, habían botado un submarino y había cogido lo que quería. Y allí estaba, balanceándose tranquilamente en las aguas del Atlántico, cuando alguien dijo: “John Brown ha desaparecido”. Y desde luego que John Brown había desaparecido.


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Publicado el 16 de mayo de 2018 por Edu Robsy.

Educación holista y el aprendizaje de la felicidad

Fundación Ramón Gallegos


ramón gallegos, educación holista, inteligencia espiritual


La problemática que la sociedad y el mundo actual estamos viviendo nos obliga a plantearnos las preguntas ¿Que está pasando, o que no está pasando en instituciones  como la familia y la escuela que se percibe una crisis generalizada? Es bien cierto que estamos formando nuevas generaciones que enfrentan un mundo violento, con amenazas externas como el terrorismo, el narcotráfico, los secuestros, por un lado, y por el otro, un mundo laboral cada vez más competitivo, con un alto grado de desempleo, países con crisis económicas y políticas severas. Entonces como educadores nos preguntamos ¿Cómo educar en este contexto?

La historia nos ha mostrado la lucha por sacar de la escuela la influencia del clero y con ella todo lo que se asemeje a religión o moral, en su afán por desligar estos conceptos la escuela se fue al otro extremo y dejó ésta tarea únicamente a la familia. Sin embargo la realidad que se vive ha clarificado el rol de las instituciones educativas en relación a la autorrealización y la autonomía moral de las personas.

Es importante que las instituciones educativas contribuyen al bien de la comunidad y a la justicia social, de acuerdo con esto tanto la escuela como el Estado tienen como fin el formar a los buenos ciudadanos del mañana por lo que sus valores más altos deben orientarse a modelar el ciudadano que demanda la sociedad.

En este ensayo analizaré los antecedentes de la Educación Holista como la opción más viable para enfrentar la problemática que aqueja a la sociedad actual. La propuesta del Dr. Ramón Gallegos tal como la plantea nos ofrece la posibilidad de revertir los aspectos negativos que aquejan a la sociedad y al mundo actual y hacer de nuestros estudiantes personas felices.


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Publicado el 16 de mayo de 2018 por Fundación Ramón Gallegos.

Educación holista, una respuesta innovadora

Fundación Ramón Gallegos


ramón gallegos, educación holista, inteligencia espiritual


Cuando hablamos de educación no solo nos referimos a las aulas escolares sino en el amplio sentido de la palabra lo que equivale a la formación de las personas para desenvolverse en la cotidianeidad, porque en todos los espacios se aprende.

México es una cultura tradicional que se ha caracterizado por tener una educación mecanicista, con una sociedad centrada en el mejor de los casos en la cognición y el condicionamiento, que solo a permitido que sus individuos acumulen datos y lleven a cabo ciertos comportamientos para experimentar pertenencia y valía, dejando de lado la esencia del ser humano y su libertad.

En nuestro país y en gran parte de la población occidental, se sigue pensando que el propósito de la educación es capacitar a los ciudadanos para ser “competitivos” en un área exclusivamente laboral, estas competencias están orientadas solamente a la adquisición de bienes y conocimientos, además se cree que las instituciones y los individuos funcionan mejor si se uniforman y estandarizan en procesos, dándole un peso excesivo al concepto de calidad (todo aquello que es medible).

El sistema político Mexicano se ha centrado en la idea de la calidad educativa, y no ha puesto atención en la educación del Ser, mostrando falta de comprensión sobre las verdades universales, espirituales, subjetivas y profundas que es donde se encuentra nuestra esencia trascendental.

Esto ha sucedido porque no se ha dado una formación o educación integral, porque se ha reducido al individuo a la categoría de objeto, enfocando como valor el “conocer” y el “tener” de manera aislada, sin tomar en cuanta al “Ser” y a la persona en todas sus dimensiones.

Vivimos entonces en un nivel de conciencia egocéntrica, que solo percibe la superficie de la realidad como algo fragmentado. La mente moderna es reduccionista, concibe la realidad en términos de cuantificación (porcentajes y números).


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Publicado el 16 de mayo de 2018 por Fundación Ramón Gallegos.

Educación holista, una forma diferente de ser y hacer la educacion en México

Fundación Ramón Gallegos


ramón gallegos, educación holista, inteligencia espiritual


Por treinta años me he dedicado a la docencia y he tenido la oportunidad de trabajar en diferentes niveles educativos,  y también he desempeñado  diferentes puestos dentro del sistema, mismos que me ha permitido conocer muy de cerca el funcionamiento del sistema educativo en la región Altos del estado de Jalisco; y en esencia, no dista mucho de ser la cara misma de la educación en México.

            He experimentado desde diferentes perspectivas, como docente,  alumno, directivo, padre de familia; la problemática que por décadas ha tenido la educación en nuestro país;  y por lo que he leído; esta crisis aqueja a otros sistemas educativos  en el mundo. El creciente descontento, se percibe en los diferentes sectores de la sociedad.

            ¿Qué sucede con la educación? ¿Por qué han fracasado los sistemas educativos en su intento de proporcionar a los individuos un bienestar en sus vidas? ¿Por qué la escuela representa para muchos niños una pesadilla? ¿Por qué una gran cantidad de docentes presentan un malestar generalizado al ejercer la profesión? ¿Dónde se esconden las causas?

            Estas y otras interrogantes me he planteado a lo largo de mi trayectoria tanto como usuaria del sistema, como agente del mismo; y hasta ahora, me había sido difícil, explicar las causas de este “fracaso”[1] como algunos autores  llaman, al esfuerzo fallido  que por décadas ha realizado el grupo en el poder para mejorar la educación.


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Publicado el 16 de mayo de 2018 por Fundación Ramón Gallegos.

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